El texto narrativo
Definición y elementos de la narración
Es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o ficticios que suceden a unos personajes en un tiempo y un espacio determinados.
Ejemplos:
- Chistes
- Anécdotas
- Leyendas
- Cantares de gesta
- Cómics
Los elementos de la narración son:
- La estructura
- El espacio y el tiempo
- Los personajes
- El discurso narrativo
La estructura narrativa
La estructura externa de la narración es la forma en que se distribuye el texto, las diversas partes que lo integran. Organiza el texto en apartados formales que, según el relato, pueden ser: párrafos, capítulos, partes, tratados, libros, secuencias, actos y escenas, titular y cuerpo.
La estructura interna se refiere al contenido y depende del orden cronológico en que ocurren los sucesos y del punto de vista narrativo. Es la manera en que se organizan los contenidos de un texto:
- Planteamiento (o marco): Presenta aspectos del contexto donde se desarrollan los hechos: personajes, relaciones, ambiente, lugares, situación inicial estable.
- Nudo (o complicación): Se produce un conflicto. El protagonista se enfrenta a elementos de la naturaleza o a otros personajes. Esto produce cambios en la situación inicial.
- Desenlace (o resolución): Se resuelve el conflicto y se da paso a una nueva situación estable. En algunas narraciones puede haber una moraleja.
Si atendemos al orden cronológico, encontramos las siguientes estructuras narrativas:
- Lineal: Se sigue el orden cronológico. Ejemplo: El Quijote.
- In media res (en medio del asunto): El relato empieza en medio de la narración para luego volver hacia atrás, desvelando los antecedentes de la historia, y continuar avanzando en orden lineal. Ejemplo: El Cantar de mio Cid.
- Flashback (analepsis): El narrador, desde el presente, vuelve al pasado. Ejemplo: Lazarillo de Tormes. Flashforward (prolepsis): Se anticipa lo que sucederá en el futuro. Ejemplo: Crónica de una muerte anunciada.
- Contrapunto: Se alternan distintas secuencias narrativas; es decir, hay varias historias que se entrecruzan a lo largo de la narración. Ejemplo: en el cine.
El narrador y el punto de vista
Es la persona que cuenta los hechos. Es un sujeto que pertenece al texto, es decir, un elemento creado también por el autor, con quien no debe confundirse. Además de la voz del narrador, pueden intervenir las voces de los personajes. En ocasiones, hay un narratario, que es otro personaje ficticio creado por el autor, que aparece en la narración como el personaje al cual se dirige la historia. A veces, interviene la voz del propio lector.
El punto de vista narrativo
Es la perspectiva desde la que se cuenta la historia. El narrador es quien organiza, explica y cede su voz a los personajes cuando lo cree conveniente. El punto de vista tiene dos posiciones básicas:
- Externo: Si se narra desde fuera de la historia. Se distinguen dos tipos de narrador:
- Narrador omnisciente: Lo sabe todo acerca de los personajes, desde lo más íntimo a lo más externo. Puede anticipar hechos y estar presente en varios sitios a la vez. Ejemplo: Parque Jurásico de Michael Crichton.
- Observador externo: Solo cuenta lo que se puede observar, como si filmara una película de cine. El narrador muestra, no explica. Ejemplo: novela negra.
- Interno: Si se cuentan los hechos desde dentro de la historia. Hay varios tipos:
- Narrador protagonista: El protagonista de los hechos es, al mismo tiempo, quien los cuenta. Su versión de los hechos está influida por su perspectiva, pero resulta creíble porque el personaje ha vivido lo que cuenta. Ejemplo: Lazarillo de Tormes.
- Narrador personaje secundario (o testigo): Cuenta los hechos a los que ha asistido. Ejemplo: Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez.
- En la novela moderna se da el punto de vista móvil o caleidoscópico, en el que distintos personajes van alternándose para contar la historia.
El espacio y el tiempo en la narración
El espacio es el marco físico en el que se desarrolla la acción. Es más que un simple decorado: influye en los personajes y crea un ambiente que puede adquirir un papel protagonista.
Cuando hablamos del tiempo en la narración, nos referimos a dos conceptos:
- Tiempo externo: Época o momento histórico donde se sitúa la historia.
- Tiempo interno: Periodo temporal que abarcan los sucesos del relato.
El tiempo externo puede ser explícito o bien deducirse del ambiente, los personajes, las costumbres, etc. El tiempo interno, también implícito o explícito, puede ocupar desde una vida entera hasta un solo día. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes para la historia a través de la elipsis, un procedimiento narrativo que consiste en la realización de saltos temporales para centrarse en los momentos más significativos.
Los personajes
Son un elemento fundamental de la narración; funcionan como el hilo conductor del relato, pues son los agentes de los hechos.
- El protagonista: Es el centro de la narración. Puede ser un individuo, varios o una colectividad. A veces se le opone un antagonista. Suelen ser personajes redondos, porque evolucionan a lo largo de la novela y la vida los modifica, como sucede a las personas. Aunque a veces se presentan al inicio, los vamos conociendo a través de sus actos, palabras y lo que nos dicen el narrador y otros personajes.
- Personajes secundarios: Acompañan a los protagonistas, con los que dialogan y se relacionan. Suelen ser personajes planos, es decir, no evolucionan y se caracterizan en bloque, manteniendo un mismo comportamiento durante toda la obra.
El discurso narrativo
El texto narrativo se produce cuando la voz del narrador relata hechos reales o ficticios. Esas acciones se expresan mediante verbos y marcadores temporales. Por lo general, el texto narrativo se combina con otras tipologías textuales. Cuando el relato de sucesos se detiene para informar sobre cómo son las cosas, personas, lugares, etc., se pasa a la descripción. En el momento en que se cede la palabra a los personajes, aparece otro tipo de texto, el diálogo, que se puede expresar en estilo directo, estilo indirecto, monólogo interior y estilo indirecto libre.
La literatura medieval: narrativa y teatro
La narrativa oral: el mester de juglaría (siglo XII)
Los juglares eran verdaderos actores profesionales que recorrían pueblos, cortes, castillos y romerías, recitando o cantando poemas. A su oficio se le llamó mester de juglaría. Había diferentes tipos de juglar: algunos narraban hazañas guerreras, otros entonaban lírica más culta en los palacios, acompañados por instrumentos musicales. El espectáculo del juglar, con música y acrobacias, se acercaba a un espectáculo teatral callejero. Los juglares debían agradar al público, entretenerlo y divertirlo, porque vivían de lo que les daban al finalizar el espectáculo. De entre todos los juglares, los más numerosos eran los juglares de gesta, que narraban hazañas de los héroes locales.
La poesía épica y los cantares de gesta
Los cantares de gesta (CDG) son extensas narraciones en verso que relatan sucesos históricos y legendarios en torno a un héroe que representa los valores de un pueblo. Los cantares épicos siempre tienen un tono heroico, ya que exaltan las hazañas de un guerrero. Es difícil conocer su origen, ya que por su carácter oral y anónimo se ha perdido gran parte de ellos. La épica cumplía una función informativa, pues daba a conocer al pueblo fragmentos de su historia, pero también proponía un modelo de héroe a la colectividad, ya que exalta las virtudes guerreras, caballerescas y aristocráticas.
La épica castellana
Se conservan solo tres cantares. Destaca el Cantar de mio Cid. Los otros poemas épicos conservados son un fragmento del Cantar de Roncesvalles (siglo XIII) y otro de Las Mocedades de Rodrigo, sobre la juventud del Cid (siglo XIV). Sin embargo, en algunos libros de historia, las crónicas, encontramos relatos épicos que recogen en prosa cantares de gesta perdidos. Así se han podido reconstruir algunos poemas, como Los siete infantes de Lara.
El Cantar de mio Cid
Como toda la épica, el Cantar de mio Cid relata las hazañas de un héroe. En este caso, el protagonista es el Cid Campeador, un noble que ha sido injustamente desterrado y debe luchar para recuperar su honor. A lo largo del relato, repleto de anécdotas, el héroe se perfila como un modelo de caballero.
Documento
El documento en que se encuentra el Cantar de mio Cid es un típico manuscrito de juglar del siglo XIV, de pequeño tamaño y de apariencia modesta. Está firmado por Per Abbat, un copista. La fecha de composición se sitúa a principios del siglo XIII, aunque parece que se basa en composiciones anteriores.
Autor
El autor es desconocido; es una obra anónima, como ocurre en toda la épica medieval. Actualmente, se considera que el poema lo creó un autor culto que se basó en composiciones anteriores y empleó el estilo típico de los juglares tradicionales, insertando anécdotas literarias.
Argumento
El argumento relata una historia que empieza con enormes dificultades y acaba de forma gloriosa. Se divide en tres partes o cantares:
Cantar del Destierro
El poema nos introduce en el asunto: el héroe, llorando, abandona su casa porque ha sido desterrado por el rey. Tras dejar a su mujer e hijas en un monasterio, se lanza a la conquista de tierras. El Cid ha sido desterrado y debe recuperar su honor, la gloria y la confianza del rey, partiendo de la infamia y el deshonor en que se encuentra. Tras ganar muchas batallas, va adquiriendo prestigio y riquezas. A cada nueva victoria, envía mensajeros al rey con regalos y le reitera su fidelidad.
Cantar de las Bodas
El Cid conquista Valencia y consigue el perdón real. El monarca permite que su mujer e hijas se reúnan con él y, además, le pide al Cid que case a sus hijas con dos nobles castellanos, los infantes de Carrión. El Cid recela de estas bodas, pero accede porque no puede negar nada a su señor. El juglar se despide tras el episodio de la celebración de las bodas. El Cid recupera su honor por todo esto.
Cantar de la Afrenta de Corpes
Comienza con unas anécdotas que revelan la cobardía de los infantes de Carrión. Como los vasallos del Cid se burlan de estos, deciden vengarse: marchan con sus mujeres a Carrión y, al llegar al robledo de Corpes, las desnudan, las azotan y las abandonan. El Cid pide justicia al rey, quien convoca las Cortes en Toledo. En ellas, vencen los representantes del Cid, y los infantes de Navarra y Aragón piden casarse con las hijas, que así culminan su ascenso social. El cantar termina diciendo: «Los reyes sus parientes son».
Tema
El tema central del poema es la recuperación del honor en dos vertientes:
- El honor social como vasallo: el Cid pasa del destierro a ser un héroe emparentado con los reyes.
- El honor personal como padre injuriado: recuperada la honra social, los infantes de Carrión obligan al héroe a reparar una afrenta personal y familiar. El resultado del juicio intensifica el ascenso social del Cid.
Protagonista
El protagonista del cantar reúne diferentes virtudes. Como caballero, es el modelo de perfecto vasallo: fiel, valiente, generoso y clemente. Como individuo, el Cid es un hombre familiar, que se preocupa por el bienestar de su mujer, hijas y vasallos. Es también un hombre que confía en restablecer la justicia. En definitiva, representa el modelo de caballero que difunde la épica en la Edad Media.
Historicidad
La historicidad del poema es notable. El Cantar de mio Cid relata una parte de la biografía de un personaje histórico, Rodrigo Díaz de Vivar.
Estilo
En cuanto al estilo, presenta versos de distinta medida (anisosilábicos) que riman en asonante. En la mitad del verso hay una pausa o cesura que lo divide en dos hemistiquios; esta forma es una señal de evolución hacia el romance. Todos los rasgos estilísticos se explican por su carácter de narración oral y son los propios del estilo juglaresco, como:
- Epítetos épicos, que van configurando en el oyente las características de los personajes a los que se alude (ej. «el que en buena hora nació»).
- Cambio del punto de vista narrativo, del estilo indirecto al diálogo.
- Valoraciones que hace el propio juglar sobre personajes o situaciones.
- Expresiones juglarescas que reclaman la atención de los oyentes (ej. «oíd lo que dijo el Cid»).
- Lenguaje arcaizante, con la finalidad de dar al poema un valor histórico y un tono aristocratizante.
La narrativa culta: el mester de clerecía (siglo XIII)
En el siglo XIII nació una nueva forma narrativa conocida como el mester de clerecía (oficio de clérigos). La inició Gonzalo de Berceo, quien marcó el estilo de esa escuela: narraciones didácticas en una nueva forma métrica (la cuaderna vía) que recogen temas de la tradición culta y utilizan recursos juglarescos. Características del mester de clerecía:
- Son narraciones escritas en romance por autores cultos (sacerdotes o clérigos que conocían textos latinos).
- Tienen un objetivo didáctico y moral, ya que proponen modelos de conducta moral.
- La estrofa que se utiliza es la cuaderna vía: cuatro versos de catorce sílabas (alejandrinos) con fuerte cesura en mitad del verso y rima consonante.
- Se recurre a expresiones juglarescas para mantener la atención del público. Encontramos epítetos épicos, apelaciones a los oyentes, etc.
- Combinan temas de tradición culta y popular.
Gonzalo de Berceo
Fue el primer autor castellano del que se tiene noticia. Inició el mester de clerecía con narraciones de tema religioso, como Milagros de Nuestra Señora, escritas en una forma métrica culta, la cuaderna vía. Para llegar a un público iletrado, se expresaba en lenguaje sencillo con recursos expresivos juglarescos. Nació en La Rioja; era un clérigo culto que trabajó en la administración del monasterio de San Millán de la Cogolla. Su obra más conocida es Milagros de Nuestra Señora, donde reúne breves relatos que repiten un mismo esquema. Su estilo es sencillo, aunque, pese a su aparente simplicidad, encontramos cultismos que reflejan los textos latinos que le han servido como base. También escribió vidas de santos ligados a su monasterio con el objetivo de fomentar la devoción, las peregrinaciones y las limosnas, como la Vida de San Millán.
Otros libros del mester de clerecía del siglo XIII
En la segunda mitad del siglo XIII encontramos otros libros en cuaderna vía cuyos autores desconocemos:
- El Libro de Alexandre, que relata la vida de Alejandro Magno mezclando tono épico con moralizante.
- El Libro de Apolonio, que narra las aventuras bizantinas del protagonista, rey de Tiro.
- El Poema de Fernán González, que relata la independencia de Castilla del reino de León.
La lengua en el siglo XIII: Alfonso X el Sabio
En este siglo, el castellano se convierte en una lengua de cultura, es decir, un idioma capaz de transmitir todos los conocimientos de la época. Para lograr ese desarrollo fue crucial la labor del rey Alfonso X el Sabio.
El rey hizo verter al castellano textos latinos y árabes. Como la cultura arábiga y romana habían tenido un gran desarrollo literario y científico, el castellano, primitivo aún, tuvo que adaptarse para convertirse en una lengua de cultura y expresar conocimientos de todo tipo: jurídicos, científicos, históricos, etc. Para ello, se fijó una ortografía, se ampliaron los nexos sintácticos y se creó un nuevo léxico culto, que proviene del latín y del árabe.
El mester de clerecía (siglo XIV): El Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, escribió la obra más brillante y original del siglo XIV. Por su forma, podría incluirse en el mester de clerecía, pero los temas y el vitalismo que encontramos reflejan una sensibilidad muy alejada del didactismo. De este autor conocemos el nombre y su condición de sacerdote. Sin embargo, su obra refleja que era un hombre divertido y vital, que cantaba los placeres del mundo y tenía una sincera religiosidad. El hecho de que la obra esté escrita en forma autobiográfica se debe interpretar como un recurso expresivo de aproximación al lector. También el libro refleja que su autor era gran conocedor de la literatura culta y popular de su época.
Tema y estructura del Libro de Buen Amor
Es una obra escrita en verso, con predominio de la cuaderna vía, por eso se incluye en el mester de clerecía. Sin embargo, hay otros aspectos en los que difiere de las obras del mester de clerecía, sobre todo la ausencia de un didactismo claro (ambigüedad del objetivo).
Narra de forma autobiográfica diferentes episodios amorosos. En ellos, el autor intenta conseguir el amor de alguna mujer y para ello recurre a veces a intermediarias y alcahuetas. Junto a estos episodios narrativos de tema amoroso se encuentran mezclados textos muy diferentes: cuentos o ejemplos (exempla), composiciones líricas, una batalla alegórica entre Don Carnal y Doña Cuaresma, digresiones morales y composiciones burlescas, como un elogio a la mujer pequeña o un poema sobre el poder del dinero.
Originalidad
Destaca por la mezcla de elementos aparentemente contradictorios: religiosidad y vitalismo profano, tono serio y grave junto al aire divertido y burlesco de algunas parodias sobre el amor cortés o la pedantería de algunos eclesiásticos. El objetivo del autor al escribir este libro no queda claro; la ambigüedad aparece ya en el mismo prólogo, en el que nos dice que quiere prevenir contra «el loco amor», pero que si algunos no desean hacerle caso y quisieran usar el «loco amor», aquí hallarán algunas maneras para ello.
Este libro llama la atención por una actitud irónica y vitalista en una obra culta.
Estilo
Presenta un lenguaje rico y muy variado. Se emplea el registro culto y el coloquial; un léxico muy amplio y de enorme plasticidad, con expresiones pintorescas, afectivas y populares que reflejan la variedad del habla urbana del siglo XIV. Utiliza formas métricas variadas.
La narrativa en prosa (siglo XIV): El Conde Lucanor de Don Juan Manuel
Empieza a desarrollarse en castellano una narrativa en prosa que abarca narraciones sobre temas caballerescos, como por ejemplo: novelas de caballería o colecciones de apólogos (cuentos con moraleja).
Don Juan Manuel es autor de El Conde Lucanor, un conjunto de cuentos enlazados por dos personajes: el Conde Lucanor y su consejero Patronio. Esta obra se considera la primera prosa narrativa de autor en castellano. Los relatos que aparecen proceden de la tradición oriental o romana, pero este autor es el primer escritor que manifiesta su voluntad de crear un estilo literario personal, que aspira a la precisión. Los cuentos tienen una finalidad didáctica (lección moral). Escribió también el Libro del caballero y el escudero y el Libro de los estados.
Estructura de El Conde Lucanor
La estructura de los cuentos es fija:
- El conde plantea algún problema a su consejero Patronio.
- Patronio responde que sobre el mismo tema conoce un ejemplo o cuento y se lo explica (enseñanza).
- Se dice muy brevemente que el conde puso en práctica el consejo y le fue bien.
- El autor (Don Juan Manuel) resume la idea didáctica en una moraleja en verso.
Temas
Reflejan la preocupación de los aristócratas: el mantenimiento del prestigio y la riqueza, o el comportamiento moral y social que deben seguir los nobles.