Elementos Esenciales de la Narrativa Literaria y la Comunicación Lingüística

La Épica o Narrativa: Fundamentos y Definición

La épica, entendida como la atención que presta el escritor a lo que ocurre fuera de él para intentar transmitirlo de la manera más objetiva posible, es uno de los géneros que conforman cada uno de los distintos grupos en que pueden ser clasificadas las obras literarias. La épica o narrativa suele presentarse en prosa, y la manifestación literaria más extensa y perfecta del discurso narrativo es la novela. Por oposición al cuento, suele tener una extensión y complejidad mayores. Se caracteriza por la libertad y puede contener desde diálogos hasta fragmentos líricos o descriptivos. Los subgéneros novelescos son numerosísimos (p. ej., novela histórica, de aventuras…). La única condición es que esté escrita en prosa y que en ella intervengan unos personajes sobre los que se nos diga algo.

Principales Características de la Narrativa

La Acción

Entendemos por acción la historia que se va desarrollando ante nuestros ojos a medida que leemos la novela. Suelen sucederse varias acciones a la vez durante la narración: las primarias y las secundarias. Es importante que las acciones sucesivas sean verosímiles o creíbles, es decir, dentro de la lógica interna de la novela.

Se suele distinguir entre acción e historia dentro de la estructura interna tradicional:

  • Planteamiento: presentación de los personajes y el establecimiento de la acción. Se expone el marco temporal y espacial.
  • Nudo o desarrollo: la situación expuesta en el planteamiento se desarrolla en conflicto. Suele haber un conflicto principal y otros secundarios.
  • Desenlace: es la resolución del conflicto. Puede ser positivo y alegre, neutro, o negativo y desgraciado.

A partir de mediados del siglo XX, es habitual que esta estructura se vea truncada. Existen otras formas de organizar la acción:

  • In media res o principio abrupto: consiste en iniciar la acción cuando esta se encuentra en pleno desarrollo, por el nudo, sin haber presentado previamente a los personajes.
  • In extrema res o estructura inversa: el autor adelanta el desenlace de la novela en las primeras páginas de la misma y, posteriormente, se dedica a contar cómo los acontecimientos evolucionan hasta llegar a ese final.
  • Final abierto: la historia no termina de resolverse, ni positiva ni negativamente, de manera que el lector percibe la sensación de que la acción se extiende más allá de los límites de la novela.
  • Contrapunto: yuxtaposición de diversas situaciones narrativas que se desarrollan en secuencias que se van sucediendo alternativamente.

El Tiempo Narrativo

El desarrollo de una narración suele evolucionar a través del tiempo. Hay dos tipos:

  • Tiempo externo: es la época en la que se desarrolla la acción.
  • Tiempo interno: es la forma en la que se ordenan cronológicamente los acontecimientos que aparecen en el relato.

Este tiempo de la novela no tiene por qué presentarse de manera lineal u ordenada, sino que puede ser alternado libremente por el autor. Esta técnica, consistente en alterar el orden lógico de la narración, se denomina temporalización anacrónica y cuenta con dos recursos:

  • Analepsis o retrospección (flash-back): salto atrás en el tiempo de la historia.
  • Prolepsis o anticipación (flash-forward): el autor adelanta acciones que aún no se han producido en el relato primario de la novela; es decir, se trata de un salto hacia delante.

No podemos olvidar el concepto de duración. Un acontecimiento puede durar lo mismo en una narración que en la vida real, pero también puede ser resumido (de manera que, por ejemplo, varios años transcurren en pocas páginas) o dilatado en el tiempo.

El Espacio Narrativo

La situación física en la que se encuentran los personajes es uno de los recursos principales que los autores utilizan para contextualizar las historias narrativas. Una novela se puede desarrollar en un lugar o en varios, en espacios interiores o exteriores, rurales o urbanos, con los siguientes fines: dar credibilidad a la historia, contextualizar a los personajes o producir efectos ambientales y simbólicos.

En relación con la realidad, el espacio narrado puede ser:

  • Espacio real: lugares auténticos e identificables.
  • Espacio imaginario: no existe en la realidad, pero ha sido creado a partir de lugares similares a la realidad.
  • Espacio fantástico: no existe ni tiene relación con espacios reales.

Los novelistas se suelen valer de la técnica de la descripción para presentar los espacios. Durante el movimiento literario realista del siglo XIX, la descripción y el estudio de los espacios alcanzaron prácticamente la misma importancia que la historia narrada.

Los Personajes

Los personajes son las personas, reales o ficticias, que desarrollan la acción narrada por el novelista o sufren los acontecimientos. Los personajes principales son denominados protagonistas, mientras que los demás son secundarios. Es fundamental que el narrador ofrezca al lector una caracterización de los personajes, que puede ser física, psicológica o mixta.

Los personajes se dividen según diferentes criterios:

Según su aparición:
  • Principales: con ellos se desarrolla la acción narrativa (pueden ser protagonistas o antagonistas).
  • Secundarios: tienen cierta relevancia en episodios particulares.
  • Fugaces: aparecen puntualmente en una situación y desaparecen en el resto de la narración.
Según su caracterización:
  • Redondos: evolucionan a lo largo de la obra y sufren cambios y conflictos psicológicos.
  • Planos: identificados por un solo rasgo o cualidad.

El Narrador y el Punto de Vista

No debe confundirse el narrador con el ‘emisor’ o autor real del texto. El narrador es la ‘voz’ que ordena y cuenta los hechos desde una ‘mirada’ concreta de los mismos.

Según el punto de vista, distinguimos:

  • Narrador interno o en primera persona: un personaje cuenta la historia. Presenta dos variantes:
    • Narrador protagonista.
    • Narrador personaje secundario o testigo.
  • Narrador externo o en tercera persona: la historia se cuenta desde fuera porque el narrador no participa en ella. El narrador externo puede ser:
    • Omnisciente: actúa como si conociera todas las circunstancias del relato, hasta el punto de saber qué es lo que sienten, piensan y sueñan los personajes.
    • Observador objetivo: solo narra lo que ve; no puede narrar pensamientos o reflexiones de los personajes.

Las Modalidades Discursivas del Relato

Un rasgo característico del relato es la pluralidad discursiva, pues pueden hallarse fragmentos de modalidad descriptiva (para mostrar cómo es el espacio de la acción o cómo son los personajes), fragmentos de modalidad narrativa (para relatar lo que hacen los personajes) y fragmentos dialogados (para reproducir lo que dicen los personajes).

Principales modalidades:

  • Texto narrado: el narrador refiere con sus palabras lo que hacen los personajes, sin mostrar lo que dicen.
  • Estilo indirecto: el narrador introduce lo que dicen los personajes, pero en ningún momento hablan por sí mismos.
  • Estilo directo: el narrador transcribe la conversación de los personajes escribiendo literalmente sus propias palabras.
  • Monólogo: voz y visión del personaje, pero el narrador aún está presente ordenando de forma lógica el discurso.

El Enunciado: Unidad Pragmática de la Comunicación

El enunciado es una unidad pragmática, que tiene que ver con el acto de la comunicación. Es una palabra o conjunto de palabras que comunica algo en una situación concreta. Se dice que es el mensaje mínimo y se caracteriza por:

  • Expresar un pensamiento completo.
  • Poseer una entonación propia.
  • Estar separado por pausas de otros enunciados.
  • Ser autónomo, es decir, constituir un mensaje independiente.

Los signos que limitan enunciados son el punto (.), los signos de interrogación (¿?) o los de exclamación (¡!). El signo para separarlos es la barra diagonal (/).

Clasificación de los Enunciados

Según su constitución:

  • Oraciones: cuando contienen un verbo en forma personal.
  • No oracionales: cuando contienen un verbo en forma no personal o no contienen verbo.

Según la actitud del hablante:

  • Enunciativos
    1. Dan información, expresándola como real y objetiva.
    2. Pueden ser afirmativos o negativos.
    3. La entonación final es descendente y no se representa en la escritura.
    4. Se expresan en modo indicativo.
    5. Predomina la función referencial.
    6. Son frecuentes en textos científicos, ensayísticos, descriptivos, narrativos, etc.
  • Interrogativos
    1. Solicitan una respuesta del interlocutor.
    2. Se expresan por medio de pronombres o adverbios interrogativos, o por medio de una entonación ascendente que se representa ortográficamente con los signos de interrogación (¿…?), en el caso de las interrogativas totales.
    3. Utilizan el modo indicativo.
    4. Predomina la función conativa o apelativa.
    5. Las interrogativas directas son aquellas que no se integran en una oración más amplia y que constituyen por sí mismas un enunciado. Tienen entonación interrogativa y llevan signos de interrogación. Las interrogativas indirectas son oraciones subordinadas que dependen de un verbo de entendimiento, de lengua o de sentido. No poseen entonación interrogativa propia ni llevan signos de interrogación.
  • Exclamativos
    1. La entonación ha sido analizada como un rasgo enfático que se puede añadir a oraciones de cualquier modalidad. Se pronuncian con mayor intensidad, la cual se refleja a lo largo de todo el enunciado y en la entonación final, donde se produce un descenso más fuerte.
    2. Se representan ortográficamente por medio de los signos de exclamación (¡…!).
    3. Utilizan el modo indicativo.
    4. Predomina la función expresiva.
    5. Son frecuentes en los textos líricos.
  • Desiderativos
    1. Manifiestan el deseo de que se cumpla lo expresado por la acción verbal.
    2. Van en subjuntivo y normalmente con partículas como ojalá, si…
    3. La entonación suele ser exclamativa.
    4. Predomina la función expresiva.
  • Exhortativos o imperativos
    1. Son para expresar órdenes, consejos, etc. (p. ej., Sal fuera).
    2. Utilizan el modo imperativo o el subjuntivo con una negación (p. ej., No salgas).
    3. La entonación es descendente y no se refleja en la escritura.
    4. Predomina la función conativa.
  • Dubitativos
    1. Expresan duda, indecisión, etc.
    2. Van en subjuntivo, frecuentemente con adverbios de duda.
    3. La entonación es descendente y no se refleja en la escritura.
    4. Predomina en ellos la función expresiva.

La Comunicación: Proceso y Elementos Fundamentales

La comunicación es un proceso mediante el cual un emisor, a través de un canal y en una situación concreta o contexto, transmite a un receptor un mensaje construido de acuerdo con los signos de un código.

En un acto comunicativo se distinguen seis elementos fundamentales:

  • El código: está formado por un conjunto de signos y de reglas que permiten construir mensajes. Las lenguas son los códigos más perfectos y capacitados para transmitir un número prácticamente ilimitado de mensajes.
  • El emisor y el receptor: conocen los signos y las reglas de su código y, gracias a este conocimiento, son capaces de realizar las actividades de codificar y de descodificar.
  • El mensaje: son emisiones codificadas por medio de las cuales el emisor transmite al receptor aquello que desea comunicarle. La realidad a la que se refiere el mensaje es su referente. En la elaboración de un mensaje interviene decisivamente la intencionalidad del emisor (un mismo enunciado puede significar cosas distintas según su intención).
  • El canal: es el soporte físico a través del cual se transmite el mensaje (p. ej., el aire en las conversaciones, el papel en la escritura, el cable o las ondas en las llamadas telefónicas). El canal influye en la forma de un texto; por ejemplo, no narramos una historia igual cuando la contamos de viva voz (canal oral) que cuando la escribimos (canal escrito).
  • El contexto:
    • El contexto inmediato o situación del discurso son las circunstancias espacio-temporales concretas en las que se emite el mensaje.
    • El contexto mediato son las circunstancias históricas, sociales, etc., en las que el texto se ha producido y que, de alguna manera, lo condicionan.
    El contexto nos ayuda a interpretar la intención del hablante.

El Signo Lingüístico: Componentes y Naturaleza

Los signos lingüísticos son un tipo de señales que utilizamos en la formación de mensajes en una lengua (en español, son signos lingüísticos las palabras o los lexemas).

Componentes del Signo Lingüístico

El signo lingüístico, como cualquier otro signo, se compone de dos planos que se relacionan entre sí: el significante y el significado.

  • El significante: tiene dos dimensiones (física y psíquica):
    1. Los sonidos que pronunciamos y se transmiten a través del aire (p. ej., los de la palabra casa) constituyen la dimensión física.
    2. La imagen acústica que tenemos de tales sonidos en nuestra mente y que nos permite reconocer cada uno de los sonidos de la palabra casa, aunque se pronuncien de muy distintas maneras, sería la dimensión psíquica.
  • El significado: se concreta también en dos dimensiones (física y psíquica):
    1. La realidad a la que aplicamos el término casa (es decir, un edificio con puertas, ventanas, habitaciones…) sería la dimensión física.
    2. El concepto casa (esto es, la imagen mental que tenemos en el cerebro y que nos permite distinguir una casa de una iglesia, de una choza…) sería la dimensión psíquica.

Así, los sonidos y la realidad constituyen los componentes materiales o físicos del signo lingüístico, mientras que la imagen acústica y el concepto constituyen los componentes mentales o psíquicos. El signo lingüístico es, realmente, de naturaleza psíquica, pues la unión entre el significante y el significado tiene lugar en el cerebro de los hablantes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *