La Oración Simple
Clasificación Modalidad:
- Enunciativas: El hablante informa de un hecho afirmando o negando. También se las denomina aseverativas. El modo verbal suele ser el indicativo. Ejemplo: Juan ha salido / no ha salido.
- Interrogativas: El hablante formula una pregunta; Se trata de enunciados abiertos, pues posibilitan la respuesta por parte del interlocutor. Pueden ser: totales o parciales (se preguntan a través de un interrogativo: ¿Quién ha salido?). Otra clasificación es: directas (se plantean con signos de interrogación) o indirectas (se trata, en realidad, de subordinadas sustantivas: Preguntó si había salido). Las interrogativas retóricas no esperan respuesta.
- Imperativas: El propósito es influir en el receptor (a través de las órdenes o ruegos). Expresan peticiones, ruegos, órdenes…
- Exclamativas: Se basa en la subjetividad del hablante: valoración, énfasis en sensaciones o sentimientos. (¡Vamos ya!)
- Dubitativas: El mensaje se manifiesta con incertidumbre. Aparecen adverbios y el modo subjuntivo (tal vez vaya esta tarde).
- Desiderativas: El emisor expresa el deseo, la voluntad de que se lleve a cabo lo enunciado. Aparece el modo subjuntivo y suelen incluir palabras como ojalá o así.
Clasificación Estructura
- Oraciones con sujeto – predicado e impersonales: Hay oraciones en las que el sujeto aparece (expreso) o está omitido: son las oraciones personales. Las impersonales no tienen sujeto.
- Oraciones atributivas y predicativas: Las atributivas se caracterizan por tener un predicado nominal y presentar un atributo. Se construyen con verbos copulativos. Las predicativas se caracterizan por no llevar atributo y por tener un predicado verbal. Las oraciones predicativas pueden ser activas (con sujeto agente y verbo en voz activa) o pasivas (sujeto paciente y verbo en voz pasiva). Asimismo, las oraciones predicativas pueden ser transitivas, si tienen CD, o intransitivas si no lo tienen.
- En las oraciones recíprocas, los pronombres nos, os, se tienen el mismo referente que el sujeto y funcionan como CD o CI. Las oraciones seudorreflexivas se forman con verbos instintivos en forma pronominal, si bien el nombre no desempeña función sintáctica alguna, pues carece de valor reflexivo o recíproco.
Análisis Sintáctico
Para su análisis sintáctico hay que indicar que, hasta en la disposición sobre el papel, debe quedar clara la jerarquía de cada uno de los elementos.
El proceso a seguir será el siguiente:
- Localiza el verbo.
- Localiza el sujeto y el predicado de la oración.
- Analiza los elementos que conforman el predicado.
- Procede al análisis de cada uno de los sintagmas.
- Por último, deberás referirte a la clasificación de la oración y atenderás a los dos criterios antes señalados: hablante y estructura oracional.
La Oración Compuesta
Composición
- Oraciones coordinadas: Son oraciones con relaciones semánticas y sintácticas independientes, aparecen unidas y se sitúan en el mismo nivel sintáctico. Las proposiciones aparecen unidas por nexos o sin nexos. Según el tipo de nexo pueden ser:
- Copulativas: Adición entre proposiciones: y, e, ni.
- Disyuntivas: Exclusión entre proposiciones: o, u.
- Adversativas: Contraposición de ideas: mas, pero, aunque.
- Explicativas: Equivalencia, una explica la otra, o sea, es decir, esto es.
- Oraciones subordinadas: Hay subordinación en aquellos casos en los que hay una proposición principal y otra que depende de ella; esta última es la que denominamos subordinada. La subordinada se inserta en la principal, de modo que es un elemento de esta, o bien completa a alguno de los elementos de la principal. Hay tres tipos de subordinadas:
- Sustantivas: Se insertan en la principal y se comportan como un SN.
- Adjetivas o de relativo: La función que desempeñan es la propia del adjetivo.
- Adverbiales: Aquí entran:
- Las propias: se comportan como adverbios.
- Impropias o de implicación lógica.
Análisis
Se ha de seguir el siguiente orden:
- Localizar los verbos.
- Localizar los nexos y determinar qué tipo de relación existe.
- Proceder al análisis y tener claras las relaciones existentes.
Vocabulario
Vocabulario Patrimonial: Tomado de la lengua de la que procede, en nuestro caso el latín. Al proceder nuestra lengua del latín, la mayor parte de nuestro léxico tiene origen latino (vocabulario patrimonial), si bien muchas voces han ido cambiando poco a poco en su forma y su significado, hasta hacer, en numerosos casos, poco reconocible su relación con la lengua latina. Así, entre amare y amar no es difícil establecer una relación tanto formal como de significado, lo mismo que entre ventus y viento. Pero esa relación es ya más difícil de percibir entre tepidus> tibio, calx > coz o limen> umbral.
Junto a estos términos hay que señalar los llamados cultismos que fueron introducidos directamente del latín (a veces también del griego) y que apenas sufrieron variaciones porque entraron tardíamente en el castellano cuando ya se habían realizado los cambios fonéticos: aspectos> aspecto; cathedra>cátedra. En ocasiones, una palabra latina, después de haber originado una palabra patrimonial, ha sido incorporada al idioma como cultismo, es decir, sin apenas variaciones. Este fenómeno se llama doblete: plenus > pleno/ lleno, integrum > integro/ entero.
Vocabulario del Sustrato: Junto al fondo tradicional latino, se ha incorporado a nuestra lengua, a lo largo de su historia, vocabulario procedente de otras lenguas, como las prerromanas existentes en la Península antes de la conquista y colonización romanas.
Neologismos: Las palabras que han entrado recientemente en la lengua se denominan neologismos. Para crear nuevas palabras existen diversos procedimientos. Estos mecanismos de creación de nuevas palabras se han utilizado a lo largo de toda la historia de la lengua. Son, por ejemplo, la derivación y la composición: drogata, elevalunas, etc. Sin embargo, muchos neologismos son préstamos de otras lenguas. Para nombrar nuevas realidades que se derivan de los avances técnicos y científicos antaño se acudía frecuentemente a los préstamos procedentes de otros idiomas, sobre todo del griego o latín (microcirugía, hidrocarburo, gastroscopia, etc.); actualmente, sin embargo, en estos campos de la técnica y de la ciencia, cada vez son más frecuentes los préstamos procedentes del inglés: bit, disco duro, escáneres, bypass). En los últimos años la mayor parte de los préstamos que entran en el castellano son anglicismos, dado que el inglés es la lengua de mayor prestigio porque la influencia política, económica y cultural de lo anglosajón es enorme. Ante la multitud de neologismos que entran en nuestra lengua, es aconsejable, para preservarla, desechar los extranjerismos cuando ya existan palabras o expresiones castellanas equivalentes. Los préstamos extranjeros que se incorporan a nuestro idioma pueden ser:
- Calcos: términos que se calcan o traducen con palabras castellanas (así por ejemplo, los anglicismos living-room, week-end, acid-rain, science fiction, etc) o que se adaptan a nuestra pronunciación y ortografía (por ejemplo, del francés cassette, carnet o del inglés travelling, leader…)
- Xenismos: términos que aún no han sido asimilados y mantienen su forma original y una pronunciación parecida a la del idioma de procedencia. Por ejemplo, del inglés: camping, stand, zapping, squash, establishment, catering.…