Estudio de Personajes y Significado Temático de Nada de Carmen Laforet

Interpretación de Personajes y Temas en la Obra Nada de Carmen Laforet

Andrea

Andrea, la protagonista y narradora, es una joven huérfana de 18 años que llega a Barcelona para ir a la universidad y se aloja en casa de su abuela y sus tíos. De carácter impresionable e inestable, desea comenzar una nueva vida, pero se topa con cuatro obstáculos:

  • La tía Angustias, que, con su moral represiva, quiere controlar sus movimientos.
  • El hambre atroz, que incluso llega a desequilibrarla.
  • El desengaño, cuando encuentra a Ena con Román.
  • La decepción amorosa, reflejada en sus dos fracasos sentimentales: Gerardo y Pons.

Andrea aparece como un personaje pasivo que se limita a observar lo que ocurre a su alrededor y representa el tipo de “chica rara”: nada coqueta, introvertida y de gran sensibilidad.

Angustias

Es la tía de Andrea, la protagonista. Representa el modelo de mujer tradicional que defiende el nacionalcatolicismo imperante: religiosa, puritana y conservadora. Según ella, solo hay dos caminos para la mujer honrada: el matrimonio o el convento. Por eso, se erige como la inquisidora terrible que quiere controlar todos los movimientos de Andrea. Su obsesión por la limpieza es un trasunto de esa apariencia de moralidad y rectitud ante los demás. Pero su gran contradicción es que, a pesar de su rígida moral, mantiene una relación secreta y adúltera con su jefe, Jerónimo Sanz. Cuando fracasa en su control sobre sí misma y sobre los demás, acabará ingresando en un convento.

Román

Es el hermano de Juan y Angustias, y tío de Andrea, la protagonista. Es una mezcla de donjuán sin escrúpulos y de artista incomprendido con un talento especial para la pintura y, sobre todo, la música. Eso, unido a su halo misterioso, hace que ejerza un gran poder de seducción en las mujeres, en las que provoca una mezcla de atracción y repulsión. Sin embargo, Román se caracteriza también por su carácter demoníaco. Es un gran manipulador que se cree superior a los demás y que emplea su inteligencia para destruir a los seres de la casa, sobre todo, a su hermano Juan. Pero, al final, consumido por su mezquina vida, se suicidará.

Juan

Es el hermano de Román y Angustias, y tío de Andrea, la protagonista. Juan es un artista fracasado, amargado y violento, con una personalidad muy inestable. Es un muñeco en manos de su hermano Román y maltrata brutalmente a Gloria, su mujer, sobre la que proyecta sus frustraciones y miedos:

  • Su fracaso como pintor, pues, mientras que su hermano Román es un genio, él solo consigue pintar cuadros que los traperos compran por cuatro duros.
  • Su temor constante a que Gloria ejerza la prostitución para sacarles de la miseria.
  • Su frustración como hombre de familia, pues no es él, sino su mujer la que lleva el dinero a casa.

Otros Personajes Relevantes

Gerardo

Es un personaje con el que Andrea mantiene una relación sentimental que no fructifica. Se muestra paternalista e inoportuno. De hecho, Andrea siente asco cuando no pierde la oportunidad de besarla.

Jerónimo Sanz

Es el jefe de Angustias, con la que mantiene relaciones extramatrimoniales. Representa la mentalidad patriarcal tan frecuente en la España de la época: un hombre capaz de entretenerse con una de sus empleadas, pero sin ninguna intención de estar realmente con ella.

La Relevancia Temática del Título “Nada”

El epígrafe inicial de la obra es un fragmento de J. R. Jiménez, titulado “Nada”, donde lo percibido por los sentidos —todo negativo— parece que es la verdad. Este hecho concuerda muy bien con la interpretación que se le puede dar al título. La novela nos cuenta las impresiones, generalmente negativas, de una muchacha joven, Andrea, que ella nos ofrece como la verdad de lo vivido. Desde su perspectiva “joven”, el balance de lo vivido es “nada”.

Sin embargo, la narradora, la Andrea adulta, matiza con intervenciones como: “al menos, así creía yo entonces”. Eso nos permite desmentir la afirmación de que todo aquel año de vida no sirviera para nada. Al contrario, aunque esa “nada” fue la sensación de la Andrea joven, la narradora que es la Andrea adulta sabe que esa experiencia vital no fue en vano porque le ayudó a formarse como persona. Y así también lo entiende el lector.

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