Explorando la Literatura Medieval Española: Lírica, Romances y Obras Clave

Lírica Medieval

Características

  • Composiciones breves, orales y cantadas: exigían memorización.
  • Temática amorosa: frecuencia del lamento de la mujer por la ausencia de un amigo.
  • Tono confidencial interior: son confidentes la naturaleza u otras mujeres.
  • Lenguaje sencillo, sintético, emotivo y simbólico.

Cantigas Galaico-Portuguesas

Los juglares y los trovadores transitan el Camino de Santiago desde, al menos, el siglo XIII. Las canciones tradicionales medievales reciben el nombre de cántigas.

Tipos de cántigas

  • De amor: un caballero canta su amor a su amada alabando sus virtudes sin esperanza de éxito.
  • De amigo: una mujer, ansiosa, se queja de la ausencia de un hombre a otras mujeres o a la naturaleza.
  • De escarnio: sátira y crítica de la época contra enemigos.

Romances

Son poemas en verso que combinan lo narrativo (contar sucesos) con lo lírico (suscitar emociones inmediatas). Versos octosílabos con una misma rima asonante en los pares, quedando sueltos los impares.

Tipos de romances viejos

  • Épico-literarios o épico-nacionales: hechos gloriosos de un pasado remoto en la Península Ibérica. Los protagonistas son héroes de los cantares de gesta.
  • Históricos o noticiosos: hechos reales, próximos al presente. Son auténticos noticieros sobre los sucesos relevantes de la época.
  • Líricos y novelescos: temática variada: por un lado, amorosos; por otro, los de asunto extranjero.

La Celestina (1499)

Los jóvenes protagonistas Calisto y Melibea viven una historia de amor, conforme a los cánones del amor cortés y del tópico del religio amoris (la religión del amor).

Argumento

El joven Calisto, un noble cristiano viejo, se ha enamorado de la hermosa Melibea, hija de una rica familia burguesa de probables conversos. Para ganar sus favores, el joven solicita la intermediación de una vieja alcahueta hechicera, Celestina. La vieja regenta un pequeño, pero muy animado, burdel frecuentado por los criados urbanos del mismo Calisto. Siervos y Celestina se mueven por el dinero que pueden obtener del amor de los señores y no por la felicidad de estos. La justicia detiene a Celestina, que muere a manos de los siervos de Calisto, y estos también mueren, acusados de hurto. Calisto y Melibea gozan de su amor en el huerto de la muchacha, pero una escaramuza en la calle hace que Calisto se precipite desde el muro al que ha trepado y fallezca. Melibea se suicida.

Ediciones e Interpretaciones

La primera edición de La Celestina data de 1499 en Burgos con 16 actos. En 1502 se amplía a la versión definitiva de 21 actos. El autor seguramente accedió a la petición de sus lectores, que consideraban que había poco tiempo para amar. Más tarde, el autor decide prolongar un mes más la dicha de los amantes en cinco actos conocidos como el Tratado de Centurio.

Celestina (personaje)

Es el personaje central, la más independiente de todos porque tiene un oficio, un trabajo que le permite ganar dinero. Es, como el resto de personajes de la baja sociedad, falsa y avarienta.

Interpretaciones posibles

  • Moralidad cristiana: Genial y largo exemplum para prevenir del loco amor que pierde a los jóvenes y los hace sufrir.
  • Finalidad moralizante: El sentimiento pesimista invade La Celestina; todo es lucha, lo que procede del tópico homo homini lupus o militia est vita hominis super terram (la vida del hombre sobre la tierra es lucha).
  • Crítica social y religiosa desde la perspectiva judío-conversa.
  • Crítica de la sociedad feudal y medieval.

Poema del Mío Cid

Temas

  • Recuperación, por parte del héroe, del honor perdido.
  • El Cid como modelo del ascenso social, en contra de la nobleza heredada.
  • Obtención de éxito material y de poder por parte del protagonista.
  • Restablecimiento de la justicia: el Cid es un caballero justo, buen soldado y fiel vasallo.

Rasgos

  • Historicidad relativa.
  • Realismo más que fantasía.
  • Tradicionalidad y tono épico.
  • Alternancia de narración y diálogo con menos presencia de descripciones.
  • Narrador omnisciente.
  • Lenguaje realista y sobrio con expresiones familiares y dosis de humor en rápidas escenas paródicas.
  • Ausencia de retórica compleja.
  • Oralidad y carácter juglaresco.
  • Epíteto épico.
  • Métrica irregular.

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