Principales géneros periodísticos:
Género informativo: su objetivo es informar de forma objetiva.
Ejemplos: noticia, entrevista, reportaje informativo.
Género interpretativo: explica y analiza los hechos para que el lector los comprenda mejor.
Ejemplos: crónica, reportaje interpretativo.
Género de opinión: expresa valoraciones, juicios o puntos de vista.
Ejemplos: editorial, columna, crítica, carta al director.
Género de opinión: La estructura de un género de opinión tiene tres partes. Primero, la introducción presenta el tema y la opinión del autor. Luego, en el desarrollo, se argumenta esa opinión con ejemplos, datos o ideas. Finalmente, la conclusión reafirma la postura y puede incluir una reflexión o propuesta final.
El lenguaje: es subjetivo, claro y persuasivo. Busca expresar ideas personales y convencer al lector usando argumentos y recursos expresivos.
Objetividad y subjetividad al opinar: predomina la subjetividad, ya que se expresan opiniones personales y juicios. Sin embargo, en textos como editoriales, se intenta equilibrar con objetividad, presentando hechos junto con la opinión para reforzar el mensaje.
TEXTOS DE OPINIÓN:
El editorial: es un texto de opinión que representa la postura oficial de un medio. Se caracteriza por un lenguaje formal y serio, una estructura clara (introducción, desarrollo y conclusión), y un enfoque en hechos y argumentos. Su objetivo es influir en la opinión pública sobre un tema relevante.
Las cartas al director: son textos de opinión en los que los lectores expresan sus opiniones o críticas sobre temas actuales o artículos publicados en el medio. Son breves, directas, y de tono personal y respetuoso. Su objetivo es dar voz al público y fomentar el diálogo con el medio.
La reseña: es un texto de opinión que evalúa y comenta una obra (como un libro o película). Se basa en un análisis objetivo pero refleja la opinión personal del autor, describiendo aspectos positivos y negativos. Su objetivo es informar al lector y ayudarle a formarse una opinión sobre la obra.
El teatro en el exilio: de autores como Jacinto Grau, Max Aub, Rafael Alberti y Alejandro Casona abordó temas de sufrimiento y denuncia política tras la Guerra Civil Española. Desde el exilio, reflejaron el desarraigo y la represión franquista. Grau trató la adaptación de los exiliados, Aub criticó la deshumanización, Alberti denunció el franquismo, y Casona adoptó un enfoque más humanista y de esperanza. Utilizaron el teatro como resistencia y para preservar la memoria histórica.
El teatro de los años 40 y principios de los 50: en España estuvo marcado por la censura y el control del régimen de Franco, con obras que apoyaban sus valores. Autores como José María Pemán eran muy populares en el teatro oficial, mientras que en el exilio, escritores como Max Aub y Rafael Alberti creaban un teatro más crítico. Aunque la creatividad estaba limitada, algunos trataron de desafiar la censura usando símbolos y mensajes ocultos. Fue una época de represión, pero también de resistencia en el teatro.
Antonio Buero Vallejo: fue un dramaturgo del teatro comprometido que abordó temas como la represión y la injusticia bajo la dictadura franquista. Usó símbolos y metáforas para sortear la censura, y su teatro sigue siendo un testimonio de lucha por la libertad y los derechos humanos.
Entre 1960 y 1975: Fernando Arrabal y Francisco Nieva revolucionaron el teatro español con estilos vanguardistas. Arrabal usó el absurdismo para criticar la sociedad opresiva, mientras que Nieva combinó lo grotesco y lo poético para denunciar las contradicciones sociales. Ambos utilizaron el teatro como herramienta de denuncia contra la dictadura franquista.
La publicidad: es una forma de comunicación que tiene como objetivo promover productos, servicios o ideas para influir en las decisiones del público. Se transmite a través de diversos medios, como la televisión, la radio o internet, y busca captar la atención e interés de las personas para que realicen una acción, como comprar un producto o apoyar una marca.
La publicidad directa: busca una acción inmediata del público, como comprar un producto o visitar una página web. Es más persuasiva y está diseñada para obtener resultados rápidos. En cambio, la publicidad indirecta: se enfoca en crear una imagen de marca o aumentar su reconocimiento de manera más sutil, sin pedir una acción inmediata.
Un cartel publicitario: combina varios elementos para captar la atención: una imagen atractiva, un eslogan que resume el mensaje, un texto con detalles del producto, un llamado a la acción para motivar una respuesta, y el logotipo de la marca. Además, los colores y la tipografía deben ser atractivos y fáciles de leer.
El español o castellano: es una lengua romance originaria de España, hablada en muchos países de América Latina. Proviene del latín vulgar y ha sido influenciada por diversas culturas. Aunque sigue las normas de la Real Academia Española (RAE), tiene variaciones regionales.
Las palabras patrimoniales: vienen del latín vulgar y han cambiado con el tiempo, pero conservan su significado. Pueden ser sustantivos como agua o pan, adjetivos como bueno o nuevo, y verbos como cantar o comer.
Los cultismos: son palabras tomadas del latín clásico casi sin cambios. Se usan en contextos formales y pueden ser sustantivos, adjetivos o verbos, como ciencia, oral o existir. Su forma es muy parecida a la del latín original.
Los dobletes: son palabras que vienen del mismo término latino, pero una llegó como patrimonial y la otra como cultismo. La patrimonial cambió con el uso, y la culta conserva la forma latina, como hecho y facto.
Los neologismos: son palabras nuevas que surgen para nombrar cosas o ideas recientes, adaptándose al lenguaje.
Los préstamos castellanos: son palabras que el español ha tomado de otros idiomas debido a contactos históricos y culturales. Por ejemplo, del árabe viene aceituna, del catalán mascarilla, del euskara pizarra, del francés restaurante, del inglés internet, del italiano pizza, y de las lenguas sudamericanas como el náhuatl, tomate. Estos préstamos han enriquecido el vocabulario del español, reflejando su evolución y los intercambios con otras lenguas y culturas.
La formación de palabras nuevas: en español incluye procesos como la derivación, composición y parasíntesis.
La sufijación: es un proceso de derivación que añade sufijos a una palabra base para crear nuevas palabras. Los tipos de derivación mediante sufijos incluyen: sustantivos (como -ción en información), adjetivos (como -oso en hermoso), verbos (como -izar en socializar) y adverbios (como -mente en rápidamente). Este proceso enriquece el vocabulario.
La composición: es un proceso lingüístico que consiste en formar una nueva palabra combinando dos o más palabras ya existentes.
Los compuestos perfectos: son palabras formadas por dos términos que mantienen su forma y significado claro, como sacapuntas. Los compuestos imperfectos: ocurren cuando una de las palabras cambia o pierde parte de su forma al combinarse, como en pararrayos.
La parasíntesis: es un proceso de formación de palabras que combina derivación y composición al mismo tiempo. Un ejemplo es enrojecer (de rojo + -ecer).
Los componentes grecolatinos: son raíces, prefijos y sufijos del griego y latín que forman la base de muchas palabras en español, especialmente en ciencia y medicina.
Las raíces grecolatinas prefijas: son elementos de origen griego o latino que se agregan al principio de una palabra para modificar su significado. Por ejemplo, auto- significa «uno mismo» (como en automóvil), tele- significa «lejos» (como en teléfono), pre- significa «antes» (como en predecir), y inter- significa «entre» (como en internacional).
Las raíces grecolatinas sufijas: son elementos que se añaden al final de una palabra para darle un significado específico. Por ejemplo, -logía significa «estudio de» (como en biología), -fobia significa «miedo» (como en aracnofobia), -cracia significa «gobierno» (como en democracia) y -itis significa «inflamación» (como en gastritis).