Artículos: Sociedad y Percepción de la Culpa
Los valores en la sociedad argentina
Un grupo de personas, con edades entre 18 y 65 años, que habían matado o lastimado de forma irreversible a peatones, fue objeto de estudio. Una parte de ellos no mostraba ningún tipo de emoción; el ser humano fallecido era percibido como un objeto molesto. Se quejaban de los inconvenientes del proceso judicial y se consideraban víctimas.
Las formas en que una sociedad se conduce —sus celebraciones, conductas en los espacios públicos, la televisión, etc.— revelan mucho sobre ella. Por ello, a pesar de que los resultados obtenidos sean desalentadores, cualquier persona que se mueva por Argentina deduce que, para un grupo de masas, los demás son simples obstáculos.
En conclusión, la sociedad argentina se caracteriza por poseer una gran parte de personas que carecen de valores fundamentales (respeto, honestidad, tolerancia, equidad, lealtad, entre otros).
Casos de culpa y trauma en The Guardian
Historia 1: Accidente y culpa
Una persona atropelló y mató a uno o varios jóvenes. Este pensamiento la consumía y aparecía en cualquier momento. Tres años después, ya casada y con hijos, se cuestiona si alguien puede continuar su vida como si nada después de matar sin querer.
Historia 2: Consecuencias y redención
A los 19 años, el resplandor del sol mientras manejaba provocó que chocara con una camioneta, matando a una motociclista e hiriendo de gravedad a un hombre. La protagonista sufrió una lesión en la pierna y consideraba su dolor como un castigo merecido por lo sucedido. Expresaba que le gustaría sentir algo diferente, o que ella debería haber muerto en lugar de la motociclista. Siendo religiosa, al día siguiente acudió a una especie de reunión parroquial donde un versículo de la Biblia sugería la existencia de un lugar seguro en el cielo para quienes habían matado sin intención. Posteriormente, le quedaron secuelas como pesadillas y estrés postraumático al volver a conducir. Tras ser demandada, escribió una carta explicando lo ocurrido y no sabe si fue absuelta por no exceder el límite de velocidad o por no conducir ebria.
Historia 3: Veterano de guerra y culpa moral
Además de lo sucedido en su accidente, este veterano ya arrastraba una lesión moral por la Guerra de Irak, al haber actuado en contra de su código ético. Por ello, muchos excombatientes no saben si podrán volver a integrarse plenamente en la sociedad. De hecho, muchos de sus conocidos no desean lastimar a nadie más y se han hecho vegetarianos; él mismo pasa más tiempo en el campo. Después del accidente, buscó ayuda en un sitio web (CADis) donde personas que habían matado o lastimado sin querer compartían sus experiencias. Él piensa que todos los que mataron sin intención se sienten culpables, a pesar de que se les diga que no fue su culpa.
Libro: Asesinos
Personajes principales:
- Padre de Wallander e hijos: Wallander (separado de Mona y padre de Lisa, quien está con Henry, un estudiante de medicina keniata) y Kristina.
Equipo policial:
- Bjark: Jefe de mal humor.
- Ryberg: Veterano, mentor de Wallander y forense.
- Martinson: [Falta información].
Conceptos literarios:
- Nordic Noir: Género literario de ficción policiaca ambientado en un entorno nórdico (nieve, oscuridad, pájaros negros, etc.), que crea una atmósfera de misterio.
- Código hermenéutico: Conjunto de pistas que el lector sigue para desvelar un enigma. Todo relato policial contiene un enigma que se revela al final, manteniendo así el interés del lector.
- Clásico policial: Todo relato policial es la historia de una investigación que comienza con un misterio aparentemente irresoluble, pero que se resuelve gracias a la labor del detective.
- Tópico del extranjero.
- Crítica a la xenofobia: El ex policía mata al somalí (posiblemente una elección del autor para destacar la crítica).
Casos destacados
Caso 1: Muerte del extranjero
- Resolución: En 48 horas.
- Arma: Escopeta.
- Culpables: Berman (posiblemente el policía) y Valfrid (fallecido).
- Pistas: Citroën, manzanas, cigarrillo, una extranjera testigo, escopeta.
Caso 2: Muerte de los Lovgren
- Asesinos: Extranjeros, con fuerza suficiente para matar a 4 o 5 personas.
- Pistas: Extranjeros, caballo, nudo, cuentas de banco, vida paralela (Las Hernis y Erik Magnusen), cajera del banco.
Comparación literaria: «La espera» de Borges y «The Killers» de Hemingway
El propósito de este texto es comparar, a través de diferentes criterios, dos relatos fundamentales de la literatura universal: La espera de Jorge Luis Borges y The Killers de Ernest Hemingway.
Análisis de los títulos
En primer lugar, ambos títulos son fundamentales para la comprensión de sus respectivos relatos. Sin embargo, los autores resaltan aspectos distintos en ellos. En el caso de The Killers, se decide destacar a los personajes Al y Max, dos asesinos a sueldo con la misión de eliminar a Ole Andreson, a quienes se les dota de toques cómicos y perversos. En contraste, La espera se enfoca en una situación: la vida cíclica (pensar, soñar y esperar) de un extranjero ante la inminencia de su muerte. Su existencia se convierte en una encrucijada que refleja los pensamientos del personaje y la desesperante atmósfera ante la incógnita que se repite una y otra vez.
Uso léxico y repeticiones
El uso léxico en ambos relatos presenta similitudes, especialmente en la repetición de palabras. Al igual que con los títulos, los autores emplean estas reiteraciones para enfatizar distintos aspectos del texto. En The Killers, la palabra «chico vivo» se utiliza con la intención de evidenciar la limitada inteligencia de los personajes: «—Así que sos un chico vivo, ¿no?…» «—Bueno, chico vivo —dijo Max con la vista en el espejo—. ¿Por qué no decís algo?». Además, Hemingway estructura los diálogos de tal forma que un personaje completa la frase del otro, uno aclara por el otro y uno piensa por el otro, creando la impresión de que son la misma persona con un cerebro compartido: «—¿Qué hacen acá a la noche? —preguntó Al—. Cenan —dijo su amigo—. Vienen acá y cenan de lo lindo.»
En La espera, ocurre algo similar con la palabra «turbio», utilizada para sugerir un inicio o un presagio: «—Una turbia mañana del mes de julio…» «—un botellón de vidrio turbio…»
Finales abiertos y la percepción de la muerte
Los finales de ambas obras guardan una estrecha relación: ambos son abiertos y abordan el tópico de la angustiante espera, así como la percepción de la muerte como un alivio. En el relato de Hemingway, el final deja abierta la posibilidad de continuar la historia desde el punto de vista del «objetivo», ya que Ole Andreson sigue con vida. La angustiante espera es protagonizada por los jóvenes del pueblo: «—No soporto pensar en él esperando en su cuarto sabiendo lo que le va a pasar. Es realmente horrible…». Para Ole, la muerte se presenta como un alivio, pues está exhausto de escapar: «—No —dijo Ole Andreson—. Estoy harto de escapar…»
Por otro lado, en el cuento de Borges, el final abierto se vincula con la muerte del protagonista, que es a la vez un hecho irreversible y un sueño: «—En esa magia estaba cuando lo borró la descarga…». La angustiosa espera se caracteriza por la vida cíclica de Villari, y la muerte se percibe como un alivio que pondría fin a su limbo.
Conclusión: Paralelismos y simbolismo
En definitiva, ambas obras se entrelazan en múltiples aspectos, como las sensaciones que evocan (representando la soledad humana), la anticipación de la muerte e, incluso, la descripción de las camas de los personajes:
- «—La cama era de hierro, que el artífice había deformado en curvas fantásticas, figurando ramas y pámpanos;…» (La espera)
- «—Ole Andreson yacía en la cama con la ropa puesta. Había peleado por el campeonato de los pesados y era demasiado largo para la cama. Yacía con la cabeza sobre dos almohadones…» (The Killers)