La Épica de Rodrigo Díaz de Vivar: Resumen Completo del Poema de Mio Cid

Marco Histórico y Cultural

Edad Media

  • Lucha continua entre moros y cristianos (Reconquista).
  • Se exaltan valores como la lealtad, la valentía y el compañerismo.
  • Sociedad estamental (siervos, caballeros, vasallos).

Aspectos Culturales

  • Convivencia de tres culturas: moros, cristianos y judíos.
  • El término Cid proviene de sidi, que significa «señor» en árabe.
  • Agentes de cultura: Juglares y clérigos.

Primer Cantar: El Destierro

El rey Alfonso VI de Castilla destierra a Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, debido a las calumnias de sus enemigos. El héroe reúne a sus amigos; su primo, Minaya Álvar Fáñez, promete acompañarlo junto con los demás caballeros. Triste, el Cid contempla su casa vacía y parte hacia Burgos con sesenta hombres.

En Burgos, nadie se atreve a recibirlo por orden real. Una niña le advierte que está prohibido ayudarle. Solo Martín Antolínez decide apoyarlo, e idean un engaño para conseguir dinero: llenan dos arcas con arena y las empeñan ante los judíos Raquel y Vidas, haciéndoles creer que contienen oro.

Antes de salir de Castilla, el Cid visita a su esposa, Doña Jimena, y a sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña, dejando al abad 150 marcos para su cuidado. Poco después, se le unen más caballeros hasta sumar trescientos.

Victorias y Primeros Regalos al Rey

Con su ejército, el Cid conquista Castejón y reparte el botín. Luego se dirige a Alcocer, donde derrota a los moros y toma el castillo. Los reyes moros Fáriz y Galbe lo sitian por orden del rey Tamín de Valencia, pero tras tres semanas, el Cid los vence en batalla. Envía a Minaya Álvar Fáñez ante el rey Alfonso con un regalo de treinta caballos para pedir el perdón real. El rey agradece el gesto, pero solo perdona a Minaya.

El Cid avanza por el valle de Martín, Tévar, Alcañiz, Huesa y Montalbán, conquistando y saqueando tierras. Finalmente, el conde de Barcelona lo enfrenta debido a los saqueos del Cid en tierras que presume de su dominio, pero es derrotado y hecho prisionero. El Cid obtiene su espada Colada y una gran ganancia, aunque demuestra su nobleza liberando al conde tras tres días. Ambos se despiden en buenos términos, aumentando la fama y el honor del Campeador.

Segundo Cantar: Las Bodas

El Cid Campeador conquista Jérica, Onda, Almenar y las tierras de Burriana. Luego toma el castillo de Murviedro, pero los moros de Valencia lo sitian. Con ayuda de Minaya Álvar Fáñez, que dirige un ataque por un flanco, el Cid vence a los enemigos y los persigue hasta las puertas de la ciudad. Durante tres años permanece en Murviedro, desde donde realiza correrías nocturnas contra las villas cercanas a Valencia, provocando el hambre entre los moros. Cuando el Cid ve que la ciudad está debilitada, decide conquistarla. Convoca a guerreros de Aragón, Navarra y Castilla, y tras nueve meses de sitio, toma Valencia, obteniendo grandes riquezas.

Consolidación y Reconciliación

El rey moro de Sevilla ataca con treinta mil hombres, pero el Cid lo derrota cerca de Játiva. Luego refuerza su autoridad, obliga a sus hombres a renovar el juramento de vasallaje y hace contar a su mesnada, que suma tres mil seiscientos hombres.

El Cid envía a Minaya Álvar Fáñez ante el rey Alfonso VI, con cien caballos como obsequio y mil marcos de plata para el abad don Sancho del monasterio de San Pedro de Cardeña, donde están Doña Jimena y sus hijas. En Valencia, el Cid nombra al clérigo Don Jerónimo como obispo.

Minaya viaja a Carrión, donde encuentra al rey Alfonso y le entrega los regalos del Cid. El rey se alegra con las noticias, defiende al Campeador ante el conde García Ordóñez y permite que Doña Jimena, Doña Elvira y Doña Sol viajen a Valencia. Además, perdona a los seguidores del Cid y les devuelve sus bienes.

Los Matrimonios

Los Infantes de Carrión, al ver el creciente prestigio del Campeador, planean casarse con sus hijas. Minaya regresa con el permiso real y el Cid envía a Muño Gustioz, Pedro Bermúdez, Martín Antolínez y al obispo Don Jerónimo a recibir a su familia. En Molina, el moro Abengalbón, amigo del Cid, se une a ellos con doscientos hombres y los escolta hasta Valencia.

Cuando llegan, el Cid los recibe emocionado, montado en su caballo Babieca, y se celebran juegos y festejos. Poco después, el rey Yúsuf de Marruecos cruza el mar con cincuenta mil soldados para atacar Valencia, pero el Cid, alentado por Minaya y Don Jerónimo, lo derrota cerca de Cullera.

De las ganancias, el Cid envía al rey Alfonso la tienda de Yúsuf y doscientos caballos. Minaya y Pedro Bermúdez viajan a Valladolid para entregarlos. Entonces, los Infantes de Carrión, junto al conde García Ordóñez, proponen casarse con las hijas del Cid.

El rey Alfonso, ya reconciliado con el Campeador, acepta la propuesta y acuerda un encuentro a orillas del río Tajo. Allí, el Cid se postra ante el rey, quien le concede el perdón y anuncia los matrimonios de Doña Elvira y Doña Sol con los Infantes de Carrión. Minaya actúa como representante del Cid en la entrega de las manos de las jóvenes.

De regreso en Valencia, el Cid comunica la noticia a su esposa e hijas. Pronto se celebran las bodas en un palacio adornado con tapices, oficiadas por Don Jerónimo y acompañadas de grandes festejos y juegos de armas durante quince días. El Cid reparte abundantes regalos y los infantes permanecen en Valencia unos dos años.

Tercer Cantar: La Afrenta de Corpes

La Cobardía de los Infantes

Un día, mientras el Cid Campeador duerme en su palacio de Valencia, un león se escapa de su jaula. Los vasallos acuden a protegerlo, pero los Infantes de Carrión, Fernando y Diego González, huyen despavoridos. Cuando el Cid despierta, se enfrenta al animal, que se inclina sumiso ante él, y lo encierra de nuevo. Desde entonces, todos se burlan de los infantes, que quedan avergonzados y llenos de rencor.

Poco después, el rey Búcar de Marruecos acampa en Cuarte para sitiar Valencia. Los infantes vuelven a mostrar miedo y Muño Gustioz se lo cuenta al Cid, quien decide liberarlos del combate, aunque ellos, por orgullo, lo rechazan. En la batalla, Fernando huye ante el moro Aladraf, pero Pedro Bermúdez mata al enemigo y le da el caballo al infante para salvar su honor. El ejército del Cid vence, y el Campeador mata al rey Búcar, obteniendo su espada Tizón. Sin embargo, las burlas hacia los infantes continúan.

La Venganza y el Robledo de Corpes

Llenos de orgullo y resentimiento, los infantes deciden regresar a Carrión y planean vengarse del Cid. Le piden permiso para llevar a Doña Elvira y Doña Sol a visitar sus tierras, y el Campeador, sin sospechar nada, los despide con regalos y riquezas. Sospechando malos presagios, el Cid envía a su sobrino Félez Muñoz a acompañarlos.

De camino, pasan por Molina, donde el moro Abengalbón los recibe con hospitalidad y los escolta. Los infantes intentan matarlo para robarle, pero un moro lo advierte. Abengalbón, indignado, los perdona solo por respeto al Cid. Luego, el grupo sigue hasta el Robledo de Corpes, donde los infantes ordenan a su séquito que se marche. Allí, golpean cruelmente a sus esposas, las despojan de sus ropas y las dejan inconscientes, consumando la afrenta.

Félez Muñoz, que había presenciado la escena escondido, socorre a sus primas. Cuando el Cid se entera, envía a Minaya Álvar Fáñez con doscientos caballeros para rescatarlas. Al regresar, son recibidas con alegría por Abengalbón y luego por el propio Cid en Valencia, quien promete vengar la ofensa.

Las Cortes de Toledo y el Duelo

El Campeador manda a Muño Gustioz a Sahagún para pedir justicia al rey Alfonso. Este, dolido por lo ocurrido, convoca cortes en Toledo. Los infantes intentan no asistir, pero el rey los obliga. Acuden muchos nobles.

El Cid llega a las cortes con cien caballeros armados bajo sus mantos. Pide al rey que los infantes le devuelvan sus espadas Colada y Tizón, así como los tres mil marcos que les dio al casarse. Los jueces le dan la razón, y los infantes se ven obligados a devolver todo, aunque parte del pago lo hacen con bienes.

Luego, el Cid los acusa por el daño causado a sus hijas. El conde García Ordóñez lo insulta, pero el Cid lo humilla recordando que una vez le arrancó parte de la barba en Cabra. Los infantes también se defienden, pero Pedro Bermúdez, Martín Antolínez y Muño Gustioz los desafían a duelo por cobardes y traidores.

En medio del juicio, llegan el infante de Navarra, Ojarra, y el infante de Aragón, Íñigo Jiménez, que piden en matrimonio a las hijas del Cid, convirtiéndolas en futuras reinas de Navarra y Aragón.

Finalmente, se celebran los duelos en Carrión. Los tres campeones del Cid vencen a sus rivales: la afrenta queda vengada, y el Cid, lleno de honra y gloria, ve a sus hijas casadas con reyes. Tiempo después, el Campeador muere en día de Pentecostés, habiendo alcanzado la más alta fama de toda Castilla.

Contexto Literario y Género Épico

Mester de Juglaría

El Mester de Juglaría era el oficio de los juglares, artistas populares que cantaban, recitaban, contaban historias y entretenían al pueblo.

  • Eran composiciones populares y orales, no estaban escritas.
  • Utilizaban un lenguaje sencillo.

Cantares de Gesta (El Cid)

Los Cantares de Gesta son largos poemas épicos recitados por los juglares que narran las hazañas de héroes y caballeros valientes.

  • Métrica: Versos irregulares (generalmente de 14 a 16 sílabas).
  • Transmisión: Oral, lo que permitía que el contenido cambiara de una versión a otra.
  • Temas centrales: Batallas, honor, valentía y lealtad al rey o a la patria.

Mester de Clerecía

El Mester de Clerecía era el oficio de los clérigos, hombres cultos o religiosos que sabían leer y escribir en latín.

  • Estaba escrito, no recitado.
  • Utiliza versos regulares (cuaderna vía, 14 sílabas) y rima consonante.
  • Lenguaje culto y cuidado.
  • Busca enseñar valores religiosos o morales.

Elementos Estructurales y Temáticos del Poema

Características Literarias

  • Anonimia: No existe conciencia de autoría; la transmisión fue tradicional.
  • Tema Central: La recuperación de la honra (tanto la honra pública, perdida por el destierro, como la honra familiar, perdida por la afrenta de Corpes).
  • Métrica: Versos compuestos en torno a las 16 sílabas, agrupados en series o tiradas.
  • Series o Tiradas: Grupos de versos que mantienen la misma rima asonante. El juglar cambia la rima al cambiar de descripción, lugar o tema.

Marcas de Oralidad y Estilo

  • Uso de la segunda persona plural: «bien oiréis lo que decía».
  • Uso de vocativos.
  • Uso de deícticos (palabras o expresiones que señalan el contexto de la narración, como pronombres y adverbios).
  • Repeticiones y exageraciones.
  • Didactismo.
  • Teocentrismo: Presencia de Dios en todo momento y mención constante de monasterios.

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