El Cambio Semántico: Transformación del Significado de las Palabras
Se denomina cambio semántico a cualquier alteración o modificación que afecta la relación existente entre los dos planos de una palabra: el significante y el significado. El significante es la imagen acústica, es decir, la sucesión de sonidos o de letras; el significado es el contenido mental vinculado al significante.
Factores Determinantes del Cambio Semántico
Entre los distintos factores de los que depende el cambio semántico, podrían destacarse los siguientes:
Factores Históricos
Se producen por cambio del referente. La realidad cambia y con ella el significado de las palabras, que se especializan y adaptan a esos cambios. Realmente, estos cambios se producen con más frecuencia de la que somos conscientes y pueden pasar desapercibidos.
Ejemplo: El significado de palabras tan cotidianas como reloj, cocina o lámpara ya no es el mismo que hace doscientos años. Ahora bien, en ocasiones, un objeto es sustituido en sus funciones por otro totalmente distinto que conserva su mismo nombre; se ha producido un cambio en el significado de la palabra.
Ejemplo: Una nevera era antiguamente un lugar lleno de nieve para conservar la comida. La sociedad evoluciona con más rapidez que la lengua y los avances tecnológicos pueden provocar cambios en el significado primitivo de muchas palabras. Por ejemplo, la palabra ratón ha tomado un nuevo significado (acepción) con la aparición de la informática.
Factores Sociales
Por convención social se evitan algunas palabras tabúes por contener connotaciones que provocan pudor en los hablantes y se sustituyen por eufemismos.
Llamamos tabú a la palabra que evitamos pronunciar porque socialmente resulta de mal gusto. Son tabúes, por ejemplo, los nombres de partes del cuerpo y de funciones fisiológicas consideradas sucias o vergonzosas: muchas palabras relacionadas con el sexo y con la función excretora. Para eludir el tabú, se busca un eufemismo, otra palabra o expresión que sea equivalente, pero que resulte socialmente aceptable: hacer pis, en lugar de mear. En el caso de los tabúes relacionados con las situaciones desagradables, se produce una especie de degradación de los eufemismos, que pronto se convierten en tabúes y han de ser sustituidos por sucesivos eufemismos nuevos. Así sucede en los ejemplos que ponemos a continuación:
- viejos
- ancianos
- personas de la tercera edad
- mayores
Factores Psicológicos
Las causas más frecuentes de los cambios semánticos son las asociaciones de ideas de los hablantes. Los procesos psicológicos que pueden producir cambios semánticos son variados, pero los más importantes son la metáfora y la metonimia.
Metáfora
Puede ocurrir que un objeto reciba el nombre de otro porque el hablante advierte una relación de semejanza entre ambos. Existen ciertos grupos de metáforas que son especialmente numerosas; es el caso de las metáforas antropomórficas, que consisten en utilizar las palabras que nombran las partes del cuerpo humano para denominar objetos. De este modo, decimos ojo de un puente.
Son también numerosas las metáforas relacionadas con los animales: araña (’lámpara de brazos’), lince (’persona aguda’).
Aunque no es una metáfora, la antonomasia nace de un proceso psicológico similar: consiste en darle a una persona que tiene cierta cualidad el nombre de otra a quien se considera el máximo exponente de dicha característica. Diremos así que un hombre es un Nerón si es extremadamente cruel.
Metonimia
Consiste fundamentalmente en dar a un objeto la denominación que corresponde a otro. Sin embargo, la diferencia es que la metáfora se basa en una relación de semejanza entre los dos objetos; la metonimia, en cambio, es una relación de contigüidad entre ambos. Dicho de otra manera, la metáfora surge de la mente de alguien que compara dos objetos parecidos; la metonimia surge de la realidad extralingüística, de la proximidad real entre los dos referentes. Por ejemplo, en la expresión tomar unas copas, el término copas ha sufrido un cambio semántico por metonimia, pues no designa el recipiente de cristal, sino a su contenido.
Otros Cambios Semánticos por Causas Psicológicas
Además de las metáforas y metonimias, hay otros cambios semánticos que también se deben a procesos psicológicos de los hablantes. Vamos a hablar brevemente de dos de ellos:
- En ocasiones, los hablantes establecen una asociación mental incorrecta entre una palabra y su supuesta etimología, de modo que añaden al término un sentido que nunca ha tenido; a este fenómeno se le llama etimología popular.
- Existe un proceso que actúa en sentido contrario al anterior, la lexicalización o desemantización. Consiste en que, con el paso del tiempo, los hablantes normalmente olvidan el origen de un término, olvidando a la vez una parte de su significado.
Factores Lingüísticos
En ocasiones, el cambio semántico se produce cuando una palabra se contagia del significado de otra por ir juntas habitualmente: por ejemplo, un portátil es un “ordenador portátil”.
También la palabra cámara (’espacio cerrado’) se utiliza como equivalente de cámara fotográfica.
Tipos de Cambio Semántico
Tras haber analizado los factores que pueden determinar que haya cambios de significado en las palabras, veamos los tres procesos más importantes que los producen:
Ampliación o Extensión del Significado
Una misma palabra se aplica a más conceptos o realidades. Sus factores determinantes suelen ser los sociales e históricos.
Ejemplo: La palabra latina passer significa “gorrión”, pero dio origen a pájaro, ampliando su significado.
Reducción o Restricción del Significado
Al contrario que el anterior, un término restringe su significado a menos realidades de las que designaba en su origen. Suelen estar determinados por factores sociales e históricos también.
Ejemplo: Bárbaro, en su origen, era utilizado por los romanos para designar a los extranjeros, pero paulatinamente pasó a usarse como sinónimo de salvaje e incivilizado.
Este proceso de restricción de significado ha propiciado la existencia de los dobletes léxicos, es decir, palabras que, con variaciones fonéticas, conservan dos formas: una con el significado originario y otra con el especializado. Ejemplo: rápido / raudo.
Alteración del Significado
Determinados por factores psicológicos y lingüísticos. Hay palabras cuyo significado ha subido de categoría (del latín minister “sirviente”, procede el español ministro), mientras que otras han padecido un cierto envilecimiento o empeoramiento semántico (en griego, la palabra tirano significaba “rey”, sin las connotaciones negativas actuales).
Denotación y Connotación: Dimensiones del Significado Lingüístico
El significado de un signo lingüístico (palabra) es el contenido o concepto mental que asociamos a un significante. Este significado puede abordarse desde dos perspectivas: la denotación y la connotación.
La Denotación
La denotación es el significado originario, objetivo o constante de una palabra; es decir, el que le atribuimos todos los hablantes cuando se emplea el lenguaje en su función representativa o referencial, y se define en el diccionario.
Ejemplo: El significado denotativo de la palabra viernes es “quinto día de la semana”.
La Connotación
La connotación es el significado de carácter figurado, sugerido, simbólico o valorativo que se añade a la denotación. La connotación está constituida por las notas valorativas que los grupos de hablantes o los hablantes aislados añaden al valor denotativo. En ella se ponen de manifiesto las funciones expresiva o poética.
Ejemplo: El significado denotativo de la palabra pan en la frase “la corteza del pan está dura”. En los textos escritos, las obras didácticas y los tratados hacen uso con preferencia de un lenguaje denotativo, mientras que en literatura se valora el lenguaje connotativo.
Las connotaciones pueden clasificarse en dos grupos:
- Compartidas o colectivas
- Individuales