La Ilustración y el Neoclasicismo en España: Contexto Social, Político y Literario del Siglo XVIII

Contexto Social y Cultural del Siglo XVIII

La Ilustración es el movimiento intelectual que caracteriza el pensamiento del siglo XVIII o «Siglo de las Luces». La Ilustración defiende el poder de la razón y del espíritu crítico como únicas vías de conocimiento. De ahí:

  • La importancia de los estudios científicos.
  • El rechazo de los dogmas religiosos.
  • La idea de que el progreso conduce a la felicidad del hombre.
  • El deísmo, que promulga un conocimiento de Dios a través de la naturaleza sin cultos ni revelaciones.

Las ideas se difunden gracias a varias instituciones (Real Academia Española, Museo del Prado, Biblioteca Nacional, etc.) y al periodismo.

La Historia y la Política

Carlos II muere sin descendencia y deja como heredero a Felipe de Anjou, lo que provoca la Guerra de Sucesión (1700-1714) entre los que apoyaban a Felipe y los que apoyaban al archiduque Carlos de Austria. El conflicto termina con el Tratado de Utrecht en 1713.

Con Felipe V de rey se instaura una nueva dinastía en España, la de los Borbones, y como forma de gobierno se establece el Despotismo Ilustrado. Durante los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III se inician una serie de reformas.

La Ilustración española alcanza su máximo esplendor durante el reinado de Carlos III. Este proceso de renovación se ve interrumpido por la Revolución Francesa (1789) y la invasión napoleónica (1808).

La Sociedad

La sociedad se organizaba en clases sociales:

  • Los reyes afirman su poder ante la Iglesia.
  • La alta nobleza continúa siendo la clase dominante.
  • El clero, dueño de gran cantidad de tierras, se opone a las reformas económicas y educativas.
  • La burguesía experimenta un notable desarrollo en este siglo y contribuye al avance industrial y comercial del país.
  • El pueblo apenas disfruta de este progreso debido al descenso de los salarios, el analfabetismo o el atraso.

El Arte y la Cultura

El fomento de la cultura se manifiesta a través de:

  • Las traducciones de libros y la difusión de enseñanzas acordes con las vigentes en Europa.
  • La divulgación científica a través de la prensa.
  • La proliferación de bibliotecas y museos.
  • La creación de escuelas técnicas.
  • La aparición de instituciones públicas y privadas dedicadas a la investigación y a la difusión de la cultura: la RAE (1713), la Real Academia de la Historia (1738), la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1752).
  • El nacimiento de agrupaciones destinadas al fomento de la industria, del comercio o la formación de los agricultores: Sociedad Vascongada de Amigos del País (1764).

La manifestación estética de la Ilustración es El NEOCLASICISMO, cuyos principios son: la imitación de las reglas dictadas por la razón, el seguimiento de los modelos grecolatinos o la finalidad didáctica del arte.

La Literatura del Siglo XVIII

El Neoclasicismo es la manifestación artística y literaria de la Ilustración. La Ilustración supone un cambio en el arte y la literatura, por eso los artistas neoclásicos asumen que:

  • La literatura debe ser útil para poder modificar la sociedad y educar.
  • El arte debe guiarse por los principios de la razón.
  • La creación está supeditada a las ideas; el contenido prima sobre la forma.
  • Los autores deben adaptarse a las normas del «buen gusto» frente a los excesos barrocos.
  • La verosimilitud es una de las máximas del arte neoclásico.
  • Imitación de los clásicos griegos y latinos.

El Estilo: Rococó y Prerromanticismo

Durante la segunda mitad del siglo XVIII la literatura neoclásica coexiste con otras manifestaciones: el Rococó y el Prerromanticismo.

  • El estilo Rococó se observa fundamentalmente en la poesía. Destacan las odas anacreónticas de Meléndez Valdés.
  • El Prerromanticismo: da lugar a la fantasía y a los sentimientos, que anticipan el movimiento romántico que está por llegar. Las Noches lúgubres de Cadalso son un buen testimonio de esta nueva estética.

Los Géneros Literarios

Se cultivan los géneros tradicionales: lírica, narrativa, teatro, pero siempre con una finalidad didáctica. Surgen en este siglo nuevos géneros como el ensayo.

La Prosa del Siglo XVIII

En el S. XVIII la prosa didáctica se impone a la narrativa. Los géneros didácticos más empleados son:

  • El ensayo, en el que se reflexiona sobre un tema a partir de la observación y de la experiencia.
  • El género epistolar, que son composiciones literarias en prosa o en verso, que tienen forma de carta.
  • Los libros de viajes.
  • La prensa, que inicia un desarrollo significativo en este siglo.

Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764)

El fraile Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764) fue un hombre ilustrado y racionalista, y el máximo intelectual de la primera mitad del S. XVIII. Su prosa es de carácter divulgativo y crítico. Feijoo se preocupa por el atraso cultural del país, y trata de combatir los errores y supersticiones de la época. Su propósito era llegar al gran público; por ello, su estilo es claro y coloquial. Sus obras más importantes son el Teatro crítico universal (primera muestra castellana del género ensayístico) y Cartas eruditas y curiosas (pertenece al género epistolar).

José Cadalso (1741-1782)

José Cadalso fue un gran conocedor de la cultura europea del momento. Cartas marruecas es su obra más conocida. Recoge la correspondencia que mantienen un español y dos marroquíes que viven en Madrid y trabajan para una embajada. Por esto, el autor ofrece tres puntos de vista sobre la realidad. Se hablan de temas como:

  • El ideal del hombre moderno.
  • La defensa del patriotismo y el idioma.
  • La condición humana.
  • Las costumbres de los españoles.

Aparte, escribió Los eruditos a la violeta, una sátira contra los que fingen erudición, y Noches lúgubres.

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811)

Gaspar Melchor de Jovellanos fue el fundador del Real Instituto Asturiano. Su intensa actividad política le permitió conocer los problemas del país y los plasmó en sus textos. A diferencia de Feijoo, el lenguaje de Jovellanos es cuidado y culto. Sus obras tratan diferentes asuntos:

  • Política: Memoria en defensa de la Junta Central.
  • Economía: Informe en el expediente de la Ley Agraria.
  • Educación: Memoria sobre la educación pública.
  • Literatura y cultura: Memoria para el arreglo de la policía de los espectáculos y diversiones públicas, donde rechaza el teatro barroco y defiende un teatro que eduque y deleite.

La Poesía del Siglo XVIII

En la segunda mitad conviven varios modos de hacer poesía:

  • La Poesía neoclásica canta asuntos ejemplares de gran resonancia histórica, trata temas morales y filosóficos o exalta la ciencia.
  • La Poesía anacreóntica para celebrar los placeres de la vida.
  • La Poesía didáctica encuentra en las fábulas el medio más afín a su propósito aleccionador e intención satírica.

Meléndez Valdés (1754-1817)

Meléndez Valdés, poeta más destacado del S. XVIII, su obra literaria recorre las principales tendencias de la época: la Rococó y la Neoclásica. Después comienza a escribir poesía moral y filosófica en la que plasma las preocupaciones e ideales de la Ilustración.

Los Fabulistas

Tomás de Iriarte (1750-1791) y Félix María de Samaniego (1745-1801).

  • Fábulas literarias de Iriarte, como El burro flautista o La mona.
  • Fábulas en versos castellanos de Samaniego, en las que predomina la sátira moral contra vicios como la ambición, la pereza… La cigarra y la hormiga y La lechera son algunos de los más populares.

El Teatro Neoclásico

El teatro neoclásico se caracteriza por:

  • Respeto a las reglas clásicas: por un lado, se propone un respeto riguroso de las unidades de lugar, tiempo y acción, y por otro, una tajante separación de géneros.
  • Verosimilitud: se persigue un teatro que deseche el derroche imaginativo barroco. Las acciones deben resultar creíbles.
  • Finalidad didáctica: el teatro neoclásico pretendía ser un vehículo de moralidad y decencia del que obtener una enseñanza útil.

La Comedia Neoclásica

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) es el dramaturgo más representativo del siglo. Los temas principales de sus comedias son: los matrimonios concertados, la educación de los jóvenes y los defectos de la comedia de su tiempo. Sus mejores obras son:

  • La comedia nueva o El café es una crítica de las comedias posbarrocas que se escribían en la época.
  • En El sí de las niñas aparece el tema de los matrimonios concertados y la educación de los jóvenes: Doña Irene quiere casar a su hija Francisca con el viejo Don Diego. El anciano descubre que Francisca está enamorada de su sobrino y renuncia a la boda, permitiendo que los jóvenes se casen.

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