Literatura Española: Ilustración, Romanticismo y Claves del Texto Expositivo

Literatura del Siglo XVIII: Ensayo y Teatro

Estética de la Ilustración

Se busca un arte equilibrado y ceñido a unas normas dadas. La Poética de Luzán establece las directrices: en poesía se busca la sencillez y la claridad, y en teatro se intenta crear un teatro nuevo basado en modelos franceses, que respeta las unidades clásicas de espacio, tiempo y acción.

La novela fue un género poco desarrollado. Destacan la Vida de Diego de Torres Villarroel y la Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes de José Francisco de Isla.

Prosa y Ensayo

En prosa, el género predominante fue el ensayo. Los principales ensayistas del siglo XVIII fueron:

  • Benito Jerónimo Feijoo: Quería acabar con los errores, las supersticiones y los prejuicios del pueblo. Utilizó un tono coloquial y adoptó el ensayo como vehículo para sus ideas. Su obra cumbre es el Teatro Crítico Universal.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos: Escribió numerosos textos en prosa en los que propone reformas para solucionar los problemas del país, como su Informe sobre la ley agraria.
  • José Cadalso: Autor de diversas obras en prosa, destacan las Cartas marruecas y Noches lúgubres. Esta última, escrita en forma de diálogo dividido en tres «noches» (actos), es una de las obras más cercanas a la literatura romántica del siglo XIX por la exaltación del yo y el tono sentimental.

Teatro Neoclásico

En la primera mitad del siglo XVIII, se continúan representando obras que siguen las fórmulas barrocas de Calderón de la Barca.

En la segunda mitad del siglo, surge una oposición al teatro del Siglo de Oro. Los ilustrados pretenden crear un teatro útil, del que se pueda extraer una enseñanza moral o social.

Se distinguen dos grandes corrientes neoclásicas en el teatro:

  • Teatro popular: Cultiva principalmente el sainete, una pieza breve y humorística que retrata tipos y costumbres populares. El autor más destacado fue Ramón de la Cruz (El manolo).
  • Teatro ilustrado: Sigue el modelo de la comedia clásica, con un marcado carácter didáctico. Critica vicios y debilidades de la sociedad, exaltando la razón y el buen sentido. Leandro Fernández de Moratín fue el autor teatral de más éxito en la época; creó la comedia española moderna, caracterizada por la verosimilitud, sin sorpresas ni intrigas complicadas, sino con una evolución lógica y razonable de los acontecimientos.

Romanticismo Literario

En España, el Romanticismo tuvo una duración relativamente corta, siendo una época de transición hacia el Realismo, con una etapa final conocida como Posromanticismo.

El Romanticismo fue un movimiento cultural que repercutió en todos los aspectos de la vida.

Características del Romanticismo

  • Individualismo: El arte y la literatura se convierten en la manifestación del yo, de los sentimientos y emociones personales.
  • Irracionalismo: Se valoran aspectos irracionales del ser humano, como los sueños, las pasiones y las fantasías. Surge la literatura fantástica y de terror.
  • Defensa de la libertad: Los románticos consideran el sentimiento como única norma de conducta. Rechazan las rígidas normas neoclásicas, buscando la originalidad y un estilo personal. Se mezclan géneros, versos y prosa.
  • Idealismo: Buscan ideales absolutos e inalcanzables (amor, justicia, patria) que frecuentemente chocan con la cruda realidad, provocando desengaño y frustración.
  • Nacionalismo: Valoran los rasgos diferenciales de cada país y recuperan su historia, sus leyendas y sus costumbres populares.
  • Exotismo: Ambientan sus obras en épocas lejanas (Edad Media) o en lugares exóticos y desconocidos (Oriente).
  • Espíritu rebelde: Se manifiestan contra el orden establecido, las convenciones sociales y la mediocridad burguesa, defendiendo con pasión sus ideales.

Poesía Romántica y Posromántica

La poesía romántica se desarrolló ampliamente en Europa con figuras como Goethe, Lord Byron o Víctor Hugo. La lírica del Romanticismo español se caracterizó a menudo por un estilo recargado y altisonante. Los temas recurrentes incluyen el desengaño amoroso, la soledad, la tristeza, la rebeldía y la búsqueda de la mujer ideal. Los paisajes (naturaleza agreste, ruinas, cementerios, tormentas) suelen reflejar los turbulentos sentimientos del poeta (por ejemplo, la Canción del pirata de José de Espronceda).

También se cultivó la poesía narrativa, que cuenta leyendas o acontecimientos históricos o fantásticos.

La poesía posromántica, en la segunda mitad del siglo XIX, continúa con el intimismo romántico, pero adopta un estilo más contenido, sencillo y directo. Sus principales representantes son Rosalía de Castro (En las orillas del Sar) y Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas).

Prosa Romántica

Dentro de la prosa romántica, convivieron diferentes tendencias:

  • Novela histórica: Aunque muy popular en Europa (Walter Scott), en España no produjo obras de gran calidad.
  • Leyendas: Narraciones breves que mezclan elementos históricos, fantásticos y sentimentales. Las más importantes son las Leyendas de Bécquer.
  • Prosa costumbrista: A través de los «cuadros de costumbres», retrata tipos y escenas de la sociedad contemporánea con tono crítico o nostálgico.
  • Ensayo decimonónico: El principal ensayista y periodista crítico fue José de Larra («Fígaro»), quien defendió la modernización de España y criticó sus males sociales y políticos. Utilizó un estilo directo, cargado de ironía y a menudo ilustrado con anécdotas de la vida cotidiana.

Teatro Romántico

El género estrella del teatro romántico fue el drama romántico. Sus temas predilectos son el amor apasionado, la fatalidad, la venganza y la lucha por la libertad. Este amor suele estar condenado al fracaso porque choca con las normas sociales o el destino adverso. Rompe con las normas neoclásicas (mezcla de tragedia y comedia, ruptura de las unidades de tiempo y lugar, polimetría). Destacan autores como el Duque de Rivas (Don Álvaro o la fuerza del sino) y José Zorrilla (Don Juan Tenorio).


Textos Expositivos

1. Definición

Es un tipo de discurso que tiene como finalidad transmitir información sobre cualquier tema de forma clara, objetiva y ordenada.

2. Aspectos Pragmáticos

  • Función del lenguaje dominante: Representativa o referencial, buscando la objetividad.
  • Emisor: Generalmente un experto en la materia. Su intención es didáctica, por lo que busca la claridad y la precisión.
  • Receptor: Debe tener interés por el tema y, en ocasiones, conocimientos previos. Según el tipo de receptor, los textos expositivos pueden ser:
    • Divulgativos: Dirigidos a un público amplio, no especialista en la materia.
    • Especializados: Requieren que el receptor sea un especialista o tenga conocimientos profundos sobre el tema.

3. Aspectos Estructurales

  • Coherencia y claridad: El texto debe ser claro y estar lógicamente organizado.
  • Estructura básica: Suelen seguir una estructura de introducción (presentación del tema), desarrollo (explicación ordenada de las ideas) y conclusión (síntesis o cierre).
  • Modelos de organización:
    • Estructura deductiva: Se parte de una idea general para llegar a aspectos particulares.
    • Estructura inductiva: Se parte de datos o ejemplos particulares para llegar a una conclusión o idea general.
  • Procedimientos expositivos comunes:
    • Definición: Aclaración de términos que puedan presentar dificultad.
    • Descripciones técnicas: Presentación objetiva de las características de lo descrito.
    • Enumeraciones: Listado de elementos o características.
    • Ejemplificaciones y comparaciones: Para ilustrar o aclarar ideas.
    • Resumen de ideas: Síntesis de lo expuesto.

    Es habitual combinar la exposición con la argumentación para defender con razones una idea o tesis.

4. Aspectos Lingüísticos (Nivel Denotativo)

  • Léxico: Predominio de la denotación. Uso de tecnicismos (vocabulario específico de una ciencia o disciplina) y neologismos.
  • Morfología:
    • Uso de verbos que indican estado o proceso intelectual (ser, consistir, significar).
    • Predominio de adjetivos especificativos (objetivos, descriptivos).
    • Abundancia de sustantivos abstractos.
    • Tiempos verbales: Preferencia por el presente de indicativo con valor atemporal o gnomico y el pretérito imperfecto de indicativo.
    • Uso de la 3ª persona para marcar la objetividad. A veces se emplea el plural de modestia (creemos que…) o el plural sociativo (como ya sabemos…).
  • Sintaxis:
    • Predominio de oraciones enunciativas.
    • Estructuras oracionales a menudo complejas, con abundancia de subordinadas (causales, consecutivas, finales, adjetivas explicativas) y coordinadas explicativas.
    • Uso frecuente de oraciones impersonales y pasivas reflejas (se considera, se observa) para ocultar el agente y reforzar la objetividad.
  • Cohesión: Uso relevante de marcadores discursivos para organizar la información y guiar al lector (en primer lugar, por otro lado, es decir, en resumen, por lo tanto…).

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