El Modernismo
A finales del siglo XIX surgen diversos movimientos artísticos dentro de la llamada “crisis de fin de siglo”. Podemos denominar como modernistas a aquellos escritores que proponen ante todo una renovación estética, y reservar el término de grupo del 98 para los escritores que conceden una especial atención a los problemas sociales y políticos del momento.
Podemos definir el Modernismo como un movimiento artístico que busca la belleza absoluta y la perfección formal de la obra de arte. Supone el rechazo de la realidad cotidiana. Se desarrolló entre 1880 y 1910. En Latinoamérica, encabezado por José Martí y Rubén Darío.
Características del Modernismo
- Del Parnasianismo toma la búsqueda de la belleza y la concepción de la poesía como una obra sin finalidad alguna.
- Del Simbolismo toman el arte de sugerir mediante símbolos, y la búsqueda de musicalidad.
Temas
- Expresar lo sensible, la Belleza.
- La intimidad del poeta, melancólica y angustiada.
- Intimismo: la poesía refleja la intimidad del poeta. Del Romanticismo se toma el descontento ante la vida, la soledad, la melancolía y su angustia.
- Escapismo: Hay una evasión romántica, en el espacio, y una evasión en el tiempo, hacia el pasado medieval o dieciochesco. Aparecen ninfas, centauros… mundos de belleza en los que refugiarse. Esta evasión les lleva también a sus orígenes: los héroes y mitos de las culturas precolombinas.
- El amor y erotismo: se muestra unido al tema del amor imposible.
Estilo
- Léxico: evocador y con términos muy sonoros, esdrújulas: libélula. Adjetivación ornamental: alma áptera.
- Recursos retóricos: abundan los recursos fónicos que producen efectos sonoros: aliteraciones, anáforas, epanalepsis… Como recursos expresivos son frecuentes las metáforas y las sinestesias.
- Métrica: se enriquecen los ritmos y se amplían los esquemas acentuales. Versos alejandrinos, dodecasílabos y eneasílabos.
La Prosa (Narrativa y Ensayística): Pío Baroja, Azorín, Valle-Inclán y Miguel de Unamuno
Pío Baroja
Para Baroja el mundo carece de sentido, la vida le resulta absurda y no alberga ninguna confianza en el hombre. Su escepticismo no es solo religioso, afecta a todas sus ideas, sean políticas, sociales… Los personajes son seres inadaptados, que se oponen al ambiente y la sociedad en la que viven; aunque, incapaces de demostrar energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos.
En cuanto a su concepción de la novela, lleva al extremo la tendencia antirretórica; prefiere la frase corta y el párrafo breve. Destacan “Camino de perfección”, y “El árbol de la ciencia”. “Memorias de un hombre de acción”.
José Martínez Ruiz, Azorín
Sus obras más destacadas son: “La voluntad”, “Las confesiones de un pequeño filósofo”, o “Castilla”. Las primeras son novelas próximas al ensayo: “Castilla” es una colección que rememora viejos recuerdos, antiguas lecturas. La prosa de Azorín rompe con la estética realista.
Miguel de Unamuno
Estuvo exiliado en Francia hasta la caída de Primo de Rivera. La Guerra Civil le llevó al arresto domiciliario hasta su muerte, el último día de 1936. Fue un gran ensayista.
En Unamuno tres son las ideas básicas: el miedo a la muerte; la necesidad de creer en un Dios que garantice la inmortalidad; y la certeza racional de que tal Dios no existe. En esta línea tenemos: “La agonía del cristianismo”. Con otros temas: “Vida de don Quijote y Sancho”.
Para él la novela es el género idóneo para la expresión de los problemas existenciales. Los protagonistas unamunianos serán “agonistas”; esto es, hombres anhelosos de ser ellos mismos, que se debaten contra la muerte y la disolución de su personalidad, como en Niebla. En Niebla el autor se convierte en personaje de ficción y se encara con el protagonista exigiéndole ser dueño de su futuro… Otras son “San Manuel Bueno, mártir”, reflexión sobre la pérdida de la fe.
Ramón María del Valle-Inclán
Criticó con fuerza la sociedad de su tiempo y, por contraste, exaltó los méritos de un pasado lejano que idealizaba. Ya en su madurez adoptó una actitud revolucionaria.
La producción narrativa de Valle-Inclán se caracteriza por el prodigioso dominio de la lengua literaria. Comenzó su carrera en el Modernismo, pero irá evolucionando hacia el esperpento. Al Modernismo se adscriben las Sonatas. El protagonista es el Marqués de Bradomín, un don Juan “feo, católico y sentimental”.