Luciérnagas de Ana María Matute: Temas, Personajes y Simbolismo de la Guerra Civil

Introducción a Luciérnagas y el Impacto de la Guerra Civil

La protagonista de Luciérnagas es Soledad, una niña cuyo nombre no es casual, de familia acomodada y cuyo padre es perseguido por el gobierno republicano. Soledad es descrita como una niña oscura y melancólica, inadaptada en un mundo de apariencias y gestos que le resultan incomprensibles y ajenos. Este mundo se derrumba con la llegada de la Guerra Civil, un conflicto que, tal y como es tratado en la novela, podría ser cualquiera, atemporal e impreciso. Para Ana María Matute, la guerra es un paisaje, un escenario trágico en el que Sol y su hermano Eduardo se ven obligados a desarrollar sus vidas.

Este fragmento refleja el cambio brusco que supuso la Guerra Civil en el mundo de Sol y Eduardo, cómo cambió todo: los protagonistas de la historia, los valores, la moral e incluso la relación entre clases sociales. También los colores y los sonidos son nuevos, sin referente real previo. Incluso los niños parecían haber perdido su candidez e ingenuidad, presentándose renegridos y gratuitamente malvados, destrozando lo que para ellos representaba un signo de opulencia: las vidrieras de colores. En la novela, se observa la diferencia entre dos momentos clave: la muerte del padre, que marca el fin de la confortable niñez, y el nuevo escenario urbano al que los personajes se incorporan brutalmente.

Personajes Principales y Secundarios

Además de Sol, otros protagonistas de la historia son adolescentes, drásticamente arrojados a la vida adulta por el estallido de la guerra civil. La novela profundiza en el drama personal de cada uno, con sus emociones, sufrimientos y frustraciones.

  • Sol (Soledad): Muchacha poco habladora, sin amigas de verdad. La llamaban huraña y antipática. Una niña oscura y melancólica, inadaptada en un mundo de apariencias y gestos que le resultan incomprensibles y ajenos.
  • Eduardo: Hermano de Sol. Un muchacho serio, callado, antipático y mal estudiante. No tiene buena relación con su hermana ni con la familia, aislado y apartado de las vidas ajenas. Es quieto y huraño, no le interesa nada excepto los caballos. Mientras Sol vive por inercia, Eduardo trata de salir adelante, enfrentándose al vacío espiritual con objetivos pragmáticos y a corto plazo, como alternativa tangible de sentirse vivo cuando todo lo demás se desmorona.
  • Elena: Descrita como una mujer rubia y bella, religiosa, de la alta burguesía. No tiene una relación estrecha con Sol, quien la considera poco inteligente. Es astuta en cuanto a apariencias y sabe cómo fraccionar los bienes en tiempos de angustia. Es una ama de casa.
  • Luis Rosa: Se muestra como el héroe. Un hombre cariñoso que conecta a todos los niveles con Sol, a quien llama su princesa. Es trabajador, bondadoso y un buen padre y cabeza de familia. Representa el ideal de hombre perfecto.
  • Niños ladronzuelos y buscavidas: Con sus vidas desbaratadas por la guerra, hacen lo posible para sobrevivir en una Barcelona acosada y bombardeada.

Estructura Narrativa de Luciérnagas

La novela se estructura en tres etapas que marcan la transformación de la protagonista:

  1. La Partida: Corresponde a los seis primeros capítulos (pp. 11-138). Presenta a la protagonista, que focaliza el relato, y el espacio que habita, así como el estallido de la guerra y el asesinato de su padre. Estas son pruebas sucesivas que marcan el inicio simultáneo de una transformación vital y espacial.
  2. La Iniciación: La parte más extensa, formada por nueve capítulos (pp. 141-272). Corresponde al período de honda transformación psicológica de la protagonista en un largo peregrinaje por la ciudad bajo la continua amenaza de las bombas.
  3. El Regreso: Mucho más breve, abarca los tres últimos capítulos (pp. 275-312). Narra el regreso de Sol a su casa, tras un largo periplo urbano que la ha llevado a vivir situaciones límite: el descubrimiento de los barrios bajos, la muerte de amigos, un trágico bombardeo, el hambre, la lucha por la supervivencia y el paso por la cárcel. En definitiva, un cúmulo de experiencias vitales que la han cambiado profundamente.

El Simbolismo de «Luciérnagas»

El libro nombra contadas veces la palabra «Luciérnagas», pero se hace referencia a destellos de luz: ciudades de luz, personas que están alumbradas, bebés con luz. Esta luz significa ilusión, ganas de vivir, energía, positivismo, vida. A pesar del calvario que viven, van apareciendo cada vez más personajes que le dan un sentido claro a la vida y buscan siempre la solución para pasarlo bien y disfrutar. Por eso, el significado de la palabra «Luciérnagas» es luz, destellos de luz que significan esperanza, fe y alegría.

La Religión como Tema Central

La religión es uno de los elementos fundamentales del entorno de Sol, tanto en el internado como en su familia. Sin embargo, para la muchacha se trata de una idea confusa y poco clara, algo que tan pronto le provoca miedo («Oscuramente, con una gran angustia, se temía dentro de aquella ancha sombra donde se apretujan y gimen los que están al lado izquierdo de aquel Dios que le habían enseñado a temer, sin comprenderlo», p. 22), como fascinación («Sentía hambre de belleza, y aquel invierno se enamora de Jesucristo», p. 20). En la concepción de la religión por parte de Sol, se aprecian las consecuencias de una educación impuesta, irracional y dogmática.

El Narrador en Luciérnagas

En Luciérnagas nos hallamos ante un narrador omnisciente que tiende a focalizar con el personaje, predominando la narración sobre la escena. Se trata de una voz narrativa que, por lo general, suele ser retrospectiva, no forma parte de la historia (heterodiegético) y está situada en un nivel superior al de los personajes (extradiegético). De ahí que conozca no solo cómo estos actúan y hablan en cada momento, sino también cómo piensan. Es lógico que este tipo de narrador se exprese utilizando la tercera persona y los tiempos verbales pretéritos.

Conexiones Literarias: Nada de Carmen Laforet

La novela Nada, de Carmen Laforet, también transcurre en Barcelona. Su protagonista, Andrea, se inicia como una joven de pueblo llena de ilusiones y esperanzas que se verán truncadas con la realidad. Al igual que en Luciérnagas, Andrea experimenta una etapa de opresión y falta de libertad, hasta que decide tomar sus propias decisiones y vivir sus propias experiencias universitarias, culminando en un final liberador. Nada relata el vacío, el hastío y el cansancio que ha dejado la guerra tanto en el espacio urbano de la ciudad como en las personas.

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