La Épica Medieval: Cantares de Gesta y el Mester de Juglaría
Los cantares de gesta son obras del género épico que narran, en verso, las hazañas de héroes. En España, aparecen en el siglo XII. El Poema de Mio Cid es el único cantar de gesta castellano conservado casi íntegramente. Los juglares se dedicaban a recitar estos poemas, que eran difundidos mediante transmisión oral. Esta difusión solía ser un espectáculo que reunía música, mímica, dramatización, malabarismos, etc.
Características Generales de la Literatura Medieval
La literatura de la Edad Media en España se caracteriza por:
- Teocentrismo y religiosidad: La vida y la literatura estaban marcadas por la religión, debido a la concepción del mundo centrada en Dios y a la posición cultural dominante de la Iglesia. Posteriormente, se irá transitando hacia el antropocentrismo.
- Predominio de la oralidad: Muchas obras eran concebidas para la recitación o el canto, por lo que contienen recursos propios de la lengua hablada (llamadas de atención al público, fórmulas fijas, etc.).
- Didactismo: Ante el alto índice de analfabetismo, la literatura se consideraba un vehículo para la difusión ideológica y la enseñanza moral y religiosa.
- Mestizaje cultural: Aunque las culturas cristiana, musulmana y judía coexistieron durante siglos, enriqueciéndose mutuamente, las religiones musulmana y judía fueron finalmente prohibidas en el siglo XV, quedando la cristiana como única religión oficial.
El Poema de Mio Cid
El Poema de Mio Cid es un cantar de gesta anónimo que narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Se cree que fue compuesto alrededor del año 1200 (las fechas propuestas oscilan entre 1140 y 1207). Su tema principal es la recuperación del honor del héroe, perdido ante el rey. La obra muestra una clara voluntad de estilo y realismo. Se divide en tres partes o cantares:
- Cantar del destierro
- Cantar de las bodas
- Cantar de la afrenta de Corpes
El Mester de Clerecía
El mester de clerecía surge en la primera mitad del siglo XIII como una escuela literaria de autores cultos (clérigos, hombres instruidos vinculados a centros de saber como monasterios o universidades) que eligen el romance como lengua literaria. Su literatura es más regular y cuidada formalmente que la juglaresca.
Características y Autores del Siglo XIII
La estrofa característica del mester de clerecía es la cuaderna vía: cuatro versos alejandrinos (de 14 sílabas, con una pausa o cesura tras la séptima sílaba) con una única rima consonante (AAAA).
Gonzalo de Berceo (siglo XIII) es el primer poeta castellano de nombre conocido. Su obra más importante es Milagros de Nuestra Señora, una colección de 25 relatos sobre milagros atribuidos a la Virgen María, representativa de la literatura mariana medieval. Su estilo destaca por su tono familiar y cercano, y aunque parte de fuentes latinas, las amplifica y adapta (amplificatio) para su público. Los Milagros de Nuestra Señora tienen una clara finalidad didáctica y devocional.
El Mester de Clerecía en el Siglo XIV
En el siglo XIV, ya en la Baja Edad Media, la burguesía adquiere mayor protagonismo y surgen las primeras universidades. Esto favorece un espíritu menos teocéntrico, más pragmático y vitalista.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (siglo XIV), es el autor del Libro de buen amor. Esta obra presenta un contenido diverso y complejo. Sus elementos más significativos son:
- Un prólogo en prosa y otro en verso donde se expone la ambigua intención del libro (advertir sobre los peligros del ‘loco amor’ o amor carnal y guiar hacia el ‘buen amor’ o amor divino, aunque también puede interpretarse irónicamente).
- Una serie de aventuras amorosas (reales o ficticias) del protagonista con diversas mujeres.
- Una reelaboración del Pamphilus de amore, una comedia latina elegíaca del siglo XII.
- Diversos episodios de carácter goliardesco (sátiras, parodias religiosas, fábulas, etc.).
La obra, escrita predominantemente en cuaderna vía pero con partes en otras métricas, tiene un tono vitalista, a menudo irónico y carnavalesco, y está narrada en primera persona.
La Prosa Medieval
Orígenes: Alfonso X el Sabio
Los orígenes de la prosa literaria castellana están ligados a la figura de Alfonso X el Sabio (siglo XIII). La prosa literaria es posterior en desarrollo a la épica y la lírica. Alfonso X fue el gran impulsor de la prosa castellana, ya que durante su reinado se promovió el uso del castellano en lugar del latín para la redacción de documentos oficiales y obras de saber. Se sirvió de la Escuela de Traductores de Toledo, un centro donde colaboraban sabios cristianos, musulmanes y judíos para traducir al castellano obras árabes y hebreas sobre diversas materias. Este nuevo estándar lingüístico se conoce como castellano alfonsí o castellano derecho.
La Prosa de Ficción (Siglos XIII-XIV)
Las primeras obras de prosa de ficción en castellano son colecciones de cuentos o exempla, a menudo traducidos o adaptados del árabe o el hebreo, que cumplen con el objetivo didáctico característico de la literatura de este período. Las más significativas son:
- Calila e Dimna: Colección de fábulas de origen indio, transmitida a través del persa y el árabe.
- Sendebar (o Libro de los engaños e los asayamientos de las mujeres): También de origen oriental, se inscribe dentro de la corriente de literatura misógina.
Desde principios del siglo XIV, comienzan a difundirse las novelas o libros de caballerías. Estas narraciones, escritas en prosa, tienen como protagonista a un caballero andante que vive aventuras fantásticas, movido por ideales como el honor, la justicia y, sobre todo, el amor por su dama.
Don Juan Manuel
Don Juan Manuel (siglo XIV), sobrino de Alfonso X, fue un noble y escritor dedicado exclusivamente a la prosa. Sus obras capitales son el Libro del caballero et del escudero, el Libro de los estados y, sobre todo, El conde Lucanor (o Libro de los enxiemplos del conde Lucanor et de Patronio).
El conde Lucanor es una colección de 51 exempla o cuentos con una estructura fija:
- El conde Lucanor plantea un problema o duda a su consejero, Patronio.
- Patronio le narra un cuento (enxiemplo) que ilustra la situación.
- Patronio aplica la enseñanza del cuento al problema del conde.
- El conde sigue el consejo y le va bien.
- Una moraleja final en verso resume la enseñanza.
En su estilo, Don Juan Manuel destaca por su afán de claridad y didactismo. A diferencia de otros autores, no se limita a traducir, sino que reelabora sus fuentes con gran conciencia artística. Utiliza recursos orales, el diálogo sutil y elementos narrativos eficaces. Su finalidad es claramente moralista y didáctica: enseñar deleitando (enseñar aprovechando).
La Lírica Medieval
Primeras Manifestaciones: Las Jarchas (Siglo XI en adelante)
Las primeras manifestaciones líricas en lengua romance conservadas en la península son las jarchas. Son breves estrofas escritas en mozárabe (dialecto romance hablado por los cristianos en Al-Ándalus) que aparecen al final de poemas cultos árabes (moaxajas) o hebreos. Son poemas anónimos, de transmisión oral, en los que una voz femenina (una joven) se lamenta por la ausencia o la pérdida del amado (habib), dirigiéndose a menudo a su madre o hermanas. Estas composiciones, de métrica de arte menor, presentan similitudes temáticas y expresivas con otras formas de lírica tradicional peninsular, como las cantigas de amigo galaico-portuguesas (cultivadas desde el siglo XIII).
La Lírica Prerrenacentista (Siglo XV)
En el siglo XV, la lírica experimenta un gran desarrollo, anticipando ya el Renacimiento. Los temas principales son:
- El amor: Predomina el concepto del amor cortés, un código amoroso surgido en la Provenza que concibe el amor como un servicio feudal. El poeta (amante) rinde vasallaje a una dama idealizada, generalmente de clase superior e inalcanzable. La dama suele mostrarse esquiva o cruel, y el amante sufre por ella (mal d’amour).
- La muerte: Un tema omnipresente debido a la dureza de la vida (guerras, epidemias como la peste negra). Las predicaciones religiosas insisten en el memento mori (‘recuerda que morirás’). Se difunden representaciones artísticas como las Danzas Macabras o de la Muerte, que dialogan con personajes de todas las clases sociales para enfatizar su poder igualatorio. El creciente bienestar de la burguesía también genera un mayor temor a la muerte y a la pérdida de los bienes terrenales.
- El tópico del Ubi sunt?: (‘¿Dónde están?’). Pregunta retórica sobre el destino de las glorias y personajes del pasado, subrayando la fugacidad de la vida y el poder destructor del tiempo. Jorge Manrique hace un uso magistral de este tópico en sus Coplas a la muerte de su padre.
- La Fortuna: Entendida como el destino o azar que rige el mundo de forma caprichosa e impredecible, a veces ligada a los designios divinos.
- La Fama: Concebida como la posibilidad del ser humano de perdurar en la memoria colectiva a través de sus acciones virtuosas o heroicas, sobreviviendo así a la muerte física.
- La sátira social y política: Se critican los vicios y la corrupción de los distintos estamentos sociales: la cobardía de la nobleza, las intrigas políticas, la relajación moral del clero, etc.
Lírica Tradicional y Lírica Culta en el Siglo XV
Lírica Tradicional
Es la poesía anónima que se transmite oralmente de generación en generación. En el siglo XV, se recogen por escrito muchos de estos poemas, a menudo vinculados a entornos rurales (cantos de villanos, habitantes de las villas). Sus temas son variados:
- Canciones de tema amoroso (la queja de la mujer por el amado ausente, encuentros y despedidas).
- Plantos o endechas (lamentos fúnebres).
- Mayas (celebración de la llegada de la primavera y el amor).
- Albas o alboradas (despedida de los amantes al amanecer).
- Canciones de trabajo, de fiesta, de boda, de vela, etc.
- Canciones burlescas y satíricas.
Rasgos formales de la poesía oral:
- Uso de recursos de repetición (paralelismos, estribillos).
- Función expresiva (abundancia de exclamaciones, interrogaciones).
- Imágenes y símbolos sencillos, a menudo extraídos de la naturaleza.
- Métrica irregular, predominio del arte menor y la rima asonante.
Lírica Culta o Cortesana
En el siglo XV, la nobleza desarrolla un gran interés por la cultura y las artes, convirtiéndose en mecenas y también en poetas. Surge así la poesía palaciega o cortesana, cuyo tema central es el amor cortés. Su código incluye:
- La amada pertenece a una clase superior y es idealizada e inalcanzable.
- La dama a menudo no corresponde al amante, generando sufrimiento (amada-enemiga).
- El nombre de la dama suele ocultarse (seudónimos o senhales).
- El mayor tormento del amante es la ausencia o el desdén de su amada.
- El amor verdadero solo termina con la muerte.
- Se busca la originalidad y el virtuosismo formal (juegos de palabras, conceptos ingeniosos).
Los principales autores de lírica culta del siglo XV son el Marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.
Los Cancioneros
La poesía culta del siglo XV se recopiló en cancioneros, colecciones manuscritas o impresas de poemas de diversos autores. En ellos, a menudo, también se incluyen muestras de lírica tradicional, lo que demuestra la interrelación entre ambas corrientes.
Jorge Manrique
Jorge Manrique (c. 1440-1479) es uno de los poetas más importantes del siglo XV, a menudo llamado el «poeta-guerrero» por combinar su actividad literaria con la militar. Su obra poética se puede clasificar en:
- Poesía amorosa: Dentro de los cánones del amor cortés.
- Poesía burlesca.
- Poesía moral: Su obra cumbre, las Coplas a la muerte de su padre.
Las Coplas a la muerte de su padre es una elegía dedicada a su padre, Don Rodrigo Manrique. Se centra en el tema de la muerte desde una perspectiva cristiana y estoica. Consta de 40 coplas y se suele dividir en tres partes:
- Coplas I-XIII: Reflexión general sobre la fugacidad de la vida, el paso del tiempo, el menosprecio del mundo terrenal y la llegada inevitable de la muerte. Se abordan temas como el tiempo, la muerte y la fortuna.
- Coplas XIV-XXIV: Aplicación del tópico Ubi sunt?, evocando a personajes y glorias del pasado reciente para mostrar cómo todo desaparece.
- Coplas XXV-XL: Elogio de la figura de Don Rodrigo Manrique, presentándolo como un modelo de caballero cristiano. Se narra su muerte serena y ejemplar, aceptando la voluntad divina y alcanzando la fama (la vida de la memoria) y la vida eterna.
El estilo de Manrique destaca por su aparente sencillez, su tono sereno y su profundidad conceptual («expresión desnuda y elaborada sencillez»). La estrofa utilizada es la copla de pie quebrado o sextilla manriqueña (versos octosílabos combinados con tetrasílabos, con rima consonante: 8a 8b 4c 8a 8b 4c / 8d 8e 4f 8d 8e 4f). Para Manrique, la fama, conseguida mediante una vida virtuosa y heroica, es una forma de perduración terrenal que complementa la vida eterna.
El Romancero
El Romancero es el conjunto de romances, poemas narrativos breves de transmisión oral, compuestos en versos octosílabos con rima asonante en los versos pares. Surgieron en la Edad Media (probablemente a partir de la fragmentación de cantares de gesta, según la teoría tradicionalista) y pervivieron gracias a la tradición oral.
- Romancero Viejo: Conjunto de romances anónimos de origen medieval (siglos XIV-XV), transmitidos oralmente y recogidos por escrito posteriormente (siglos XV-XVI).
- Romancero Nuevo: Romances escritos por autores cultos (Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Quevedo) a partir del siglo XVI, imitando el estilo y la forma de los romances viejos.
Sobre el origen de los romances viejos, existen principalmente dos teorías:
- Teoría tradicionalista: Sostiene que los romances surgen de la fragmentación de los cantares de gesta, conservándose los episodios más emotivos o dramáticos.
- Teoría individualista: Defiende que los romances fueron creados como composiciones independientes desde el principio, por autores individuales (juglares o clérigos), aunque luego se popularizaran y sufrieran variaciones en la transmisión oral.