Panorama de la Literatura Medieval Española: Lengua, Lírica y Épica Clásica

1. La Lengua Castellana y Otras Lenguas Romances

1.1. Orígenes del Castellano y Primeros Textos Escritos

En la Edad Media, dentro de la Península Ibérica, se hablaban diferentes lenguas como el castellano, el gallego-portugués y el catalán, entre otras. A estas lenguas, derivadas del latín, se las denomina también lenguas romances. Además de estas, se hablaba el euskera, de origen desconocido. El latín se empleaba como lengua escrita.

Los primeros textos escritos en castellano y en euskera se encuentran en el siglo X: las Glosas Emilianenses y Silenses. Estas son anotaciones realizadas al margen por un monje para explicar palabras latinas de un texto. Glosar significa explicar un texto. Los términos «Emilianense» y «Silense» se refieren a los monasterios de San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos, respectivamente.

1.2. Evolución de la Lengua Española

La lengua está en constante evolución. Sin embargo, la Edad Media fue un periodo de máxima inestabilidad. Fue Alfonso X quien realizó la primera fijación lingüística, conocida como la fijación alfonsí, cuyas normas ortográficas permanecieron vigentes hasta el siglo XVI.

2. La Lírica Peninsular Medieval

2.1. Las Jarchas

Las jarchas son las primeras muestras líricas en romance, datadas en el siglo XI. Están escritas en mozárabe, la lengua romance hablada en Al-Ándalus por los cristianos, por lo que es común encontrar en ellas palabras en árabe y castellano antiguo.

Constituyen la estrofa final de las moaxajas, poemas compuestos en hebreo o árabe clásico. Las moaxajas son poemas (panegíricos o dirigidos a un protector) con un lenguaje elevado, y cuya estrofa final es la jarcha en romance.

Las jarchas tratan del amor puesto en boca de una mujer, usando una jerga popular, un lenguaje común y coloquial (lo que se aprecia en el uso de vocativos, interrogaciones y exclamaciones).

2.2. Lírica Galaicoportuguesa

Desarrollada entre los siglos XIII y XIV en galaicoportugués, esta lírica fue influida por la provenzal, que llegó a través del Camino de Santiago. En la actualidad, se conservan en cancioneros.

Dentro de esta lírica se distinguen dos figuras principales, el trovador y el juglar, y dos géneros fundamentales:

  • La cantiga de amor (o cansó): Aborda el amor cortés, concebido como una relación feudal entre el amante (vasallo) y la dama (señor), un amor secreto, a menudo adúltero y codificado en etapas.
  • El sirventés: De carácter satírico.

Entre los géneros principales, muy influidos por la lírica provenzal, destacan la cantiga de amor y la cantiga de escarnio o maldecir.

  • La cantiga de amor es similar a la cansó provenzal y su tema es el amor cortés, expresado por un hombre.
  • La cantiga de escarnio o maldecir es análoga al sirventés provenzal y tiene un carácter satírico.

Por otra parte, las cantigas de amigo se relacionan con las jarchas y los villancicos, y tratan el lamento por la separación del «amigo» (amado), puesto en boca de una mujer, cuya confidente es a menudo la naturaleza.

Características Métricas y Estilísticas:

  • Figuras retóricas: Entre las figuras retóricas más importantes se encuentran el paralelismo (repetición de la estructura sintáctica), la anáfora (repetición del comienzo de un verso), el polisíndeton (repetición de conjunciones) y la repetición.
  • Métrica: Su métrica presenta rima asonante.
  • Tipos de estrofa: Se emplean dos tipos de estrofa:
    • De cuatro o más versos con estribillo al final de cada estrofa.
    • El leixa-pren, con una estructura característica (AAC BBC AAC BBC).

El contenido de las estrofas se organiza en pares: la segunda estrofa de cada par repite con pocas variantes lo dicho en la primera estrofa del mismo par, mientras que la primera estrofa de cada par retoma contenidos de estrofas anteriores.

2.3. Los Villancicos

Escritos en castellano, la mayoría no aparecen en manuscritos u obras impresas hasta el siglo XVI, aunque su origen es anterior. Los villancicos nacieron en la Edad Media y se cultivaron hasta el siglo XVII, cuando fueron sustituidos por la seguidilla.

Su métrica se divide en dos partes:

  • Estribillo: Dos, tres o cuatro versos iniciales que se repiten al final de cada estrofa.
  • Glosa: Estrofas que desarrollan el tema propuesto por el estribillo.

Los temas tratados son el amor (a menudo en boca de una mujer) y el paisaje. Pueden ser:

  • Albadas: Encuentro o despedida de amantes al alba.
  • Mayas: Celebración de la llegada de la primavera.
  • Serranillas: Amor del caminante hacia una pastora de la sierra.

3. La Épica y los Cantares de Gesta

3.1. Definición de Épica y Cantar de Gesta

La épica es un subgénero narrativo. Los poemas épicos o epopeyas son narraciones en verso que ensalzan las hazañas de un héroe.

Por otra parte, el cantar de gesta es un poema épico medieval, cantado y difundido oralmente por juglares, cuyo tema central son las hazañas de un héroe. La poesía narrativa se desarrolló más tarde que la lírica.

3.2. El Poema del Mío Cid

Es el más antiguo de los cantares de gesta conservados en castellano. Se conserva un manuscrito de 1207 que lo contiene completo, atribuido a «Per Abbat». Se cree que «Per Abbat» se refiere al copista, y su difusión era oral. Se postulan dos posibles autores juglares: uno de San Esteban de Gormaz y otro de Medinaceli.

Su tema central son las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, aunque el personaje literario difiere del histórico. Estas hazañas se estructuran en tres cantares:

  • Cantar del Destierro
  • Cantar de las Bodas
  • Cantar de la Afrenta de Corpes

Características Métricas y Estilísticas:

Carece de regularidad métrica (versos de 10 a 20 sílabas) y presenta largas tiradas monorrimas.

Su lenguaje incorpora características propias de la épica, como:

  • Epítetos épicos: Formas diversas en que el narrador se refiere al Cid o a los personajes principales.
  • Pleonasmos: Repetición de un contenido ya expresado o sobreentendido.
  • Arcaísmos.
  • Cuantificadores: Como «tant» y «tanto» (usados para exagerar).
  • Bimembraciones: Enumeración de dos elementos unidos por una conjunción.

Además, presenta rasgos de la literatura oral:

  • Fórmulas dirigidas al oyente.
  • Presente histórico (verbo en presente con valor de pasado, empleado por los juglares para captar la atención).
  • Estilo directo.

Introduce discursos dialogados de gran vivacidad, omitiendo a menudo verbos de dicción. El juglar, además, cambia de voz al referirse al Cid.

4. El Mester de Clerecía

4.1. Características del Mester de Clerecía

La palabra «mester» significa «oficio» o «trabajo». No es una poesía difundida por juglares, sino concebida para ser recitada una vez escrita. Se caracteriza por una métrica regular, a diferencia de la épica.

La palabra «clerecía» alude a la sabiduría o al saber de los clérigos. El Mester de Clerecía agrupa poemas compuestos entre los siglos XIII y XIV por autores cultos (clérigos) que se difundieron de forma escrita. Utilizaban la cuaderna vía, estrofas de cuatro versos alejandrinos (14 sílabas), monorrimos.

Además, cada verso está dividido en dos hemistiquios separados por una pausa o cesura.

Otras características incluyen la inspiración en textos latinos o medievales, cuyos temas son religiosos, históricos o novelescos, con una finalidad didáctica y una estructura narrativa. Emplean un lenguaje sencillo para la enseñanza y, a veces, recursos de la épica para captar la atención del público (llamadas al oyente, estilo directo).

4.2. Autores y Obras del Mester de Clerecía

  • Gonzalo de Berceo: Escribió vidas de santos, como la Vida de Santa Oria o la Vida de Santo Domingo de Silos, y los Milagros de Nuestra Señora.
  • Juan Ruiz, Arcipreste de Hita: Escribió el Libro de Buen Amor, una de las primeras obras literarias con autoría reconocida. La mayor parte de la obra utiliza la cuaderna vía, aunque con considerable irregularidad, alternando con piezas líricas. Su temática es heterogénea, incluyendo cuento cómico, episodios autobiográficos de temática amorosa y lírica religiosa. (*Arcipreste*: cargo religioso; *Hita*: lugar cercano a Guadalajara).

El Libro de Buen Amor funciona como un ars amandi (arte de amar), ofreciendo consejos para conquistar a una mujer. En él, el autor se presenta a sí mismo, expone la intención de su obra, le da título y a menudo bromea sobre su propio proceso de escritura. Se inspira en diversas fuentes escritas, tanto religiosas (Biblia, dramas u obras latinas, exempla) como profanas (libros latinos, textos goliardescos extendidos por Europa). Su argumento principal es una historia autobiográfica de aventuras amorosas.

Las aventuras amorosas del Arcipreste son parte de la obra heterogénea, que incluye un diálogo con Don Amor, adaptaciones de obras teatrales latinas, cuentos basados en exempla, lírica religiosa y serranillas cómicas.

El autor presenta su obra como didáctica, con el fin de enseñar sobre el amor humano y el amor divino, advirtiendo sobre sus peligros. Aunque predominantemente en cuaderna vía, alterna con tiradas de 14 y 16 versos (8+8) y estructuras de métrica popular.

También existen obras anónimas, como el Libro de Alexandre.

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