Poesia de 40 versos

UNIDAD 12



LA POESÍA ESPAÑOLA POSTERIOR A 1936: TENDENCIAS, RASGOS PRINCIPALES, AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

1.La poesía española posterior a la guerra civil


La Guerra Civil supuso un corte decisivo en todos los aspectos de la vida intelectual y artística de España. Las consecuencias del conflicto y de la posterior implantación de la dictadura del general Franco suponen no solo la muerte de algunos escritores ,sino también el exilio de otros y la división de la poesía de la inmediata posguerra en dos corrientes fundamentales, diferenciadas por los principios éticos y estéticos de sus creadores.

2.La poesía del destierro

Es difícil encontrar características comunes en la poesía del exilio, porque no todos los poetas poseían la misma ideología y porque la dispersión geográfica fue muy grande. Sin embargo, hay algunos rasgos comunes.
Inevitablemente, su mayor preocupación fue España, la patria perdida.

Al principio, predominaron las actitudes de rechazo: la rabia, el dolor y el odio a los vencedores llevan a renegar de ella.
Más tarde, la añoranza de la tierra, el deseo de volver a verla, los recuerdos dulces o amargos van creando un clima de serenidad a partir del cual el poeta recupera cuestiones olvidadas y ahonda en su experiencia, devolviendo así a la poesía un tono más personal .

3.

La inmediata posguerra


Sólo tres poetas del 27 permanecieron en España: Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre; y los dos últimos ejercieron una gran influencia en este período.
En cambio, la obra de Miguel Hernández, proscrita y desconocida hasta muy tarde, a pesar de su importancia, apenas repercutió en los primeros años.

Miguel Hernández


Es un poeta al que se ha clasificado como epígono/DISCÍPULO del 27 o como perteneciente a la Generación de 1936.
Sea como sea, su evolución es significativa de los rumbos de la poesía en los años que preceden y siguen a la guerra civil.
De su primera etapa, en la que busca un lenguaje poético propio, son Perito en lunas y El rayo que no cesa.


-Perito en lunas
(1933) reúne cuarenta octavas reales de influencia gongorina, caracterizadas por su hermetismo. Contienen especies de acertijos mediante descripciones de objetos cotidianos o de elementos de la naturaleza.


-El rayo que no cesa
(1936) tiene como tema principal la imposibilidad de la plenitud del amor a causa de las pautas morales de la amada. Este amor se convierte, así, en un tormento que despierta ideas de destrucción y muerte.
Este poemario destaca por la perfección de sus sonetos.
Hernández empleó los tercetos encadenados en la célebre Elegía a Ramón Sijé, centrada en la fuerza de la amistad.

La segunda etapa en la poesía de Miguel Hernández está influenciada por Pablo Neruda y su concepción de la poesía impura, comprometida con la realidad. En estos años compone dos poemarios:
Viento del pueblo
(1937) manifiesta la necesidad de comprender y compartir los sentimientos del pueblo por medio de versos plenos de angustia y protesta frente al sufrimiento de los pobres y los niños.
El amor no solo lo dirige a la mujer, sino también a la tierra y a la gente que lucha. –
El hombre acecha
(1939) está marcado por la decepción y la tristeza producida por la evolución de los acontecimientos.
La guerra y el hambre descubren, que se animaliza, se convierte en una fiera que usa sus garras y sus dientes para la naturaleza sanguinaria del ser humano agredir. Los últimos poemas de Miguel Hernández, escritos en la cárcel, se recogen en el Cancionero y romancero de ausencias, un conmovedor conjunto de poemas de inspiración popular.
Gira alrededor del sentimiento de ausencia:
La de su primer hijo, que ha muerto; la del segundo y la de su mujer, a los que no puede ver; y también la ausencia de libertad.

3.2La poesía arraigada


La poesía arraigada representa en cierto modo una actitud de conformidad.
Se centra en temas intemporales alejados de la realidad del momento y propugna una vuelta a las formas clásicas.
La actividad de estos poetas se desarrolla alrededor de dos revistas, Escorial y Garcilaso, en las que se genera una poesía de inspiración petrarquista.

En esta línea sobresalen poetas como Leopoldo Panero o Luis Felipe Vivanco. A este elenco hay que añadir al director de la revista Escorial, Dionisio Ridruejo, aunque el mayor representante de esta tendencia fue Luis Rosales.
Es justo advertir que la evolución posterior de los autores de esta poesía arraigada les condujo a opciones más personales y complejas.
Es el caso de su obra La casa encendida (1949), un libro compuesto en largos versículos.
En ella el poeta nos conduce por un emotivo camino que se inicia en la desesperanza, pero que paulatinamente se llena de sentido por la evocación de la amistad, de la familia y de la mujer amada.
La casa, cuyas habitaciones se van iluminando progresivamente, se convierte en símbolo de la vida.

3.3La poesía desarraigada

La poesía desarraigada manifiesta su angustia ante una realidad incapaz de ofrecer consuelo.
Sus poemas hablan de la injusticia, de la hostilidad de la existencia.
Es una poesía de estilo directo y sencillo que está dominada por un tono angustiado.
En la constitución de esta corriente tuvieron una importancia decisiva los libros de dos autores que actúan como puente entre la generación del 27 y los nuevos poetas:

  • Hijos de la ira (1944), de Dámaso Alonso, fue el libro más importante de la década. El título se refiere a los poemas que componen la obra, sentidos como fruto de la angustia y de la rabia ante la injusticia, el dolor y el horror de la vida.
    En ellos, el autor da rienda suelta a su desarraigo profundo, a la protesta contra un mundo atrasado, del que se han adueñado lo inhumano, lo sórdido, la parte más siniestra del hombre. Dámaso Alonso introdujo importantes cambios formales:
    El uso del verso libre, un vocabulario “no poético”.
  • Vicente Aleixandre publica el mismo año Sombra del paraíso
    . En estos poemas, el mundo aparece como un posible paraíso que el hombre se ha empeñado en ocultar y destruir. Su tema clave es el paraíso perdido, evocado a través de los recuerdos infantiles y materializado en la naturaleza, perfecta en oposición a una sociedad impregnada de sufrimientos. El uso del verso libre y la sucesión de imágenes ilógicas supusieron el resurgimiento del surrealismo de preguerra.

La principal figura de esta tendencia es Blas de Otero, cuyo libro Ancia (
1958) recoge sus obras Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia. Su tema central es la angustia del yo lírico enfrentado a un Dios que no da respuesta a sus dudas y sus aspiraciones de eternidad.
La actitud oscila entre la queja, el reproche y hasta el desafío, todo ello con un lenguaje vehemente, de ritmo entrecortado, ya sea a través del verso libre o de combinaciones como el soneto, porque, a base de encabalgamientos, pausas y rimas internas, producen una sensación de tensión permanente, de desasosiego.

3.4 Otras tendencias

Junto a estas dos tendencias principales, en la segunda mitad de la década de los cuarenta se desarrollaron otras corrientes poéticas: el postismo y el grupo Cántico.

  • El postismo.
    Es un movimiento heredero de los ismos anteriores a la guerra, especialmente del Surrealismo, que tuvo dos órganos de expresión:
    las revistas Postismo y La Cerbatana, que aparecieron en 1945. La poesía postista se caracteriza por la búsqueda de la sorpresa, por medio de la ruptura de la lógica, el humor e imágenes irracionales. Los principales representantes del postismo fueron Carlos Edmundo de Ory y Eduardo Chicharro.
  • El grupo Cántico.
    En 1947 surgió en Córdoba un grupo de poetas aglutinados en torno a la revista Cántico que se decían herederos de la generación del 27, especialmente de Luis Cernuda.
    Cultivaban una poesía predominantemente intimista y de gran rigor estético.
    Fueron sus principales representantes Ricardo Molina y, sobre todo, Pablo García Baena.

4.La poesía social

Entre 1950 y los primeros años de la década de los sesenta se desarrolla la poesía social o comprometida, una corriente que ya se venía gestando en la poesía desarraigada, con su progresiva apertura del yo al nosotros.
Vicente Aleixandre, el maestro del 27, impulsa este cambio con su libro Historia del corazón (1954) y con su afirmación de que “Poesía es comunicación”.
Se caracteriza por los siguientes rasgos:

  • El poeta trata de llegar a “la inmensa mayoría” (expresión acuñada por Blas de Otero) para denunciar las injusticias y transformar la sociedad.
  • Los temas son la solidaridad con obreros y campesinos, la represión política y la lucha por la libertad.
  • Emplea un lenguaje sencillo, coloquial, que tiende a lo narrativo y que en ocasiones está próximo a la prosa.
    Estos rasgos derivan de una voluntad de comunicación amplia, de la intención de hallar un público mayoritario y una comprensión de su mensaje.

Los dos poetas más destacados de la poesía social son Blas de Otero y Gabriel Celaya.

  • A principios de la década de los cincuenta, Gabriel Celaya –cuyo nombre real era Rafael Múgica-

    Publica

    Cartas boca arriba (1951), obra a la que seguirá su libro más significativo, Cantos iberos(1955), donde emplea un tono combativo y presenta a la poesía como un modo de acción.
  • De 1955 es también Pido la paz y la palabra, el libro más destacado de Otero.
    El título del libro es elocuente: reivindica la libertad de expresión y la convivencia fraterna;
    Hay un deseo de superar las heridas de la guerra, a pesar de la visión desconsolada y amarga de nuestra historia. Esta mezcla de amor, rechazo y esperanza reaparece en los siguientes libros de Otero: En castellano (1959) y Que trata de España (1964).

5.La promoción de los sesenta

El agotamiento de las fórmulas de la poesía social, su fracaso como medio de transformación y el anhelo de nuevas formas literariamente más ricas y cuidadas conducen a la aparición, en los años sesenta, de un nuevo grupo de poetas que, sin renunciar al compromiso con los problemas humanos, elevan la calidad artística de la poesía.
Son, entre otros, Ángel González, Jaime Gil de Biedma. Aunque no puede decirse que estos poetas formen “grupo”, presentan no pocos rasgos comunes, indicio de que la poesía se orienta por nuevos derroteros:

Entienden la poesía como un medio de conocimiento y una forma de indagar en la experiencia personal: el poeta recrea sus emociones, lo que le ayuda a comprenderlas en profundidad.

Los temas se inclinan paulatinamente hacia el intimismo y la recreación de la experiencia individual.
La amistad, el amor, el trabajo, la infancia o adolescencia paradisíacas, en definitiva, los aspectos cotidianos de la vida personal aparecen en sus poesías, si bien con una tratamiento que rechaza voluntariamente el patetismo.
En cuanto al estilo, se rechaza el habitual prosaísmo de tantos poetas sociales. El lenguaje coloquial se depura y se busca un estilo personal, en el que el humor y la ironía, los ecos de lecturas y canciones producen a veces la sensación de una conversación íntima y acogedora con el lector.

Jaime Gil de Biedma es el principal representante de la poesía como experiencia y explora lo cotidiano con un punto de ironía que ejerce una enorme influencia en su generación y en los poetas posteriores. Sus poemas tienen frecuentemente un tono confesional y narrativo en el que se combina el lenguaje conversacional con la expresión poética.
La obra poética de Gil de Biedma está recogida en el libro Las personas del verbo(1975). Algunos de sus títulos más significativos son Compañeros de viaje (1959), donde expresa una voluntad de cambio respecto de la poesía social, y Poemas póstumos (1968), en el que se hace patente la angustia por el paso del tiempo: la vejez es signo de deterioro frente al recuerdo de una juventud llena de vida y esperanza.

6.La irrupción de los novísimos


Se llama promoción del 68 o novísimos a un grupo de poetas nacidos tras la Guerra
Civil ,cuyos nombres aparecen recogidos en importantes antologías del momento, entre las que sobresale Nueve novísimos poetas españoles, de José María Castellet, que da nombre al grupo. Fueron llamados de esta manera por su pretendida ruptura radical con la poesía precedente.
Su lírica se caracteriza por un estilo selecto y la presencia de numerosas referencias culturales que muestran, el rechazo de la realidad, la sensibilidad refinada del poeta. Se trata, en definitiva, de creaciones de lenguaje artificioso, dirigidas a un público minoritario capaz de apreciar sus filigranas formales.

La nueva estética se inicia con el libro de Pedro Gimferrer Arde el mar,que fue precursor de esta tendencia poética por sus continuas evocaciones de artistas y de lugares, entre los que destaca Venecia, símbolo de belleza amenazada por la destrucción, y por el gusto por la palabra bella y el cuidado ritmo poético.
A este le siguen otras obras en castellano, como La muerte en Beverly Hills (1968), y en catalán, lengua en la que desarrolló luego la mayor parte de su obra.


UNIDAD 11.EL TEATRO ESPAÑOL POSTERIOR A 1936: TENDENCIAS, RASGOS PRINCIPALES, AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

1. El teatro español tras la guerra civil

El impacto de la guerra civil sobre el teatro fue tremendo. A la muerte y exilio de autores, habría que añadir las presiones comerciales y, sobre todo, ideológicas –por medio de la censura. La censura, que se mantuvo hasta 1977, fue más perjudicial para el teatro que para otros géneros literarios, ya que, No sólo afectaba al texto sino a la representación, Ello alejó a los empresarios de la mas mínima aventura experimental e instauró el hábito de la autocensura en los escritores.

2. El teatro de la posguerra

Es teatro condicionado por la sociedad burguesa del momento, dirigido a su ideología. Representa una realidad falsificada.
En la creación dramática son dos las líneas que sobresalen en estos años:

El teatro burgués y el teatro humorístico

El teatro burgués, heredero de la alta comedia de Benavente, presenta conflictos de clase media o alta con cierta intriga e ingenio y una suave crítica.
Sus temas son casi siempre de tipo amoroso, conyugal o familiar, y defiende valores tradicionales:
Las diferencias de clase y la moral católica. Se distinguen: Las comedias de evasión, intrascendentes, siempre con final feliz y tranquilizador. Y los dramas ideológicos o de tesis, que plantean problemas morales o de conciencia.
El teatro de humor, quizá lo más interesante de este periodo, roza el absurdo y busca provocar la risa presentando situaciones inverosímiles y diálogos disparatados.

Su obra más representativa, Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, se escribió en 1932, pero no se representó hasta 1952.
Nos muestra a un joven pusilánime y convencional que pasa la víspera de su boda en un hotel, donde coincide con una compañía de artistas de variedades; por un momento parece surgir un “flechazo” entre él y una bailarina, pero la llegada del día lo saca de lo que no ha sido más que una pasajera ensoñación.
El humor cercano al absurdo, la burla de los hábitos burgueses y la sonrisa dolorosa que provocan sus situaciones resultaban muy osados cuando fue escrita.
Más tarde, también Mihura suavizó la carga absurda y crítica de su teatro y se decantó por la escritura de comedias “más normales”, sometidas a los dictados de la época, como Maribel y la extraña familia (1959).

Otra figura del teatro de humor, que continúa en su línea anterior a la guerra, es Enrique Jardiel Poncela.
Su rasgo más característico es la búsqueda de lo inverosímil, de situaciones sorprendentes y disparatadas que rompen los esquemas habituales. La vis cómica de sus comedias reside en el tratamiento lógico de lo absurdo.

El ingenio, la imaginación y lo fantástico, fundamentales en estas obras, se avanzan desde el título.
Entre sus éxitos anteriores a la guerra destaca Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936).

3. La obra teatral de Antonio Buero Vallejo y de Alfonso Sastre

La década de los cincuenta se abre con dos importantes estrenos:
Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo; y Escuadra hacia la muerte (1953), de Alfonso Sastre. Con los estrenos vio la posibilidad de hacer un teatro distinto, que reflejara los problemas del momento.
Más tardío que otros géneros, pronto derivará hacia el compromiso social.

3.1 Alfonso Sastre

Fundó varios grupos teatrales de gran compromiso político con la intención de renovar el panorama teatral.
Para Sastre, el teatro debía ser un instrumento de agitación y transformación de la sociedad.
En 1953 estrena Escuadra hacia la muerte, prohibida por la censura a la tercera representación. En ella, cuatro soldados asesinan al cabo que los dirigía en una misión suicida.
Cada uno asume a su modo la situación límite. Así pues, al margen del mensaje antimilitarista ,la obra aborda el conflicto entre la autoridad y la libertad de los soldados.

Obras posteriores van entrando de lleno en la denuncia social y el compromiso político, a través de la presencia explícita de situaciones violentas:
Por ejemplo, La mordaza (1954) trata sobre el temor de una familia a un padre tiránico, A partir de 1962 evoluciona hacia lo que él llama “tragedias complejas”. Estas obras constituyen una forma de evolución del esperpento de Valle-Inclán.
En ellas se presentan unos héroes irrisorios,: son magnificados por la historia, pero ironizados por sus debilidades.
Se abre esta etapa con La sangre y la ceniza, donde se escenifican los últimos acontecimientos vividos por Miguel Servet, un personaje histórico que se enfrentó a la Inquisición calvinista y que murió en la hoguera por no renegar de su descubrimiento de la doble circulación de la sangre.
El fruto más granado de esta concepción es La taberna fantástica, con la que consiguió el autor su mayor éxito de público.
La obra se sitúa en una taberna de un barrio de chabolas, a las que acuden Rogelio y el Carburo, dos quinquilleros que pasan la tarde emborrachándose, contando sus andanzas y discutiendo. Después del entierro de la madre de Rogelio, la discusión se hace más violenta y el Carburo mata a Rogelio.

3.2 Antonio Buero Vallejo

Es el dramaturgo de mayor interés del teatro de posguerra. Su producción está marcada por el compromiso adoptado por el autor ante los temas humanos más universales. Buero ve los deseos de los hombres y sus frustraciones, los obstáculos que los gobernantes, la sociedad o la existencia misma les ponen para impedir su realización plena. Y lo que ve, lo traslada a sus argumentos para comunicárselo al espectador y provocar en él una reflexión y una reacción.

Su primera etapa se caracteriza por un realismo matizado por el uso de símbolos.
En Historia de una escalera(1949) muestra ya su peculiar concepto de tragedia, en el que para los personajes hay siempre un margen de libertad y, por lo tanto, de esperanza;
Por eso sus obras presentan finales abiertos, dejando al espectador la labor de imaginarlos y de encontrar soluciones a los problemas que plantean. Es la historia de unos humildes vecinos que no tienen expectativas de mejora material;
la escalera, sin salida ni abertura, representa a la vez la inmovilidad social y la personal.
En ella vemos las frustraciones amorosas y laborales de unos personajes que parecen atrapados por su destino. Y sus hijos, treinta años después, parecen también condenados a repetirlo.

En su segunda etapa
Buero sigue fiel a su enfoque de la tragedia. Pero, ya desde 1958, incorpora algunos cambios.
Predominan las cuestiones sociales, casi siempre situadas en el pasado.
Así elude mejor la censura, aunque las conclusiones puedan trasladarse al mundo actual.

En las técnicas, pasa de una “construcción cerrada” a una “construcción abierta”:

Escenario múltiple


Fragmentación de la acción en cuadros o secuencias con rupturas temporales .

Recursos de “inmersión”

Estos hacen partícipe al espectador de las mismas sensaciones que experimentan los personajes:
Por ejemplo, en El sueño de la razón (1970), contemplamos las visiones delirantes de Goya y compartimos su sordera en algunos momentos de silencio. Entre sus títulos destacados está Un soñador para el pueblo (1958), sobre el ministro ilustrado Esquilache, que sueña con un futuro mejor para España y se estrella contra la rutina y los intereses reaccionarios.

En su tercera etapa Buero Vallejo intensifica rasgos de la anterior, como los efectos de “inmersión”, y hace más explícitos los contenidos sociales y políticos.
Uno de los títulos más destacados es La Fundación (1974), que nos introduce en una celda de presos políticos.
Uno de ellos, Tomás, trastornado, cree hallarse en un centro de investigación hasta que comprende la situación real y comparte las angustias y las esperanzas de los demás.

4. El teatro desde 1960


Un teatro de protesta y de denuncia.
Continúa la comedia burguesa y, a finales de la década, surge un teatro experimental.

4.1 El teatro realista de protesta y de denuncia

A Buero y a Sastre se unió un grupo de dramaturgos que trata de llevar a los escenarios el aquí y el ahora de las gentes humildes, víctimas de la injusticia social.
A pesar de compartir idénticas preocupaciones, la estética de la generación realista difiere de unos escritores a otros. Entre ellos destacan:

-Carlos Muñiz, en El tintero (1961), muestra con toques simbolistas a un trabajador esclavizado por la burocracia.

-Lauro Olmo, en La camisa (1962), presenta a modo de sainete la dura vida de los obreros venidos del campo a las chabolas de la ciudad.

4.2La comedia burguesa

En los años sesenta triunfó el teatro representado por la nueva comedia burguesa.
El ejemplo más característico sería el de Alfonso Paso, quien, tras unas primeras obras de interés testimonial, prefirió el camino del éxito, sirviendo al público burgués más de un centenar de comedias ,en las que los temas fundamentales son la búsqueda de la felicidad y la defensa del amor romántico.
Paso fue un maestro en el dominio del humor, sobre todo el verbal.

4.3 Nuevas formas de expresión dramática

Avanzada la década de los sesenta, surge un movimiento de renovación caracterizado por un acercamiento al teatro extranjero, a las corrientes renovadoras.
Una mayor valoración del teatro independiente frente al comercial y la búsqueda de nuevas formas y técnicas sacarán al teatro español del aislamiento y de la rutina.

Las experiencias más interesantes surgen de los grupos de teatro independiente, colectivos cuya actividad inquieta y renovadora se desarrolla al margen de los circuitos comerciales.
A pesar de los obstáculos políticos y económicos iniciales, surgen grupos por toda la península.
Características generales de estos grupos son:

  • La creación colectiva de la obra, en la que la improvisación desempeña un papel importante.
  • La infravaloración del texto en detrimento de los aspectos más espectaculares del teatro (expresión corporal, danza, música, luces, etc.).
  • Sus enfoques críticos, que no se limitan a lo político y lo social.
  • La ruptura de las convenciones escénicas. Se abandona el teatro a la italiana, por ejemplo, trasladando el escenario al patio de butacas y buscando la participación del espectador.

Los grupos más destacados fueron: Los Goliardos o Tábano (Madrid), Especialísima es la aportación de los grupos catalanes, desde Els Joglars a Els Comediants. Algunos de estos grupos siguen activos y han alcanzado una estabilidad y hasta una protección impensable hace años.

En cuanto a los autores individuales, se han enfrentado en este periodo con más obstáculos que los representantes del teatro realista.
En primer lugar, porque siguieron siendo fuertemente críticos;
En segundo lugar, porque sus novedades estéticas no fueron comprendidas ni aceptados por un público y una crítica muy conservadores. De ahí que podamos hablar de un teatro underground o soterrado.

El caso más revelador de esta marginación es el de Fernando Arrabal, quien optó por continuar su obra en Francia, donde alcanzó el más alto reconocimiento. Desde sus primeras obras, Arrabal manifestó su talante innovador apartado del realismo. Caracterizadas por la elementalidad escénica y un lenguaje ingenuo con rasgos de un humor procedente del absurdo, se trata de un teatro de seres indefensos, víctimas de opresores ocultos.
Es el caso de Pic-nic (1952), donde denuncia una guerra en la que los bandos se enfrentan para defender únicamente los intereses de la clase dominante.
Sólo a partir de 1977 se han podido montar en nuestro país títulos como Fando y Lis (1961) .

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