Poesía del Renacimiento Español: Interpretación de Garcilaso, San Juan y Fray Luis

Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega: La Fugacidad de la Belleza

Este texto es un soneto amoroso de Garcilaso de la Vega, autor característico del Renacimiento del siglo XVI, época en la que hace su aparición una nueva sensibilidad y una nueva forma de ver la vida: el hombre comienza a tomar protagonismo en la literatura. El texto se centra en la descripción de la amada, a la que describe como muy hermosa y bella, de ahí que el tema principal sea el amor.

Temas y Tópicos Centrales

Al leer este texto, la intención de Garcilaso es que nos demos cuenta de la fugacidad de la vida y que la aprovechemos al máximo, ya que la felicidad pasa muy rápido. A lo largo del texto aparecen tópicos fundamentales:

  • Carpe diem: Hay que disfrutar del momento (la vida).
  • Tempus fugit: Nos enseña a aprovechar el tiempo, ya que este es de gran valor y pasa muy rápido.

Estructura y Contenido

Haciendo utilización de los tópicos, podemos dividir el poema en dos partes:

  1. Primera parte (versos 1-8): Formada por los dos cuartetos. En esta sección no aparecen los tópicos, sino que se observa una descripción física idealizada de su amada, donde se recogen características de la belleza renacentista.

  2. Segunda parte (versos 9-14): Formada por los dos tercetos, donde aparecen los tópicos. Esta segunda parte se puede subdividir a su vez:

    • Versos 9 al 11: El poeta aconseja a la amada que disfrute de su belleza y de su juventud, antes de que pase el tiempo y los años, y que esto haga desaparecer la belleza, volviendo su pelo blanco.
    • Versos 12 al 14: La amada debe hacerle caso, pues hay una razón muy poderosa para que siga sus consejos: la fugacidad de las cosas terrenas, representada por la belleza (la rosa) que el tiempo (el viento helado) acabará marchitando. No hay remedio: la juventud (edad ligera) llegará a su fin, y ella cambiará, pues es inevitable que eso ocurra.

Métrica y Recursos Estilísticos

Respecto a su métrica, es un soneto (dos cuartetos y dos tercetos) cuya estructura es ABBA, ABBA, CDE, DCE, escrito en versos de arte mayor, endecasílabos y con rima consonante.

En el poema están presentes una serie de metáforas, las cuales podemos catalogar como alegorías, ya que son muy frecuentes, produciéndose una serie de metáforas encadenadas:

  • Metáforas: rosa y azucena, el cabello que en la vena del oro se escogió, coged de vuestra alegre primavera, marchitará la rosa del viento helado, todo lo mudará la edad ligera, etc.

En cuanto a otros recursos expresivos empleados por Garcilaso, podemos reconocer los siguientes:

  • Encabalgamientos (ejemplo: «En tanto que de rosa y azucena / se muestra la color en vuestro gesto»).
  • Epítetos, que aclaran y hacen referencia a la fijación de determinadas palabras (ejemplos: clara luz, hermoso cuello blanco, que describe a la mujer como muy hermosa).
  • Hipérbaton: Desordenación de las palabras, presente en numerosos versos (ejemplo: verso 12, donde aparece la palabra Marchita, con la que se quiere hacer hincapié en la pérdida de la belleza con el paso de los años).
  • Gradaciones y enumeraciones, donde el poeta va aumentando la intensidad del poema.
  • Geminaciones y derivaciones (ejemplo: mudará y mudanza), donde se hace alusión a lo pasajero de las cosas.

Conclusión del Soneto

Este soneto es uno de los más reconocidos de Garcilaso de la Vega. En él se recogen algunas de las características fundamentales de la época renacentista, como el tema del amor platónico, la idealización de su amada y el uso del soneto endecasílabo. Garcilaso sintetiza las cualidades físicas del prototipo de la mujer renacentista que, en su caso particular, es la dama a la que amó desesperadamente sin ser correspondido. La fugacidad de lo terreno, tema fundamental en la literatura del Renacimiento, la expresa aquí el poeta por medio de la belleza física, lo que invita a disfrutar de los placeres de la vida.


Noche Oscura del Alma de San Juan de la Cruz: El Éxtasis Místico

Este poema es un conjunto de liras escritas por San Juan de la Cruz, perteneciente a la lírica mística, propia del siglo XVI en el Renacimiento. Es fácil de catalogar como lírica mística, ya que su tema es el encuentro de una muchacha, en la noche, con su amante. Si bien esto hay que entenderlo desde el punto de vista de la mística, corriente a la que pertenecía San Juan y que lleva a hacer una interpretación metafórica de los personajes. Por tanto, la amada sería el Alma y el amado sería Dios. El encuentro de los amantes se correspondería con la unión del alma con Dios: el éxtasis místico.

Simbolismo y Argumento

El poema describe a una joven que, en plena noche, aprovechando la tranquilidad de esa hora, sale a escondidas de su casa y va a reunirse con su enamorado. Envuelto en la oscuridad, se deja dirigir por la luz de su propio amor hasta el lugar de la cita, donde la pasión de los amantes culmina. A continuación, relajados por la brisa nocturna, los amantes se adormecen, primero él y después ella misma.

Estructura y Vías Místicas

Este pequeño resumen también se puede dividir en tres partes, que se relacionan con las tres vías de la mística:

  1. Vía Purgativa (versos 1-13): Trata de cómo la muchacha (el alma) escapa de su casa por la noche, disfrazada y en secreto, para ir a reunirse con el amado. Se corresponde con la purificación del alma.

  2. Vía Iluminativa (versos 14 a 22): Muestra a la muchacha, ya fuera de la casa, yendo al encuentro de su amado. La luz que actúa de guía representa la luz de Dios que sirve para guiar al alma al verdadero conocimiento.

  3. Vía Unitiva (versos 23 al final): Se expresa el clímax que provoca el encuentro de los amantes (que representan al alma y a Dios) y las sensaciones posteriores a la relación amorosa. Se muestran las sensaciones propias de esta unión con Dios, el éxtasis místico.

Métrica y Recursos Estilísticos

Respecto a su métrica, el poeta hace uso de la lira, estrofa muy recurrente en el Renacimiento, cuyo esquema se corresponde con el poema: combinación de versos heptasílabos y endecasílabos con rima consonante y cuyo esquema métrico es: aBaBb.

Utiliza numerosos recursos estilísticos:

  • Aliteración (ejemplo: verso 2 o en el 4: salí sin ser notada).
  • Numerosas exclamaciones retóricas e hipérbatons.
  • Anáfora de «oscuras» a comienzos de los versos 6 y 9, entre los que hay un paralelismo.
  • Epítetos (ejemplo: noche oscura), que nos ayudan a entender la lectura.
  • Elipsis y numerosas personificaciones (ejemplos: noche dichosa, ¡Oh noche que guiaste!).
  • Antítesis (ejemplo: verso 22, donde aparece la contraposición de la noche y la alborada).
  • Metáforas (ejemplo: en el corazón ardía).
  • Hipérbole en los versos 16 y 17.
  • Apóstrofe a la noche, resaltado por la exclamación y la anáfora ¡Oh noche!.

Conclusión

Este poema de San Juan explica la relación entre dos amantes como metáfora de la literatura mística renacentista, usando para ello una de las estrofas más habituales de esta época, la lira. El autor tuvo que aclarar en su momento la necesidad de hacer una interpretación religiosa, ya que el poema puede ser entendido perfectamente como un poema amoroso.


Égloga I de Garcilaso de la Vega: Lamento y Naturaleza

Este texto es una égloga de Garcilaso de la Vega del siglo XVI, propia del Renacimiento, ya que es un género típico de la lírica culta renacentista. Es uno de los tópicos más escritos durante el Renacimiento: el amor hacia una amada y el rechazo de esta al amor, expresando el autor extrema tristeza. Garcilaso fue el primero en cultivar la égloga en castellano.

Temas y Contexto

Está presente el petrarquismo, propio de la lírica renacentista, ya que a lo largo del poema los pastores se dirigen a una mujer y expresan las penas que sienten hacia ella. Podemos destacar como temas principales:

  • El Amor: Influenciado por Petrarca, todo está relacionado con el dolor amoroso y la muerte de la amada.
  • La Naturaleza: Marco principal en el que se inspira el poeta. Todo es narrado sobre un paisaje propio del encuentro entre los pastores, un lugar tranquilo y ameno, de ahí que aparezca el tópico del locus amoenus, describiendo el paisaje como un lugar ameno y tranquilo.

Estructura y Personajes

La égloga expresa las lamentaciones de Salicio, uno de los pastores, por los desdenes de Galatea, y las de Nemoroso, el otro pastor, por la muerte de Elisa. Tanto uno como el otro corresponde a momentos decisivos en la vida del poeta, que hacen referencia al amor no correspondido por Doña Isabel y a la muerte de esta. Llena de emoción y exquisitas descripciones del paisaje, la Égloga I se puede dividir en dos partes: una donde se describe el paisaje y otra donde se habla y describe a la amada y se narran las penas que el pastor siente con la noticia de su muerte.

Métrica y Recursos

Por lo que se refiere a la métrica, aparece una combinación de versos de arte mayor y de arte menor, principalmente endecasílabos y heptasílabos, con rima consonante y un esquema métrico de rima ABCBAC, haciendo uso de las estancias y silvas.

Hace uso de recursos literarios como:

  • Epítetos, que ayudan a entender cómo es el paisaje a la hora de ser descrito.
  • Paradoja, ya que hay veces que se contradice a sí mismo.
  • Metáforas.

Oda I: La Alabanza a la Vida Retirada de Fray Luis de León

Esta Oda I, titulada «Vida Retirada», es de Fray Luis de León, poeta del siglo XVI, perteneciente a la corriente ascética. Fray Luis no solo escribió poemas basándose en los clásicos e influido por ellos, como esta oda, sino también de temas históricos, dedicados a personajes de su tiempo (Salinas), religiosos, así como también hizo traducciones de autores clásicos y temas bíblicos.

Tema Principal y Tópicos

En esta Oda I, el autor comienza hablando de la vida retirada y el desprecio por las vidas mundanas y el ansia de fama. Pretende encontrar la tranquilidad y quiere vivir en armonía con la naturaleza, disfrutando al máximo de ella, de ahí que su tema principal sea la alabanza a la vida tranquila y sencilla que se encuentra en contacto con la naturaleza. Aparecen tópicos como el Beatus ille, ya que la vida se presenta como dichosa, y solo será sencilla si está en contacto con la naturaleza.

Estructura de la Oda

Podemos dividir esta oda en tres partes:

  1. Parte I (verso 1 al 5): Elogia la vida retirada.

  2. Parte II (verso 6 a 20): El poeta no se siente atraído por el poder, la riqueza o la fama.

  3. Parte III (verso 21 al 40): Busca la tranquilidad viviendo en armonía con la naturaleza, lejos del odio, las esperanzas y el recelo.

Recursos y Estilo

Fray Luis de León no hace una simple descripción de su ideal de vida (espiritual), sino que se dedica a compararlo con lo que normalmente buscan la mayoría de los hombres: riqueza y poder. No utiliza un lenguaje ampuloso; es un estilo sencillo que se nota en la utilización del hipérbaton, recurso que le ayuda a resaltar sus ideas, y en unas metáforas claras, poco elaboradas, pero que sirven perfectamente a su propósito: cuando nos habla del mar tempestuoso o mar airado, vemos enseguida la relación con el vivir mundano. Ha conseguido con pocas palabras describirnos la complejidad de ese vivir basado en los bienes terrenales. Todo esto nos muestra la perfecta armonía entre fondo y forma del poema. Los motivos líricos principales de Fray Luis de León contenidos en esta Oda son:

  • Secretum iter (senda escondida)
  • Beatus ille (dichoso aquel)
  • Vanitas vanitatum (vanidad de vanidades)
  • Locus amoenus (lugar ameno)
  • La barca en mar tempestuoso
  • Aurea mediocritas (dorada medianía)

Análisis Detallado de Estrofas

A pesar de que el tema principal sea la apacibilidad, hay dentro del poema una serie de motivos secundarios, propios de la época de Fray Luis de León, que serán recurrentes en el resto de su obra:

¡Qué descansada vida!

El poeta comienza con un elogio a la vida retirada en inocente soledad (versos 1 y 2) y a aquellos que son capaces de huir de las futilidades del mundo (verso 3), como hacen los auténticamente sabios (versos 4 y 5). Dos son los temas que aparecen en esta estrofa: la escondida senda (secretum iter) y el dichoso aquel que huye de lo mundano (beatus ille).

¡Que no le enturbie el pecho!

No siente envidia por los que ostentan el poder, y para que quede clara su aversión, utiliza el hipérbaton: trastocando el orden lógico de la frase enfatiza esa falta de envidia. Esto lo expresa por medio de la idea, normal en su época, de que las construcciones más antiguas y suntuosas las habían fabricado los moros.

¡Despiértenme las aves!

Retoma aquí Fray Luis el tema del Locus amoenus (o lugar idílico) expresando las razones que le llevan a esta búsqueda: compara el trino natural y armonioso de los pájaros (cantar suave no aprendido) con la composición artificiosa de los que pretenden lisonjear con su obra a los poderosos, o se sienten obligados a ellos (quien al ajeno arbitrio está atenido); pues estos últimos siempre estarán pendientes del gusto de quienes son sus señores.

¡Vivir quiero conmigo!

Su razón principal es que quiere vivir solitario (conmigo) y tranquilo, disfrutando de todo lo que Dios ha creado (del bien que debo al cielo) sin verse sometido a las pasiones humanas, a las que enumera de forma sugestiva por medio de una larga elipsis, compuesta de términos opuestos (amor-odio), expresando con ello que, ya sean buenas o malas, no encajan con el Beatus ille o dichoso aquel.

¡Y como codiciosa!

Nos describe el poeta el río que baja desde la montaña y cómo desciende presuroso creando vida a su paso. Todos los adjetivos de esta lira nos muestran la armonía y equilibrio de esta naturaleza (hermosura, airosa, pura) que el río quiere admirar. Armonía y equilibrio que significan la apacibilidad que despierta en el alma el contacto con la naturaleza.

¡Y luego sosegada!

Sigue describiéndonos el río que aparece en el paisaje que él mismo va creando. Hipérbaton tras hipérbaton recalca la importancia de las cosas de la naturaleza (árboles, suelo, verduras, flores) frente a la acción que las produce (vistiendo, esparciendo).

¡El aire el huerto orea!

Ya nos ha descrito físicamente el Locus amoenus, pero ahora debe hacer lo mismo con el ambiente, con lo intangible, con lo que no se ve pero se siente: con los olores (indescriptibles, mil) y con el sonido que lo envuelve, que es blando y suave (manso ruido). Todo lo cual produce tal apacibilidad en el espíritu del poeta que le hace despreciar las riquezas (oro) y el poder mundano (cetro). La apacibilidad de espíritu solo es posible en contacto armónico con la naturaleza, lejos de la fragilidad del poder (nobleza, ajeno arbitrio, cetro) y de la riqueza (oro, dinero).

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