El Romanticismo: Origen y Esencia
El Romanticismo hace referencia a un movimiento cultural opuesto a los principios de la Ilustración. En Europa, entre 1770 y 1800, tuvieron lugar cambios significativos, pasando de ideas absolutistas y neoclásicas a democráticas y románticas. Este movimiento surge en las primeras décadas del siglo XIX como resultado de la profunda crisis social e ideológica presente en esta época. Lo común del movimiento romántico en su conjunto es la forma de sentir y concebir al hombre, la naturaleza y la vida.
A pesar de ello, cada país produjo un movimiento romántico particular y distinto. Incluso, dentro de cada Romanticismo nacional, se desarrollaron distintas tendencias. Se suelen distinguir:
- Romanticismo de apariencia católica y nacional: Representado por el Duque de Rivas.
- Romanticismo más liberal y materialista: Representado por Espronceda.
La Literatura Romántica Española
Su desarrollo fue extraño y tardío debido a las circunstancias históricas y políticas por las que estaba pasando España durante el primer tercio del siglo XIX.
Características Ideológicas del Romanticismo
- Libertad e individualismo: El individuo cobró importancia y se afirmó su libertad (moral, política y artística) como valor supremo.
- Subjetividad y sentimentalismo: Se reivindicó la concepción subjetiva de la realidad, manifestada en la expresión de la interioridad del yo romántico.
- Angustia existencial: Se expresó con melancolía y desgarro, ya que el ansia de libertad chocaba con la realidad.
- Historicismo y nacionalismo: Se reclamó el carácter histórico de las obras y se le concedió importancia a conceptos como pueblo, patria y nación.
- Huida de la realidad e irracionalismo: El pasado, alejado de la realidad, sirvió para expresar los deseos e ideales. También se emplearon lugares lejanos o exóticos y la fantasía.
- Naturaleza dinámica: Se identificó con los estados de ánimo del artista.
Características Formales del Romanticismo
- Ausencia de reglas: Hubo una importante renovación estilística. Se llevó al ámbito formal el anhelo de libertad y se optó por la combinación de géneros.
- Renovación métrica: Se amplió el repertorio de formas métricas. Surgieron nuevos ritmos acentuales y combinaciones estróficas. Se prefirió el metro largo y las rimas sonoras, con una métrica precedente de la modernista.
- Renovación léxica: Se incorporó un nuevo caudal léxico: neologismos, arcaísmos, cultismos y extranjerismos. Se prefirieron palabras procedentes de campos semánticos del sentimiento, como el dolor o la desesperación. Hubo un exceso de adjetivación y un vocabulario espontáneo, intenso y enérgico.
- Exaltación retórica: Se emplearon abundantes exclamaciones, frases entrecortadas, puntos suspensivos e hipérboles. La retórica se caracterizó por el lenguaje figurado, con imágenes, metáforas y comparaciones.
- Falta de sencillez: Se caracterizó por el exceso verbal, la ironía y la burla, entre otros.
Temas Recurrentes del Romanticismo
- La libertad
- El poder y la justicia
- El sentido de la vida y el silencio de Dios
- El destino del ser humano y sus misterios
- El amor (deseado e inalcanzable)
- El gusto por la soledad
El Drama Romántico
Se inició con el estreno de La conjuración de Venecia (1834), de Francisco Martínez de la Rosa; Macías (1834), de Mariano José de Larra, y Don Álvaro o la fuerza del sino (1835), del Duque de Rivas. Gran parte de las obras eran traducciones o adaptaciones de piezas extranjeras o textos de dramaturgos clásicos españoles como Lope de Vega. En sus tramas proyectaron las ideas y tensiones presentes en la sociedad de la época.
Estructura y Discurso del Drama Romántico
- División de la obra en jornadas (actos).
- Mezcla de verso y prosa en la misma obra y tendencia a la polimetría.
- Argumentos complejos, distintos lugares para desarrollar el conflicto y uso del tiempo según las necesidades del autor.
- Mezcla de lo cómico y lo trágico, de escenas de tensión dramática con otras de intenso lirismo.
Personajes del Drama Romántico
- El protagonista solía ser noble, generoso, de origen desconocido o misterioso, y acababa siendo víctima de un destino lleno de impedimentos.
- El papel de las mujeres estaba condenado al sufrimiento, puesto que amaban apasionadamente hasta el sacrificio.
- Además, aparecían numerosos personajes secundarios que contribuían a la ambientación.
Temas del Drama Romántico
- La fatalidad y el amor apasionado, por encima de las normas y hasta de la muerte.
- La venganza, extremada y sangrienta.
- El poder y la autoridad.
La Poesía Romántica
En las primeras obras de este período, se podían apreciar todavía rasgos del Neoclasicismo. En la primera mitad del siglo XIX, la poesía se caracterizó por la mezcla de géneros y estilos e innovaciones como la polimetría, las escalas métricas y el poliestrofismo.
Poesía Narrativa Romántica
Recreó leyendas, tradiciones, cuentos populares y romances en los que incorporó elementos maravillosos o fantásticos. Destacó la poesía histórica (tema caballeresco) y la filosófica (tipo social). Ejemplos notables son El moro expósito (1834) y los Romances históricos (1841) del Duque de Rivas.
Poesía Lírica Romántica
Por un lado, se encontraba la que estaba centrada en los conflictos entre el individuo y el mundo. Sobresalieron las canciones de José de Espronceda. Por otro lado, una lírica más intimista se centró en los temas del amor, la naturaleza y la muerte. Se puede mencionar a Enrique Gil Carrasco con Obras de Enrique Gil (1873).
La Prosa Romántica
La prosa romántica se desarrolló en dos direcciones temáticas principales:
Novela Histórica Romántica
Novelas ambientadas en la Edad Media que buscaban iluminar el presente a través de ejemplos pasados. Fueron melodramáticas y comprometidas. Destacaron:
- El doncel de Don Enrique el doliente (1834), de Mariano José de Larra.
- Los bandos de Castilla, de Ramón López Soler.
- El Señor de Bembibre (1844), de Gil y Carrasco.
Novela Social y de Costumbres Romántica
Se caracterizó por la pintura de costumbres mediante una descripción inmovilista de una realidad social típica. Se recrearon temas actuales en el momento, buscando la amenidad con un lenguaje popular. El costumbrismo romántico fue determinante para abrir paso a la novela realista. Ejemplos:
- Panorama matritense (1835), de Mesonero Romanos.
- Escenas andaluzas (1846), de Estébanez Calderón.
- Un libro colectivo: Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844).