Teatro de humor intelectual

39: El teatro neorromántico de Echegaray y el teatro realista de Galdós tenían un gran apoyo popular y triunfaban por encima de las tendencias renovadoras de otros autores. El teatro comercial contaba con la burguesía como público fiel y su finalidad era distraer, los autores planteaban argumentos más o menos amables dirigidos a la elegante clase media. El público mostraba preferencia por el costumbrismo, representado por la alta comedia o por el sainete, su máximo representante es Jacinto Benavente.
Se desarrolla un teatro poético con un argumento alejado de los problemas contemporáneos. Destacan Villaespesa, Machado.
Encontramos un teatro humorístico que aborda temas superficiales con una trama fácil con personajes populares y castizos. Destacan Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero y Pedro Muñoz Seca junto con el humor renovador de Jardiel Poncela y Miguel Mihura (Tres sombreros de copa, estrenada con éxito 20 años después. En ella, se plasma el enfrentamiento entre el individuo y las convenciones sociales; se recogen escenas de la última noche de soltero de Dionisio en una pensión por la que pasan personajes extravagantes. Se ofrece una visión pesimista de la vida, disuelta en un suave humor absurdo que satiriza actitudes sociales y que, en su momento, no fue entendido. Convierte a Mihura en precursor del teatro del absurdo). Frente a las tendencias mayoritarias surgió un tipo de teatro innovador y minoritario. Su objetivo era evitar la vulgaridad del teatro comercial. Autores como Azorín, Unamuno o Valle-Inclán (se pueden distinguir tres etapas: influencia de Rubén Darío,tono más crítico y agresivo y la creación de farsas y de esperpentos: Luces de bohemia, en la que se describe la última noche en la vida de un poeta bohemio, llamado Max Estrella; durante su largo paseo con don Latino aparecen los aspectos más miserables de la vida española y la condición humana. Define esperpento como una estética deformadora que resalta lo grotesco)cuya producción teatral está a camino entre el Modernismo y el G-98 se esforzaron por cambiar el panorama teatral español a través de argumentos simbólicos o conceptuales, cargados de elementos metafóricos. Los autores vanguardistas de la G-27 poseen un concepto social del teatro. Destacan: el teatro humanista de conflictos éticos de Pedro Salinas, el teatro reivindicativo y comprometido de Miguel Hernández.
, Max Aub, Alejandro Casona y sobre todo Rafael Alberti (Empieza con obras vanguardistas en las que trata el tema del absurdo de la vida y la soledad y termina con un teatro comprometido en el exilio, y Lorca (El teatro de Lorca es un teatro poético, gira en torno a símbolos medulares, se desarrolla en espacios míticos o de un realismo trascendido, y encara problemas sustanciales del existir. La producción dramática de Lorca puede ser agrupada en cuatro conjuntos:
farsas, comedias «irrepresentables», tragediasy dramas,
La influencia que estas nuevas tendencias ejercieron sobre el teatro fue casi inapreciable, ya que el público seguía prefiriendo el teatro de masas. Además de esto, los empresarios teatrales buscaban la rentabilidad económica inmediata gracias a las obras que seleccionaban, y es evidente que el teatro renovador de principios del siglo XX no atraía mucho público a las salas. Los espectadores estaban acostumbrados a los dramas de Echegaray.

40: El teatro durante la Guerra Civil fue un medio de propaganda política para ambos bandos. Tras la guerra fallecen algunos autores (Lorca), otros parten al exilio (Alberti) y otros permanecen en España (Benavente). El teatro sometido a la censura recuperará géneros y temas propios de otra época. En la posguerra cultivarán un teatro heroico-patriótico y se cultiva un teatro consumista que incluye la alta comedia , comedia costumbrista cuyos  temas son los propios de la comedia burguesa: honor, celos, infidelidades, conflictos generacionales, que siempre alcanzaban un buen fin, y el teatro humorístico y su híbrido, la revista musical, con Jardiel Poncela y Miguel Mihura, aunque tuvieron que abandonar su originalidad inicial (anticipadores del «teatro del absurdo”)  y acomodarse a los gustos del público. Hacia finales de los años cuarenta, la obra inicial de Buero Vallejo, Historia de una escalera ofrecía una versión no idealizada de la realidad. Posee una estructura dramática cercana al sainete. En ella se daba entrada a la amargura, la esperanza y las frustraciones de una sociedad inmóvil. Buero manifiesta una búsqueda de una verdad profunda.
Alfonso Sastre aporta nuevos planteamientos, existenciales y sociales, y un lenguaje más depurado. Algunos autores realistas, conseguirán burlar la censura; otros verán prohibidas sus obras y no podrán ver representadas sus obras hasta la democracia.

El teatro realista de los sesenta

Una serie de autores continúan el camino iniciado por Buero Vallejo y Alfonso Sastre, y desarrollan una dramaturgia que evoluciona desde unas formas realistas-naturalistas hacia nuevas orientaciones estéticas: la farsa grotesca o el sainete. Estos autores muestran predilección por temas sociales, usan un lenguaje violento, directo y sin eufemismos, con predominio de un tono de amargura y desesperanza, y sus protagonistas se presentan habitualmente como víctimas, fracasados y destruidos por la sociedad alienada. La camisa de Lauro Olmo. El teatro de protesta y denuncia se designa a un grupo de autores que por motivos políticos no pudieron estrenar sus obras. Una serie de autores adoptan un estilo dramático diferente para tratar temas similares a los de los autores realistas, teatro no realista.
Los rasgos comunes de estos autores son: personaje-signo, acción y lenguaje simbólicos, desarrollo de la acción no lineal, concepción del teatro como espectáculo y experimento colectivo, pérdida de importancia del texto y preferencia por la farsa grotesca y satírica (Francisco Nieva y Fernando Arrabal) En esta labor de renovación del teatro también fueron importantes los grupos de teatro independientes (La cubana) A partir de la transición democrática se rescatan textos dramáticos de autores fallecidos o en el exilio o prohibidos, los grupos de teatro independiente se profesionalizan, formando compañías estables, y surgen nuevos autores (Fermín Cabal) Este tipo de teatro incorpora innovaciones dramáticas a veces importadas de autores y directores de escena europeos y americanos y coexiste con un teatro de consumo (el drama burgués y la comedia de humor). Creación del Centro Dramático Nacional, Compañía de Teatro
Clásico; el impulso de festivales: Almagro, Mérida

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