Fundamentos de la Lingüística Moderna: Conceptos y Perspectivas Clave

Introducción a la Lingüística

1. La Lingüística: Concepto y Objetivos

La Lingüística estudia el lenguaje humano. El lenguaje se manifiesta solo en los seres humanos a través de las lenguas que les permiten hablar entre sí y consigo mismos. Es propio de los seres humanos, y cualquier otra cosa que reciba la denominación de lenguaje lo será solo por similitud con el lenguaje humano. Los seres humanos hablan entre sí, se comunican intercambiando mensajes; pero también hablan consigo mismos, aunque no profieran palabras: el lenguaje es la base del pensamiento humano; no es posible conectar ni estructurar ideas sin la ayuda del lenguaje. A través de la comunicación, del intercambio de información, los seres humanos toman conciencia de sus experiencias, que contrastan con otros al expresarlas. Así, por ejemplo, cuando las experiencias son dolorosas y se expresan, el dolor puede convertirse en provocación; y cuando las experiencias son felices, la euforia puede convertirse en serenidad. La comunicación es necesaria para verificar el conocimiento y para modificar las condiciones sociales. Según Paulo Freire, la primera toma de conciencia se da en el pronunciamiento del mundo. Por todo ello, el lenguaje es el centro de nuestra vida intelectual y social, y las lenguas, manifestaciones concretas del lenguaje humano, juegan un papel fundamental en la cultura de cualquier pueblo.

Objetivos:

  1. Especificar la naturaleza del lenguaje, y concretamente las potencialidades que este aporta al hombre y las limitaciones que le impone.
  2. Identificar, al menos de manera abstracta, las reglas que los hablantes de una lengua aplican al producir y recibir un mensaje lingüístico.
  3. Describir y explicar los cambios que se producen, en el curso del tiempo, en la organización y en la estructura de las lenguas.

2. Características de la Lingüística Actual

Errores Tradicionales

La base de los estudios lingüísticos es la lengua escrita. Este error proviene de Grecia, de hace muchos años. En los textos de Homero (siglo V a. C.) hay estudios que sugieren que la lingüística comenzó aproximadamente en el siglo III a. C. En esta época, se intentó estudiar a Homero a través de sus textos porque no se tenía otra alternativa. Se consideraba que la lengua escrita era más o menos igual que la oral, y que no había por qué desechar la lengua oral. Ferdinand de Saussure (1916) intentó subsanar este error, afirmando que la lengua escrita y la oral son diferentes, y que la escrita no es superior a la oral. La lengua oral es un signo, y la lengua escrita es la representación de ese signo.

La «falacia clásica» (Lyons) sostiene que la lengua del pasado era mejor («los jóvenes cada vez hablan peor») o que la lengua culta es superior. Aunque estas ideas no se mantienen formalmente, todavía están latentes.

La evolución de la lengua se equipara a la corrupción. ¿Por qué ocurre esto? La lengua es comunicación, la comunicación es sociedad, y si la sociedad cambia, estos cambios afectan al lenguaje. Es inevitable que una lengua evolucione. La función del lenguaje y las lenguas radica en su utilidad social. En el momento en que algo no sirve o cambia, se elimina, se sustituye por otra forma o se añaden nuevas.

La lingüística prescriptiva: Hasta los siglos XIX-XX, se sostenía que la lingüística era prescriptiva y que su función era enseñar a hablar «bien». Hoy en día, se considera que es descriptiva (al estudiar lingüística, se observan y describen objetos lingüísticos).

Rasgos Actuales

  1. La lingüística es observable y empírica: se basa en datos comprobables, que son las lenguas.
  2. Es una ciencia exacta: no debe dar lugar a ambigüedades.
  3. Es objetiva.
  4. Es autónoma: constituye un campo de estudio en sí misma.

3. Requisitos Previos para el Estudio del Lenguaje

  1. Se estudia lo inobservable: La primera dificultad radica en comprender que, al estudiar el lenguaje, se abordan fenómenos que no son directamente observables. Su contenido es interno por naturaleza y definición, escapando a la observación directa. Es una disciplina esencialmente no observable, ya que solo algunos de sus fenómenos son perceptibles (siempre que se escriban, se puedan oír o grabar).
  2. Renunciar a la naturalidad: La segunda dificultad reside en la necesidad de dejar de considerar el lenguaje como un comportamiento espontáneo y natural, para verlo como un objeto externo que puede ser sometido a estudio. Es fundamental concebir el lenguaje como un objeto complejo para poder abordar la lingüística.
  3. Un análisis interminable: Una dificultad adicional no se relaciona con el individuo que se acerca al lenguaje, sino con la naturaleza misma de este. Se trata del carácter intrínsecamente informal del lenguaje y de las lenguas, lo que lleva al investigador a sentir que no logra captar los rasgos principales de un determinado fenómeno. Muchos otros ámbitos lingüísticos presentan esta informalidad, lo que puede decepcionar a quienes buscan estructuras regulares en el lenguaje. En algunos casos, este efecto se manifiesta como la percepción de una virtual infinitud.
  4. Construir el propio objeto de estudio: El esfuerzo de reflexionar sobre la lingüística se ha vuelto más complejo debido a que, a diferencia de otras ciencias, la lingüística debe construir su objeto a medida que avanza. Debe delimitar dónde empieza y dónde termina dicho objeto, lo cual a menudo se debe a que estudia fenómenos no observables.
  5. Las lenguas se estudian con las lenguas: La lingüística tiene como objeto el lenguaje y las lenguas, pero para estudiarlos no puede servirse de otra cosa que de las propias lenguas. Es decir, el objeto de estudio y el instrumento para estudiarlo son idénticos, lo que conlleva no pocos problemas.

4. El Estudio Científico del Lenguaje

La Lingüística es el estudio científico del lenguaje y, en ese sentido, procura actuar como las demás ciencias: mediante la observación rigurosa de los datos empíricos, trata de describir y explicar las estructuras que los organizan y las leyes que regulan dichas estructuras. Estos datos empíricos proceden del habla humana, que es la manifestación de una lengua, producto concreto de la facultad del lenguaje propia de los seres humanos. Por lo tanto, al lingüista le interesa cómo se habla, no cómo se debe hablar.

Veamos un ejemplo sobre el uso del artículo y el demostrativo ante sustantivos femeninos que empiezan por ‘a’ tónica. Podríamos encontrarnos con cuatro usos, según tres grupos de personas:

  • Grupo 1: usos 1 y 4
  • Grupo 2: usos 1 y 3
  • Grupo 3: usos 2 y 4

Usos:

  1. El alma
  2. La alma
  3. Esta alma
  4. Esta alma

Ejemplos por uso:

Uso 1Uso 2Uso 3Uso 4
El almaLa almaEsta almaEsta alma
El aguaLa aguaEsta aguaEsta agua
El asaLa asaEsta asaEsta asa
El hachaLa hachaEsta hachaEsta hacha

Una gramática prescriptiva, por ejemplo, la de Gómez Torrego, diría que los usos correctos son el 1 y el 4, y la explicación es la eufonía. Sin embargo, por la misma eufonía, podríamos admitir el uso 3 y desterrar el 4. Según la gramática normativa, el artículo correcto es el masculino, pero todos los sustantivos son femeninos si los hacemos concordar con un adjetivo, lo que nos daría un uso como:

  1. agua cristalina, alma cándida, asa dorada, hacha afilada.

La labor del lingüista no es determinar qué uso es más correcto, aconsejar o prohibir determinados usos. Su función es dejar constancia de los cuatro usos y explicarlos. Para esta explicación, el lingüista deberá situarse en una de las siguientes perspectivas:

A. Perspectiva Sincrónica

Dentro de la perspectiva sincrónica, es crucial distinguir entre la interna (que busca una explicación estructural) y la externa (que busca los factores sociales, culturales, dialectales, etc.). Desde la óptica estructural, se podría argumentar para el Grupo 1 que el artículo femenino singular, como morfema, puede manifestarse según los casos mediante dos representaciones fonológicas diferentes: /el/ si el sustantivo comienza por /á/ tónica, y /la/ en los demás casos. Para el Grupo 3, esta alternancia no existirá y, por lo tanto, utilizarán en todos los casos /la/ como representante del morfema. En ambos grupos, el uso 4 es el natural para cualquier adjetivo que concuerda en género con el sustantivo. El Grupo 2 establece una analogía con el artículo y utiliza el demostrativo de la misma manera. Pero todos los grupos utilizarán el uso 5, lo que confirma que se consideran ante sustantivos femeninos. La explicación estructural describe cómo son los usos: distingue entre contenido (artículo femenino singular) y expresión (/el-la/), y describe los distintos usos según la concordancia, la analogía o la disimilación fonética. Sin embargo, en ningún caso emite juicios sobre la corrección o elegancia de unos usos y otros.

La perspectiva externa tratará de explicar los distintos usos según la pertenencia de los grupos a una clase cultural y social. El Grupo 1 podría pertenecer a una clase social alta, con un grado superior de cultura. El Grupo 2, a una clase media con un grado medio de cultura. El Grupo 3, a la clase social trabajadora, con menos nivel cultural. Esta perspectiva también puede estar conectada con los dialectos, en cuyo caso las clases más altas también utilizarían los usos 1 y 4. Esta perspectiva externa también podría explicar por qué la gramática normativa considera correcto el uso que coincide con las clases sociales más altas y con un nivel cultural superior.

B. Perspectiva Diacrónica

Desde este punto de vista, se podría explicar que el latín no poseía artículo y, por lo tanto, el artículo de las lenguas romances procedía del demostrativo latino ille, illa, illud, que evoluciona a él, la, lo. La forma femenina pasó por varias etapas: illa > ela > la. En épocas remotas, el artículo ela perdía la última vocal delante de cualquier vocal: se decía el(a) agua y el(a) espada. Con el tiempo, permaneció la pérdida ante vocal tónica y no ante las demás vocales. Esto demuestra que, históricamente, la forma /el/ ante sustantivos femeninos que empiezan por /á/ tónica procede de una forma femenina.

5. Los Distintos Enfoques de la Lingüística

Casi siempre, el término «lingüística» va seguido de un calificativo que delimita el campo de estudio que abarca. La Lingüística General es una denominación pensada en contraposición a la lingüística dedicada a las lenguas particulares (lingüística española, francesa, etc.). La Lingüística General puede entenderse, por lo tanto, como el estudio de los constructos teóricos que permiten describir y explicar las diversas lenguas humanas. La Lingüística General debe proporcionar los medios (conceptos, categorías, unidades, técnicas de análisis, etc.) que permiten analizar las lenguas. Cada lingüística particular deberá utilizar esos medios para el análisis de la lengua de su competencia. De aquí se desprende que no se puede acceder a la lingüística particular sin conocer la lingüística general y que, por otra parte, la lingüística general no puede desarrollarse si no se basa en los datos procedentes de las diversas lenguas. Por otra parte, si a la Lingüística General le compete todo aquello que tenga relación con el lenguaje humano, cualquier otra perspectiva que se pueda adoptar entrará dentro de la Lingüística General.

Veamos también la diferencia entre lingüística teórica y lingüística aplicada. La lingüística teórica propone modelos teóricos del funcionamiento del lenguaje y las lenguas. Un modelo es un mecanismo que imita una situación, comportamiento o proceso lingüístico por abstracción de sus propiedades más relevantes. Una gramática teórica de una lengua puede ser un modelo del funcionamiento real de dicha lengua. Pero también se pueden proponer modelos de funcionamiento de aspectos parciales del lenguaje, como la percepción o la producción. La Lingüística Aplicada es la traslación de los modelos teóricos a ciertas prácticas donde interviene la lengua: el aprendizaje de segundas lenguas, la recuperación en las patologías del habla, la normalización y planificación lingüística, usos forenses del habla, lingüística computacional, etc. Las aplicaciones conllevan a menudo replanteamientos de la teoría, por lo que se establece una dinámica creativa entre teoría y aplicación.

Una nueva dicotomía se establece entre lingüística sincrónica o descriptiva y lingüística diacrónica o histórica. La primera se centra en el estudio de la lengua en un momento dado, sin tener en cuenta su evolución; la segunda, por el contrario, examina cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.

Existe otra diferencia entre lingüística interna o microlingüística y lingüística externa o macrolingüística. La primera atiende a la estructura interna de las lenguas, por lo que se centra en el estudio de la fonética, fonología, gramática, semántica o pragmática. La segunda atiende a las relaciones de la lengua con la sociedad (sociolingüística), con la mente y el cerebro (psicolingüística y neurolingüística), con la cultura (etnolingüística) o con la utilización de la lengua para persuadir a los oyentes (retórica). Según J. Lyons, la mayoría de los lingüistas considerarían que la microlingüística sincrónica teórica constituye el núcleo de la Lingüística y le confiere unidad y coherencia.

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