Introducción a la Generación del 27
En los años 20, en España, surge un grupo de poetas de una **gran calidad** que marcará la literatura del siglo XX.
Denominación e Integrantes
Con el nombre de **Generación del 27** se denomina a una serie de poetas que renuevan la lírica española durante los años 20 y 30 del siglo pasado, fusionando las corrientes poéticas más tradicionales y clásicas (lírica popular, el Romancero, la poesía culta de Garcilaso, Góngora, entre otros) con las más innovadoras y vanguardistas (poesía pura, el Surrealismo, el Futurismo, el Creacionismo, el Cubismo, el Ultraísmo, entre otros).
Fue un grupo compacto y, a la vez, diverso. Aunque la situación política del país (la Guerra Civil) lo disgregó, la poderosa individualidad de sus componentes permitió que continuaran produciendo obras excelentes en los años posteriores al conflicto. La mayoría de estos escritores mantuvieron una estrecha relación personal y literaria: colaboraron en revistas, compartieron tertulias…
El nombre de **Generación del 27** surge a raíz de la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla en 1927 y en la que participaron muchos de los poetas del grupo. Para la difusión de sus obras, fue crucial la labor de algunas **revistas literarias** como Litoral (1926), Cruz y Raya (1933) y Caballo verde para la poesía (1935), esta última dirigida por Pablo Neruda. También fue decisiva la recopilación Poesía española. Antología 1915-1931, realizada por Gerardo Diego (1932), que recogió parte de la obra de los miembros del grupo.
El grupo estuvo formado por escritores que publicaron sus obras más representativas entre 1920 y 1935, y que se reunieron en torno a la **Residencia de Estudiantes de Madrid** y al **Centro de Estudios Históricos**. Sus componentes principales fueron: **Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados** y el epígono **Miguel Hernández**.
La Generación de la Amistad
Se les conoció como la «**Generación de la Amistad**» por varios motivos:
La **Residencia de Estudiantes de Madrid** fue un privilegiado lugar de encuentro. Otro espacio crucial fue el **Centro de Estudios Históricos** (en torno a Menéndez Pidal), donde se estudió con fervor a los autores medievales y clásicos.
Destacan los actos organizados para el **Centenario de Góngora en 1927** en el Ateneo de Sevilla.
Colaboraron en las mismas revistas; las dos más importantes del momento fueron Revista de Occidente y La Gaceta Literaria. Otras revistas clave para la difusión de la poesía del 27 fueron Litoral o Verso y Prosa.
Los **guías y maestros** de este grupo fueron:
**Ramón Gómez de la Serna**, por la difusión de las ideas de las Vanguardias.
**Juan Ramón Jiménez**, por la admiración que sentían por su concepto de «**poesía pura**».
**Ortega y Gasset**.
Características de la Generación del 27
Los rasgos más destacados son la **síntesis de vanguardia y tradición** y la **diversidad de tendencias estéticas**:
La **poesía vanguardista**: el Ultraísmo, el Creacionismo. Recogen la importancia de la ciudad, el entusiasmo por la vida moderna y la experimentación poética.
La **poesía pura**: buscan la representación esencial del mundo. Rechazan el sentimentalismo y tienden a la sobriedad y el nominalismo.
**Neopopularismo**: poetas como García Lorca y Alberti crearon una poesía influenciada por la lírica tradicional y popular, al estilo de Lope de Vega. Se caracteriza por textos breves, tono coloquial, repeticiones y estribillos.
El **Surrealismo**: crítica a la sociedad y sus convencionalismos, deseo de liberación y libertad expresiva. De aquí surge un **neorromanticismo**.
Si bien las características son muy heterogéneas, se pueden establecer entre ellos ciertas **afinidades poéticas**:
**Equilibrio entre lo intelectual y lo sentimental**: aunque se les acusó de intelectualismo, la emoción tendía a ser refrenada o estructurada por el intelecto.
**Equilibrio entre una concepción casi mística de la poesía y una lucidez rigurosa en la elaboración del poema**.
**Equilibrio entre la pureza estética y la autenticidad humana**: eran evidentes las ansias de belleza en todos ellos. Posteriormente, la preocupación por la autenticidad humana fue en aumento, sin abandonar la exigencia estética.
**Equilibrio entre lo minoritario y «la inmensa compañía»**: un anhelo de selección acerca la poesía a un arte de minorías. Alternan el hermetismo y la claridad. Conviven lo culto y lo popular. Puede hablarse de una apertura del yo al nosotros.
**Equilibrio entre lo universal y lo español**: se aprecia una buena sintonía con la poesía universal, aspirando ellos también a ser universales. Junto a esto, mantienen profundas raíces españolas. Esto los lleva a unir **tradición y renovación**.
1. Tradición y Renovación
En la poesía del Grupo del 27, encontramos claras influencias de la **poesía clásica española** (culta y popular) y de la **poesía vanguardista**. La pasión por la literatura clásica española, tanto culta (**Manrique, Garcilaso, Fray Luis, Quevedo**, entre otros) como popular (el **Romancero, el Cancionero**, etc.) posterior al siglo XV, se percibe en la mayoría de los autores del 27: en Lorca, Gerardo Diego, Alberti, Cernuda, Miguel Hernández, entre otros. Su amor por los clásicos los llevó a la admiración y seguimiento de **Góngora**. Asimismo, destaca la influencia de **Bécquer**, con su concepto depurado, hondo e intimista de la poesía. Están en sintonía con los movimientos de Vanguardia, pero tienden a frenar las estridencias y a cribar las innovaciones. En cuanto a la generación anterior, **Juan Ramón Jiménez** y **Ramón Gómez de la Serna** desempeñaron un doble magisterio. Junto a ellos, sentirán gran admiración por **Machado, Darío** o **Unamuno**. Por otro lado, el influjo de **Juan Ramón Jiménez** y su **poesía pura**, así como de los «**ismos**» (**Futurismo, Ultraísmo, Creacionismo** y, sobre todo, **Surrealismo**), se observa en la mayoría de ellos. Esto se manifiesta, principalmente, a través de los temas intrascendentes y del estilo vanguardista: innovadora disposición tipográfica de algunos poemas, utilización de imágenes y metáforas surrealistas, y la desaparición de la métrica clásica, que será sustituida por el **verso libre** y el **versículo**.
2. Cultivo Intenso de la Imagen y la Metáfora
Crean un **vocabulario poético brillante y sugerente** que separa la realidad cotidiana de la literaria. El poeta debe esforzarse en crear **imágenes alejadas del lenguaje corriente**. La **nueva metáfora** tiene un carácter simbólico y relaciona dos realidades que producen una misma emoción: «lloras zumo de limón agrio» (amargura, desesperación…).
3. Innovación Métrica
Con la adopción de formas vanguardistas, desaparecen las medidas, las pausas y los acentos fijos de los versos. Se utiliza el **verso libre** y el **versículo**. El ritmo se consigue mediante la **repetición de ideas, de palabras, de estructuras sintácticas**, entre otros recursos. Además, también utilizan, sobre todo para la poesía de corte tradicional, **estrofas clásicas** como el soneto, el romance, la seguidilla, etcétera.
4. Variedad de Temas
En sus obras encontramos tanto **temas vanguardistas** (deshumanizados, intrascendentes, relacionados con la técnica, lo moderno y lo intelectualizado) como **temas tradicionales** y más humanos (el amor, la muerte, el paisaje, la soledad, la alabanza del mundo…). Veámoslos:
Temas Propios de la Poesía Clásica
**El amor**: heredan la visión romántica del amor como entrega total. Se presenta como la plenitud del individuo y admite todas las manifestaciones posibles, con un sentido de libertad (amor heterosexual y también homosexual). Sin embargo, el choque entre esta actitud y la realidad de su tiempo llevó muchas veces al dolor.
**La naturaleza**: predomina una naturaleza cercana a la ciudad. Los poetas del 27 son contempladores del mundo cotidiano y a menudo enfrentan la deshumanización de las ciudades con una visión bucólica y panteísta (sistema filosófico y religioso que identifica a Dios con todo lo que existe) de un mundo natural plagado de seres indefensos.
**El tiempo perdido**: es frecuente la nostalgia por el paraíso perdido, ya sea geográfico (por el exilio) o temporal (la infancia o la juventud perdidas).
**La plenitud**: el goce de lo presente, de lo instantáneo. Exaltan el orden y la armonía del universo.
**La soledad y la incomunicación**: conllevan la angustia del hombre que no encuentra sentido a su vida. Es más frecuente en la última etapa del grupo, cuando, acabada la guerra, se plantean los contenidos filosóficos fundamentales para el ser humano.
**La muerte**: se enfrentan a ella como una bestia invencible o un misterio insondable, con perplejidad y temor.
**La preocupación religiosa**: fue escasa en el grupo, exceptuando a Gerardo Diego. Dámaso Alonso, por ejemplo, escribió poesía preocupada por lo trascendente dentro de la tradición cristiana.
Temas Nuevos, Vanguardistas
**Lo intrascendente**: el arte debe ser puro, deshumanizado, antisentimental, intrascendente e intelectualizado. Cualquier cosa puede convertirse en materia poética: las máquinas, los nuevos inventos técnicos (como el cine, el deporte, etc.) fascinan a los jóvenes de los años veinte.
**La ciudad**: insisten en el tema de la comodidad de los nuevos tiempos, los inventos y los transportes. Para ellos, la ciudad significa progreso (se toma Nueva York como modelo) o complejidad social (Moscú). Con todo, la admiración por las grandes urbes se torna en dolor al comprobar el contraste entre la evolución económica y tecnológica y el sufrimiento de los más desvalidos.
**El compromiso**: tras la Guerra Civil, la mayor parte de ellos toma conciencia de su situación en el mundo, ante la muerte y el dolor. Una generación que en su nacimiento fue tachada de deshumanizada se convierte, con el paso del tiempo y las circunstancias, en testimonio de humanidad y solidaridad.
Evolución Conjunta
Desde **Dámaso Alonso** y **Cernuda** se han señalado varias fases en la evolución del grupo:
1. Primera Etapa: Hasta 1927 Aproximadamente
Se nota la presencia de **tonos becquerianos**, junto a resabios posmodernistas. Pronto se deja sentir el influjo de las **primeras vanguardias**: Ultraísmo, Creacionismo, etc. A la vez, el magisterio de **Juan Ramón Jiménez** los orienta hacia la «**poesía pura**» (todo aquello que permanece en el poema después de haber eliminado lo que no es poesía), lo que lleva a la **deshumanización**. El gran instrumento de este arte es la **metáfora**. Se les tachó de herméticos y deshumanizados, aunque lo humano había entrado por múltiples puertas, como la de Bécquer. También fue importante el influjo de la **lírica y el folclore popular**. Es el llamado **Neopopularismo**, corriente de temática variada, con métrica tradicional y clásica (canción, romance, etc.). Aquí destacan las primeras obras de **Gerardo Diego**, Marinero en tierra de **Alberti** o Romancero gitano de **Lorca**. Además, la sed de perfección los lleva a los clásicos: la **huella clasicista** caracterizó un momento de la evolución del grupo; de aquí desembocan en el fervor por **Góngora**, creador de un lenguaje especial para la poesía, alejado sin duda del lenguaje usual, una especie de subcódigo artístico acompañado de deslumbrantes metáforas.
2. Segunda Etapa: De 1927 a la Guerra Civil. Rehumanización
El culto a **Góngora** marca la cima y el descenso de los ideales esteticistas. Comienza a notarse cierto cansancio del formalismo puro. Se inicia así el proceso de **rehumanización**; en todos habrá un deseo de comunicación más cordial. Esto coincide con la irrupción del **Surrealismo**, opuesto a la poesía pura. Con él pasarán a primer término los más hondos sentimientos humanos: el amor, el ansia de plenitud, las frustraciones, las inquietudes existenciales o sociales. Se inicia así una nueva época de **poesía trascendente, humana y apasionada** (la **poesía rehumanizada**). Todo ello da lugar a la aparición de una poesía **neorromántica** o de **compromiso social y político**.
3. Tercera Etapa: Después de la Guerra Civil
**Lorca** muere en 1936 y el resto de los poetas parten a un largo exilio, excepto **Dámaso Alonso, Aleixandre** y **Gerardo Diego**. Con esto, el grupo se dispersa.
En el exilio, los poetas se solidarizan con el dolor humano; por ejemplo, **Guillén** inicia en 1950 con Clamor un nuevo ciclo poético atento al dolor humano. En España, la poesía deriva hacia un **humanismo angustiado**, de tonos existenciales, cuya muestra más intensa será Hijos de la ira de **Dámaso Alonso**.
