Claves de la Literatura del Renacimiento Español: Lazarillo, Garcilaso y Fray Luis

La vida de Lazarillo de Tormes (1554)

En 1554 se publica una obra anónima titulada La vida de Lazarillo de Tormes, de sus fortunas y adversidades, que presenta una visión más realista e inicia un nuevo género: la novela picaresca, que se desarrolla en el siglo XVII. Tanto la fecha de composición como su autor son asuntos polémicos. Las referencias temporales de la obra hacen pensar que fue escrita pocos años antes de su publicación.

El «caso» y la estructura

Por el prólogo sabemos que la narración es formalmente una carta dirigida a un personaje desconocido, al que apela con el tratamiento de vuestra merced, en la que el protagonista trata de justificar su «caso», una situación de deshonor desconocida hasta el final de la obra.

Los tres primeros tratados, más extensos y elaborados, describen las andanzas de un Lázaro niño. El tema que da cohesión es el hambre y la astucia del personaje para sobrevivir. A partir del tratado IV, Lázaro va creciendo y mejorando su situación hasta llegar a lo que él llama «la cumbre de la buena fortuna». En el tratado VII, se nos presenta como un hombre maduro, casado y que desempeña un oficio respetable: pregonero. Es original la trabazón de estos siete capítulos, que impide toda modificación, ya que en ellos se aprecia una evolución psicológica de Lázaro.

Crítica social y religiosa

El Lazarillo contiene una fuerte crítica social e incluso política. Los problemas que plantea (el hambre, el desprecio por los oficios manuales, la honra…) eran habituales en la época. Se critica la inmovilidad social que impedía a las clases más pobres prosperar social o económicamente.

La novela es fuertemente crítica con la Iglesia y sus representantes. Critica la mezquindad, la hipocresía, la avaricia y la lujuria de muchos religiosos. Esta crítica, que la relaciona con los erasmistas, fue probablemente la causa de su prohibición.

Tópicos Clásicos del Renacimiento

  • Carpe diem (“goza del día de hoy”): Llamada a aprovechar el momento, pues la vida es breve y la fortuna, variable, y no se sabe qué puede ocurrir mañana.
  • Collige, virgo, rosas (“recoge, doncella, las rosas”): Exhortación a una joven para que ame antes de que el tiempo marchite su belleza.
  • Aurea mediocritas (“la feliz mediocridad”): Alabanza de la vida moderada, alejada de grandes ambiciones y pasiones que solo acarrearían preocupaciones e infelicidad.
  • Beatus ille (“feliz aquel”): Añoranza de la vida apartada del fragor mundano, generalmente en contacto con la naturaleza, lugar apropiado para encontrar la paz y la armonía. Se pondera la vida en el campo en detrimento de la ajetreada y conflictiva vida cortesana.

Garcilaso de la Vega

Su obra poética incluye la Oda a la flor de Gnido, una epístola en verso dirigida a Boscán, dos elegías, tres églogas, cuatro canciones, cuarenta sonetos y algunas muestras de poesía tradicional de cancionero.

Obras destacadas

Sonetos

Los sonetos garcilasianos significan la definitiva aclimatación de esta estrofa en la literatura española. El soneto es una composición de catorce versos endecasílabos de arte mayor, con rima consonante, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos.

Elegías

Las elegías, por su parte, descubren una influencia directa de los clásicos y una actitud estoica ante los sucesos desgraciados, no exenta, sin embargo, de un cierto vitalismo optimista.

Églogas

La égloga es una composición poética bucólica en la que varios pastores dialogan sobre determinados temas, generalmente amorosos.

  • La Égloga II fue la primera que escribió. Es la más extensa y la única de las tres que presenta una acción dramática.
  • La Égloga I es la más conocida. Consta de 421 versos distribuidos en estancias, en la que los pastores Salicio y Nemoroso muestran su pesar por el desdén de su amada (Salicio) y por la muerte de su amada (Nemoroso).
  • La Égloga III es, quizá, la obra más lograda de Garcilaso. Escrita en octavas reales, cuenta que, a orillas del Tajo, cuatro ninfas bordan en sus telas sendas historias de amor y muerte (la historia de Orfeo y Eurídice, la de Apolo y Dafne, la de Venus y Adonis y la de Elisa y Nemoroso). La inclusión de la historia amorosa de Garcilaso (la historia de Elisa, Isabel Freyre, y Nemoroso, Garcilaso) supone una reelaboración artística considerable: la vida se transforma en poesía que, a su vez, se transforma en tema de pintura.

Fray Luis de León

Obra en prosa

Sus traducciones bíblicas incluyen el Cantar de los Cantares y la Exposición del Libro de Job. Sus obras originales en prosa más importantes son De los nombres de Cristo y La perfecta casada.

  • De los nombres de Cristo es un diálogo entre tres personajes que conversan sobre los distintos nombres que da la Biblia a Cristo. Es un tratado teológico escrito en lengua vulgar para su mayor difusión. El texto revela el interés de fray Luis por el lenguaje, que representa para él un fenómeno teológico cuyas metáforas pueden ser el medio para ascender hacia la verdad divina.
  • La perfecta casada es un tratado en el que expone su concepto de la esposa ideal.

Obra poética y temas

Su obra poética incluye odas célebres como Oda a la vida retirada, La profecía del Tajo, Noche serena, En la Ascensión y A la salida de la cárcel. Estos textos dan cabida a contenidos religiosos, así como a las quejas por la injusticia con él cometida. Otras odas, como las dedicadas a Francisco Salinas, a Felipe Ruiz o a Pedro Portocarrero, muestran el espíritu de un escritor más apaciguado, con anhelo de armonía e infinitud, nostalgia del paraíso y cierto misticismo intelectual. Una de las estrofas más utilizadas por Fray Luis es la lira, una combinación de cinco versos heptasílabos y endecasílabos.

Los temas predilectos de sus poemas son la naturaleza, la añoranza del campo y de la vida de aldea, y su predilección por la noche y la música. La mayor parte de los motivos de su poesía tienen su origen en la tradición clásica neoestoica y neoplatónica, como el tópico del Beatus ille. Estos temas clásicos deben ser entendidos desde la perspectiva cristiana. Es frecuente que sus poesías estén dirigidas a una segunda persona, lo que explica el carácter conversacional que suelen tener, con abundantes enumeraciones, exclamaciones, interrogaciones retóricas y exhortaciones.

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