El Modernismo: La Búsqueda de la Belleza Pura
El Modernismo nació en Hispanoamérica a finales del siglo XIX y tuvo como figura principal al poeta nicaragüense Rubén Darío, considerado el gran renovador del lenguaje poético en español. Su obra Azul…, publicada en 1888, marca el inicio del movimiento, mientras que Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza representan su plenitud.
Características y Temas Centrales
El Modernismo se caracteriza por la búsqueda de la belleza, la perfección formal y el arte entendido como fin en sí mismo, con el lema «arte por el arte». Los modernistas rechazan la realidad vulgar y el espíritu materialista de su tiempo, refugiándose en mundos idealizados y exóticos.
Temas recurrentes:
- La evasión a lugares lejanos o mitológicos.
- La exaltación de la sensualidad, el amor y la belleza.
- El hastío del poeta ante una sociedad mediocre.
Estilo y Simbolismo
El estilo modernista se distingue por su musicalidad, su lenguaje refinado y simbólico, y la renovación métrica con versos alejandrinos, dodecasílabos y rimas originales. Entre los símbolos más frecuentes destacan el cisne, el pavo real o el jardín, todos ellos asociados a la perfección y a la armonía.
Influencia en España
En España, el Modernismo influyó en autores clave:
- Juan Ramón Jiménez: Evolucionó de una poesía sensitiva y musical en Arias tristes hacia una poesía más pura en Diario de un poeta recién casado.
- Manuel Machado: Unió el folclore andaluz con el refinamiento estético.
- Valle-Inclán: En sus Sonatas cultivó un modernismo decadente antes de desarrollar su estilo más personal con el esperpento.
La Generación del 98: Reflexión y Regeneración Nacional
La Generación del 98 centró su atención en los problemas de España y en el sentido de la existencia humana. Este grupo de escritores surgió como reacción al Desastre del 98 (la pérdida de las últimas colonias) y compartió una misma preocupación por la regeneración moral y cultural del país.
Ideología y Estilo
Los autores del 98 analizaron las causas de la decadencia nacional y buscaron su esencia en el paisaje, el pueblo y la historia. Castilla se convierte en el símbolo del alma española, austera y sencilla, en contraste con el lujo modernista. Su lenguaje es sobrio, claro y natural, y predomina un tono reflexivo y filosófico. Además, estos autores se interesaron por los clásicos españoles, especialmente Cervantes, Berceo o Góngora, a los que consideraban ejemplos de autenticidad.
Principales Escritores y Obras
Entre los principales escritores de la generación destacan Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado.
- Miguel de Unamuno: Reflexiona sobre la fe, la inmortalidad y la angustia del ser humano en obras como Del sentimiento trágico de la vida, Niebla o San Manuel Bueno, mártir.
- Pío Baroja: Ofrece una visión crítica de la sociedad y de los problemas del hombre contemporáneo en novelas como El árbol de la ciencia o La busca, escritas con un estilo directo y sencillo.
- Azorín: Muestra una prosa lenta, descriptiva y reflexiva en La voluntad o Castilla, centrada en el paso del tiempo y la esencia de España.
- Antonio Machado: Evoluciona desde una poesía intimista modernista en Soledades hacia una poesía más comprometida y nacional en Campos de Castilla, donde el paisaje refleja la situación del país y los sentimientos del poeta.
En conjunto, la Generación del 98 aportó una profunda renovación del pensamiento y del estilo literario, inaugurando una nueva sensibilidad en la literatura española.
La Literatura Española Anterior a 1936: Narrativa y Teatro
La Novela Moderna
La narrativa española experimentó una importante transformación antes de 1936. La novela de comienzos del siglo XX abandona el realismo y se centra en los conflictos interiores, las ideas y la reflexión filosófica.
Hitos de 1902
En 1902 se publican cuatro obras que marcan el inicio de la novela moderna:
- Amor y pedagogía de Unamuno (creación de la «nivola», centrada en conflictos existenciales).
- Camino de perfección de Baroja (acción y pesimismo).
- La voluntad de Azorín (estilo introspectivo y reflexivo).
- Sonata de otoño de Valle-Inclán (simbolismo y estética modernista).
En las décadas siguientes surgen nuevas tendencias, como la novela intelectual de Pérez de Ayala, la novela lírica de Gabriel Miró, la novela vanguardista de Ramón Gómez de la Serna y Benjamín Jarnés, o la novela social y realista de Ramón J. Sender, que refleja la preocupación por los problemas humanos y políticos del momento.
El Teatro Anterior a 1936
El teatro anterior a 1936 se divide en dos grandes tendencias: el teatro comercial y el teatro renovador.
1. Teatro Comercial
Destinado a un público burgués, busca el entretenimiento y el éxito en taquilla. Su principal representante es Jacinto Benavente, autor de Los intereses creados y La malquerida. También destaca el teatro poético (Marquina, hermanos Machado) y el teatro humorístico, representado por Carlos Arniches, los Álvarez Quintero y Pedro Muñoz Seca, autor de la célebre comedia La venganza de don Mendo.
2. Teatro Renovador
Esta corriente innovadora busca la experimentación artística y la crítica social. Destacan:
- Valle-Inclán: Creador del esperpento, un género que deforma la realidad para denunciar los males de España (Luces de bohemia, Divinas palabras).
- Federico García Lorca: Autor de tragedias poéticas (Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba).
- Alejandro Casona: Representante del teatro simbólico y humanista (Nuestra Natacha y La dama del alba).
Estudio de Caso: San Manuel Bueno, mártir (Unamuno)
San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno, es una novela corta que cuenta la historia de Don Manuel, un sacerdote de un pequeño pueblo llamado Valverde de Lucerna. La novela está narrada por Ángela, una joven del pueblo que admira profundamente a Don Manuel.
Temas y Conflicto Central
El conflicto central de la obra radica en que Don Manuel, aunque es un cura muy querido por todos, en realidad alberga la duda de la vida eterna y de la fe que predica, pero sigue ayudando a sus feligreses para que ellos puedan vivir tranquilos y felices.
La obra trata temas como la fe, la duda, la verdad y la mentira piadosa. Don Manuel es un personaje complejo porque su «martirio» no es físico, sino espiritual: sufre por mantener la ilusión de la fe para proteger a los demás. Esto hace que la historia no solo sea sobre religión, sino también sobre la moral, el sentido de la vida y el sacrificio por amor a los demás.
Estilo y Conclusión
Unamuno escribe con un lenguaje sencillo pero profundo, mezclando la narración con reflexiones filosóficas sobre la existencia y la religión. La novela refleja las preocupaciones de la Generación del 98, como el sentido de la vida y la angustia existencial.
En conclusión, San Manuel Bueno, mártir nos muestra que a veces la verdad no es lo más importante, sino el bienestar de los demás, y que los verdaderos héroes pueden ser personas normales que luchan por ayudar sin ser reconocidos.
