La Generación del 98: Origen y Contexto Histórico
El término “Generación del 98” apareció por primera vez en 1913 en un estudio publicado por Azorín. Con él denominaba a los escritores que, tras el Desastre del 98 (año en que se perdieron las últimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico y Filipinas), y que trajo consigo una situación de crisis en todos los ámbitos de la sociedad española, surgieron defendiendo la necesidad de cambio y regeneración del país.
Miembros Fundamentales y Precursores
El núcleo inicial de la generación, llamado “el grupo de los tres”, estuvo constituido por Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín. La nómina de escritores del 98 estaría constituida por, además de los anteriores, Miguel de Unamuno, Antonio Machado (desde Campos de Castilla) y Valle-Inclán (desde Luces de bohemia). También se cita como precursor del movimiento a Ángel Ganivet.
Características Literarias y Temas Centrales
La Generación del 98 fue un movimiento exclusivamente español que convivió con el Modernismo. Tanto uno como el otro tienen una misma raíz: parten de la crisis de fin de siglo y expresan el desacuerdo con la realidad en que viven y la estética del Realismo. Se pueden diferenciar en que la Generación del 98 huye del preciosismo formal para presentar mayor hondura ideológica, así como un planteamiento regeneracionista.
El Regeneracionismo
El término “regeneracionismo” se refiere a una corriente intelectual que aparece en España a fines del siglo XIX y se prolonga a principios del XX. Propone la renovación de España y critica estructuras políticas y comportamientos sociales poco modernos, ineficaces e ineficientes.
Géneros, Estilo y Temática
Los géneros preferidos fueron el ensayo y la novela. En cuanto al estilo, tuvieron un deseo de renovación estética, por lo que utilizaron palabras castizas y en desuso, tonos subjetivos, etc. Los temas giraron en torno a:
- El amor y el dolor por la patria.
- Problemas existenciales (la vida, la muerte, la religión).
Para ello, describen sus pueblos, paisajes y cultura, especialmente los de Castilla, profundizando en su “intrahistoria”, concepto acuñado por Unamuno para describir la vida real y tradicional, en oposición a la historia oficial constituida por grandes hechos y titulares de prensa.
Origen Geográfico y Evolución Política
Es interesante observar que todos los autores del 98 nacieron en la periferia (Machado: Sevilla; Azorín: Monóvar, Alicante; Unamuno: Bilbao; Maeztu: Vitoria; Baroja: San Sebastián; Valle-Inclán: Vilanova de Arousa), y que desarrollaron su vida intelectual fundamentalmente en Madrid.
En cuanto a sus opciones políticas, inicialmente Azorín, Ramiro de Maeztu y Baroja partieron de posturas radicales y cercanas al anarquismo, para, en algunos casos, desembocar en un conservadurismo (Azorín) e incluso un tradicionalismo militante (Maeztu). Baroja se recluyó en un radical escepticismo; Unamuno fue siempre un hombre de contradicciones. Por el contrario, Machado y Valle-Inclán evolucionaron hacia posiciones progresistas.
El Año Clave: 1902 y la Ruptura Estética
1902 marca la ruptura definitiva con la estética realista. En este año se publican obras fundamentales:
- La Voluntad de Azorín
- Camino de perfección de Baroja
- Amor y pedagogía de Unamuno
- Sonata de otoño de Valle-Inclán
Consecuencias de la Ruptura con el Realismo
La ruptura con la estética del Realismo supuso varios cambios fundamentales en la prosa de principios de siglo:
- Irrupción del subjetivismo: Ya no interesa una reproducción objetiva de la realidad, sino el reflejo que esta tiene en la conciencia del individuo y los procesos que desencadena.
- Hay un claro intento de los autores de renovar el estilo y las técnicas novelísticas.
- Difuminación de géneros: Las fronteras entre los géneros se difuminan. La novela se aproxima a la poesía (como en el caso de Valle-Inclán), o al ensayo (como en el caso de Azorín), o al ensayo y el teatro (como en el caso de Unamuno).
La prosa de principios de siglo se enriquece para dar cabida a lo ensayístico y al lirismo intimista. El Realismo decimonónico es sustituido por una prosa impresionista donde lo característico es la sugerencia, la imprecisión, la vaguedad simbolista, la pincelada rápida que evoca lo descrito, la tendencia a lo inconcluso, a lo fragmentario y a lo no definitivo. No se trata de reflejar objetivamente la realidad, sino que esta aparece diluida como trasfondo de las experiencias subjetivas o de los problemas de conciencia.
Pío Baroja (1872-1956): El Escéptico y el Hombre de Acción
Pío Baroja estudió Medicina; se doctoró con una tesis sobre el dolor. Sin embargo, apenas ejerció esta profesión.
Escribió casi una decena de libros de cuentos y relatos breves y más de sesenta novelas. En una producción tan extensa se señalan dos etapas:
Etapas de su Producción Novelística
- De 1900 a 1914 (Primera Guerra Mundial): Es la más interesante desde el punto de vista literario. Aparecen en ella sus obras más significativas:
- Camino de perfección (1902)
- La lucha por la vida, trilogía compuesta por La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora roja (1905)
- El árbol de la ciencia (1911)
- De 1914 hasta su muerte en 1956: En esta etapa sigue publicando novelas, pero lo más significativo de este periodo es su intento de escribir novela histórica. Baroja dedica al siglo XIX español las veintidós novelas que integran Memorias de un hombre de acción (1913-1935).
Filosofía y Pesimismo Existencial
Según Baroja, la Historia es arbitraria y accidental. No hay progreso. En el fondo, nada cambia, todo es estático y siempre igual. Los protagonistas de la Historia son idénticos en todas las épocas: son estúpidos, hipócritas, egoístas.
No puede decirse que en Baroja haya un pensamiento estructurado. Sus influencias principales son:
- De Nietzsche le atrae la idea del hombre fuerte, enérgico, del hombre de acción que se sitúa por encima de las convenciones morales.
- De Schopenhauer toma su concepción de la vida como algo incomprensible e inabarcable, como una experiencia dolorosa y cruel.
La vida para Baroja carece de sentido, está regida por el azar, y los seres humanos son unos tipos peligrosos que no inspiran confianza.
Junto al ideal del hombre de acción se encuentra en Baroja la aspiración a la ataraxia, a la abstención de actuar, puesto que toda acción es dañina y produce dolor, especialmente en los seres sensibles y conscientes. El rasgo esencial de Baroja es su pesimismo existencial, su desconfianza en el hombre y en el futuro.
Estilo Novelístico de Baroja
En cuanto al estilo, Baroja defiende la espontaneidad del escritor. El deseo de naturalidad en el estilo explica el tono conversacional de sus novelas, así como la idea de que la novela carezca de un plan previo, pues ha de ser semejante a la vida. Frente a la novela orgánica y cerrada del Realismo, Baroja propone la novela abierta y cambiante. El género no tiene unos límites definidos, sino que en ella cabe todo.
Un rasgo fundamental de sus obras es la amenidad. Pretende novelas poco aburridas, con capítulos breves y párrafos cortos; la acción es ininterrumpida, hay rápidos cambios de escenario, gran profusión de personajes y mucho diálogo. Su prosa es antirretórica, con párrafos cortos, frases breves y léxico común.
