Panorama de la Literatura Española: Teatro, Novela y Poesía hasta 1939

1. El teatro español de comienzos del siglo XX

El teatro español al inicio del siglo XX no refleja la renovación que recorre Europa. En España triunfa un teatro comercial, dirigido a los gustos de la burguesía, con leves toques críticos, humor y sentimentalismo. Los textos de los autores más innovadores raramente se estrenan. Sin embargo, destacan dos figuras fundamentales: Ramón María del Valle-Inclán, con la publicación de Luces de bohemia en 1924, donde desarrolla el esperpento, y Federico García Lorca, especialmente por su “trilogía rural” protagonizada por mujeres.

Teatro comercial y de éxito

A finales del siglo XIX aún se representa un teatro melodramático heredado del Romanticismo, cuyo máximo exponente es José de Echegaray (Premio Nobel en 1904). Benito Pérez Galdós intenta introducir un teatro naturalista, pero el éxito lo obtiene Jacinto Benavente (Nobel 1922) con obras de crítica leve, conflictos poco problemáticos y diálogo elegante, como Señora ama, La malquerida y Los intereses creados, esta última protagonizada por personajes de la commedia dell’arte italiana.

La comedia costumbrista combina elementos de la zarzuela y el género chico, con sainetes en un acto que alternan diálogo y música. Se caracteriza por ambientes típicos, personajes pintorescos, lenguaje vulgar y humorístico, y un marcado conservadurismo ideológico. Entre los autores más destacados están:

  • Carlos Arniches: La señorita de Trevélez.
  • Hermanos Álvarez Quintero: Malvaloca.
  • Pedro Muñoz Seca: La venganza de don Mendo, quien utiliza el astracán, una mezcla de género chico y vodevil que busca la comicidad extrema mediante chistes vulgares.

También tuvo éxito el teatro poético, escrito en verso, de asuntos históricos y perspectiva conservadora, cultivado por Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa, los hermanos Machado y José María Pemán.

Teatro renovador y marginado

Junto al teatro popular existió un teatro más ambicioso que buscaba la renovación escénica y la representación de problemas más profundos. Muchas obras no se estrenaron, por lo que se habla de teatro marginado.

  • Generación del 98: Miguel de Unamuno utiliza el drama para tratar sus temas obsesivos (Fedra, El otro), mientras que Azorín se centra en la crítica teatral y emplea técnicas cinematográficas (Old Spain, trilogía Lo invisible).
  • Generación del 27: Autores como Pedro Salinas, Rafael Alberti (El hombre deshabitado, El adefesio), Alejandro Casona (La dama del alba, La sirena varada) y Max Aub (Los trasterrados, San Juan) combinan humor, lirismo y vanguardismo, acercando el teatro al pueblo y desarrollando obras significativas sobre la guerra y la sociedad.

2. Ramón María del Valle-Inclán: El creador del esperpento

Valle-Inclán es un autor original y absolutamente renovador, cuyo teatro en su época fue considerado más para leer que para representar. Aunque contemporáneo de la Generación del 98, su ideología difiere de ellos y su crítica es mucho más radical. Su inquietud artística lo lleva desde el modernismo hasta la creación de un género propio: el esperpento.

Evolución teatral de Valle-Inclán

  • Etapa Modernista: Sus primeras obras se inscriben en la corriente modernista, con preocupación por la forma y la estética.
  • Ciclo mítico: Ambientado en una Galicia mítica y rural, con personajes movidos por sus instintos primitivos. Destacan Comedias bárbaras y Divinas palabras.
  • Esperpento: Con obras como Luces de bohemia, Valle crea un género que critica de manera ácida la sociedad española mediante la deformación sistemática de la realidad. Esta obra presenta a Max Estrella, poeta ciego y miserable, guiado por su perro por un Madrid inhóspito poblado por personajes grotescos. Otras obras son Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán (recogidas en Martes de carnaval).

La técnica del esperpento se caracteriza por la deformación de la realidad, degradación de los personajes (animalización y cosificación), uso de contrastes, humor, riqueza del lenguaje con distintos niveles y registros, diálogo ágil, acotaciones literarias y continuos cambios de espacio y tiempo.

3. Federico García Lorca: Poesía y drama

Lorca desarrolla un teatro poético, donde el verso y el lirismo conviven con la realidad y lo popular. Para él, el teatro es “la poesía que se levanta del libro y se hace humana”. Sus obras abordan el deseo imposible y la frustración, con destinos trágicos casi siempre protagonizados por mujeres que representan vidas condenadas por las convenciones sociales.

Etapas de su producción teatral

  1. Tanteos y experiencias de los años 20: Obras breves y guiñolescas centradas en el amor imposible, como Mariana Pineda, La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín.
  2. Comedias imposibles (años 30): Teatro vanguardista y audaz, difícil de representar, que incluye El público, donde reivindica la licitud de todo tipo de amor, y Así que pasen cinco años, sobre la frustración vital.
  3. Etapa de Plenitud: Durante sus últimos años, con la compañía La Barraca, representó clásicos por España. La trilogía rural es su punto culminante:
    • Bodas de sangre: La pasión rompe las barreras sociales y morales.
    • Yerma: La tragedia de una mujer condenada a la infertilidad y a la obediencia por honra.
    • La casa de Bernarda Alba: Representa el choque entre autoridad y deseo, con Bernarda imponiendo un luto estricto y Adela simbolizando la libertad reprimida.

4. Luis Cernuda: Etapas, obras y estilo

Luis Cernuda (1902-1963) es uno de los poetas más representativos de la Generación del 27. Su poesía se caracteriza por un tono lírico profundamente subjetivo, con exploración del deseo, la libertad personal y la insatisfacción vital.

Etapa de formación y primeros libros

Marcada por la influencia de los poetas modernistas y de la poesía clásica española. Cernuda busca una voz personal centrada en el yo poético. Destacan:

  • Perfil del aire (1927).
  • La realidad y el deseo (primera edición 1936): Título que englobará toda su obra poética posterior.

Etapa de madurez y exilio

Marcada por la Guerra Civil Española y el exilio en Inglaterra, Francia y México. El tono se vuelve más reflexivo, nostálgico y existencial. Obras destacadas:

  • Donde habite el olvido (1937-1939): Refleja el desarraigo y el amor imposible.
  • Ocnos (1942): Prosa poética donde contrasta la infancia en Andalucía con la amargura del presente.

Etapa final y plenitud poética

Se caracteriza por la madurez estética y el análisis profundo de la condición humana. Entre sus obras más relevantes están:

  • Desolación de la quimera (1962): Síntesis de toda su obra, equilibrando lirismo y visión crítica.
  • Con las horas contadas: Poemas tardíos con un tono más sereno ante el paso del tiempo.

5. La novela española del siglo XX hasta 1939

Durante los primeros años del siglo XX, la novela española reacciona contra el realismo y el naturalismo del siglo XIX. Los narradores buscan romper con las estructuras tradicionales aplicando técnicas impresionistas y subjetivas.

La Generación del 98

Surge en reacción a la crisis de 1898. Sus autores centran su interés en la identidad española y la intrahistoria. El año 1902 es clave con la publicación de La voluntad (Azorín), Camino de perfección (Baroja), Sonata de otoño (Valle-Inclán) y Amor y pedagogía (Unamuno).

Autores destacados del 98

  • Azorín: Estilo lento, lírico y miniaturista. Obras: La voluntad, Antonio Azorín.
  • Valle-Inclán: Se inicia en el modernismo con las Sonatas y evoluciona hacia el esperpento narrativo con Tirano Banderas.
  • Miguel de Unamuno: Crea la nivola para tratar la angustia existencial. Obras: Niebla, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir.
  • Pío Baroja: El gran novelista de la generación. Estilo directo y natural. Obras: El árbol de la ciencia, La busca, Zalacaín el aventurero.

La narrativa novecentista (Generación de 1914)

Busca un arte puro, antirrealista y antisentimental. Valora el cosmopolitismo y el elitismo intelectual. Destacan:

  • Ramón Pérez de Ayala: Novelas intelectuales como Belarmino y Apolonio.
  • Gabriel Miró: Novela sensual y lírica, como El obispo leproso.

La novela en torno a 1927

Se divide en dos vertientes principales:

  • Novela deshumanizada: Siguiendo la estética de vanguardia (Rosa Chacel, Francisco Ayala).
  • Novela social y comprometida: Preocupada por problemas políticos (Luisa Carnés, Ramón J. Sender con Míster Witt en el Cantón).

En conjunto, la literatura española hasta 1939 refleja una evolución desde la introspección existencial del 98 hasta la experimentación formal y el compromiso social de las generaciones posteriores.

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