Adolescencia, Amor y Aventuras: Un Relato Mágico

La Adolescencia y las Relaciones Interpersonales

La adolescencia es una etapa de conflictos. Durante esta etapa, las relaciones familiares cambian y el adolescente se abre a un mundo mucho más extenso donde sus amigos ocupan un lugar muy importante.

Factores Clave en las Relaciones

  1. Igualdad de objeto: Se busca en la pareja las características de alguien importante en nuestra vida, principalmente las de la madre, por ser el primer objeto de amor.

  2. Afiliación: Como seres sociales, los humanos tenemos una gran necesidad de pertenencia y vinculación con otros por medio de relaciones duraderas y cercanas. Las personas pueden buscar pareja para no estar solos, mantener la especie o compartir su vida.

  3. Apoyo: Las personas necesitan de alguien para seguir adelante en la vida, sentir en ella una seguridad que les hace falta, alguien que las pueda entender, comprender, ayudar en cosas que no pueden controlar.

El Dr. George Boeree plantea que, además de unos medios de comunicación cargados de contenidos sexuales, están las actitudes conservadoras hacia la educación sexual, lo que da a entender que el gobierno no está preparado para impartir clases de educación sexual, donde lo primordial es fomentar la abstinencia y, si no se lleva a cabo y se lleva una vida sexual activa, entonces se deben usar métodos anticonceptivos por su bien.

Tratar de educar a los niños como lo hicieron nuestros padres ya no es suficiente ni muchas veces efectivo, sostiene la psicóloga Maria Elena López.


Aventura en la Colina Mágica: Un Cuento para Jóvenes

Había una vez, cerca de las costas de Reino Unido, una casa muy, pero muy antigua donde vivían dos niños, Juan y María.

Era día de limpieza, y tocaba ordenar el sótano. Antes de hacerlo, María dijo:

—¡No terminaremos nunca! Este sótano es muy antiguo y no se sabe lo que podrías encontrar aquí.

Juan le respondió:

—No te preocupes. Lo vamos a solucionar, y aunque esté muy sucio, ¡vamos a terminar!

—Bueno —dijo María.

Y empezaron a limpiar. Mientras María estaba limpiando uno de los muebles viejos, Juan dijo:

—Ven, María, mira lo que encontré.

Y María fue a ver qué pasaba.

—Mira, María, he encontrado un pergamino que, por lo que se ve, es muy antiguo —dijo Juan.

Este pergamino estaba escrito en un lenguaje raro, que no era conocido en la Tierra. El pergamino decía así: «…a avell euq ocigam ejasap nu otreibucsed la adeuq aniloc al ed acrec soña lim adac». Los niños pasaban el texto a todas las lenguas, pero no descifraban nada, lo único que les quedaba era voltear el texto desde el final hasta el principio. Juan y María llegaron a la conclusión de que el pergamino decía:

«Cada mil años cerca de la colina queda al descubierto un pasaje mágico que lleva a…» Los niños no sabían a dónde llevaba ese camino y consultaron en la biblioteca unos libros de leyendas para tener más información.

Los niños no pudieron saber a dónde iría a terminar el camino, pero descubrieron que la última vez que se abrió el camino fue hace mil años y el camino se abriría dentro de un mes exactamente. Un mes era suficiente para prepararse.

Los niños se habían quedado con ganas de saber a dónde llevaba este pasaje. Ya estaban en la colina. Y según lo que decían los libros, ya se tendría que haber abierto el camino, pero… el camino no se abría.


—¡Estos libros deben decir mentiras! —dijo Juan.

Los niños decidieron irse a casa. Cuando se alejaban, empezó a sonar algo así como un temblor, era el dichoso camino que por fin se estaba abriendo, los niños, sin pensarlo, corrieron hacia él.

En el camino se encontraron con un murciélago que no los dejaba pasar. El murciélago estaba por morder a María, pero Juan los alejó con una antorcha que estaba en las paredes.

Ya más adelante se encontraron con una parte donde se dividía el camino en tres partes. Los niños no sabían por dónde ir. Y cuando avanzaron, aparecieron unos espejos que confundían el camino y parecía que el camino se dividía en seis. María eligió el camino de la izquierda.

—¿Llegamos? —dijo Juan—.

Juan y María habían llegado a una parte del camino tapada por una nube. Los jóvenes dieron un paso y pisaron tierra firme. Cuando vieron el paisaje, vieron una isla fría, oscura y destruida completamente.

—¿Qué habrá pasado? —Dijo María—

Y una voz le respondió:

«Mi pueblo ha sido hechizado por un fantasma malvado y envidioso que vive en un castillo que se encuentra en una montaña y tiene un murciélago de aliado.

Ha convertido a todos mis amigos en piedra y la única forma de romper el hechizo es destruyendo al fantasma con una luz que fue encerrada en una cueva por el malvado fantasma»

Juan después dijo:

—No creo que sea muy difícil derrotar al fantasma y además vale la pena derrotarlo después de tan largo viaje.

—Tienes razón. Vamos a derrotar al malvado fantasma y a salvar a la isla —exclamó María.

—Muchísimas gracias —respondió esa voz y apareció entonces un hermoso unicornio convertido en piedra.


Después los niños se fueron a buscar la luz para derrotar al fantasma. El unicornio les había dicho que la cueva se encontraba en el extremo Este de la isla. Juan y María habían llegado a la cueva.

María trató de entrar, pero un campo de fuerza protegía la cueva y la niña quedó muy dañada. Juan volvió con el unicornio y le preguntó cómo podía atravesar ese campo de fuerza. El unicornio le dijo que la única manera de entrar era si estabas tranquilo y no pensabas en nada.

Siguiendo las instrucciones del unicornio, Juan se fue a la cueva. Juan trató de entrar y, sin pensar en nada, logró entrar a la cueva y encontró la Sagrada Luz.

Cuando salió de la cueva, Juan iluminaba todo a su paso y también logró restablecer las fuerzas de María. Los niños se dirigieron al palacio donde se encontraba el malvado fantasma.

Él, desde el interior del castillo, presentía que Sagrada Luz se acercaba y trató de huir. Los niños lograron encontrarlo y, apenas vio la luz, el fantasma se desintegró por completo y todos los habitantes de la isla convertidos en piedra volvieron a la vida.

El unicornio les agradeció a los niños lo que hicieron y como regalo les dio un mapa donde encontrarían un tesoro que habían enterrado los antiguos habitantes de la isla.

Los niños se fueron a buscar el tesoro y, cuando lo encontraron y abrieron el cofre, una luz brilló y los niños aparecieron en sus camas. ¿Habrá sido un sueño? Los niños no estaban seguros, pero igual tenían el cofre con el tesoro en su casa.

Los niños nunca contaron nada de esto a nadie. ¿Quién les creería?

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