Autores del Modernismo
- Rubén Darío (1867-1916):
- Azul… (1888): Verso y prosa, influenciado por el parnasianismo.
- Prosas profanas (1896): Temas exóticos, princesas, flores, fauna…
- Humanización de la poesía con poemas como «A Roosevelt», «Salutación del optimista» y «La falta».
- Manuel Machado (1874-1947): «Alma», «Apolo», «Cante hondo» y «Ars moriendi».
- Antonio Machado (1875-1939):
- «Soledades» y «Soledades, galerías y otros poemas».
- «Campos de Castilla».
- «Nuevas canciones».
- Juan Ramón Jiménez (1881-1958):
- «Diario de un poeta recién casado», «Ninfeas», «Almas de violeta» y «Rimas».
- «Arias tristes», «Jardines lejanos», «Pastorales», «Baladas de primavera», «Elegías», «La soledad sonora», «Poemas mágicos y dolientes» y «Poemas agrestes».
- Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936):
- Sonatas: «Sonata de otoño», «Sonata de primavera», «Sonata de verano» y «Sonata de invierno». «Las guerras carlistas» («Los cruzados de la causa», «El resplandor de la hoguera» y «Gerifaltes de antaño»).
- Novelas: «Tirano Banderas», «El ruedo ibérico», «La corte de los milagros», «Viva mi dueño», «Baza de espadas» y «El trueno dorado».
Autores de la Generación del 98
- Miguel de Unamuno (1864-1936): Ensayista, intelectual y pensador, conocido por la profundidad de sus pensamientos y preocupaciones existenciales («En torno al casticismo», «Vida de Don Quijote y Sancho», «Por las tierras de Portugal y España», «Andanzas y visiones españolas», «Del sentimiento trágico de la vida», «La agonía del cristianismo»). Poeta («Rosario de sonetos líricos», «El Cristo de Velázquez», «Romancero del destierro»). Novelista, con relatos existencialistas que reflejan su visión filosófica del mundo y sus preocupaciones ideológicas: la búsqueda de la personalidad y el conflicto entre creador y personaje en «Niebla» (1914), la envidia cainita en «Abel Sánchez» (1917), el sentimiento de la maternidad frustrada en «La tía Tula» (1921) y la trascendencia religiosa y la inmortalidad en «San Manuel Bueno, mártir» (1933).
- Azorín (1873-1967): Quien mejor ha sabido captar el alma castellana a través de la contemplación del paisaje. «Los pueblos» (1905), «La ruta de Don Quijote» (1905), «Castilla» (1912). Se debate entre un vago deísmo y la duda sobre el sentido de la existencia y el destino del hombre tras la muerte. Esa angustia se transforma en una actitud melancólica ante la conciencia del paso del tiempo.
- Pío Baroja (1872-1956): El máximo novelista de su tiempo. De carácter solitario y huraño, mantiene siempre un pesimismo radical sobre la naturaleza de la condición humana. Su obra es crítica con todo, con una sociedad global corrupta. La desesperación y la angustia del Romanticismo, recogidas por el Modernismo, la visión determinista del mundo del Naturalismo y las formas modernistas. Baroja crea ambientes de perfiles difusos, apenas profundiza en la psicología de los personajes y describe con la pintura rápida de los impresionistas. Entre sus títulos, agrupados casi siempre en trilogías, cabe destacar: «Camino de perfección» (1902) de la trilogía «La vida fantástica»; «La busca» (1904), de «La lucha por la vida»; «Zalacaín el aventurero» (1909), de «Tierra vasca»; «Las inquietudes de Shanti Andía» (1911), de «El mar»; «César o nada» (1910), de «Las ciudades», y sobre todo, «El árbol de la ciencia» (1911), de «La raza».
La Novela del 98
Tres obras publicadas en 1902 («La voluntad» de Azorín, «Amor y pedagogía» de Unamuno, «Camino de perfección» de Baroja) rompen con las hechuras de la novela realista y naturalista del siglo XIX.
- Estructura: Estructura abierta. La nueva concepción responde a las novelas de Azorín «La voluntad» y «Las confesiones de un pequeño filósofo». La nivola de Unamuno, característica por la desnudez narrativa y un argumento concentrado en mostrar los conflictos íntimos de los protagonistas: «Amor y pedagogía», «Niebla», «San Manuel Bueno, mártir». Las de Baroja, como «Zalacaín el aventurero» y «Las inquietudes de Shanti Andía», se dispersan en múltiples episodios yuxtapuestos.
- Personajes: La mayoría son novelas de protagonistas individuales. Hombres de acción como algunos personajes de Baroja. Otras veces son seres abúlicos, incapaces de actuar, que viven angustiados por encontrar un sentido a su existencia (el Azorín de «La voluntad», de José Martínez Ruiz, o el Hurtado de «El árbol de la ciencia», de Baroja).
- Temática: Estas novelas abordan los grandes temas de la Generación del 98: la lucha por la vida en un mundo hostil y la exaltación de la voluntad frente a la abulia (Baroja), el conflicto entre la razón y la fe y la insaciable necesidad de perdurar después de la muerte (Unamuno), la desazón por la infructuosa búsqueda de sentido a la vida, la angustia por el paso del tiempo y la amenaza de la muerte (Azorín).
- Punto de vista: El narrador omnisciente, mucho más personal y subjetivo.
- Espacio y tiempo: Con frecuencia, localización espacial y temporal concretas, para centrarse en el conflicto íntimo de los personajes, como en Unamuno.
- Lenguaje y estilo: Frente al estilo retórico del Realismo, los integrantes de la Generación del 98 apuestan por la sobriedad expresiva y el cuidado en el manejo del idioma, sustituyendo los extensos periodos de la novela decimonónica por el párrafo breve y la frase corta.