Comentario Estructural y Temático de las Coplas de Jorge Manrique

Comentario Estructural de las Coplas de Jorge Manrique

I. Estilo y Temas Fundamentales (Coplas I – III)

Copla I: Características Estilísticas y Temas

En esta copla I están reunidas tres características fundamentales del estilo de Manrique:

  1. El estilo exhortativo: En los dos primeros versos aparecen tres imperativos (recuerde, avive y despierte).
  2. Las expresiones enunciativas: De los versos 4 al 10 se enuncian los temas fundamentales del poema: el tiempo y la muerte.
  3. El estilo sentencioso: En los versos 11 y 12 se incluye la sentencia: «Cualquier tiempo pasado fue mejor».

A través de la anáfora, el autor nos invita a reflexionar sobre cuatro realidades importantes:

  • La fugacidad del tiempo.
  • La llegada repentina y silenciosa de la muerte.
  • El recuerdo doloroso de los placeres del pasado.
  • La sensación de que el pasado siempre es mejor que el presente.

Mediante la primera antítesis (vida/muerte), el poeta contrapone los dos grandes temas de su poesía, que, como vemos en las siguientes coplas, son el tiempo y la muerte. En la segunda antítesis (placer/dolor), el poeta alude al dolor de recordar en un futuro los placeres del pasado.

Copla II: La Falta de Confianza en el Tiempo

En esta copla II, el poeta aborda el primer tema del poema: la falta de confianza en el Tiempo.

Copla III: El Poder Igualatorio de la Muerte y la Alegoría del Río

Esta copla III está dedicada al segundo tema del poema: el poder igualatorio de la Muerte. La frase «Nuestras vidas…», con el posesivo en primera persona del plural que abre la copla, implica directamente al lector.

Comienza esta copla con una metáfora de origen bíblico: la vida es un río. A partir de ahí, se desarrolla una alegoría, es decir, una serie de metáforas que se convierten en un tópico literario.

II. Tópicos y la Caducidad de lo Terrenal (Coplas V – XII)

Copla V: El Homo Viator y el Contemptus Mundi

En esta copla V se desarrolla un tópico ya conocido, el del «homo viator» (el hombre viajero), que lleva a pensar en el ascetismo: si el mundo es un lugar de tránsito y la vida es un viaje, ¿para qué preocuparse del camino si es tan rápido?

Manrique desarrolla esta idea a través de una alegoría (parecida a la de la copla III). Con ello, se menosprecia esta vida terrenal («el camino») y se ensalza la otra vida («morada sin pensar»). Este desprecio del mundo nos lleva a otro tópico, el «contemptus mundi»: lo mundano es perecedero; la otra vida es eterna.

Coplas VIII y IX: El Tiempo como Agente de Caducidad

El tema de la copla IX es la pérdida de la hermosura y la fortaleza de la juventud, provocadas por el paso del tiempo.

En la copla VIII, el agente responsable de la caducidad de la hermosura y fortaleza juveniles es el Tiempo.

Ejercicio 6: La Imagen de la Vejez

La imagen con la que se expresa la llegada de la vejez es la de un arrabal, es decir, la de un barrio bajo que está fuera del recinto de una población.

Copla X: El Ejemplo de los Casos Desastrados

En la copla X se habla de una dinastía que se vino abajo en España después de haber tenido un gran prestigio. Se trata de un ejemplo de caso desastrado: la monarquía visigoda.

Nota: En la copla VIII, el agente responsable de la falta de solidez de bienes como el linaje y la nobleza es el tema de los casos desastrados.

Copla XI: La Fortuna Personificada

El tema principal de esta copla XI es la Fortuna (que enlaza con la copla VIII). La Fortuna es una diosa pagana que en el siglo XV empieza a ser representada como una señora (más que como una diosa), inconstante, que habita en un palacio donde tiene tres ruedas que mueve a su antojo.

El ejemplo más representativo de esta época sería Álvaro de Luna, que llegó a ser el privado favorito de Juan II. Años después, es ajusticiado y ahorcado en la plaza pública.

En la copla XI, la Fortuna se representa como una señora inconstante, por lo que aparece personificada, ya que se le atribuyen cualidades humanas a un concepto. La personificación aporta énfasis y calidad estética.

Nota: En la copla VIII, el último agente responsable de la inestabilidad de los estados aristocráticos y la riqueza es la Fortuna.

Copla XII: La Fugacidad de los Bienes Temporales

En la copla XII, después de hablar de bienes temporales que pueden esfumarse rápidamente, Manrique obliga a que estos bienes acompañen a su dueño hasta la fosa (enterrados con él). Pero, aun en el caso de que estos bienes no sean abatidos por rachas de mala suerte, otra realidad implacable acaba con ellos: la fugacidad del tiempo.

En la copla XII, en estos versos se repite en tres ocasiones la antítesis que consiste en enfatizar una serie de términos contrapuestos:

  • «deleites» / «tormentos»
  • «temporales» / «eternales»
  • «acá» / «allá»

III. Refuerzo Doctrinal y Recursos Retóricos (Coplas XIV – XVI)

Copla XIV: El Poder Igualatorio de la Muerte

El tema de esta copla XIV es el poder igualatorio de la muerte.

Copla XV: La Eficacia de los Ejemplos Concretos

La copla XV es similar a la copla IV. Para reforzar la doctrina sobre la fugacidad de la vida humana expuesta en las estrofas anteriores, Manrique nombra ejemplos concretos, lo cual resulta más eficaz. Por ello, dice que es conveniente evocar el pasado, pero no un pasado lejano, sino el más próximo al momento actual.

Copla XVI: Metáfora y Preguntas Retóricas

En la copla XVI, el poeta identifica la fugacidad cortesana con las verduras, ya que estas son muy perecederas y se estropean rápido. El recurso literario usado es la metáfora porque se identifica un término real con otro imaginario parecido.

En la copla XVI, en todo el poema se repiten interrogaciones retóricas, que son preguntas que no esperan respuesta, utilizadas para proporcionar tensión a lo expresado y ejemplificar con referencias concretas la fugacidad de los bienes mundanos. Así, por ejemplo, en la primera interrogación retórica se pregunta por un poderoso personaje del pasado inmediato: el rey don Juan.

IV. La Muerte de Don Rodrigo (Coplas XXVI – XXXVIII)

Copla XXVI: Paralelismo y Anáfora

El recurso utilizado en las frases exclamativas de la copla XXVI es el paralelismo, que intensifica las expresiones en las que se repite la misma estructura sintáctica. Se combina con la anáfora o repetición de la primera palabra de los versos 2, 4, 5, 7, 8, 9 y 10.

La Llegada de la Muerte a Don Rodrigo

  • La Muerte llega a don Rodrigo estando en su villa de Ocaña, al final de una vida honorable, después de arriesgar su vida luchando por su patria y por su rey.
  • La metáfora aparece en el verso 4 de la copla XXXIV, en la que se intensifica el término imaginario «corazón de acero», que hace referencia a la fortaleza de don Rodrigo ante la llegada de la Muerte.
  • La anáfora que repite la palabra «después» al comienzo de los versos 1, 4 y 7 aporta énfasis a la idea de que la Muerte llega a don Rodrigo cuando ya ha vivido una vida repleta de actos gloriosos.

Las Tres Vidas y la Resignación Final

Las tres vidas mencionadas son las siguientes:

  1. La vida de la fama, que se corresponde con «otra vida más larga de la fama».
  2. La vida terrenal, que se corresponde con «la otra temporal, perecedera».
  3. La vida eterna.

En la copla XXXVIII, el moribundo se muestra resignado ante lo inevitable de la llegada de la Muerte, ya que es absurdo luchar contra lo inevitable.

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