Crónica de una muerte anunciada: Fusión Literaria y Periodística de Gabriel García Márquez

Crónica de una muerte anunciada: Fusión de Periodismo y Literatura

Algunos críticos han relacionado Crónica de una muerte anunciada (1981) con la novela policiaca. Tiene muchos elementos propios de este tipo de novelas: un móvil, asesinatos… El suspense tiene un significado especial, ya que el lector sabe desde la primera línea que Santiago Nasar va a morir. Lo que nunca sabrá el lector es por qué murió. Aunque los asesinos habían voceado sus intenciones, no se llega a saber si el asesinado era o no culpable; no se sabe por qué fue acusado por Ángela Vicario. Gabriel García Márquez, en una entrevista, afirmaba que la obra era una perfecta unión entre periodismo y literatura. El autor decidió difundirla como una novela con características de crónica.

Elementos Periodísticos en la Obra

Podemos considerar como propios de la crónica periodística los siguientes elementos:

  • La base real del suceso: En 1981, Márquez publica Crónica de una muerte anunciada tiempo después de que ocurrieran los sucesos reales en los que se basa la historia.
  • La actividad investigadora del narrador: Con su actitud notablemente objetiva, el narrador es mero transmisor de documento informativo.
  • Las entrevistas con los testigos.
  • Precisión espacio-temporal: Recoge una cronología de los hechos.
  • Los viajes del autor-narrador al lugar del suceso.
  • Falta de sorpresa respecto al desenlace.

Elaboración Literaria y Rasgos Novelescos

Hay también una elaboración literaria muy cuidada. Podemos decir que el término «crónica» nos remite al mundo del periodismo. Aunque haya una base histórica real de los hechos, su tratamiento es fruto de la libre imaginación y creatividad del autor. Hay rasgos propios de su carácter literario:

Realismo Mágico

Todos estos elementos más propiamente periodísticos se combinan con otros más novelescos:

  • Los hechos reales se modifican: Como los cambios en la onomástica respecto a los protagonistas reales.
  • La historia de amor que la imaginación del novelista ha convertido en la historia de una pasión amorosa.
  • Penetran en la novela personajes provenientes del mundo mágico de Cien años de soledad.
  • Penetran también exageraciones propias de aquel mundo: una bala atraviesa la plaza del pueblo…

Modelo de la Tragedia

Aunque el argumento de la obra se construye sobre un hecho real, como sabemos, el autor ha conseguido, mediante la alteración de los elementos que considera necesarios, darle un hálito de grandiosidad o desmesura que la acercan al ámbito de la tragedia. La venganza mediante la muerte no hubiera alcanzado esa dimensión si no fuera por la exageración, situando el episodio en el patetismo de la tragedia. No es un crimen lo que elabora, sino un sacrificio ritual. Tampoco la hubiera alcanzado si no estuviera acompañada de la inocencia de la víctima. No falta el coro propio de toda tragedia: el pueblo empezó a tomar posiciones en la plaza para presenciar el crimen y la fatalidad.

Final Folletinesco

Este final convierte la trágica historia en una historia de amor con un final más propio del folletín que de la tragedia, un nuevo rasgo de elaboración literaria.

Técnicas Narrativas Empleadas

La historia no se plantea ordenadamente, sino como una especie de puzle, con constantes quiebres y rupturas, a base de avances y retrocesos. Entre las técnicas narrativas destacan:

  • Novela de estructura circular: La evolución es zigzagueante y reiterativa, pero la coincidencia del principio y del final son exactas.
  • Lenguaje narrativo más propio del relato: Símiles, metáforas, personificaciones e hipérboles que desmesuran la realidad.
  • Modos narrativos: En los pasajes más narrativos, la voz del narrador es más objetiva; en cambio, en los descriptivos es subjetiva y de fantasía.
  • Polifonía narrativa: El mismo narrador recoge variadas perspectivas de testigos, protagonistas y personajes secundarios. La obra está construida a través de varios puntos de vista.

Multiperspectivismo y Reconstrucción de los Hechos

La obra presenta un entrecruzamiento de los puntos de vista del narrador y de los testigos. Desde el principio aparece un narrador en primera persona. Muy pronto se dará a conocer al lector la «situación básica» del narrador: es un cronista que ha vuelto al pueblo con la intención de esclarecer los hechos sucedidos años atrás, en los que él también participó y de los que fue testigo. Esta doble condición de narrador y personaje le lleva al empleo de la forma autobiográfica, que resulta convincente, ya que no solo aparece quien intenta hacer la crónica, sino también su padre, su hermana… El narrador plantea su tarea al modo de un periodista investigador, que trata de reconstruir hechos sirviéndose de distintos elementos de apoyo.

Fuentes de Información del Narrador

  • Su memoria personal: Lo que recuerda del pueblo, su relación con los personajes, los hechos; antes de la tragedia, pero se trata de una memoria incompleta, pues le falta información.
  • Documentación escrita: La primera es el sumario, pero también se cita el informe de la autopsia. Las cartas que la madre del cronista le escribe al colegio sirven para crear cierto misterio e interés.
  • El testimonio de muchas personas: Con las que se entrevista en diferentes momentos, tratando de establecer la verdad de los hechos.

Ambigüedades y Contradicciones en los Testimonios

El narrador va conformando un trenzado de datos e informaciones superpuestas, de testimonios contradictorios que crean al lector una sensación de verosimilitud en cuanto a los detalles de la tragedia, pero no logran despejar algunas incógnitas y ambigüedades:

  • No coinciden los testimonios respecto al clima que reinaba el día del asesinato.
  • Existen opiniones diversas respecto a Santiago Nasar y Bayardo San Román.
  • La deshonra de Ángela Vicario y la identidad del culpable se perciben de distintas maneras.
  • La actitud de Nasar es objeto de controversia.

El punto de vista predominante es el de la primera persona, aunque cuando el narrador se sirve de lo que sabe o recuerda de la historia, utiliza la tercera persona desde un enfoque omnisciente. En los pasajes narrativos, la voz del narrador se manifiesta con cierto grado de objetividad; en las descripciones, está mucho más impregnada de subjetividad y fantasía.

El Fatalismo en Crónica de una muerte anunciada

Se propone una interpretación de Crónica de una muerte anunciada, según la cual la novela es una pieza más del edificio fatalista que, desde sus comienzos literarios, construye Gabriel García Márquez. El mismo título contiene todos los elementos de la fatalidad: una muerte anunciada y un relato testimonial que narra lo sucedido sin la capacidad de intervenir en los sucesos. Desde el principio sabemos que el personaje está condenado, lo que añade suspense al relato. Santiago Nasar, el hombre asesinado, parecía destinado a ser mimado por la fortuna; sin embargo, muere en circunstancias terribles en la puerta de su casa. Todo el pueblo sabía que el crimen iba a producirse y, sin embargo, nadie lo impide, lo cual sugiere la presencia de un destino fatal e ineluctable. El destino de Santiago es labrado por las persistentes torpezas humanas que confluyen en un mismo resultado trágico: contradicciones, ambigüedades, casualidades y presagios malinterpretados.

Contradicciones

La contradicción central de la obra es que todo el pueblo, menos el propio Santiago, sabe que los gemelos Vicario van a matarlo. Esta contradicción se presenta hábilmente como realidad de la trama, creando la atmósfera trágica que se respira en el libro. La segunda gran contradicción es que, en una sociedad tan cerrada y dominada por el cotilleo, Ángela Vicario hubiera perdido su virginidad con un joven del pueblo sin que se supiera.

Ambigüedades

Son muchos los hechos que ni los personajes, ni el lector, ni el narrador consiguen esclarecer. La ambigüedad esencial de la obra radica en quién cometió el crimen de honor de Ángela Vicario. La sensación del lector es que Santiago fue asesinado a causa de un crimen que no cometió. Aunque muchos años después Ángela ratifica su versión, el lector se siente impulsado a no creerla. También aparecen otros detalles ambiguos que colaboran en la creación del ambiente fatal:

  • Versiones contradictorias sobre el tiempo atmosférico del día que murió Santiago.
  • No se sabe si Victoria Guzmán y su hija sabían de la amenaza.
  • Testimonios acerca de si los gemelos Vicario estaban borrachos o no antes del crimen.

Casualidades

El propio narrador advierte que nadie podía entender tantas coincidencias funestas:

  • Santiago casi nunca salía de casa por la puerta del frente, pero ese día lo hizo.
  • Luisa Santiaga, que presentía cualquier tragedia, no pudo hacerlo en esta ocasión.
  • Cristo Bedoya, el único que podía salvar a Santiago, no es visto hasta después del crimen.
  • Santiago acudió muy temprano a casa de su novia, por lo cual nadie le pudo avisar.

Malas Interpretaciones

El fatalismo de la novela se sirve también de la manipulación de los presagios que podrían haber alertado a los diferentes personajes sobre el futuro. Las interpretaciones erróneas de los signos premonitorios posibilitan el cumplimiento de la tragedia:

  • Los carniceros no detuvieron a los Vicario porque…
  • Meme Loizano no advirtió a Santiago sobre el peligro porque lo vio tan contento que pensó que todo se había arreglado.
  • Plácida Linero cerró la puerta de casa cuando vio a los Vicario…
  • Cristo Bedoya no consiguió proteger a su amigo porque pensó que estaba desayunando en casa de los García.

Se puede llegar a la conclusión de que se pudo hacer mucho más de lo que se hizo para evitar el asesinato, y aunque el destino no actuó de forma ciega e imparable, en el desgraciado final de Nasar participaron, irresponsable e interesadamente, algunas personas. Por ejemplo, Victoria Guzmán no advierte de la amenaza porque, «en el fondo de su alma», quería que lo mataran.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *