La Fundación
1. Resumen de la obra
Esta obra de teatro narra la historia de cinco hombres que viven en una fundación. Cuatro de ellos solían pasear todas las mañanas. La historia comienza con Tomás, quien está en la habitación limpiando y recibe la visita de su novia. Había un hombre enfermo en una cama. Cuando ella decide marcharse, Tomás le insiste para que vuelva por la noche y conozca a sus compañeros. Poco después de que la muchacha se marchara, llegan sus compañeros de su paseo matutino.
Llega la hora de la comida y se reparten la ración del hombre enfermo. Tomás observa a su alrededor y se percata de que las cosas están cambiando; se extraña y piensa que le quieren gastar una broma. El encargado y los camareros sacan al hombre muerto de la habitación. Tomás no sale de su asombro, pues hablaba con él todos los días. El encargado les advierte que se atengan a las consecuencias.
Esa noche, el encargado viene a buscar a Tulio para ejecutarlo; este se despide de ellos. Tomás se da cuenta de que la fundación era una cárcel y que él estaba condenado a muerte. La habitación empieza a cambiar, pasando de tener comodidades de todo tipo a no tener camas para todos. Asel está deseando que los lleven a los calabozos, pero no los trasladan y se preguntan por qué. Ese día, Max es llamado a los locutorios y, cuando se va, el resto empieza a sospechar que él era el chivato. Más tarde, cuando vuelve de los locutorios, lo interrogan y Max grita pidiendo ayuda.
Llega el encargado con su ayudante y llama a Asel para llevarlo al interrogatorio. Este, como sabe que no va a aguantar callado, se tira por la barandilla. Tulio, aprovechando el despiste de los guardias, tira a Max por la barandilla. Esa noche, van a buscar a Lino y a Tomás para darles el castigo que creían pertinente. Tomás vuelve a evadirse, imaginando que estaban otra vez en una fundación.
2. Diferencias escénicas entre la primera y la segunda parte
Las diferencias escénicas entre la primera y la segunda parte son muy claras:
- Primera parte: Los personajes viven en una fundación, están allí becados y tienen todas las comodidades posibles: radio, libros, sillones, vajilla de cristal, cámara de fotos, camas, nevera, ropas nuevas y elegantes. El cuarto de baño estaba cerrado y tenían una ventana con vistas a verdes prados. Dos camareros les servían la comida y comían exquisiteces.
- Segunda parte: En cambio, están en una cárcel y se les acabaron todas las comodidades: ya no tenían sillones, ni música, ni libros (solo tenían uno viejo), ni cámara de fotos, ni nevera. Tienen ropas viejas y gastadas, no hay camas para todos, el baño es un retrete en una esquina de la habitación, sin ventanas ni paisaje, simplemente las otras puertas de las celdas y el patio.
3. Referencias a la pena de muerte, a la tortura y malos tratos en general
Las referencias a la pena de muerte, a la tortura y a los malos tratos en general no son notables hasta la segunda parte de la obra. Se denuncian los malos tratos físicos a los que son sometidos en los interrogatorios; también se habla de cómo racionalizaban la comida, que apenas les llegaba para nada. Las referencias a la pena de muerte también son abundantes, ya que todos ellos estaban condenados a muerte por sus ideas políticas y por luchar por ellas.
A continuación, se citan algunas de las páginas en las que se relatan algunos de los malos tratos a los que estaban expuestos:
- Página 123: «Lino.- ¡Lo van a matar! … Lino.- ¡Lo van a matar, imbécil! ¡Como a todos nosotros! (A Asel) ¡Hay que decírselo, Asel, aunque tú no quieras!» En este fragmento de la obra se habla claramente de la pena de muerte.
- Página 131-134: «Tomás.- ¿Es cierto… que van a matar a Tulio? … Asel.- ¡Debemos vivir!… Y es que estoy fatigado.» En estas páginas se habla de los malos tratos a los que son sometidos en la cárcel, de la pena de muerte y se hace referencia al napalm utilizado en la guerra de Vietnam.
- Página 141-144: Desde «Tomás.- (Se desprende, angustiadísimo) ¡Yo os denuncié!» hasta la página 144, cuando habla Lino. En el fragmento citado se hace referencia a la pena de muerte y a la falta de libertad de expresión que existía en España en la época de la Dictadura de Franco. También se nos da a entender la locura como una defensa ante el dolor.
4. Referencias existenciales
En esta obra aparecen diversas referencias existenciales, como los comentarios sobre la muerte o las referencias a Marx. A continuación, se enumeran algunas de las páginas donde aparecen estas referencias:
- Página 118: «Tomás.- (Conmovido) Pero… ¿lo comprendes, Tulio?…» En estas líneas se refleja el fracaso del idealismo.
- Página 123: «Lino.- ¡Lo van a matar! … Lino.- ¡Lo van a matar, imbécil! ¡Como a todos nosotros! (A Asel) ¡Hay que decírselo, Asel, aunque tú no quieras!» En esta página se hace una referencia clara a la pena de muerte.
- Página 133: «Asel.- Y niños… Los niños también pagan. Los hemos quemado ahogando… No. Tú lo recordarás.» En este párrafo, en el que habla Asel, se nos narran una serie de aberraciones que tuvieron lugar en la guerra de Vietnam.
- Página 142: «Asel.- Estamos cerca de la muerte. Palabras como esa ya no me dicen nada.» En estas líneas se hace referencia a la pena de muerte.
- Página 154: «Tomás.- Y si fuera cierto, ¿a qué escapar de aquí para encontrar la libertad o una prisión igualmente engañosa?…» En esta página se llega a la conclusión de que, para conseguir un mundo mejor, hay que escapar de los hologramas o mundos ideales.
- Página 154-155: «Asel.- No es que desprecies la evasión como otra fantasía, sino que te acobardan sus riesgos…» En estas líneas se hace referencia a Marx, pues se nos da a entender que se puede dudar todo lo que se quiera, pero nunca se debe dejar de actuar.
5. La denuncia social en «La Fundación»
En esta obra, la denuncia social está presente a lo largo de toda la trama. Se denuncian los malos tratos que reciben de los guardias en los interrogatorios y la racionalización de la comida que tenían, pues apenas les llegaba para acabar el día. También se denuncia la falta de libertad de expresión, ya que los personajes de la obra están condenados a muerte por sus ideas políticas. Asimismo, se denuncia a la gente que prefiere quedarse sin hacer nada y aguantar las injusticias a las que son sometidos. También se hace referencia a las armas utilizadas en la guerra de Vietnam.
En la página 141, se hace una referencia clara a la Dictadura que se estaba viviendo en España, cuando Asel le dice a Tomás que no se desmorone porque lo hayan cogido repartiendo octavillas.
6. Ficción y realidad en «La Fundación»
En la obra La Fundación, el contraste entre ficción y realidad está muy presente. Un ejemplo claro es la huida de Tomás a través de la ficción de la fundación, donde tiene su mundo idílico. Sin embargo, tropieza con la realidad cuando comienza a darse cuenta de que la fundación no era tal, sino una cárcel donde él y sus compañeros de celda esperaban el día de su ejecución, ya que todos estaban condenados a muerte.
Algunas de las páginas donde se refleja este contraste son:
- Página 104: «Tomás.- Esos portazos…» Desde que Tomás dice eso, se va dando cuenta de que las cosas están cambiando a su alrededor.
- Página 142: «Asel.- Estamos cerca de la muerte. Palabras como esa ya no me dicen nada.» Desde ese momento, Tomás se da cuenta de que fue un delator, de que está en una cárcel y de que está condenado a muerte.
- Página 166-167: Desde «Tomás.- (Se desprende con violencia.) ¡Suélteme! …» hasta «… ¡No empuje, canalla! ¡Y salga de una vez!» En estas páginas, Tomás se aprovecha de su locura para defenderse y defender a Lino de un castigo.
- Página 172-173: Es el final de la obra, donde Tomás se evade del castigo que le espera, volviendo otra vez a la ilusión de la fundación.
7. Características de los personajes
- Tomás:
- Es un mozo de unos veinticinco años, de alegre semblante, que usa pantalón oscuro y camisa gris. Sobre el pecho, un pequeño rectángulo negro donde descuella, en blanco, la inscripción C-72. Calzado blando. Es el protagonista de la obra; al principio de esta, sufre una enfermedad mental, pero en la segunda parte se recupera. Está condenado a muerte por sus ideas políticas.
- Asel:
- Es el mayor de todos, de unos cincuenta años, tal vez más. Cabello gris, expresión reflexiva. En su rectángulo, C-73. Aparentemente, es el cabecilla del grupo; fuera de la cárcel, era uno de los cabecillas del movimiento revolucionario. También está condenado a muerte y acaba suicidándose.
- Tulio:
- Magro cuarentón de rostro afilado y serio. Viste, como todos, camisa gris; en su rectángulo negro, la inscripción C-81. Pantalón oscuro, diferente al de los demás, y asimismo distintos entre sí. Es el primero al que llevan a ejecutar.
- Lino:
- Muy vigoroso, de aire taciturno, aparenta unos treinta años. C-46 en su camisa. Es uno de los dos que quedan al final de la obra.
- Max:
- De unos treinta y cinco años, C-96 en su camisa, de agradable fisonomía. Al final de la obra, se descubre que es el delator de sus compañeros de celda.
- Berta:
- Es una muchacha de mirada dulce y profunda, de brillante melena aleonada. El blanco pantaloncillo que viste deja ver sus exquisitas piernas; sobre la inmaculada camisa de cuello abierto, un rectángulo azul con la inscripción A-72.
8. Inventar un final
Cuando los guardias los sacan de la habitación y les indican que sigan por el pasillo, Lino, en un arrebato de locura, decide acabar con su vida tirándose por la barandilla por donde se había tirado Asel y por donde Max había sido arrojado. En ese momento, Tomás despierta de su ilusión y se da cuenta de que lo están llevando a las celdas de castigo. Tomás recuerda lo que Asel le había contado sobre la ayuda que recibiría de las celdas superiores cuando lo trasladasen al calabozo. Esa misma noche, comenzó a cavar en la pared y, de allí a una semana, consiguió escapar.