Un Poco de Historia
La práctica de la entrevista periodística tiene sus raíces en el siglo XIX. Se considera que una de las primeras entrevistas formalmente reconocidas fue la realizada en 1836 por el New York Herald a la propietaria de la casa donde una mujer había sido asesinada. Posteriormente, en 1859, el New York Tribune publicó una notable entrevista con el líder de los mormones, Brigham Young.
Tipos de Entrevista
Informativa
Su contenido es primordialmente de interés público. El ambiente en el que se enmarca suele ser el de los tribunales, conferencias de prensa, o situaciones donde se busca esclarecer hechos. A menudo, procede o se complementa con información de interrogatorios policiales o investigaciones oficiales.
De Personaje
Se centra en el ‘quién’: la vida, obra, opiniones y personalidad del entrevistado. El ambiente puede evocar el interés por lo cotidiano o lo extraordinario de una figura. Históricamente, este tipo de entrevista ganó popularidad en los años 20, a menudo a través de conversaciones con escritores y otras personalidades. Pueden enfocarse en un experto en un campo determinado o en una persona con una historia de interés humano.
Según el Formato de Presentación
- Pregunta-Respuesta (P-R): Se presenta el diálogo tal cual, con las preguntas del periodista y las respuestas del entrevistado.
- Romanceada (o Narrativa): El periodista narra la entrevista, incorporando citas directas e indirectas, sumarios de las respuestas, descripciones del ambiente y del personaje. Puede incluso estar escrita en primera persona, relatando la experiencia del encuentro.
A Quién Entrevistar
La elección del entrevistado es crucial. Aquí algunos perfiles de interés:
- Alguien que es noticia por sus acciones, declaraciones o circunstancias.
- Alguien que sabe algo relevante sobre un tema de actualidad o interés.
- Alguien importante por su cargo o posición influyente.
- Una persona común con una historia interesante, conmovedora o reveladora.
Cómo Descubrir Potenciales Entrevistados
- Revisar ejemplares actuales y pasados de periódicos y otras publicaciones.
- Consultar revistas especializadas en diversos campos.
- Crear ‘tipos’ o perfiles de personajes que podrían ser interesantes (ej. el último farero, un artesano de una técnica olvidada).
- Explorar guías telefónicas, directorios profesionales o bases de datos (con criterio).
- Seguir aquello que nos gusta o nos apasiona; a menudo, el interés personal conduce a buenas historias.
- Estar constantemente pendientes de nuestro entorno social, cultural y profesional.
Cómo Conseguir la Entrevista
Una vez identificado el candidato, persuadirlo puede requerir:
- Apelar a su orgullo: destacar la oportunidad de promoción y publicidad que la entrevista representa.
- Argumentar en pro del equilibrio y la justicia: ofrecerle la oportunidad de exponer su versión de los hechos.
- Demostrar habilidad para argumentar: explicar claramente el valor y el enfoque de la entrevista.
- Hacer valer el prestigio profesional del periodista o del medio.
- Invocar su afán de ayudar a la comunidad o de compartir un conocimiento valioso.
Para Evitar Objeciones
La incertidumbre del potencial entrevistado se combate explicando claramente el propósito, el alcance y el tratamiento de la entrevista, y si es necesario, pidiendo su colaboración para aclarar dudas. Es crucial no mostrar falta de confianza ni en la propia profesión ni en el medio para el que se trabaja.
CLAVE: Convenceremos si estamos convencidos de la pertinencia e interés de la entrevista y si buscamos maneras originales y respetuosas de plantearla.
Preparación de la Entrevista
1. Enfoque de la Entrevista
Antes de cualquier otro paso, es fundamental definir claramente de qué queremos hablar. ¿Cuál es el tema central? ¿Qué se busca obtener o revelar?
2. Documentación
Una investigación exhaustiva previa es indispensable. Sirve para:
- No subestimar al entrevistado ni su capacidad intelectual; estar a la altura del conocimiento del interlocutor.
- Abordar temas que resulten agradables, relevantes o de particular interés para el entrevistado, facilitando una conversación más fluida.
- Seguir el hilo de la conversación con inteligencia y evitar preguntar absurdamente o sobre temas ya muy trillados.
- Romper el ‘discurso fosilizado’ o las respuestas preparadas que el entrevistado pueda tener.
- Evitar hacer las mismas preguntas que otros periodistas ya le han formulado.
- Distinguir la información verdaderamente relevante de la superflua durante la conversación.
- Ganar la confianza del entrevistado al demostrar conocimiento e interés genuino en su persona o tema.
CUÁNDO documentarse: Siempre. El CÓMO y la profundidad de la documentación dependerán del tipo de entrevista y del personaje.
3. Cuestionario
Elaborar un guion de preguntas es una guía, no una camisa de fuerza. Al prepararlo:
- No redactar preguntas cuyas respuestas sean obvias o fácilmente encontrables.
- Formular preguntas simples, claras y, generalmente, una a la vez.
- Evitar preguntas obvias, irrelevantes o que demuestren falta de preparación.
- Indagar en el ‘porqué’ de las cosas, buscando motivaciones, causas y consecuencias.
- Conseguir anécdotas: Apreciarlas cuando surjan, pedir ejemplos concretos, contar algo similar (con mucha prudencia y si viene al caso), preguntar por convicciones personales y tratar de situarnos en el escenario que describe el entrevistado.
- Utilizar preguntas que requieran respuestas numéricas o datos específicos solo cuando sean estrictamente necesarias y aporten valor.
- Considerar el uso de preguntas hipotéticas para explorar escenarios o reacciones.
- Elegir estratégicamente entre preguntas abiertas (que fomentan respuestas amplias) o cerradas (para respuestas concretas).
El Encuentro con el Entrevistado
1. Comienzo del Encuentro
- Ajustar nuestra forma de vestir al contexto y a la formalidad del entrevistado.
- Ser cortés y amable sin caer en el servilismo o la adulación excesiva.
- No sacar de inmediato el bloc de notas, la grabadora o la cámara. Crear primero un ambiente de confianza.
- Comenzar con una conversación informal para romper el hielo y relajar al entrevistado (y a nosotros mismos).
2. Actitud del Entrevistador
- Mostrar que escuchamos activamente: Evitar recostarse en el respaldo de forma pasiva, mantener un contacto visual adecuado (sin intimidar) y utilizar señales no verbales de atención como asentir o inclinar la cabeza.
- Mostrar genuino interés y que se disfruta la conversación; la pasión es contagiosa.
- Utilizar signos verbales de escucha activa, como hacer eco o parafrasear frases clave del entrevistado para asegurar la comprensión (ej. ‘Entonces, si he entendido bien, usted considera que…’).
- Hacer ver que comprendemos, por ejemplo, parafraseando o reflejando los sentimientos del otro: ‘Entiendo que se sintió [emoción] en ese momento’ o ‘Entonces, lo que usted experimentó fue…’.
- Realizar transiciones suaves y lógicas entre temas o preguntas.
3. Estrategias y Problemas Comunes
- Elección de preguntas:
- Preguntas abiertas: El entrevistado lleva el peso de la respuesta. No suelen asustar, ofrecen libertad y animan a elaborar el pensamiento. Suelen generar respuestas largas y ricas en matices. Pueden ser difíciles para personas no acostumbradas a hablar en público, y las respuestas pueden ser desorganizadas, requiriendo que el entrevistador reconduzca la conversación con habilidad.
- Preguntas cerradas: Útiles para noticias de última hora, confirmar datos específicos, adelantarse buscando información concreta, como ‘calentamiento’ al inicio de la entrevista, o cuando hay poco tiempo. No ayudan a crear una relación profunda, tienden a ser bipolares (respuestas de sí/no o muy cortas), no piden explicaciones detalladas, son fáciles de responder para el entrevistado y suelen dar pocos detalles, pero pueden ser necesarias para obtener información precisa.
- Si hay tensión: Preguntar diplomáticamente el motivo. Si el problema radica en una pregunta o actitud nuestra, rectificar con humildad. Si es por otra causa, indagar con tacto para intentar disiparla o, al menos, comprenderla.
- Si hay evasión: Reformular la pregunta de maneras distintas, abordar el tema desde otro ángulo o, en última instancia y con mucho tacto, señalar la evasiva disculpándose por la insistencia si es necesario, pero buscando la información si es crucial.
- Silencios: Saber interpretarlos y utilizarlos estratégicamente. Un silencio puede indicar reflexión, incomodidad o que el entrevistado espera una repregunta. Conviene no interrumpirlos prematuramente, a menos que sea para mostrar acuerdo (‘Exacto’) o para una interrupción necesaria y cortés (‘Perdone, pero…’).
- Preguntas difíciles: Abordar asuntos dolorosos o muy personales ‘desde lejos’, con extrema precaución, empatía y sumo respeto. Si son temas polémicos, se pueden plantear como una obligación profesional (‘Como periodista, debo preguntar…’), atribuyendo críticas u opiniones a terceros (‘Algunos sectores opinan que…’), a alguien en concreto (si hay base para ello), o preguntando ‘a modo de abogado del diablo’ para explorar todas las facetas del asunto.
- Utilizar preguntas de recapitulación para asegurar la comprensión mutua y resumir puntos clave antes de cambiar de tema.
- Ayudar al entrevistado a concretar sus ideas si divaga excesivamente, siempre con amabilidad.
- Otras técnicas: Citar frases anteriores del propio entrevistado para profundizar o contrastar, ayudarle a recordar datos específicos (con cuidado de no inducir respuestas), gestionar adecuadamente la información que se ofrece off the record (respetando los acuerdos), y utilizar preguntas filtro para dirigir la conversación.
4. El Final del Encuentro
Concluir la entrevista en el tiempo previsto o acordado. Agradecer sinceramente al entrevistado su tiempo y colaboración. Si se conoce la fecha o medio de publicación, informar al entrevistado. Se puede añadir un comentario positivo sobre el valor de la conversación. Dejar siempre la puerta abierta para futuras colaboraciones o consultas.
Redacción y Edición de la Entrevista
1. Transcripción
a. Proceso y Claves Iniciales
La transcripción es el primer paso para dar forma escrita a la entrevista. Es recomendable realizar un autoexamen y valoración del material grabado y las notas. Transcribir lo antes posible, mientras los detalles están frescos, incluyendo las notas de campo sobre gestos, ambiente, etc. Ser creativo durante la transcripción: complementar la información con observaciones, anotar asuntos inadvertidos durante la conversación, y formular preguntas que surjan para una posible verificación posterior o para enriquecer el análisis.
b. Revisión y Adecuación de la Transcripción para la Redacción
Una vez transcrito el material en bruto, es necesario revisarlo y adecuarlo:
- Identificar el contenido principal: Anotar palabras clave, temas centrales y citas destacadas al margen.
- Ordenar el material: Agrupar las respuestas por bloques temáticos o de preguntas, buscando una estructura lógica para el lector. Se pueden fundir algunas respuestas si tratan el mismo punto, pero con sumo cuidado si son declaraciones importantes por separado o si se altera el contexto.
- Señalar las declaraciones clave: Identificar las afirmaciones más importantes, impactantes o reveladoras que merecen ser destacadas.
- Omitir y acortar: Eliminar repeticiones innecesarias, información irrelevante, muletillas excesivas y, si el formato lo requiere (como en la entrevista romanceada), acortar las preguntas o integrarlas en la narración.
- Buscar la naturalidad: En ocasiones, se puede recrear ligeramente el estilo oral del entrevistado para dar mayor naturalidad al texto escrito, siempre sin traicionar el sentido original de sus palabras ni su forma de expresarse.
- Presencia del periodista: En la redacción final (especialmente en formatos que no son P-R estricto), evitar repetir las preguntas textualmente en las respuestas. Suprimir el ‘yo’ del periodista en la medida de lo posible y omitir referencias innecesarias a él/ella, salvo que aporten contexto relevante.
- Manejo de citas: Repasar y aplicar rigurosamente los criterios éticos y estilísticos para el uso de citas directas (textuales, entrecomilladas) e indirectas (parafraseadas). Es fundamental respetar las palabras clave y la esencia de lo dicho por el entrevistado.
- Correcciones y fidelidad: Corregir errores gramaticales o pequeños lapsus del entrevistado con discreción y sin alterar el sentido de sus declaraciones. Considerar omitir afirmaciones claramente absurdas, difamatorias o irrelevantes, siempre valorando el contexto y la ética periodística.
c. Tipos de Formatos de Redacción
- Reportaje de citas y sumario (Entrevista Romanceada o Narrativa): Se utiliza frecuentemente cuando el entrevistado nos cuenta una historia o desarrolla un argumento de forma continuada. Es ideal en conversaciones con pocas interrupciones o preguntas del periodista, o cuando las preguntas son cortas o telegráficas. También es útil cuando las respuestas son difíciles de relacionar entre sí de forma aislada o si el entrevistado ha dicho poco contenido interesante en algunos tramos que no merecen ser transcritos íntegramente. Resulta adecuado cuando la información es muy técnica (permitiendo al periodista explicarla) o para no abusar de la estructura pregunta-respuesta.
- Pregunta-Respuesta (P-R): Formato directo que presenta el diálogo de forma literal o casi literal. Ofrece transparencia y permite al lector juzgar directamente las palabras del entrevistado.
- Híbridos: Combinación de los anteriores, alternando fragmentos en P-R con narración, descripciones o análisis del periodista.
2. Edición
La edición es el proceso de pulir y estructurar el texto final para su publicación.
a. Respuestas para Entradas o Inicios de Sección
Seleccionar respuestas impactantes, significativas o que sinteticen bien una idea para usarlas como entradillas (leads) del texto general o de secciones internas. Evitar que el entrevistado comience una respuesta que se use como entrada con frases como: ‘Supongo que sabrás que…’, ya que resultan débiles para el lector.
b. Preguntas Puente
Son recursos de redacción que sirven para introducir una pregunta que no fue formulada textualmente durante la entrevista, pero cuya respuesta se infiere del discurso del entrevistado o es necesaria para la fluidez y comprensión del texto. Se utilizan para dar cohesión o introducir un nuevo bloque temático. El umbral para su necesidad suele considerarse a partir de unas 15 líneas de columna de periódico sin intervención aparente del periodista (en formatos que no son estrictamente P-R).
c. Elaboración de las Partes del Texto
I. Titulares
Estructura del Titular
Generalmente se compone de: Antetítulo (contextualiza), Título (lo más llamativo e informativo) y Subtítulo (complementa o añade información clave).
Contenido del Titular
Puede ser una cita directa que sintetice lo más importante de la entrevista, o una cita directa secundaria que sea especialmente noticiosa o esté vinculada a la actualidad. En entrevistas de personalidad, a menudo se titula sin cita directa para reflejar mejor la forma de ser del entrevistado o la esencia de la conversación.
Errores Comunes en Titulares
- Que no aparezca el nombre del entrevistado (si es una figura conocida o el foco principal).
- Que no se identifique correctamente o suficientemente al personaje (ej. ‘Un experto afirma…’ sin más detalle).
- Que se traicione el sentido de sus declaraciones, ya sea por una condensación errónea, por sacar una frase de contexto o por un montaje arbitrario de diferentes afirmaciones.
- Que el titular no tenga sentido por sí mismo o resulte ambiguo.
- Que destaque algo poco importante o que sea un tópico o una obviedad.
Consejos para Titulares
- Destacar lo concreto, lo específico y lo novedoso.
- Buscar metáforas, juegos de palabras o figuras retóricas efectivas (sin caer en lo críptico).
- Utilizar frases breves, directas y con fuerza. Generalmente, sin punto final, a menos que la estructura gramatical lo requiera (ej. varias frases cortas).
II. Entradas (o Entradillas / Leads)
Errores Comunes en las Entradas
- No proporcionar la información básica sobre el entrevistado y el contexto de la entrevista.
- Que no se explique el ‘porqué’ de la entrevista (su relevancia o actualidad), sin caer en lo obvio.
- No adecuar el tono de la entrada al personaje entrevistado o al tema tratado.
- Dar un enfoque erróneo en la entrada que no se corresponda con el contenido principal de la entrevista.
- Empezar de un modo demasiado genérico, vago o con frases hechas.
- Darse excesivo protagonismo como periodista en la entrada, desviando el foco del entrevistado.
Elementos Esenciales de la Entrada
- Nombre y dos apellidos del entrevistado.
- Edad (si es relevante y posible obtenerla con certeza).
- Información clave sobre el personaje: quién es, a qué se dedica, su trayectoria principal.
- La razón de la entrevista: por qué es noticia, su condición de experto en un tema de actualidad, la singularidad de su historia, etc.
Cómo Empezar la Entrada
Decidir si el enfoque principal de la entrada (y por ende, de la entrevista) se centrará en el tema tratado o en el personaje entrevistado. Es crucial tener este enfoque claro desde el inicio para guiar al lector.
3. Cuerpo del Texto de la Entrevista
a. Fluidez
Asegurar una transición natural y lógica desde la entrada a la primera pregunta (en formato P-R) o al primer bloque de información. Engarzar de forma coherente las preguntas y respuestas o los diferentes bloques temáticos, utilizando conectores o frases de transición si es necesario.
b. Glosas o Comentarios del Periodista
Son breves intervenciones escritas del periodista intercaladas en el texto. Pueden servir para:
- Anticipar el tema que abordará el entrevistado a continuación.
- Ordenar el discurso, agrupando varias respuestas bajo un mismo epígrafe temático.
- Resumir o parafrasear declaraciones previas para dar paso a una nueva idea.
- Dar contexto a algunas preguntas o respuestas.
- Describir rasgos de la personalidad del entrevistado, su lenguaje no verbal o el ambiente.
- Explicar el contexto que motiva algunas preguntas o la relevancia de ciertas respuestas.
- Aportar datos biográficos o información complementaria necesaria para la comprensión.
- Describir el ambiente o contexto físico en el que se desarrolló la entrevista, si aporta valor.
c. Ladillos
Son pequeños títulos intercalados en el cuerpo del texto para aligerar la lectura y destacar subtemas. Pueden ser frases destacadas (citas breves del entrevistado) o indicar los temas que se tratan en los siguientes párrafos. No deben separar una pregunta de su respuesta inmediata. No es imprescindible que lo que se quiere destacar con el ladillo aparezca justo al principio del párrafo que le sigue. Deben ajustarse a la maquetación (compensación de columnas) y buscar el equilibrio visual en la página.
d. Sumarios (o Destacados)
Son frases o fragmentos breves entresacados del texto de la entrevista que se destacan tipográficamente (en un recuadro, con letra más grande, etc.) para atraer la atención del lector. Deben ser autónomos y comprensibles una vez leído el titular. No tienen que ser necesariamente citas literales, pero sí deben respetar fielmente la idea original y, si es posible, las palabras clave del entrevistado. Han de ser breves, concisos y atractivos.
e. Despieces
Son recuadros o secciones separadas del cuerpo principal de la entrevista que desarrollan una unidad temática específica con mayor profundidad o desde otra perspectiva. Por ejemplo, pueden tratar aspectos más personales del entrevistado, un tema de actualidad concreto relacionado con la entrevista, un perfil biográfico breve, o una lista de datos clave. Los despieces suelen tener título propio, que puede ser una cita o una frase que recoja un rasgo del personaje o del tema. No siempre es necesario que el despiece lleve el nombre del personaje si se entiende por el contexto. Suelen tener una pequeña entrada propia, pueden tener autonomía en las preguntas (si las incluyen) o incluso pueden seguir formatos distintos al de la entrevista principal (ej. un glosario, una cronología).
4. Final del Texto de la Entrevista
El cierre del texto es tan importante como el inicio. Debe dejar una sensación de conclusión satisfactoria en el lector.
Errores Comunes al Finalizar el Texto:
- Anunciar el final de forma explícita, torpe y poco elegante, como: ‘Para terminar…’, ‘Y ya para concluir…’.
- Despedirse con frases hechas, clichés manidos o lecciones morales no solicitadas (ejemplo: ‘Esperemos que la vida le sonría’).
- No lograr un cierre que dé un verdadero sentido de conclusión al lector, dejando la sensación de que el texto se interrumpe bruscamente. Es recomendable reservarse una pregunta final potente, una reflexión o una cita significativa del entrevistado para cerrar con broche de oro.