El Barroco Español del Siglo XVII: Contexto, Pensamiento y Estilos Literarios

El Barroco: Definición y Contexto

Llamamos Barroco al movimiento cultural y artístico que se desarrolló a lo largo del siglo XVII. En España, esta época coincide con un período de profunda crisis económica, política y social.

Contexto Histórico del Siglo XVII en España

A finales del siglo XVI, España inició un periodo de crisis económica y decadencia política y militar, que se consumó en el siglo XVII. Al comenzar el siglo, España seguía siendo la primera potencia de Europa, pero pronto se inició el proceso de descomposición interna que, a mediados de siglo, culminaría con la pérdida de la hegemonía española.

En este periodo gobernaron los llamados Austrias menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II, quienes delegaron el poder en manos de validos.

Una serie de circunstancias condujeron a esta situación de crisis:

  • Mala gestión política: El poder estaba en manos de los validos, que influían de manera decisiva en las grandes decisiones políticas de los monarcas. La nobleza seguía siendo el estamento privilegiado, dedicado a una vida ociosa e improductiva. Además, la corrupción abundaba entre los grupos de poder.
  • Crisis económica: Las continuas guerras y conflictos causaron graves problemas económicos, sufragados a base de préstamos a los bancos europeos. La presión fiscal, la inflación, las malas cosechas y el estancamiento de la producción acrecentaron la miseria y el desempleo, lo que generó revueltas y disturbios populares.
  • Despoblación: Las guerras, las malas cosechas y la gran epidemia de peste que asoló Europa en este siglo provocaron un descenso de la población y un éxodo del campo a la ciudad, donde surgieron grandes cinturones de pobreza y marginalidad.
  • Fundamentalismo religioso y censura: La monarquía fue la encargada de imponer los principios de la Contrarreforma. El Tribunal de la Inquisición fue el órgano ejecutor de la persecución y castigo de personas y conductas que no comulgaran con la ortodoxia religiosa impuesta. Por ello, los valores religiosos impregnaron las manifestaciones artísticas de la época.

A mitad del siglo, los españoles comenzaron a darse cuenta de la realidad: los hechos gloriosos del pasado reciente contrastaban con el pobre presente que se vivía. La desilusión y el desengaño se adueñaron de los espíritus, y las ideas renacentistas entraron en crisis.

El Pensamiento Barroco: La Estética del Desengaño

El pensamiento del hombre barroco y su influencia a la hora de expresarse en cualquier manifestación artística se caracterizó por los siguientes rasgos:

  • Desengaño: Es la idea barroca por excelencia. Frente al idealismo renacentista, domina ahora una concepción negativa del mundo, que se ve como un caos lleno de desorden y confusión. Se produce una desvalorización de lo terreno y se vuelve a las ideas medievales de brevedad de la vida y caducidad de las cosas terrenales.
  • La idea de la muerte: La vida está presidida por la idea de la muerte: vivir es solo un breve tránsito entre la cuna y la sepultura. El tiempo lo destruye todo y, por tanto, todo es vanidad (Tempus Fugit).
  • La idea de la vida como sueño, teatro, apariencia: La vida no se ve como motivo de goce y disfrute, sino como un teatro, como un sueño en el que todos representamos un papel del que el ser humano no puede salir del guion que Dios ha decidido para él.
  • Pesimismo e indiferencia: La pérdida de la hegemonía, la miseria, las epidemias y las enormes desigualdades sociales dan al traste con el optimismo renacentista.

Ante una realidad absolutamente insatisfactoria, los artistas se manifestaron de diversas formas:

  • Mediante la angustia existencial.
  • Mediante una actitud estoica.
  • Mediante la protesta o la sátira.
  • Mediante la evasión o la diversión.

Los humanistas habían defendido la bondad y la perfección natural del hombre, pero ahora se afirma que los humanos son malos por naturaleza como consecuencia del pecado original. El hombre por sí mismo no puede mejorar sin la ayuda de la gracia divina.

Características de la Literatura Barroca

Entre Renacimiento y Barroco no hay ruptura, sino evolución: los temas y recursos formales que el escritor emplea son los mismos que el autor ha manejado en el Renacimiento, aunque la estética es totalmente diferente. El autor barroco debe esforzarse para crear nuevas formas con los materiales renacentistas.

A rasgos generales, las características son las siguientes:

  • Originalidad e ingenio personal: La idea de originalidad y de ingenio personal cobra una importancia capital. Se trata de hacer algo diferente, novedoso, que sorprenda al lector. El escritor conserva los hallazgos renacentistas, no desprecia a los autores clásicos, pero se distancia de ellos, siguiendo su apreciación personal.
  • Sorprender y excitar la inteligencia del lector: El objetivo del arte barroco, frente al renacentista, no es producir una impresión de apacible belleza, sino excitar la inteligencia y sorprender. Por ello, busca lo nuevo, lo original, lo sorprendente, utilizando brillantes imágenes, novedades estilísticas, ideas ingeniosas, o bien sirviéndose de lo pintoresco, lo grotesco y lo hiperbólico.

Recursos para la Excitación Intelectual

  1. Exageración

    Si el equilibrio y la ponderación habían sido normas capitales del Renacimiento, el Barroco se inclina hacia la exageración. Todo adquiere un carácter desmesurado e hiperbólico (apreciable en la arquitectura, escultura, pintura y, por supuesto, en la literatura con la complicación metafórica de escritores como Góngora).

  2. Artificio y complicación

    Esta búsqueda de lo original provoca que la elegancia ya no se vea en la sencillez, sino en el artificio y la complicación. Por eso, el artista no pretende hacer un arte fácil, sino difícil y oscuro, destinado a un público culto y selecto (excesiva abundancia de adornos, metáforas, cultismos, alusiones mitológicas…). El escritor considera que el lector disfruta más de una obra cuanto más esfuerzo intelectual le exige su comprensión, de ahí que el arte barroco se considere un arte para minorías.

  3. Dinamismo y movimiento

    La concepción del mundo como mudanza e incesante cambio produce en el arte literario dinamismo y movilidad. Su realización formal se aprecia, esencialmente, en abundante subordinación, hipérbaton, elipsis o violentos encabalgamientos métricos.

Se observa una nueva visión de la realidad, que es idealizada desde la búsqueda de la belleza absoluta o deformada hasta lo grotesco.

Tendencias Estilísticas en la Literatura Barroca

El conceptismo y el culteranismo son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca española. No se trata de movimientos opuestos, pese a los duros enfrentamientos personales de sus defensores, sino que forman parte de una sensibilidad estética general que persigue la originalidad y pretende producir la admiración del lector.

Los representantes más destacados de ambas tendencias son Quevedo (conceptista) y Góngora (culteranista).

Culteranismo

Busca ante todo la belleza formal. Los temas suelen ser triviales, pero se utiliza un estilo esplendoroso que busca llamar la atención sobre el lenguaje mismo (se utilizan muchas palabras para transmitir ideas o mensajes simples).

Para conseguirlo, se emplean los siguientes recursos:

  • La sintaxis se complica con giros latinos, violentos hipérbatos y exagerados encabalgamientos.
  • Utilizan un vocabulario muy original con numerosos cultismos de procedencia latina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *