El Romanticismo: Un Movimiento Cultural y Literario del Siglo XIX
El siglo XIX fue una época de gran agitación en España, marcada por profundos conflictos y significativos cambios políticos y económicos. Durante la primera mitad de este siglo, se desarrolló un movimiento cultural y político trascendental: el Romanticismo. Gestado en las últimas décadas del siglo XVIII (conocido como Prerromanticismo), este movimiento se extendió por toda Europa y América como una reacción al racionalismo ilustrado.
Intelectuales, inicialmente en Inglaterra, Francia y Alemania, comenzaron a cuestionar si la pura razón era suficiente para explicar el mundo en todas sus facetas, incluidas las artes. Estos pensadores defendieron los derechos de la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu humano. Así, buscaron obras menos «perfectas» en su forma, pero más íntimas y profundas, imponiendo los derechos del sentimiento y de la libertad.
El precursor de esta nueva estética fue el alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien, a través de obras como Werther o Fausto, entre otras, se convirtió en el mejor ejemplo del Romanticismo europeo.
Representantes Europeos del Romanticismo
Otros destacados representantes del Romanticismo en Europa, precursores del movimiento español, incluyen:
- Lord Byron (poeta inglés)
- Jane Austen (prolífica narradora inglesa que lidió con la tradicional y misógina sociedad de la época, autora de obras tan exitosas como Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad)
- Walter Scott (novelista inglés, que fomentó el gusto por la novela histórica, por ejemplo, Ivanhoe)
- Victor Hugo (poeta, dramaturgo y novelista francés)
- Heinrich Heine (poeta alemán)
Esta estética se extendió, por supuesto, a otros países como Italia y Estados Unidos.
Tendencias del Romanticismo Español
En el período romántico español, se manifestaron dos tendencias ideológicas principales:
El Romanticismo Tradicional
Entendía la consigna de libertad como una simple restauración de los valores ideológicos, patrióticos y religiosos rechazados por los autores del siglo XVIII. Siguieron esta línea en Europa: Schlegel (en Alemania), Walter Scott (en Inglaterra) y Chateaubriand (en Francia). En España, destacaron Juan Nicolás Böhl de Faber, Nicomedes Pastor Díaz, José Zorrilla y el duque de Rivas.
El Liberalismo Romántico
Asociado a los partidarios de la primera Constitución de 1812 (frente a los absolutistas), fue un movimiento caracterizado por el individualismo, la afirmación de los derechos humanos y la fe en el progreso técnico. Sus principales representantes en Europa fueron: Byron (en Inglaterra), Victor Hugo y Alejandro Dumas (en Francia). En España, sobresalieron José de Espronceda y Mariano José de Larra.
Características del Romanticismo Literario
A pesar de las dos tendencias ideológicas (tradicional y liberal), el Romanticismo literario compartió ciertos rasgos comunes:
- Subjetivismo: El alma exaltada del autor (el «yo») se convierte en la protagonista de todas las obras, mostrando sus sentimientos amorosos, patrióticos, sociales, etc. La naturaleza, a menudo, comparte su estado de ánimo (melancólica, lúgubre, tormentosa).
- Idealismo Exagerado: Los deseos del romántico (ansia de libertad, amor apasionado, etc.) entran en conflicto con la realidad, lo que provoca desaliento o desesperación. Esto a menudo conduce a la evasión hacia otras épocas o lugares (fuga del mundo circundante).
- Nacionalismo: Opuesto al internacionalismo dieciochesco, los románticos resaltan los rasgos diferenciales de su país, mostrando un gusto por la épica, las tradiciones y las leyendas locales.
- Libertad en Todos los Ámbitos: Tanto personal como creadora. Por ello, los románticos mostraron actitudes antineoclásicas y se opusieron totalmente al academicismo del siglo XVIII. Creían en la mezcla de géneros, incluso entre verso y prosa; mezclaban diferentes metros y estrofas; unían lo trágico y lo cómico; e incluso algunos desecharon el «buen gusto» dieciochesco tratando temas considerados sórdidos o empleando expresiones tabúes.
Géneros y Autores Destacados del Romanticismo Español
Lírica Romántica
Es el género fundamental de esta corriente por ser el cauce natural de la expresión del «yo» poético. Debemos destacar a los siguientes autores:
- Gertrudis Gómez de Avellaneda: Inspirada en sentimientos tanto religiosos (por ejemplo, La Cruz) como humanos (por ejemplo, A él).
- Nicomedes Pastor Díaz: Autor de delicados poemas como Al acueducto de Segovia.
- Carolina Coronado: Conocida por obras como El amor de los amores…
- José de Espronceda: Uno de los poetas fundamentales del Romanticismo.
- El duque de Rivas: Autor de numerosos poemas inspirados en el Romancero, leyendas y tradiciones épicas (Romances históricos).
- José Zorrilla: Poeta legendario, con obras como A buen juez, mejor testigo.
Como poetas del Romanticismo tardío o Posromanticismo (ya que escriben sobrepasado el medio siglo), tenemos a:
- Rosalía de Castro: Autora fundamental de la lírica gallega del «Rexurdimento», que también escribió interesantes obras en castellano, por ejemplo, En las orillas del Sar (atormentada confesión de su intimidad).
- Gustavo Adolfo Bécquer.
Teatro Romántico
Los rasgos básicos del teatro romántico son:
- Rechazo de las reglas neoclásicas (unidad de lugar, tiempo y acción).
- Mezcla de elementos cómicos y trágicos.
- Predilección por el drama histórico-legendario, caballeresco y novelesco (con el amor como centro).
- Retoma temas y personajes del teatro clásico como inspiración (por ejemplo, el personaje de Don Juan).
- Atención a las preocupaciones sociales.
- Héroe y heroína llenos de misterio y rebeldía, ansiosos de libertad, apasionados y señalados por un destino trágico.
- Variedad métrica en el teatro en verso, incluso la mezcla de prosa y verso en la misma obra.
- Ambientes nocturnos y sepulcrales (como en la narrativa), así como la presentación de una naturaleza salvaje, tenebrosa y peligrosa.
- División de la obra en cinco actos o jornadas.
Los autores destacados en el teatro romántico son:
- Martínez de la Rosa: Con obras como La conjuración de Venecia y Abén Humeya.
- Ángel Saavedra, duque de Rivas: Autor de la tragedia Don Álvaro o la fuerza del sino.
- García Gutiérrez: Conocido por el drama El trovador.
- Juan Eugenio Hartzenbusch: Autor de Los amantes de Teruel, que desarrolla una antigua leyenda.
- Bretón de los Herreros: Autor de teatro cómico y satírico, con obras como A la vejez viruelas, Marcela o ¿a cuál de los tres? y Muérete y verás.
- Espronceda.
- El autor de teatro más conocido del Romanticismo sería José Zorrilla, con su célebre Don Juan Tenorio (inspirado en el personaje barroco de Tirso de Molina), El puñal del Godo, El zapatero y el rey y Traidor, inconfeso y mártir.
Prosa Narrativa Romántica
Durante el Romanticismo, destacaron los cuadros de costumbres (artículos que recogen situaciones y ambientes de la vida cotidiana, a menudo con intención satírica respecto de la sociedad y la política) de autores como Mesonero Romanos (Escenas matritenses) o Estébanez Calderón (Escenas andaluzas).
También se desarrolló con éxito la novela histórica, por ejemplo, El señor de Bembibre de Gil y Carrasco. Sin embargo, la obra de Larra sobresalió en ambos subgéneros.
Dentro del Romanticismo tardío, debemos nombrar a Rosalía de Castro con novelas como El caballero de las botas azules (un cuento extraño) de 1867 o La hija del mar, entre otras; y a Gustavo Adolfo Bécquer.
Grandes Figuras del Romanticismo Español
Mariano José de Larra (1809-1837)
Larra cultivó diferentes géneros, como la novela histórica (El doncel de don Enrique el Doliente), el drama histórico (Macías) y algunas poesías satíricas y de circunstancias. No obstante, Larra destacó especialmente por sus más de doscientos artículos periodísticos.
En sus artículos, atacó la organización del Estado, la política nacional (especialmente el absolutismo y el carlismo), la sociedad (inculta y egoísta) y la vida familiar. También se mostró disconforme con la literatura que se cultivaba en su época debido a su lastimosa dependencia del extranjero.
Sus artículos se distribuyen por temas:
- Artículos políticos: Como Nadie pase sin hablar con el portero, que poco a poco se hicieron más filosóficos (como La Nochebuena de 1836).
- Artículos de costumbres: Los más populares, como Vuelva usted mañana y El castellano viejo.
- Artículos literarios: Por ejemplo, Yo quiero ser cómico.
José de Espronceda (1808-1842)
Considerado el mejor poeta del primer Romanticismo, Espronceda cultivó el poema épico (El Pelayo), la novela histórica (Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar) y el teatro (Blanca de Borbón).
Pero, sin duda, Espronceda destacó como poeta lírico. En Poesías (1840) recogió toda su obra, incluyendo poemas célebres como Canción del pirata, El verdugo y El reo de muerte.
Sus obras más importantes son sus dos poemas narrativos extensos:
- El estudiante de Salamanca: Publicado en 1839, compuesto por unos 2000 versos polimétricos distribuidos en cuatro cantos. Narra los crímenes e impiedades de Don Félix de Montemar y es considerado el mejor poema narrativo del siglo XIX.
- El diablo mundo: Publicado en cuadernillos desde 1840 y que quedó inconcluso. Es una obra de más de 8000 versos polimétricos divididos en una introducción y siete cantos, que pretendía ser un gran poema lírico, filosófico y social que conformase una epopeya de la vida humana.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Bécquer escribió en pleno auge del Realismo, por ello es considerado, junto con Rosalía de Castro, un posromántico. Su estilo se caracteriza por un lirismo intimista, sencillo en forma y ornamento, y moderado en lo sensorial para transmitir mejor los sentimientos del poeta.
Obra de Bécquer:
- Poesía: Escribió Rimas, 84 composiciones breves, normalmente asonantadas, con metros diferentes y de acuerdo con la estética romántica.
- Prosa:
- Leyendas: Una colección de 28 relatos plagados de tópicos románticos. En ellas se recogen tradiciones populares y muchas fueron publicadas en periódicos de la época. La estructura es similar en todas: una introducción del autor basada en un episodio de carácter folclórico, y luego la elaboración de la historia de forma literaria. Los relatos se sitúan en épocas remotas, en lugares exóticos y misteriosos, creando ambientes fantásticos, incluso sobrenaturales, lo que hace que se consideren verdaderos poemas en prosa por su carga de lirismo. Ejemplos: El rayo de luna; Maese Pérez, el organista; El monte de las Ánimas; Los ojos verdes; El beso; La cueva de la mora.
- También en prosa escribió Desde mi celda (o Cartas desde mi celda), una colección epistolar escrita en 1864 durante su reposo en un monasterio, donde habla sobre sus impresiones acerca de la vida, el paisaje, el arte y las costumbres.
- Otras obras en prosa incluyen Cartas literarias a una mujer y varios artículos periodísticos.