Evolución de la Literatura Española: Poesía y Teatro desde la Posguerra hasta Hoy

La Poesía Española de Posguerra (1939-Actualidad)

La poesía pura y deshumanizadora empieza a remitir hacia 1930, dando paso a una rehumanización y a la preocupación por el hombre. Durante la Guerra Civil, la poesía fue muy importante en la propaganda para la lucha. Tras la Guerra, hubo un gran empobrecimiento, angustia y agonía. Unamuno y Machado murieron, y otros fueron encarcelados, marcando el fin de la literatura de la Edad de Plata. No hay casi características comunes en la poesía del exilio; predominó el tema de la patria perdida. Al principio era rabia y luego añoranza.

Poesía de los Años 40: Arraigada y Desarraigada

Miguel Hernández: El Genial Epígono

Miguel Hernández, leal a la República, fiel a sus ideas y con una actitud comprometida en su vida y poesía, ha sido considerado «genial epígono». Tras su primer libro de orientación gongorina, se consolida como poeta con El rayo que no cesa, donde expone con pasión la vida, el amor y la muerte. Durante la guerra, escribió con un estilo más sencillo, acorde con temas patrióticos y bélicos. Su obra Cancionero y romancero de ausencias fue prohibida durante años.

Los años 40 se orientan por la poesía arraigada y la poesía desarraigada.

  • Poesía Arraigada: Tradición y Formalismo
    Poesía oficial, se crea alrededor de dos revistas:
    • Escorial: exalta el glorioso pasado junto con poemas amorosos y religiosos de estrofas y metros clásicos.
    • Garcilaso: donde publica «Juventud creadora», composiciones clásicas con pulcritud y perfección formal.
    Sus temas son religiosos o tradicionales y sus principales representantes son L. Panero, L. Rosales, entre otros.
  • Poesía Desarraigada: Angustia y Protesta
    Recorrida por la angustia, la duda y la desesperanza, se enfrenta a un mundo deshecho y caótico. Adopta un tono desesperanzador y se manifiesta en invocaciones a Dios. Dentro de esta tendencia encontramos la revista Espadaña. En 1944 salió Hijos de la ira de Dámaso Alonso, que marca las pautas temáticas y formales que servirán a la siguiente generación. Hay un desarraigo profundo, una protesta de un mundo adueñado de lo inhumano, ante el silencio de Dios, y el poeta pide cuentas. También podemos incluir en la poesía existencial Sombra del paraíso de Aleixandre, y otros poetas como J.L. Hidalgo, V. Gaos y las primeras obras de Blas de Otero. Con actitud marginal vuelven dos tendencias: el postismo y el grupo Cántico, con abundante culturalismo.

Poesía de los Años 50: Del Existencialismo al Compromiso Social

La poesía existencial de los 40 desemboca en la poesía social de los 50 al sobrepasar los pensamientos individualistas para situar los problemas humanos en un marco social. Los poetas consideran la poesía como medio de cambiar la sociedad, por eso se proponen dar testimonio de la realidad presente de España y se dirigen a una inmensa mayoría con un lenguaje directo, coloquial y prosaico. Sus temas más frecuentes son la injusticia social, la alienación de los trabajadores, la libertad, la paz y la solidaridad. V. Aleixandre, con Historia del corazón, da un giro a su obra que cambia su visión pesimista y se centra en la solidaridad, haciendo eco de la queja y la injusticia. Los principales representantes de la poesía social son Blas de Otero y Gabriel Celaya.

Blas de Otero: La Poesía como Sacudida

Blas de Otero escribe poesía con el propósito de sacudir y de compartir la tragedia viva. Se inicia con la poesía religiosa, pero introduce un cambio con dos libros que le sitúan ante la poesía existencial. Los versos de esta etapa reflejan la angustia del hombre ante la muerte. Con Pido la paz y la palabra inicia su etapa de poesía social y de compromiso. Le siguen En castellano, Esto no es un libro…, que son libros donde son esenciales los conceptos de «palabra» (que permite a todo hombre gritar su protesta) y «paz».

Gabriel Celaya: Pilar de la Poesía Social

Gabriel Celaya, considerado uno de los pilares de la poesía social, si bien su amplia producción abarca distintas orientaciones:

  • Tras unas experiencias surrealistas antes de la Guerra Civil, se decantó por una poesía de tono existencial.
  • A partir de Cantos Íberos es cuando se define como poeta social.
  • Agotada la vertiente social, Celaya reinicia una etapa vanguardista con Mazorca.

José Hierro: La Experiencia Autobiográfica

José Hierro publica sus primeros versos en distintas revistas del frente republicano. Acabada la contienda, estuvo 4 años en la cárcel y esta experiencia lo marca. Al reaparecer en los años 40, lo hace urgido por un amargo poso autobiográfico que dota a sus poesías de una madurez poco frecuente en jóvenes de la época. Con Tierra sin nosotros, hay una patria un día habitable en ruinas. Con Quinta del 42 comienza la exploración de la vida solidaria.

La Poesía Española desde los Años Sesenta hasta la Actualidad

1. La Década de los Sesenta: La Superación de «Lo Social»

En la segunda mitad de la década de los años cincuenta comienzan a aparecer libros cuyos autores son “niños de la guerra”, nacidos entre 1925 y 1935. No han participado en la Guerra Civil y hay en ellos una voluntad decidida de superar los caminos de la poesía social. Estos poetas son, entre otros, Ángel González, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Gamoneda y los poetas de la Escuela de Barcelona: Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo y Carlos Barral. Tienen una apertura a muy diversas influencias: poetas extranjeros, poetas clásicos latinos y poetas españoles, circunstancia hasta entonces inédita. Son rasgos característicos de esta generación:

  • La concepción de la poesía como un modo de conocimiento propio y del mundo. Sus temas proceden de la indagación de su subjetividad, de la experiencia personal.
  • La actitud humanista, la preocupación por los problemas del ser humano, tanto morales y sociales como existenciales e históricos.
  • El uso de la sátira y la ironía. Por medio del humor y la ironía se revela su inconformismo.
  • La dignificación del lenguaje poético se caracteriza por su naturalidad y la utilización del lenguaje coloquial en ocasiones.

Merecen destacarse algunas obras en esta línea: Moralidades, de Jaime Gil de Biedma; Conjuros de Claudio Rodríguez, entre otras.

2. La Poesía en la Década de los Setenta: Los «Novísimos»

En 1970, publica José María Castellet la antología Nueve novísimos poetas españoles. Se trata de un grupo de poetas nacidos entre 1939 y 1949: entre otros, Manuel Vázquez Montalbán. Otros poetas, algo más jóvenes, cercanos a estos, son Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena. Rasgos comunes de los novísimos son:

  • Distanciamiento de los preceptos éticos de la literatura anterior.
  • Vasto bagaje intelectual.
  • Su formación se basa en la cultura de los medios de comunicación.
  • Aunque pueda resultar paradójico, en otros poemas de sesgo culturalista, describen ambientes refinados y decadentes, y defienden el gusto por lo exquisito.
  • Defienden explícitamente la ineficacia de la poesía para cambiar el mundo.
  • El poeta se centra en el lenguaje, la experimentación lingüística, que termina por ser la única justificación de la creación artística.
  • Nuevo vanguardismo.

Todos estos rasgos explican que esta poesía sea en ocasiones elitista, de tendencia culturalista y con frecuencia hermética y, por tanto, difícil para la mayoría de los lectores.

3. Últimas Tendencias: Años 80 y 90

En los 80 se produce un cierto declive de la estética novísima y nuevas promociones de poetas van entrando en escena. Sus representantes son poetas nacidos a partir de los años 60 que representan tendencias variadas como neorromanticismo, neosurrealismo… Más allá de la pluralidad de tendencias, podemos señalar como características que definen a la poesía de los ochenta las siguientes:

  • Recuperación de los poetas de los 70, en especial Gil de Biedma.
  • Vuelta a la narración y empleo del lenguaje coloquial. Se cuentan historias a partir de una anécdota.
  • Empleo del humor, el pastiche y la parodia.

De todas las tendencias de la poesía a partir de los ochenta, hay dos que parecen imponerse en los 90:

  • a) Poesía del Silencio. Una poesía minimalista, que reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves en los que se elimina la anécdota. También poesía reflexiva, filosófica, intelectual. Se puede destacar a Valente.
  • b) Poesía de la Experiencia. Destaca Luis García Montero, quien propugna una poesía realista, que habla de la vida y de la realidad cotidiana de carácter urbano, con una expresión coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la emoción.

A finales del siglo XX aparece la poesía de compromiso social. Progresivamente, se fue manifestando un rechazo al relativismo moral de las dos tendencias anteriores en favor de un compromiso social del poeta frente a un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno, una poesía del compromiso civil. El hombre de la calle (2001) de Fernando Beltrán, cultiva una poesía comprometida cuyos temas son la globalización, la ecología, las guerras imperialistas… Se considera la poesía como el espacio de la resistencia.

El Teatro Español desde 1939 hasta la Actualidad

Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a los autores más innovadores de la época anterior; muchos de ellos se encontraban en el exilio por temor a represalias. Mientras en el teatro europeo se representaban obras muy novedosas, en el teatro español se continuaban representando obras para el mero entretenimiento del burgués. Debido a la censura, se impedía estrenar obras que atentaran contra los valores establecidos. Dicha etapa empieza a cambiar con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo.

1. Teatro de la Inmediata Posguerra

a) Teatro Continuista

Es un teatro que triunfa y que acoge una larga lista de escritores cuyos estrenos suponen un acontecimiento social:

  • Piezas bien construidas de diálogo fluido, equilibrio dramático y sorpresas calculadas.
  • Se desarrolla en la comodidad de una familia burguesa.
  • Su intención crítica solo va en contra de las costumbres burguesas de manera muy sutil.

La comedia es el género por excelencia de este tipo de teatro, siendo un gran exponente del género López Rubio. También otros autores siguen la línea costumbrista (Pemán) o la de carácter histórico (Luca de Tena).

b) El Humor: Jardiel Poncela y Miguel Mihura

Al margen del teatro continuista, sobresalen dos figuras cómicas que mezclan lo inverosímil y lo absurdo con un lenguaje crítico e irónico frente a la clase burguesa.

  • Enrique Jardiel Poncela: Sus obras representan la sociedad con una base de inverosimilitud y fantasía. Su humor es de raíz intelectual y abstracta.
  • Miguel Mihura: Rompió los esquemas del teatro cómico con Tres sombreros de copa. Se burla de los tópicos, de la vida burguesa, la autoridad y las normas mediante una comedia disparatada, irónica y exagerada. Tras ello, adoptó una posición crítica más moderada.

2. Teatro Existencial y de Realismo Social (1950-1968)

Entre 1950 y 1968, dos autores llevan al teatro las angustias humanas, el compromiso, la denuncia ante la injusticia y la lucha por la libertad:

  • Antonio Buero Vallejo: Resume la trayectoria del teatro español tras la guerra, ya que sus dramas se han ido adaptando a las distintas corrientes del teatro de este siglo. Indaga en la condición humana; sus personajes viven en un eterno interrogante apoyado por la esperanza. Sus obras conmueven al espectador y le hacen pensar en su vida:
    • Su etapa existencial comienza con Historia de una escalera, que refleja un mundo gris de ilusiones y fracasos. Con En la ardiente oscuridad trata el tema del inconformismo humano ante las propias limitaciones.
    • Su etapa social se inicia con Hoy es fiesta, donde denuncia la miseria y la opresión. En otras muchas obras trata temas como la explotación humana, la observación de su época desde el futuro y la simbolización de Velázquez como la libertad del artista frente al poder.
    • Tercera etapa en la que intenta una renovación formal, con obras en las que se denuncia la tortura en las cárceles.
  • Alfonso Sastre: Actitud de denuncia social, acompañada por intentos de renovación de técnicas dramáticas. Fundó un grupo de teatro que interpretaba obras extranjeras, sin éxito. El teatro era un arte social que serviría para agitar las diversas esferas de la vida española. Destacan Escuadra hacia la Muerte y La mordaza.

En esta época también inicia su carrera teatral Antonio Gala, que enlaza con la comedia de salón y un teatro más existencial y simbolista. Su amplia obra teatral queda marcada por un carácter lírico y épico.

3. Teatro Experimental y Renovador (Años 70)

Las innovaciones europeas llegan a España. Hacia 1970 se produce una renovación teatral basada en el espectáculo, la escenografía y las técnicas audiovisuales. Pretenden llevar su protesta a través del teatro. Tienen un importante papel los grupos de teatro independientes y Fernando Arrabal, creador del teatro pánico, en el que sobresale la actitud de rebeldía del autor frente a lo que él considera la sinrazón del mundo.

4. Teatro desde 1975: El Neorrealismo

Casi todos los géneros literarios vuelven a la tradición, de ahí que consideremos neorrealista la época actual. Los nuevos autores dramáticos se han declinado por la comedia neorrealista, bien construida y que desarrolla temas de actualidad. Podemos destacar a Alonso de Santos, Ernesto Caballero, José Sanchís y Francisco Nieva.

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