Evolución del Teatro Español en el Siglo XX: De la Posguerra a la Experimentación

El Teatro Durante la Guerra Civil Española

El teatro pervive durante la Guerra Civil como un género de diversión en las trincheras, con obras de vodevil, adecuadas al bando correspondiente, a cargo de los llamados “cómicos de la legua”, grupos ambulantes en condiciones muy precarias, que obtenían un pobre sustento de divertir a los combatientes.

El Teatro de la Inmediata Posguerra: Años 40

Con la llegada de la Dictadura, el panorama teatral se empobrece por la falta de figuras relevantes, muchas de ellas en el exilio (como Max Aub o Rafael Alberti). Además, la censura se vuelve más estricta, dado que el público es abundante y puede ser propenso a la protesta o el escándalo. Así, permanece un teatro que Ruiz Ramón denomina de “continuidad sin ruptura”.

La escena está dominada por el teatro burgués, al estilo de la alta comedia de Benavente: teatro “bien hecho”, de buena construcción y diálogos sutiles. Destacó El Baile de Edgar Neville.

El otro tipo de teatro que alcanza el éxito es el de humor, con el intento de provocar la comicidad a través de espacios inverosímiles, diálogos ingeniosos y situaciones insólitas, a cargo de dos grandes autores:

  • Enrique Jardiel Poncela: Provoca la carcajada en obras como Usted tiene ojos de mujer fatal…
  • Miguel Mihura: Creador del teatro del absurdo, con personajes inesperados, ilógicos en su contexto, diálogos absurdos e hilarantes y situaciones inesperadas. Obras destacadas: Maribel y la extraña familia, Tres sombreros de copa

Teatro de Protesta y Denuncia: Años 50

Es un teatro realista que pretende transformar la realidad o la conciencia del espectador. Se muestran las injusticias sociales y temas de trascendencia social, como la emigración y las condiciones de los obreros. Se imita el lenguaje popular. Este tipo de teatro se encuentra en el límite de la censura, o directamente censurado.

Autores relevantes:

  • Lauro Olmo: La camisa
  • Rodríguez Méndez: Los inocentes de la Moncloa
  • Alfonso Sastre: Autor polémico por su crítica y actitud personal, denuncia la censura (La mordaza), el militarismo (Escuadra hacia la muerte) o la falta de futuro de los jóvenes (La taberna fantástica).
  • Antonio Buero Vallejo

Teatro Experimental: Años 60 y 70

A partir de los 60, algunos autores muestran un rechazo por el teatro comercial y crean un teatro barroquista, lleno de imágenes surrealistas, que transforma también el espacio escénico. Es el caso de Francisco Nieva (“Teatro Furioso”), con obras como Pelo de tormenta y Coronada.

Durante los años 70 y finales de los 60 surgen grupos de teatro independientes que abarcan todos los roles: autor, director, actor, escenógrafos… Relegan el texto a un papel secundario frente al espectáculo total, mediante la caricatura o la burla, y transforman el espacio teatral ocupando naves, calles… interactuando con el espectador. Algunos de estos grupos son: Els Joglars, Els Comediants, La Fura dels Baus, TEI, Tábano…

Antonio Buero Vallejo: El Gran Dramaturgo del Siglo XX

Nació en Guadalajara, estudió Bellas Artes, combatió en el bando republicano y estuvo condenado a muerte, compartiendo celda con Miguel Hernández, entre otros, aunque fue liberado. Las condiciones de la cárcel y una enfermedad le afectaron gravemente a la vista, con lo que abandonó la pintura (que, no obstante, está presente en muchas de sus obras) y se dedicó al teatro. Fue Premio Cervantes y académico de la RAE.

Su teatro se denomina “de lo posible”, pues Buero presenta conflictos y tragedias de los que siempre se puede obtener una reflexión para la esperanza, para intentar cambiar. Su dramaturgia se basa en dos principios:

  • Inquietar: El teatro debe denunciar situaciones, plantear problemas, mostrar injusticias, para fomentar la catarsis del espectador, el sentimiento de empatía.
  • Curar: Debe ofrecer salidas, esperanzas, posibilidades en las que la voluntad humana pueda abrir nuevos caminos y reparar errores del pasado.

De carácter existencial y social, sus obras plantean unas características recurrentes:

  • Conflicto entre personaje individual y entorno: El individuo es alguien con principios, idealista, con una visión, que se enfrenta a una realidad en muchos casos hostil, que pretende transformar aun a costa de su vida.
  • Personajes “tarados”: Abundan los personajes con alguna deficiencia física o psíquica, para mostrar la imperfección humana o la vulnerabilidad ante los acontecimientos.
  • Efecto de inmersión: Para hacer sentir al espectador la trascendencia de lo que ocurre en escena, a veces maneja efectos como la oscuridad (en obras de ciegos) o el silencio (sordos) para que el público sea partícipe de esas situaciones.
  • Lenguaje y escenarios simbólicos

Se da a conocer en 1949 con Historia de una escalera, donde muestra la frustración a través de varias generaciones.

Muchas de sus obras aluden al tema de la guerra o sus consecuencias: Aventura en lo gris, La doble historia del Dr. Valmy, Misión al pueblo desierto.

Otras plantean limitaciones humanas en un mundo simbólico que huye de la realidad: La tejedora de sueños, La fundación, El tragaluz.

Un grupo aparte merecen sus obras históricas, con las que pretende juzgar la realidad socioexistencial a través de hechos o figuras históricas: Un soñador para un pueblo (Esquilache), Las meninas (Velázquez), El sueño de la razón (Goya), La detonación (Larra), Las palabras en la arena (Jesús y la adúltera).

Buero Vallejo es considerado el gran dramaturgo español del siglo XX.

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