La Poesía Española de los Años 40
En la década de 1940, la lírica española se bifurca en dos grandes tendencias poéticas:
La Poesía Clasicista o Arraigada
Esta corriente se publicaba principalmente en la revista Garcilaso, de ahí el nombre de garcilasistas. Sus características principales son:
- Inspiración: Los clásicos del Siglo de Oro.
- Objetivo: Búsqueda de la belleza formal.
- Temas: Tradicionales.
- Métrica: Uso de estrofas y metros clásicos (endecasílabo y soneto).
A esta tendencia se asocia parte de la Generación del 36, que busca rehumanizar la poesía. Destacan Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y Dionisio Ridruejo.
La Poesía Desarraigada
Esta tendencia posee un tono existencial y aborda la circunstancia histórica del hombre. Frente a los garcilasistas, el estilo es directo y desgarrado, por lo que es conocida también como Poesía Tremendista.
El año 1944 es crucial, ya que Dámaso Alonso publica Hijos de la ira y se funda la revista Espadaña, que agrupa a Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, Dámaso Alonso y las primeras obras de Gabriel Celaya y Blas de Otero, caracterizadas por la búsqueda existencial del hombre mediante preguntas a Dios.
Corrientes Minoritarias y Voces Individuales
También destacan corrientes minoritarias como el grupo Cántico, en el que participan herederos de la Generación del 27, y el Postismo de Carlos Edmundo de Ory, que intenta recuperar las vanguardias. Por último, sobresalen voces individuales como José María Valverde y José Hierro.
La Poesía en el Exilio
Los autores exiliados pertenecen a diferentes generaciones. Les unen temas comunes como la patria perdida, el anhelo de volver o el recuerdo de la guerra. Destacan Juan Ramón Jiménez y la mayoría de los miembros de la Generación del 27: Prados, Altolaguirre, Salinas, Cernuda, Alberti y Guillén. También resalta León Felipe, cuyo tema principal es España.
La Poesía de los Años 50: El Compromiso Social
La poesía desarraigada de los 40 evoluciona hacia una Poesía Social, ya que el enfoque individual pasa a ser colectivo. De ahí que los dos temas fundamentales sean:
- La preocupación general por España.
- La denuncia de la situación concreta del hombre.
La poesía busca dirigirse a la masa y ser una herramienta de transformación social. Estilísticamente es clara, sencilla y coloquial, escrita desde una postura testimonial y comprometida. Destacan:
- Blas de Otero: Con obras como Pido la paz y la palabra. Sus temas principales son la situación de España, la función social del poeta y la solidaridad humana.
- Gabriel Celaya: Gran defensor de la poesía social, destaca el prosaísmo de sus obras, como Las cartas boca arriba. Para él, la poesía es «un arma cargada de futuro».
La Poesía de los Años 60: Renovación Estética
La poesía social agota sus fórmulas y fracasa como medio transmisor. El excesivo prosaísmo une a un grupo de poetas a finales de los 50 cuyo primer objetivo es la renovación del lenguaje poético, prestando más atención a los valores estéticos y formales. Los temas no renuncian a lo cívico y social, aunque predomina la experiencia personal y cotidiana con un tono escéptico y moral. Destacan:
- Ángel González: Considerado el más “social” de este grupo. Tiene diferentes etapas y de su temática destacan el tiempo y sus consecuencias, lo cotidiano y lo amoroso, a menudo con ironía, como en Tratado de urbanismo.
- Jaime Gil de Biedma: De obra muy breve, reunida en Las personas del verbo. Trata temas íntimos y una visión desencantada de la vida.
- José Ángel Valente: Sus temas existenciales y sociales se van tornando más densos, complejos y herméticos.
- Claudio Rodríguez: Autor de Don de la ebriedad. Ofrece una perspectiva humana de lo sencillo con metáforas de honda significación.
La Poesía de los Años 70: Los Novísimos
Aparece un grupo de poetas más jóvenes reunidos bajo el nombre de Novísimos (o Nueve Novísimos Poetas Españoles), término acuñado por José María Castellet. Destaca su influencia en los medios de comunicación de masas, especialmente el cine.
Buscan nuevas formas de expresión (como el collage o la escritura automática) y una gran variedad temática con un tono inconformista e incluso provocativo. Destacan Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, Antonio Colinas, Manuel Vázquez Montalbán, Ana María Moix y Félix de Azúa.
La Poesía de Finales de los 70 a Nuestros Días: Últimas Tendencias
A finales de los 70 se produce una paulatina renovación de la creación poética, donde se suceden diversas tendencias:
La Poesía de la Experiencia o de la Nueva Sentimentalidad
Realista y comprometida, retoma el intimismo y la sencillez de los 50. Son poemas urbanos sobre la vida y lo cotidiano. Destacan Andrés Trapiello y Luis García Montero.
El Minimalismo, Poesía del Silencio o Conceptual
En ella, los discursos suelen interrumpirse para que el silencio diga lo que las palabras no pueden. Enlaza con la poesía pura; es breve, hermética y la anécdota queda reducida al mínimo. Destacan Andrés Sánchez Robayna y Olvido García Valdés.
Otros autores destacables de este periodo son Félix Grande, Jesús Munárriz, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Luis García Montero y Ana Rossetti.
