Explorando la Dramaturgia de Juan Mayorga: Temas, Obras e Influencias Filosóficas

La Dramaturgia de Juan Mayorga: Un Viaje por la Reflexión y la Memoria

El teatro de Juan Mayorga se caracteriza por su profundidad filosófica y su capacidad para abordar temas complejos desde perspectivas innovadoras. A continuación, exploramos algunas de sus obras clave y las ideas que las sustentan.

Obras Clave y Temáticas Recurrentes

La Lengua en Pedazos: Diálogo y Transformación

Una obra verosímil, en cuyo centro estuviese la grave decisión tomada por la todavía monja de la Encarnación de abrir, con gran riesgo para sí y para las que la seguían, el monasterio de San José: la primera de sus fundaciones. Su antagonista será el Inquisidor, aquel con quien ella estaba destinada a encontrarse y medirse. El Inquisidor acorrala a la monja con incómodas preguntas, la enfrenta a momentos de su vida que acaso ella querría olvidar y prende en su corazón la duda que, como todo en Teresa, es un incendio. Y poco a poco, en el diálogo entre ambos personajes, va apareciendo un tercero: la lengua misma, que transforma vidas y hace y deshace mundos.

Reikiavik: Ajedrez, Geopolítica y Genialidad

Reikiavik es un combate en toda regla que recrea el duelo que se desarrolló en el verano frío y lluvioso de 1972 en la capital islandesa entre el entonces campeón del mundo de ajedrez, el soviético Borís Spassky, y el retador norteamericano, Bobby Fischer. Más allá de un combate de piezas blancas contra negras, Reikiavik es la historia de dos genios que ponen en juego muchas partidas, no solo la suya, sino también la de las dos potencias enfrentadas —Estados Unidos contra la Unión Soviética, la libertad frente a la dictadura—, que van tensando la cuerda en torno a ese tablero de un juego que quieren ganar a toda costa.

El Cartógrafo: Memoria, Búsqueda y el Holocausto

El Cartógrafo. En la Varsovia de nuestros días, Blanca oye la leyenda del cartógrafo del gueto. Según esa leyenda, un viejo cartógrafo se empeñó, mientras todo moría a su alrededor, en dibujar el mapa de aquel mundo en peligro; pero como sus piernas ya no lo sostenían, como él no podía buscar los datos que necesitaba, era una niña la que salía a buscarlos para él. Blanca tomará por verdad la leyenda y se lanzará a su vez, obsesivamente, a la búsqueda del viejo mapa y, sin saberlo, a la búsqueda de sí misma. El Cartógrafo es una obra —un mapa— sobre esa búsqueda y sobre aquella leyenda. Sin embargo, en toda la obra no hay ninguna acción escabrosa del terror o de lo espantoso que envuelve al Holocausto. No se produce ningún acto de violencia física, ni veremos a ningún malvado nazi, ni siquiera a un taimado delator. Cualquier propensión a lo melodramático ha sido cortada en seco. Las sensaciones de profunda desazón se despiertan más bien a raíz de sucesos del día a día. El tesón de Blanca; su fuerte inquietud ante las dificultades para reconstruir el rompecabezas del pasado; su angustiada contrariedad por no conseguir su propósito; su ansia al ver cómo los vestigios del gueto se le escurren entre los dedos de las manos; el sentimiento trágico que amenaza al anciano Cartógrafo como consecuencia del riesgo que le acecha; o la alegría ingenua y audaz en su inocencia de la nieta, incapaz de presentir el terror que se cierne sobre ella.

La Concepción Teatral de Juan Mayorga

Hablando sobre esta obra, Mayorga nos muestra su concepción del teatro:

«El teatro no puede hacer del espectador un testigo, pero acaso sí un portador de testimonio. No puede resucitar a los muertos, pero sí construir una experiencia de la pérdida. No puede hablar por las víctimas, pero sí hacer que se escuche su silencio. El teatro, arte de la palabra pronunciada, puede hacernos críticos y combativos, más vigilantes, más valientes contra la dominación del hombre por el hombre. Al proyecto del olvido de los verdugos y de sus herederos debería oponerse un teatro de la memoria que participe en el combate contra la docilidad y el autoritarismo».

«Mi sueño es que, al ver la obra en escena, algún espectador encuentre el mapa que yo no he sabido encontrar».

Influencias Filosóficas y Literarias en la Obra de Mayorga

Filosofía y Teatro: Un Diálogo Constante

Mayorga afirma que Filosofía y Teatro nacen juntos para hacerse preguntas y enfrentarse con los conflictos del hombre, su relación con los dioses, la definición de palabras importantes como belleza, justicia, bien, amistad. Y es que el teatro da que pensar. El teatro no ha de *aspirar* a una filosofía que lo legitime, ha de aspirar a provocar una filosofía que lo prolongue. Ha de tener una capacidad para suscitar preguntas. Y, desde luego, esa capacidad ha sido probada con obras como *Antígona*, de Sófocles, o *Un enemigo del pueblo*, de Ibsen. El teatro es la representación de acciones humanas que encarnan por su propia naturaleza una filosofía. Así, hay pensamiento filosófico en *La vida es sueño* o *El Rey Lear*, obras evidentemente filosóficas que, junto a las dos anteriores, plantean buenas preguntas al espectador, provocando de inmediato su reflexión. Así, el arte tiene que hacer preguntas en lugar de dar respuestas. Hay un gran arte, y en particular un gran teatro, que nos clava la pregunta en el corazón. Y eso lo consiguen estas cuatro obras.

La Huella de Walter Benjamin

Mayorga reconoce su admiración por la obra y el pensamiento de Walter Benjamin: «Soy deudor de Benjamin, hasta el punto de que la autointerpretación de mi trabajo le es deudora». Hay motivos, estrategias y fines de mi trabajo, tanto filosófico como teatral, que han sido ahormados por Benjamin. Por ejemplo, la figura de la traducción, que es fundamental en mi teatro; la meditación sobre la violencia; la centralidad del pasado fallido: todos esos son motivos benjaminianos.

Personajes Complejos y la Exploración de la Condición Humana

En su libro *Elipses*, Mayorga analiza su gusto por adentrarse en personajes violentos y poderosos: «Creo que mi misión cuando construyo un personaje como el Hombre Bajo de *Animales nocturnos*, o como el Comandante de *Himmelweg*, es que el espectador no se sienta frente a un monstruo respecto del que él se siente inocente, sino que *experimente* hasta qué punto resuenan en él los argumentos de ese personaje, sienta su afinidad a él, como en un momento dado digo, en qué medida yo me reconozco en Caín, o al menos comprendo a Caín».

Referencias en la Dramaturgia Inglesa y Europea

El crítico Marcos Ordóñez señala referencias en la obra de Mayorga al teatro inglés, destacando influencias de:

  • Tom Stoppard: Sus obras abordan temas filosóficos con ingenio verbal y humor visual. Su complejidad lingüística, con dobles sentidos, chistes, insinuaciones y juegos de palabras, es una constante.
  • David Hare: Dramaturgo comprometido, cuyas obras exploran ambigüedades complejas y características resbaladizas de la memoria, de ahí el nombre de «Teatro de la memoria».
  • Ionesco: Padre, junto a Samuel Beckett, del teatro del absurdo. Transforma textos burlescos en juegos dramáticos y viceversa. Su obra, más allá de la ridiculización de situaciones banales, refleja la soledad humana y la insignificancia de la adoración a ídolos vacíos, entre otros temas.
  • Pirandello: Autor de un teatro filosófico, basado en la imposibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad y, por ello, de una verdadera comunicación humana.

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