Fausto: Estructura y Personajes Centrales
La monumental obra de Fausto se divide en dos partes que, si bien comparten personajes centrales, poseen muy pocas cosas en común en cuanto a tono y enfoque. Los dos personajes centrales de la obra son el Doctor Fausto y Mefistófeles.
Primera Parte: El Pacto y la Tragedia de Margarita
El Preludio Celestial y la Apuesta
La obra comienza con una escena en el cielo, en la que Dios y Mefistófeles (el Diablo) establecen una apuesta. Esta estipula que Mefistófeles podrá desviar al Doctor Fausto del buen camino, una posibilidad que Dios no cree posible.
El Descontento de Fausto y la Aparición del Perro Negro
El Doctor Fausto se encuentra sumido en sus pensamientos en su habitación. Su discípulo, Wagner, lo visita para recordarle la proximidad de los días de fiesta y le manifiesta sus intenciones de salir a socializar con la demás gente.
Fausto y Wagner salen al pueblo. Tras un rato de caminata, Fausto se sienta en una roca y observa a un perro negro que aparenta estar perdido y que se le va acercando poco a poco. Al llegar el perro al lugar donde Fausto y Wagner se encontraban, Fausto se encariña con él y, al encontrarlo inofensivo, decide llevarlo a casa.
La Revelación de Mefistófeles y el Pacto Diabólico
Al llegar a casa, este perro que Fausto recogió resulta ser Mefistófeles. Hablan durante un buen rato sobre los placeres de la vida humana, pero luego Mefistófeles engaña a Fausto y se va, prometiendo volver.
A su vuelta, Fausto y Mefistófeles conversan con mayor confianza y llegan a un pacto crucial:
- Fausto acepta entregar su alma al Diablo si este es capaz de proporcionarle los placeres más intensos de la vida humana.
- Se estipula que, al alcanzar el placer la intensidad en la cual Fausto no pueda soportarlo y decida detenerse para vivir ese momento eternamente, podrá morir.
La Pócima y la Visión de Margarita
Fausto y Mefistófeles inician su cometido y acuden a buscar a una vieja bruja, servidora de Mefistófeles, a quien le piden que le dé una pócima a Fausto. Durante su estancia en la casa de la bruja, Fausto ve en un espejo la imagen de una mujer de cuya hermosura queda profundamente impresionado. Exige a Mefistófeles, como parte de su trato, que le permita conocerla.
El Cortejo y la Estrategia de Seducción
Parten desde la cueva hacia el pueblo donde se desarrolla la mayor parte del primer fragmento de la historia. Es ahí donde Fausto ve a Margarita y le ofrece compañía, pero ella rechaza su oferta y se va, profundamente consternada por la aparición de Fausto.
Fausto, profundamente enamorado, pide ayuda a Mefistófeles para conquistar a la joven. Este le responde negativamente, justificándose en el hecho de que Margarita es una persona libre de pecado, y él no tiene ningún poder sobre ella. A cambio, le ofrece ir a su habitación para poder disfrutar por un instante de su espacio.
Los Cofres de Joyas
Ya en la habitación de Margarita, Fausto envía a Mefistófeles en busca de un cofre lleno de alhajas y joyas espectaculares para regalarle a su amada, abonando así el terreno para un futuro. Se van de la habitación y llega Margarita. Al encontrar el cofre lleno de joyas, queda profundamente extrañada y agradecida. Se lo cuenta a su madre, quien ve algo impío en este extraño suceso y decide contárselo a su confesor. Este le recomienda ceder estas joyas a la iglesia, ya que de seguro algo diabólico debía haber en ellas.
Este suceso no desanima a Fausto, quien decide repetir la misma estrategia, pero esta vez con un cofre mucho más rico en joyas y piedras preciosas que le consiguió Mefistófeles.
Margarita, sorprendida, se lo cuenta a su amiga Marta, la cual le recomienda que no se lo diga a su madre, ya que seguramente se repetiría la historia del cofre anterior. En ese momento llega Mefistófeles, quien, a base de engaños, consigue un encuentro clandestino entre él, Margarita, Fausto y Marta.
La Culpa y la Tragedia Personal
En este encuentro, Fausto declara su amor a Margarita, y ella le corresponde con un gran sentimiento de culpa, ya que esta relación estaba mal vista por la sociedad de esa época.
Estos encuentros se repitieron varias veces. En uno de ellos, Margarita expresa a Fausto su inconformidad con Mefistófeles, a quien encuentra maligno y perjudicial.
El Duelo y la Maldición de Valentín
Unas noches después, Fausto y Mefistófeles tienen una riña con Valentín, hermano de Margarita, y le dan muerte. Ellos huyen, pero Valentín no está completamente muerto. Margarita sale a su auxilio, y con sus últimas fuerzas, Valentín maldice a Margarita y le augura un mal futuro.
La Noche de Walpurgis y la Desesperación
En una catedral, Margarita es profundamente atormentada por un espíritu maligno que la maldice y le hace ver lo pecadora que fue.
Mientras esto sucedía, Fausto y Mefistófeles asisten a la Noche de Walpurgis. Durante esta parte de la obra, Fausto y Mefistófeles hablan acerca de Margarita. Luego de terribles acontecimientos, Fausto sale con prisa en busca de Margarita, la cual se encuentra en prisión.
El Final de la Primera Parte
Llegan a la prisión y se encuentran con el triste hecho de que Margarita será ejecutada la mañana siguiente. Deciden partir, pero Margarita no se va con Fausto, debido a que este estaba acompañado por Mefistófeles, y esto le parecía insoportable. Fausto y Mefistófeles se van, dejando a Margarita a su suerte.
Mención de la Segunda Parte
La obra se completa con una segunda parte, que difiere significativamente en tono y enfoque de la tragedia personal de Margarita, adentrándose en temas políticos, mitológicos y filosóficos.
