Es difícil reducir a los límites de un determinado movimiento a ningún escritor, sobre todo cuando este tiene la personalidad de Antonio Machado. Pero, en la medida en que es un hombre de su tiempo, es importante situarlo en el contexto estético en que su obra se produce: contexto que, en mayor o menor medida, le influye.
Machado mantiene una relación de influencia con el simbolismo, el parnasianismo, el modernismo, la Generación del 98 y la Generación del 27. Asimismo, él deja su huella en las generaciones de posguerra, en la generación de los 60, en los ‘novísimos’ de los 70, etc.
Focos de Influencia en la Poesía de Machado
Podemos hablar de tres influjos distintos que dejan una impronta evidente en su obra poética. La primera influencia proviene de la tradición literaria española y los movimientos estéticos de su tiempo. La segunda influencia se debe a las grandes obras de la literatura universal, y la tercera gran huella es la de la filosofía.
Influencia de la Tradición Literaria y Movimientos Estéticos
Machado siempre reconoció su admiración por la tradición literaria española, sobre todo por las obras que tuvieron una intensa y profunda impresión del tiempo. Prefirió a Gonzalo de Berceo y a Jorge Manrique. Del Barroco, a Góngora, San Juan de la Cruz, Fray Luis de León o Lope de Vega. Románticos como Bécquer o Rosalía de Castro.
Primera Etapa: Simbolismo y Modernismo
En su primera etapa, arrastra un influjo simbolista-modernista que se refleja en la adjetivación, los motivos poéticos y los símbolos.
El simbolismo buscaba la sugerencia a través de un objeto, de una idea o de una sensación. Los poetas simbolistas creían que la realidad no se muestra de forma completa, sino que hay significados ocultos que no pueden captarse por los sentidos, y para mostrarlos recurrían a los símbolos, imágenes físicas o metáforas que representan estados de ánimo.
El modernismo deseaba renovar el lenguaje literario fundamentado en el simbolismo y en el parnasianismo. Machado había reconocido su admiración por Rubén Darío, pero por su poesía más intimista, no por la parte colorista y brillante a la que no le prestó atención.
También es modernista la métrica por la presencia de dodecasílabos, alejandrinos pareados, encabalgamientos y débiles cesuras. Y se percibe asimismo el tono melancólico y doloroso de Bécquer y Rosalía.
Segunda Etapa: Eliminación de Influencias y Apertura
En la segunda etapa, va eliminando las influencias del modernismo y, de preocuparse solo de sí mismo, pasa a interesarse también por los demás.
Tercera Etapa: El Machado ‘Noventayochista’ y Castilla
Con su llegada a Soria se inicia la tercera etapa. Son los primeros poemas de preocupación por la decadencia de España, y busca en ellos soluciones para sacarla de su atraso y postración. Se vuelve ‘noventayochista’, describe los paisajes y la gente de Castilla, y desde el punto de vista del regeneracionismo, realiza una reflexión ética sobre el pasado glorioso de las tierras castellanas y el presente en crisis.
Estos temas son frecuentes en los escritores del 98 con los que Machado tuvo relación.
Última Etapa: Lo Popular y el Cante Jondo
En la última etapa le atrae lo popular y se ve influido por la copla tradicional y los recursos expresivos del cante jondo.
Significación de la Obra de Machado en la Lírica Posterior
La huella de Antonio Machado en la poesía española posterior es innegable, marcando diversas generaciones:
Años 30 y 40: La Primera Generación de Posguerra (‘Desarraigados’)
Ya en los años 30 y 40, cuando surge la primera generación de posguerra, formada por los poetas ‘desarraigados’, la poesía gira en torno a temas existenciales. Los poetas toman de él la exploración de la intimidad personal y la profunda conciencia del paso del tiempo que angustia al hombre.
Años 50: La Poesía Social y el Machado de ‘Campos de Castilla’
En los años 50, se escribe una poesía social y se vuelve la mirada al Machado de Campos de Castilla, el hombre que en los últimos años de su vida se caracterizó por su conciencia social y su trabajo intelectual al servicio de su pueblo. Se difundió la imagen de un poeta solidario, inteligente y bueno que, con su conducta, había sabido estar a la altura de las circunstancias.
Años 70: Los ‘Novísimos’ y la Restitución de Machado
La generación del 70, los ‘novísimos’, muestra una mirada de recelo y de indiferencia hacia su obra. Como antes había sucedido, a finales de los 70 se puede hablar de una restitución de Machado, pues nace una poesía más sincera, intimista, de estilo coloquial: la poesía de la experiencia.
Fin de Siglo (Años 80 y 90): Magisterio y Machado Integral
Por último, en la generación de poetas de fin de siglo (años 80 y 90) podemos destacar dos hechos:
- En primer lugar, la aceptación indiscutida del magisterio de Machado: se convierte en un poeta clásico de permanente inspiración para las modernas generaciones, tanto por sus temas como por su lenguaje poético.
- En segundo lugar, la asimilación del Machado integral, no parcelado como poeta político o como poeta intimista. Además, desde mediados de los noventa, podemos afirmar que existe una nueva ‘poesía social’. Sus motivaciones son diferentes a las del momento histórico que vivió don Antonio, pero no tanto: la actual conciencia social gira en torno a la globalización política y económica y a la mala conciencia ante los urgentes desafíos del Tercer Mundo.
Como conclusión, podemos decir que hoy su poesía es aceptada y apreciada en su integridad. Ha llegado a ser un clásico de referencia inevitable; incluso el cantautor catalán Joan Manuel Serrat le dedicó un monográfico completo.