La Divina Comedia de Dante Alighieri: Estructura, Simbolismo y Contexto Histórico Medieval

Literatura de la Edad Media: La Divina Comedia

Esta obra cumbre se escribe en la Edad Media, época que abarca desde el siglo V al XV, o desde la Caída del Imperio Romano hasta el Descubrimiento de América. Son mil años que se dividen en dos partes: la Alta y la Baja Edad Media.

El Contexto Histórico y el Teocentrismo

La característica más importante de esta época es el teocentrismo, o Dios como centro del universo. Como la Iglesia estaba unida al Estado, imponía su poder y la gente vivía atemorizada por la idea de un Dios castigador donde todo era pecado. La esperanza de vida era menor, ya que la gente moría más joven a causa de las guerras y las enfermedades.

Dante Alighieri y su Obra

En esta época nace Dante Alighieri en 1265, en Florencia (Italia). Se involucró políticamente, lo que le costó un destierro. Escribió obras fundamentales como De Vulgari Eloquentia (La Elocuencia Vulgar), Vita Nuova (La Vida Nueva) y La Comedia.

El hecho que marcó su vida fue haber conocido a Beatriz, a quien vio pocas veces, pero de quien se enamoró profundamente y a quien le dedicó toda su obra.

El Dolce Stil Novo

En la época existía una tendencia literaria llamada Dulce Estilo Nuevo (Dolce Stil Novo), en la que el poeta le escribe a una mujer a la que idealiza y la trata casi como a una santa. Este estilo se nutre del culto a la Virgen María.

En su obra, donde idealiza a Beatriz, Dante comienza a escribir La Comedia en 1307 y la termina poco antes de morir. La llama así porque tiene un final feliz, ya que su viaje termina en el Paraíso.

Estructura y Simbolismo Numérico de la Obra

La obra se divide en tres reinos:

  • Infierno
  • Purgatorio
  • Paraíso

Cada reino tiene 33 cantos, excepto el Infierno, que tiene uno más de introducción, sumando un total de 100 cantos. Todo en la obra tiene que ver con el número 3, considerado sagrado porque representa a Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Los Tres Reinos

  • El Infierno: Tiene forma de cono invertido y se divide en nueve círculos de acuerdo a los pecados. En el último círculo está Lucifer. Cuanto peor es el pecado, más abajo se cae y mayor es el sufrimiento.
  • El Purgatorio: Es el reino de la salvación, ya que las almas que van allí pecaron, pero se arrepintieron. Por eso solo van a pagar un tiempo y después irán al Paraíso. Se organiza en siete terrazas de acuerdo a los siete Pecados Capitales (pereza, ira, soberbia, lujuria, etc.).
  • El Paraíso: Es el reino de las almas puras, que son luces y se comunican a través de la luz. Se organiza en nueve cielos.

Canto I del Infierno: La Selva Oscura y las Tres Fieras

Al comienzo, Dante habla de “el viaje de nuestra vida”, porque quiere que el lector participe de ese viaje junto con él y así salvar más almas. Se cree que él comienza este viaje con 35 años, que era la mitad de la vida en la Edad Media.

La obra es una gran alegoría, es decir, un encadenamiento de símbolos o metáforas:

  • La “selva oscura” es un símbolo que representa el mundo del pecado y la corrupción.
  • En oposición, el “camino recto” es el mundo del bien y la virtud.

La selva es caracterizada a través de tres adjetivos:

  • Es “salvaje”, porque el instinto está por encima de la razón.
  • Es “áspera”, porque el pecado lastima el alma.
  • Es “espesa”, porque es difícil encontrar la salida.

Surge un típico pensamiento de la época donde la gente sentía más temor al pecado que a la muerte, ya que si pecaban irían al Infierno, pero si morían sin pecar irían al Paraíso. La función de Dante se aclara en el verbo “revelare”, porque él hace ese viaje tanto para salvar su propia alma como la de los demás a través de lo que él cuente.

Se describe una imagen cargada de significado donde la cuesta representa el esfuerzo que debe poner Dante si quiere superarse, y su gesto de mirar hacia arriba simboliza el deseo de elevación o superación. La luz siempre va a representar la presencia divina.

Las Tres Fieras y su Interpretación

Se le aparecen tres fieras que representan distintos pecados, pero que también tienen una interpretación política:

  1. La Pantera: Descrita como un animal hermoso “de piel pintada”, simboliza el pecado de la lujuria o amor sexual. También representa a la ciudad de Florencia.
  2. El León: Por su gesto de traer la cabeza levantada, representa el pecado de la soberbia, por creerse superior a los demás. A su vez, representa a Francia, que en ese momento era una gran potencia mundial.
  3. La Loba: Tiene un aspecto demacrado y “ha obligado a vivir miserable a mucha gente”. Simboliza la avaricia. También representa a la Iglesia de la época, que mientras ellos vivían en la riqueza, el pueblo vivía en condiciones miserables. Es el único animal que le quita a Dante la esperanza: “Perdí la esperanza”.

El Encuentro con Virgilio

Dante ve una sombra y la interroga. Se trata de Virgilio, poeta romano de la antigüedad, que se presenta de forma directa ofreciendo datos de su vida. Menciona su ubicación espacial (“Roma”), temporal (“sub Julio”), revela su oficio (“poeta fui”) y hace una referencia a su obra, La Eneida. Además, muestra la causa por la cual está allí: por haber creído “en los dioses falsos y engañosos”. Virgilio está en el Limbo por haber vivido antes de Cristo y no conocer la fe católica.

El personaje Dante siente una profunda admiración por Virgilio (“maestro”, “autor predilecto”). La función de Virgilio en la obra se resume en estas cuatro palabras: “Yo seré tu guía”. Virgilio le adelanta que lo guiará por el Infierno y el Purgatorio, pero que en el Paraíso lo guiará Beatriz. Dios es nombrado de forma indirecta como “el Emperador que reina en las alturas”.

Canto III: La Puerta del Infierno y los Indiferentes

El Canto III comienza con la inscripción de la puerta del Infierno, que aparece personificada porque parece que le está hablando al que entra por allí. Esta inscripción, escrita en tres tercetos, se puede subdividir en tres momentos:

  • Primer momento: Contiene una anáfora porque repite el principio del verso: “Por mí se va”. Esta parte informa hacia dónde conduce la puerta.
  • Segundo momento: Muestra que el Infierno ha sido creado por Dios (“el Sublime Arquitecto”) y se nombra indirectamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Es creado para hacer justicia.
  • Tercer momento: Indica que tanto el Infierno como los castigos son eternos, es decir, que no han tenido un comienzo ni tendrán un final: “Yo duro eternamente”. El concepto de eternidad se repite tres veces. La intención del mensaje es atemorizar y desesperanzar al que entra.

Los Indiferentes y Caronte

Las descripciones del Infierno son auditivas: “resonaban suspiros, quejas y profundos gemidos”. Otra característica del Infierno es la oscuridad, ya que la luz representa a Dios y Él no está allí.

En este círculo se encuentran los Indiferentes, los que no hicieron ni el bien ni el mal. El Cielo no los quiere porque no fueron lo suficientemente buenos, pero el profundo Infierno tampoco los recibe. Como estos condenados no se importaron por nadie más que por ellos mismos, tampoco Dante y Virgilio les prestan mucha atención: “No hablemos más de ellos”.

El castigo físico consiste en que correrán desnudos eternamente mientras son picados por moscas y avispas, y cuya sangre y lágrimas son devoradas por gusanos.

Aparece el demonio Caronte, que es el barquero encargado de cruzar las almas de una orilla a la otra del río Aqueronte. Este demonio es descrito como “un anciano cubierto de canas”. Se sorprende de ver a Dante allí y al comienzo se niega a dejarlo cruzar, pero cambia de opinión por la autoridad conferida a Virgilio. Nuevamente aparecen las imágenes auditivas: “rechinando los dientes”, “llorando fuertemente”.

A través de un símil o comparación extensa se muestra cómo las almas se lanzaban hacia la barca: “Y así como en otoño van cayendo las hojas (…), del mismo modo malvados hijos de Adán se lanzaban”. Hay una descripción visual breve que muestra “rojizos relámpagos”. La mayoría de los cantos del Infierno terminan de forma similar, con Dante desmayándose, como lo muestra la siguiente comparación: “caer como un hombre sorprendido por el sueño”.

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