El Teatro Español: De los Años Sesenta a 1975
Contexto y Desafíos del Desarrollo Dramático
El advenimiento de la democracia hizo concebir las mayores esperanzas, y, ciertamente, las condiciones para el desarrollo del teatro mejoraron sustancialmente. Ante todo, se suprimió la censura y la política teatral abrió nuevos horizontes. Con todo, las esperanzas no han quedado satisfechas; en los nuevos horizontes no han proliferado los autores y las obras de valía (lo cual indica que ello no depende solo de las circunstancias políticas). Y llegar al público con mayor amplitud sigue siendo el principal problema.
Ante todo, se señala un retroceso de la vanguardia, aunque con excepciones como las citadas en el enunciado del tema. Hay un claro retorno a una línea tradicional con una vertiente muy significativa que da entrada a realidades muy actuales.
Por lo tanto, hasta el año 1975 el teatro continuó escindido entre el teatro comercial y el teatro que tenía dificultades para ser representado.
Las Tres Corrientes Dramáticas (1960-1975)
1. El Teatro Comercial
El teatro comercial sigue dominado por comedias melodramáticas, de intriga o de humor. Siguen estrenando autores como Mihura, Alfonso Paso, Jaime de Armiñán, etc., pero sobresale un nuevo autor de forma relevante: Antonio Gala (1936), que se dio a conocer a partir de los sesenta con obras como:
- Los verdes campos del Edén (1962)
- Noviembre y un poco de hierba (1967)
- Anillos para una dama (1973)
Las obras de Gala se caracterizan por su tono poético, fácil simbología, presentación escénica convencional y propensión a lo didáctico o moralizante.
2. El Teatro Realista
El teatro realista de intención social encuentra dificultades para ser representado debido, entre otras razones, a las conservadoras estructuras del teatro comercial y al público, poco propenso a innovaciones escénicas o ideológicas. Siguen creando autores consagrados de los años 50 como Buero o Sastre, y desarrollan su labor dramática con desigual éxito autores como:
- Lauro Olmo (La camisa, 1962)
- José Martín Recuerda (Las salvajes de Puente San Gil, 1961)
- José María Rodríguez Méndez (El círculo de tiza de Cartagena, 1963)
3. El Teatro Experimental
En esta década también surge un movimiento de renovación que originó una búsqueda de la experimentación formal y de cauces dramáticos diferentes. Para ello, recurrieron a los movimientos dramáticos vanguardistas europeos que consideraban al teatro, primordialmente, como un espectáculo en donde el texto literario es un ingrediente más.
Abordan los mismos temas críticos que los autores realistas, pero con una estética diferente. La «generación realista» es fundamentalmente un grupo de autores o creadores de textos. Estos nuevos autores se presentan como creadores de espectáculos, es decir, potencian al máximo los elementos extraverbales (escenografía, recursos sonoros y visuales, gestualidad, etc.), rompen la división entre el escenario y los espectadores, convirtiendo la escena en un espacio dinámico que puede invadir la sala e invitar al público a participar.
Este nuevo teatro, en bastantes ocasiones, encontró dificultades para ser representado; sus audacias formales no encontraron fácil eco en un público amplio y, además, chocaron frecuentemente con la censura.
Autores más Representativos del Teatro Experimental
Fernando Arrabal (1932- )
Considerado una de las figuras más revolucionarias del teatro europeo del siglo XX. Plantea toda su obra como un desafío o un acto de rebeldía contra la sociedad actual, a la que considera inhumana, cruel y absurda. Fundó con otros escritores el teatro pánico, el cual defendió la relación del absurdo con lo cruel y abogó por identificar el arte con el acto vivido.
Conocido internacionalmente, especialmente en Francia, y desconocido, ninguneado o poco apreciado en España. Escribió obras en castellano (Pic-nic, El triciclo, El cementerio de automóviles…) y en francés, posteriormente traducidas al castellano (La aurora roja y negra, Y pusieron esposas a las flores, etc.).
Francisco Nieva (1927)
Es probablemente el más importante de los dramaturgos experimentales españoles de la segunda mitad del siglo XX. Ha ejercido profesionalmente como escenógrafo, pero hasta la muerte de Franco sus obras tuvieron numerosos problemas para ser representadas. Se observa en ellas una estética antirrealista, aunque con marcado carácter de denuncia. Compuso espectáculos en los que se entreven los dramas colectivos que atormentan al ser humano, como los sentimientos de culpa, el egoísmo, el odio o la envidia. Supo combinar las influencias más tradicionales (La Celestina, Quevedo, el género chico) con otras más vanguardistas pero también clásicas (el movimiento postista, al que perteneció, Alfred Jarry o Valle-Inclán).
Su obra dramática se divide en tres géneros:
- Teatro Furioso: En el que se rebelan contra la realidad y critican la España en la que viven. Ejemplo: El fandango asombroso (1961).
