La Evolución Temática en la Poesía de Miguel Hernández: Claves de Vida, Muerte y Compromiso Social

La Poesía de Miguel Hernández: Temas Centrales y Evolución

El Ciclo Vital y la Tragedia: Vida y Muerte en la Obra Hernandiana

La vida y la obra de Miguel Hernández aparecen como algo inseparable, en una trayectoria que va de lo festivo a lo trágico. En la mayor parte de sus primeros poemas aparecen el optimismo y el vitalismo propios de la juventud. La vida se exalta a través del vigor y la perfección de la naturaleza; pero los temas de la naturaleza, la vida y la muerte, en estos poemas son más literarios que reales. Así, la vida aparece como juego y la muerte tiene una intención puramente estética, expresada con un lenguaje metafórico y elaborado.

Evolución del Sentimiento Trágico

Las heridas hernandianas comienzan a sentirse en El rayo que no cesa, cancionero de la pena amorosa, del sentimiento trágico del amor y de la idea de que la vida es muerte por amor. Los símbolos de esta etapa tienen un sentido fatalista:

  • El toro.
  • La sangre.
  • Los elementos cortantes e hirientes que materializan las heridas del amor.

Pero en El rayo que no cesa también aparece la manifestación profundamente dolorosa de la muerte.

La Muerte en el Contexto Bélico

Con la guerra, la voz poética adquiere un tono combativo en Viento del pueblo. La muerte se convierte en parte de la lucha por la victoria y su canto adquiere tintes elegiacos.

En El hombre acecha, los muertos ya no son héroes, sino víctimas, y la muerte es un espectáculo de horror simbolizado en un tren de sangre. La voz poética se torna introspectiva e intimista por la visión de tanto dolor, odio y muerte.

La Desolación Final

El tinte más trágico se encuentra en Cancionero y romancero de ausencias. Este poemario es una muestra de la desolación provocada por:

  1. La muerte de su primer hijo.
  2. La pérdida de la guerra.
  3. El odio de la posguerra.
  4. La condena a muerte, la enfermedad y la soledad.

Con el desengaño llega la resignación, pero el ciclo de la vida y la muerte se cierra con la vuelta al amor, única forma de redención posible.

Compromiso Social y Político: La Poesía como Arma

La segunda vez que Miguel viaja a Madrid da paso a una nueva etapa: su contacto con la intelectualidad, particularmente con Pablo Neruda y Vicente Aleixandre, lo lleva a decantarse definitivamente por la “poesía impura”. Miguel interviene activamente en la propaganda antifascista durante la guerra.

Viento del Pueblo y la Función Social de la Palabra

Su poesía quedará recogida en Viento del pueblo, que demostraba que Miguel comprende el poder transformador de la palabra, su posible función social y política. Se trata de una poesía comprometida, de guerra y denuncia, y poesía de solidaridad con el pueblo oprimido. Esta concepción de “poesía como arma” que domina este poemario implica que lo lírico cede paso a lo épico, y el poeta asume una función “profética”.

Los Cuatro Tonos de la Función Profética

Dicha función se articula en cuatro tonos:

  • La exaltación heroica: De los hombres que luchan por la justicia y la libertad. Se manifiesta el entusiasmo por la lucha que le hace sentir la victoria y anunciarla proféticamente.
  • La lamentación: Por las víctimas de los opresores, manifestada con poemas en los que glorifica a los sujetos líricos.
  • La reivindicación: El tono de lamento sirve para expresar la identificación íntima y solidaria con los protagonistas.
  • La imprecación: A los enemigos, opresores y explotadores.

El radical contraste entre la exaltación del pueblo y la imprecación del tirano aparece en su obra. Al imbricar los tonos de exaltación, lamentación, reivindicación e imprecación, el poeta se focaliza en un “yo” lírico o en un “yo” fundido en un “nosotros”, pero, sobre todo, se funde con seres anónimos o grupos sociales convertidos en arquetipos de los oprimidos y explotados.

El Desengaño y la Madurez Poética

El optimismo de Miguel comienza a diluirse al comprobar la insensibilidad de Europa hacia el drama que se vive en España y el espantoso espectáculo bélico. Su fe en el hombre se va debilitando en El hombre acecha: el poeta pasa de la exaltación de los héroes a la lamentación por las víctimas. El autor ya no se siente identificado con el pueblo, sino acosado por el hombre, y la condición humana aparece como una fuerza amenazante. Busca en la propia poesía la razón de su lucha y apela a España como símbolo de la madre primigenia. Finalmente, el avance de la guerra y el desmoronamiento del bando republicano hacen imposible la redención.

Al acabar la guerra, es detenido. En septiembre de 1939, al salir de la cárcel y antes de volver a ella definitivamente, entregó a su esposa un cuaderno manuscrito, Cancionero y romancero de ausencias, un libro unitario pero inconcluso, que se fue nutriendo con poemas escritos en la cárcel que los editores recogieron posteriormente. Con él, Miguel alcanza la madurez poética con una poesía desnuda para la que toma como base la sencillez de la lírica popular. Es una poesía íntima y desgarrada, de un tono trágico contenido con el que aborda los temas más obsesionantes de su mundo lírico: el amor, la vida y la muerte.

El poeta, como su pueblo, es un vencido, una víctima que expresa su profundo dolor por las ausencias. La palabra “libertad” cobra una importancia fundamental y aparece ahora unida al amor; sin embargo, prefiere enfrentarse a la muerte y la desolación con el poema pacifista.

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