Contexto de la Novela Española de Posguerra
La posguerra arranca con la pérdida de muchas de las referencias literarias pasadas: muerte de Valle o Unamuno, exilio de Ayala, Sender y otros, así como la censura, que impedía importar textos de autores extranjeros como John Dos Passos o Hemingway. Además, obras de Joyce, Faulkner o Proust tardaron en volver a leerse. Durante la Guerra Civil la novela estuvo polarizada ideológicamente en ambos bandos de la contienda. Tras la guerra, se rompió la continuidad con el vanguardismo y la experimentación, y se retomó la tradición de la narrativa realista.
Algunos de los escritores que escriben en el exilio sus mejores obras son: Max Aub, Francisco Ayala, Ramón J. Sender. También destacan otros como Rosa Chacel o Arturo Barea.
Miguel Delibes
En su obra destacan nuevas técnicas para reflejar los pensamientos de los personajes, como el monólogo interior. Muestra un compromiso con la dignidad del ser humano, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo. Abundan los seres indefensos y los ambientes humildes: los niños, los viejos, la vida en el campo, la pobreza de los pueblos y del paisaje castellano. Pero también se fija en la vida de la ciudad de provincias y en la pequeña burguesía. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, lo que no ha impedido que, a lo largo de su extensa obra, haya ido experimentando nuevas técnicas narrativas.
Se inicia con La sombra del ciprés es alargada, donde el autor se centra en la Castilla rural y en la mentalidad de los hombres que la habitan, personas humildes y marginadas la mayoría de las veces. En 1950 publica El camino, novela sobre el despertar a la vida de un niño, Daniel el Mochuelo, así como la vida de un pueblo y sus gentes desde unos ojos infantiles. Daniel el Mochuelo se enfrenta a la posibilidad de abandonar ese espacio que lo protege para estudiar en la ciudad, pero se enfrenta a su destino, una realidad inevitable y fatal. El chaval entiende, pese a su corta edad, que su pueblo aventaja a la ciudad en integridad, porque es llana y simple. En cuanto al estilo, “se trata de escribir de forma que el texto sonara en los oídos del lector como si lo estuviéramos contando de viva voz”.
Una de las obras más significativas del Realismo social es Las ratas, que denuncia la subsistencia y las desigualdades sociales en un pueblo agrícola. En la obra de Delibes se observa una constante evolución. Del realismo tradicional se orienta hacia el realismo crítico y culmina con la renovación técnica, presente en la novela Cinco horas con Mario (1966) -su obra maestra-, que consiste en el monólogo interior de la protagonista (Carmen) durante la noche que vela el cadáver de su marido. El contraste entre Mario, profesor solidario y progresista, y Carmen, de mentalidad cerrada y convencional, refleja el de la España progresista y el de la tradicional.
Otras novelas destacadas: El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes y El hereje (la única de carácter histórico, ambientada en el Valladolid del S. XVI, tomando como eje la vida de un personaje, Cipriano Salcedo, y es, sobre todo, un canto apasionado por la tolerancia y la libertad de conciencia).
Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura en 1989)
Aunque su obra es muy variada, se pueden apreciar en ella unos temas comunes: la Guerra Civil y sus consecuencias, y la sociedad española en su conjunto, a la que satiriza grotescamente. Toda su narrativa refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. Sin embargo, a veces manifiesta ternura por algunos seres desvalidos y adopta un tono lírico. En general, ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán. Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva en la descripción de tipos y ambientes; también se distingue por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas.
Etapas:
Primera etapa (años cuarenta):
A ella corresponden La familia de Pascual Duarte y Pabellón de reposo. En La familia de Pascual Duarte se narra la historia de un campesino extremeño quien, condenado a muerte, recoge por escrito su sórdida vida, llena de acontecimientos truculentos, asesinatos, violencia y horrores diversos. Se advierten en ella variadas influencias: la novela picaresca, las novelas naturalistas… Todo ello unido da como resultado una obra que, al seleccionar los aspectos más desagradables de la realidad y recrearse a veces en ellos, propone una nueva estética que se denominó Tremendismo.
Segunda etapa (años cincuenta):
Camilo José Cela ya había tenido problemas con la censura de la Iglesia al tratar de lanzar la segunda edición de La familia de Pascual Duarte (y acaba siendo publicada en Buenos Aires), y los vuelve a tener con La colmena. Con esta obra, considerada la obra maestra de Cela, introduce el Realismo social. Lo más destacado es su falta de argumento. El autor ofrece, a través de una acción que transcurre en poco más de dos días de invierno, un panorama colectivo de la vida del Madrid de la inmediata posguerra, en un ambiente de pobreza en el que un gran número de personajes (más de trescientos), fracasados y relacionados entre sí, intentan sobrevivir.
Tercera etapa (desde los años sesenta):
Se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo, 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid, y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los años 30.
Carmen Laforet
Ganó, con 23 años, la 1ª edición del Premio Nadal con su novela Nada, que obtuvo un enorme éxito de público y de crítica. Se erige como máximo exponente de la novela existencial. Son novelas que relatan la asfixiante realidad de la posguerra; en ellas los protagonistas son seres angustiados a los que les obsesiona la idea de la muerte.
La novela Nada sigue el itinerario de la joven Andrea, que recién terminada la Guerra Civil española se traslada a Barcelona, cargada de ilusiones y dispuesta a emprender sus estudios universitarios. Sus ansias juveniles y sus expectativas chocan con el mundo gris, cargado de violencia, que representan su abuela y sus tíos que la acogen en su casa. Se produce un desencanto que culmina, tras el suicidio de su tío, con su marcha a Madrid. Sin embargo, en la universidad conoce a Ena, que desempeñará un papel importante en su vida, pues con ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer.
La producción literaria de la escritora no es muy amplia. En 1950 publicó La isla y los demonios, novela ambientada en Canarias, donde se había criado. En 1955, La mujer nueva, que refleja sus propias experiencias religiosas, y que tiene como tema central la fe de la protagonista, Paulina, una mujer que pasa de criticar a la Iglesia a practicar la religión católica. Siguió, en 1963, La insolación, primer volumen de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo, de la que no llegó a publicar los otros dos tomos. También escribió novelas cortas, libros de cuentos y narraciones de viaje.
Casi toda su obra gira en torno a un mismo tema central: el enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno.
Luis Martín Santos
Su formación en las corrientes filosóficas modernas y las innovaciones narrativas lo llevó a replantearse el papel de la novela española de los años cincuenta y a apostar por una renovación del género que incluía la experimentación lingüística y estructural de las obras. Además de Tiempo de silencio, su producción narrativa abarca un libro póstumo de cuentos, Apólogos, y la edición de algunas partes de Tiempo de destrucción, en la que el autor retomó el tema del aislamiento cultural de España.
Tiempo de silencio, publicada en 1962, es considerada la novela que inicia una nueva etapa en la narrativa: la novela experimental en España. El asunto de la obra tiene mucho de relato folletinesco, con rasgos de novela negra, y lo original no es el argumento sino el tratamiento que el novelista hace de la historia: Pedro es un investigador que se ve implicado en un aborto clandestino que acaba en muerte, en un suburbio madrileño de chabolas. La policía lo detiene y, al demostrarse su inocencia, queda en libertad. Poco después, sufre la venganza de un chabolista, que mata a su novia. Pedro abandona Madrid y se hace médico rural.
Su gran novedad es la forma, el estilo, que supone una ruptura radical y definitiva con el realismo convencional. Destacan las técnicas narrativas empleadas:
- Se explota el monólogo interior, cuya principal función es caracterizar a los personajes.
- Hay un constante cambio de narrador (1ª, 2ª, 3ª persona).
- Se acude a digresiones para ironizar y criticar sucesos.
- Se ofrecen distintos registros lingüísticos.
El autor realiza una descripción de la España de la época y una reflexión sobre su historia y cultura. La obra contiene abundantes reflexiones en las que critica la pobreza y las desigualdades sociales. Su argumento es sencillo y algo melodramático. Tiempo de silencio presenta un lenguaje culto, elaborado, casi barroco y un continuo uso de la ironía. Lo novedoso reside en la mezcla de perspectivas con un narrador omnisciente, el empleo del monólogo interior y el uso de la segunda persona.
Los Primeros Años de Posguerra (Década de los 40)
Los autores clave de esta década son Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte y Carmen Laforet con Nada. Un rasgo esencial de la novela de esta época es la total desorientación por falta de unidad generacional. Hasta 1945 hay una serie de narradores que cultivan una novela histórica, de exaltación, que evolucionó posteriormente hacia una justificación del régimen.
La censura marcó esta etapa, en la que se rompe con el pasado reciente y se inaugura una nueva etapa marcada por un clima de angustia y opresión individual, en el que los personajes están frustrados e inadaptados. La presencia de la realidad aparece como tema literario.
Realmente, la historia de la novela española de posguerra se inicia a partir de la obra de los siguientes escritores: Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte inicia el Tremendismo (1942) y Carmen Laforet con Nada inaugura la novela existencial (1945). Miguel Delibes sigue esta línea con La sombra del ciprés es alargada (1947). Y, en esta época, destaca también el trabajo de Gonzalo Torrente Ballester.
Características de estas novelas:
- Existencial: Reflejo de una realidad asfixiante y sensación de fracaso.
- Tremendista: Se acentúa la atrocidad, la violencia; frecuentes los episodios brutales.
- Reflejo de la vida de posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial.
- Los temas giran en torno a la amargura de la vida cotidiana.
- Personajes desorientados, frustrados…
- Falta de crítica directa o de denuncia.
- Técnicamente, destacan por su sencillez y tradicionalidad.
Década de los 50 (Novela de Realismo Social)
Con La colmena (1951) de Camilo José Cela, la novela española toma un nuevo rumbo, sirviendo de precedente para la novela social, el movimiento literario predominante de esta década. Es una literatura de corte realista, atenta a los condicionamientos históricosociales del individuo, que refleja la sociedad del momento (la posguerra).
En 1956, El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio consolida esta tendencia. A mediados del decenio, aparecen escritores que, con intención crítica, abordan en sus novelas temas de injusticias y desigualdades sociales (literatura comprometida).
Como técnica narrativa, predomina el objetivismo: el narrador desaparece o se limita a ofrecer escuetas informaciones (como una cámara fotográfica). No hay introspección ni pensamiento de los personajes, y todo el relato se basa en el diálogo. Los autores no se limitan a reflejar esa realidad, sino que buscan poner de manifiesto conductas miserables e injustas y denunciar las injusticias. El lenguaje es sencillo, casi coloquial.
Miguel Delibes, con El camino y Mi idolatrado hijo Sisí, ofrece una mirada crítica sobre parcelas de la realidad española: un pueblo castellano o una familia burguesa. Otros autores representativos son Ana María Matute (Fiesta al Noroeste) e Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre).
La obra de Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama, es una crónica de un día dominical de un grupo de jóvenes junto al río Jarama. Prácticamente desaparecido el narrador, la obra la constituyen los intrascendentes diálogos de los personajes, reproducidos como la transcripción de una grabación magnetofónica.
Otros autores y obras representativos: José Manuel Caballero Bonald (Dos días de septiembre), Ignacio Aldecoa (El fulgor y la sangre), Juan García Hortelano (Tormenta de verano).
Características de esta narrativa:
- Estructura sencilla y preferencia por la narración lineal. (*En La colmena: fragmentarismo y técnica del contrapunto).
- Relato objetivista basado en técnicas cinematográficas.
- Objetivismo basado en describir la realidad de manera imparcial.
- Narrador en 3ª persona que se limita a registrar los diálogos y a mostrar los comportamientos de los personajes.
- Predominio del diálogo y fidelidad a la hora de recoger el habla de las distintas clases sociales.
- Número elevado de personajes y preferencia por el protagonista colectivo.
- Concentración espacio-temporal.
- En cuanto a la temática, interés por testimoniar la situación por la que atraviesa el pueblo: falta de libertad, injusticias sociales y las penosas condiciones de vida (literatura con valor instrumental).
- Pretende reflejar las circunstancias socio-históricas y transformar la realidad.
Década de los 60 (Novela Experimental: 1962-1975)
Hacia 1960 comienza un cansancio del Realismo social. Los autores tienen en cuenta las aportaciones de grandes novelistas extranjeros y el fuerte impacto de la nueva novela hispanoamericana. Se defiende que el arte no debe supeditarse a la política; que el realismo social no es adecuado para captar el mundo, ya que la realidad, más que los hechos, es la representación en la conciencia del sujeto; y la necesidad de dotar de un rango artístico a la prosa narrativa.
Los escritores de los 60 incorporan novedades en el discurso narrativo procedentes de la novela europea y americana de principios de siglo. Les influyen novelistas europeos del XX, como Kafka, Joyce, Proust o Faulkner.
De la asimilación de estas influencias por los narradores españoles surgen las características de esta novela:
- Pérdida de importancia del argumento.
- Renovación de la estructura de la novela (perspectivismo, analepsis y prolepsis, etc.).
- Narración desordenada.
- Monólogo interior.
- Estilo indirecto libre.
- Renovación del lenguaje (supresión de signos ortográficos, riqueza del léxico).
En 1962, Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos es la obra inaugural de esta nueva etapa narrativa. En esta década, se consolidan las aportaciones en la línea de la renovación. Destacan: Miguel Delibes con Cinco horas con Mario y C.J. Cela con San Camilo, 1936.
Novedades técnicas y características de la novela experimental:
- Perspectivismo.
- Desorden temporal o cronológico (flash back, contrapunto, etc.).
- Licencias ortográficas y tipográficas.
- Creación de espacios simbólicos o míticos.
- Desaparición del capítulo.
- Incorporación de elementos extraños o inclusión de materiales diversos: informes, expedientes, textos periodísticos, etc.
- Imitación de géneros menores: novela folletinesca, novela policíaca, etc.
- Voluntad de renovación estilística con un estilo muy elaborado.
La Novela Española a partir de 1975
Continúa la renovación con autores como Cela, Delibes (Cinco horas con Mario), y Juan Marsé (Si te dicen que caí).
El final de la dictadura trae nuevas libertades: la desaparición de la censura y la difusión de la literatura en lenguas catalana, gallega y vasca son algunas de las consecuencias. Autores como Quim Monzó, Bernardo Atxaga o Manuel Rivas se dan a conocer a partir de los años 80 y 90. Autores como Cela o Delibes siguen publicando hasta finales de los años 90.
Ante la cantidad de obras editadas, dado el empuje del mercado editorial, resulta difícil retratar estas décadas. Sin embargo, se observan características comunes:
- El retroceso del experimentalismo.
- El interés por la trama.
- El retorno al realismo y el estilo cercano, lineal y con narrador único.
- Acercamiento al gran público.
Notas sobre la Novela Latinoamericana (Post-1945)
Se mencionan tendencias como:
- Novela regionalista (Revolución mexicana, indigenista, gauchesca, de la tierra).
A partir de 1945:
- Novela realista exhausta: nueva concepción del mundo y de la vida.
- Narrativa metafísica: Borges (antirrealismo, El Aleph, Antipsicologismo, no se profundiza en los personajes, Reflexión metafísica, hipótesis) (el tema del doble, simbolismo, traducción-cita de otro texto).
- Corte existencial: J.C. Onetti, Ernesto Sábato.
- Revolución Mexicana culmina con Juan Rulfo.
- Novela Indigenista: Realismo Mágico; funde elementos fantásticos con los conflictos sociales – Alejo Carpentier (Los pasos perdidos, El reino de este mundo), Miguel Ángel Asturias.
Se entremezclan tendencias:
- Abandono de lo rural y la denuncia explícita de problemas sociales.
- Incorporación de lo urbano y el problema del hombre contemporáneo.
- Penetración de lo mágico + Surrealismo (elementos irracionales). Ejemplo: Juan Rulfo: Pedro Páramo.