La Novela Española de Posguerra: Corrientes Literarias y Autores Esenciales

La Novela del Exilio

Los autores que escribieron fuera de España mostraron su nostalgia por la patria perdida y el desarraigo en que se vieron obligados a vivir. Por ejemplo: Max Aub, Ramón J. Sender, Rosa Chacel, Alejandro Casona.

Francisco de Ayala

Escribe tanto relatos cortos y novelas como ensayos sociológicos y literarios. En 1949 publica Los usurpadores y La cabeza del cordero. Los relatos del primero están ambientados en distintos tiempos históricos, mientras que los del segundo tienen como tema común la Guerra Civil.

También es autor de la novela Muertes de perro (1958) y su continuación, El fondo del vaso (1962). Sus últimos libros se centraron en sus propias memorias: Recuerdos y olvidos (1906-2006).

En 1984 ingresó en la Real Academia Española. En 1991, tras obtener el Premio Nacional de Literatura, fue distinguido también con el Premio Cervantes, y en 1998 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Max Aub

Se inclinó por el realismo en La casa de Valverde (1964) y trató la Guerra Civil y la posguerra en una serie de seis libros, Campos, publicados entre los años 1943 y 1968. En 1964 dio a conocer una novedad experimental, Juego de cartas, que presentó como una baraja de cartas dentro de un estuche.

Ramón J. Sender

Era, ya antes de la guerra, un novelista comprometido políticamente. A esta etapa pertenece su novela Imán (1930). Réquiem por un campesino español es considerada su mejor novela, narrando la relación entre un sacerdote y un campesino atrapados por la violencia de la Guerra Civil.

Crónica del alba es una serie de novelas escritas entre los años 1942 y 1966, que están protagonizadas por un personaje que viene a ser un desdoblamiento del propio escritor.

Rosa Chacel

Escribe Memorias de Leticia Valle con cierto carácter ensayístico. Su novela más intelectual es La sinrazón. Su interés por el recuerdo y la memoria está presente tanto en sus memorias como en la trilogía novelesca de corte autobiográfico.

La Novela Existencial

Las novelas de los años cuarenta, los primeros de la posguerra, reflejan la dureza de la vida cotidiana. Los jóvenes escritores, que habían sufrido la guerra siendo niños, hablan en sus obras de personajes desarraigados y marginales cuyas preocupaciones son la inadaptación y la tristeza. En ellas aparece un malestar social que apenas se podía expresar debido a la censura.

A esta tendencia, llamada novela existencial, pertenecen obras clave como:

  • La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela
  • Javier Mariño (1943), de Gonzalo Torrente Ballester
  • Nada (1944), de Carmen Laforet
  • La sombra del ciprés es alargada (1947), de Miguel Delibes

Realismo Social

En la década siguiente (los años cincuenta) se suman obras de algunos de estos autores, como El camino (1950) de Delibes, y La colmena (1951) de Cela, que marcan la transición hacia el realismo social.

Renovación de las Técnicas Narrativas

Los escritores, jóvenes o ya consagrados, impulsados también por la narrativa hispanoamericana de autores como Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros, 1962), Julio Cortázar (Rayuela, 1963) o Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, 1967), se interesan por las nuevas técnicas narrativas de la literatura europea y norteamericana, de las que toman las siguientes características:

  • El punto de vista narrativo es múltiple.
  • Las secuencias, unidades de longitud variable separadas por un espacio en blanco, sustituyen a los capítulos tradicionales.
  • Aparece la técnica caleidoscópica o de contrapunto, que alterna secuencias y combina historias.
  • El tiempo se presenta desordenado y con frecuentes vueltas atrás (flashbacks).
  • Se utiliza la segunda persona autorreflexiva y el monólogo interior.
  • Se introducen elementos extraños a la novela: anuncios, informes, esquemas, tipografía, etc.
  • Se busca un nuevo lector que colabore y realice una lectura activa y creadora.

Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos, es la obra que inicia esta etapa de renovación.

Camilo José Cela

En 1989 recibió el Premio Nobel de Literatura gracias a su obra, La familia de Pascual Duarte (1942). Con Viaje a la Alcarria (1949) recupera los libros de viaje tan queridos por la Generación del 98.

La colmena (1951) es pionera en el realismo social. El Diccionario secreto (1968) puso de moda los diccionarios personales. En obras como Oficio de tinieblas 5 (1973), Mazurca para dos muertos (1983, Premio Nacional de Literatura en 1984) y Cristo versus Arizona (1994), Cela continuó experimentando y sorprendiendo con su estilo.

Miguel Delibes

En 1947 obtuvo el Premio Nadal con La sombra del ciprés es alargada. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1974 y en 1993 recibió el Premio Cervantes. Ha sido uno de los grandes narradores del siglo XX.

En sus novelas, ambientadas o no en el campo (como El camino, 1950; Diario de un cazador, 1955; Las ratas, 1962, etc.), defiende con frecuencia al hombre en su medio natural. Tiene un especial cuidado por el lenguaje. Su estilo se mantiene sencillo incluso en sus novelas más experimentales como Cinco horas con Mario (1966), Parábola de un naufragio (1969) o Los santos inocentes (1981).

En El hereje (1998), recrea el Valladolid del siglo XVI y critica duramente la intransigencia de la Inquisición.

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