El Aspecto Verbal
El aspecto es una categoría verbal que da cuenta de los hechos en sí sin relación al discurso. Como toda acción, tiene un comienzo, un desarrollo y un final. La manera en que se presenten esos tres momentos determina el aspecto. Especialmente, atiende a si la acción se contempla como acabada y completa.
Podemos representar esquemáticamente la acción como un vector. Si se presenta sin principio ni fin, es acción imperfectiva; si está limitada por extremos, es perfectiva. En uno y otro caso, esa acción puede presentar modulaciones:
- Aspecto incoativo: Insiste en el comienzo (ej. amanecer).
- Aspecto resultativo: Focaliza el final (ej. morir).
- Aspecto durativo: Insiste en la acción en curso (ej. sigue lloviendo).
- Aspecto iterativo: Indica repetición.
Evolución teórica del concepto
El concepto surge a partir de la oposición Infectum/Perfectum entre formas del verbo latino, especialmente cuando los gramáticos checos se ocuparon del aspecto en las lenguas eslavas. Constataron que en estas lenguas existen parejas de verbos que se refieren a los mismos hechos, presentándolos, uno, como acción considerada según su desarrollo interno, no acabada (imperfectiva); y otro, como acción tomada en su totalidad, acabada (perfectiva).
Manifestación formal del Aspecto
El aspecto se manifiesta de diferente manera en las distintas lenguas e incluso dentro de la misma. Puede aparecer gramaticalizado o lexicalizado. Puede manifestarse a través de morfos específicos, como ocurre en las lenguas eslavas.
En las lenguas flexivas, como el español, el aspecto también se expresa a través de morfos, pero de manera sincrética junto al resto de morfemas verbales contenidos en el morfo de las formas imperfectivas y de los auxiliares de las formas perfectivas.
Diferenciación de conceptos aspectuales
Es fundamental distinguir tres conceptos relacionados con la acción verbal:
- El Aspecto: Es una categoría referida al desarrollo interno de la acción en sí, puesta de manifiesto gramaticalmente. Este es el que encaja en la categoría verbal principal.
- Las Referencias Aspectuales: Son matizaciones externas a la acción que la corrigen aspectualmente, pero que no son resultado de gramaticalización en sentido estricto.
- La Cualidad Aspectual (Aktionsart): Es la cualidad aspectual de la acción contenida semánticamente en el verbo, que nos permite clasificar los verbos según su naturaleza intrínseca:
- ESTADOS: estar, permanecer, yacer.
- ACTIVIDADES: andar, batir, regar.
- REALIZACIONES: ‘escribir un cuento’, ‘pegar un tiro’.
- LOGROS: atrapar, reconocer, entender.
Modalidad y Modo
El modo es otra categoría que pone en relación elementos del enunciado con elementos de la enunciación, como señala Jakobson: participantes en el relato y hechos relatados con los participantes en el hecho discursivo (PrHr/Pd).
Manifestación formal de la Modalidad
La modalidad se expresa en las lenguas con morfos que se añaden a las formas verbales para imprimir al significado léxico un giro modal.
Clases de modos
Estas modalidades se categorizan en las lenguas bajo tres modos principales:
- El IMPERATIVO: Categoriza una actitud directiva, aunque puede tener diferentes matices como ruegos, consejos o admoniciones.
- El INDICATIVO: Es el modo de asunción de la verdad de la realidad referida por el verbo, cuando esta actitud está categorizada.
- El SUBJUNTIVO: Es el modo que da cuenta de una modalidad que tiene que ver con una actitud, por parte del hablante, de no asunción de lo expresado por el verbo, con diferentes matices como duda, posibilidad o deseo.
Intersección con el tiempo
En los modos subjuntivo y potencial, la capacidad temporal se ve fuertemente distorsionada, pues las diferencias modales con frecuencia son utilizadas con valor temporal. Por ejemplo, en «esperaba que llegase», el subjuntivo opera indicando tiempo futuro con respecto al verbo principal.
Incluso formas claramente temporales son utilizadas con valor modal, como ocurre en español con el futuro en ejemplos como «serán las siete», que indica posibilidad o inferencia. También se usa para ordenar: «Amarás a Dios». O en casos como «Tendría que haber ido a clase» o «tuvo que ir a la escuela», se hacen conjeturas respecto al cumplimiento o no de la referencia verbal, más que indicar el tiempo.
La Voz Verbal
Esta categoría verbal se define como la relación existente entre los participantes en el relato y los hechos relatados, según refleja la fórmula (Pr/Hr). Este fenómeno ha sido entendido como una relación gramaticalizada del orden de los participantes y el hecho referido por el verbo. Pone de relieve la identidad correferencial de un sujeto de una oración y un complemento de otra, siendo ambos, además, agentes del mismo verbo.
Voz e información
La voz gramaticaliza la relación de los participantes en los hechos relatados y los propios hechos, ordenándolos en virtud de la capacidad informativa de los enunciados, topicalizando unos elementos, y no otros, de acuerdo con el estado de información conocida y nueva.
La voz como manifestación morfológica
El verbo presenta una flexión que formaliza las categorías hasta aquí expuestas: número, persona, tiempo, aspecto y modo. Morfológicamente, opone unas variaciones a otras para dar cuenta, según otro parámetro, de si se ha producido o no una variación en la diátesis inicial del verbo, respectivamente.
Si la diátesis inicial del verbo que asocia, por ejemplo, el agente al sujeto se mantiene, la flexión del verbo se conoce como voz activa. Podemos, pues, definir la voz como un fenómeno de naturaleza morfológica: es un cambio en la forma del verbo para señalar un cambio en la configuración diatética del mismo.
