Literatura Clásica Española: Del Decamerón al Quijote y sus Contextos Históricos

La Peste: Un Marco para la Narración Literaria

En la obra, la peste que sirve como marco es descrita de manera minuciosa, como una situación extrema que pone en crisis a la humanidad. En una época con escaso desarrollo de la medicina y nulas nociones de higiene, las enfermedades se propagaban a gran velocidad; los cadáveres y sus pertenencias se quemaban para evitar el contagio y porque los cementerios no tenían más espacio. Esto generó una destrucción de las normas que sostenían el entramado social y acercó al hombre a la animalidad. Por otro lado, la contemplación cercana de la muerte promovió una mirada más lúcida sobre la vida. Además, en la época, la peste era vista como castigo divino.

En El Decamerón, frente a este escenario, un grupo de jóvenes ociosos se retira al campo para preservar su vida. La narración de historias, símbolo de la humanidad desde sus orígenes, opone la civilización al caos. Esos diez días serán un medio para la regeneración. De esta manera, la obra se presenta como una reivindicación del rol esencial que tiene la literatura en la vida del ser humano.

La estructura utilizada por Boccaccio, sumamente original para la época, se denomina relato enmarcado: un narrador, o varios, introducen un relato nuevo (cada una de las cien historias de El Decamerón) dentro del relato general que se está narrando (la huida de la ciudad a causa de la peste). La situación de comunicación que incluye, por un lado, al autor como primer narrador que se dirige a sus lectores y, por el otro, a los personajes como narradores internos que se dirigen a los otros personajes (narratarios) constituye no solo una innovación, sino que además permite incorporar opiniones que podrían ser autocensuradas en otros contextos.

Entre el Renacimiento y el Barroco: Contexto Histórico-Literario

Recordemos que el Renacimiento fue un movimiento que se originó en Italia a comienzos del siglo XIV y que luego se extendió por Europa. El Renacimiento inauguró la Edad Moderna. Su nombre fue creado por escritores del siglo XVIII, que vieron en esta corriente un retorno a la Antigüedad clásica, un renacer de los ideales del mundo grecorromano.

La corriente artística que siguió al Renacimiento en Europa se denominó Barroco. Todo movimiento artístico y cultural tiene una etapa de gestación, una etapa de esplendor y otra de agotamiento, y el pasaje de un movimiento a otro no es abrupto, sino gradual. El último periodo del Renacimiento, en que las formas aparecen exageradas y derivan en un preciosismo, fue llamado Manierismo, y constituye al mismo tiempo la primera etapa del Barroco.

El surgimiento del Barroco coincide con la Contrarreforma; como adelantamos en el capítulo anterior, se trató de un proceso impulsado por la Iglesia católica para contrarrestar la influencia del protestantismo, lo que significó una reafirmación de los ideales religiosos. Por otra parte, y en particular en el caso de España, el auge del Barroco (principios del siglo XVII) coincidió con una serie de tensiones sociales debidas a la decadencia política de la Corona. Después del engrandecimiento del imperio español del siglo anterior, sobre todo gracias a la explotación de las colonias, sobrevino un periodo de absolutismo monárquico (reinado de Felipe II), marcado por el empobrecimiento de la población a causa de las continuas guerras a las que se vio sometido.

Características del Barroco

El Barroco es un mundo de claroscuros; sus principales características son:

  • La convivencia de la belleza con lo monstruoso.
  • La conciencia de la fugacidad de todo lo creado.
  • El temor a la muerte.
  • La lucha constante entre lo real y lo ideal, la esencia y la apariencia, tensión que se convierte en el tema principal de El Quijote.

Así, El Quijote, con su mezcla de cordura y locura, se convierte en la obra más representativa del Barroco literario. El deseo del protagonista de ver realizada la justicia a través de los ideales de la ya extinta caballería se enfrenta constantemente con la implacabilidad de un mundo materialista, en el que no hay lugar para la aventura y la justicia.

La Novela de Caballerías: Origen y Relevancia

En el siglo XV aparecen los libros de caballerías, una derivación de la poesía épica que responde a un nuevo orden social y gusto artístico. Por un lado, la aristocracia militar dio lugar al nacimiento de las cortes, que gustaban de la lírica amorosa; por otro, se verificó un ascenso de la burguesía, que intentaba plasmar en el arte un ideal que los libros de caballería satisfacían por completo: destacar la iniciativa individual por encima del accionar del grupo.

La novela de caballería surgió en Francia, producto de la evolución de los ideales cortesanos. El personaje central de estos libros es un caballero andante que encarna valores como el heroísmo, la fidelidad amorosa y la defensa de los oprimidos. Estos se ven expresados en la célebre fórmula de don Quijote, quien pensaba que la presencia en el mundo de estos caballeros era necesaria, «según eran los agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que enmendar y abusos que mejorar y deudas que satisfacer». La aventura es el pan cotidiano de estos caballeros, que no tardaban en enfrentarse a personajes fantásticos y ganarse el amor de hermosas damas en peligro.

Según Víktor Shklovski, en España, los libros de caballería «eran conocidos hasta por los analfabetos». En efecto, al leer El Quijote, vemos que todos conocen sus personajes y argumentos, y hasta discuten qué caballeros tienen más méritos. El dueño de la venta a donde llega don Quijote es analfabeto, pero conoce los libros de caballerías porque se los leen: «Cuando es tiempo de la siega —relata— se recogen aquí a las fiestas muchos segadores, y siempre hay alguno que sabe leer, el cual coge uno de estos libros en las manos, y nos rodeamos de él más de treinta, y estamos escuchando con tanto gusto que nos quita mil canas (…) querría estar oyendo noche y día.»

Otros Tipos Novelísticos de la Época

A mediados del siglo XV, también floreció en España la novela sentimental. Si bien esta compartía con la novela de caballería varios rasgos (como lo complicado del argumento, la idealización de los personajes o la necesidad de atravesar aventuras para llegar al objeto preciado del amor), presentaba como tema imperante solo el sentimiento; la aventura no era más que el medio para alcanzar el amor.

Otro tipo de novela difundida en España desde mediados del siglo XVI fue la novela pastoril, en la que se ensalzaba la vida sencilla en el campo, y los personajes, a pesar de tratarse de rústicos pastores, eran en realidad cultos y refinados. La novela pastoril desplegaba una gran cantidad de metáforas e imágenes de la vida en la naturaleza, que hacían referencia a una Edad de Oro durante la cual los hombres convivían pacíficamente y en armonía.

En El Quijote encontramos ecos no solo de las novelas de caballería, que son el objeto que parodia Cervantes a partir de su célebre personaje, sino también de estos otros tipos novelísticos. En la narrativa de Cervantes se cierra el capítulo de la novela renacentista y se abre un nuevo capítulo en la historia de la literatura universal: la novela moderna.

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