Contexto Histórico y Movimientos Literarios en la España del Siglo XX
La Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914, produjo la ruina económica en Europa y causó la caída de la mayoría de los regímenes políticos de los países en conflicto. España fue neutral en la guerra y se benefició económicamente del conflicto, el cual, sin embargo, no influyó en la modernización del país. Las tensiones sociales provocaron atentados anarquistas, numerosas huelgas y profundos cambios políticos en el país, como el golpe de Estado del general Primo de Rivera, que inició una dictadura que duró hasta 1930, la proclamación de la Segunda República y el estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939).
Durante el primer tercio del siglo XX se producen en España varios movimientos literarios clave: el Novecentismo, las Vanguardias y la Generación del 27. Los principales rasgos de este arte nuevo son:
- Arte puro, deshumanizado, con un estilo depurado.
- Arte elitista, minoritario.
- Ruptura con la tradición estética previa.
Las Vanguardias Artísticas y Literarias
Los vanguardismos son movimientos artísticos que pretenden una revolución estética radical, rompiendo con toda la tradición anterior. Se trata de una sucesión de tendencias de corta duración, con ímpetu de renovación y alejadas de lo convencional. El arte empieza a tener valor por sí mismo, sin tener que parecerse a la realidad; el valor de la obra residía en su autonomía. Se trata de un arte puro, elitista, minoritario e innovador.
Principales Corrientes Vanguardistas
Cubismo
El Cubismo, iniciado por Picasso, aporta conceptos como la autonomía de la obra de arte, la simultaneidad de ideas y percepciones y el collage. Estas propuestas las adapta a la literatura Apollinaire en sus Caligramas.
Futurismo
El Futurismo, fundado por Marinetti, exalta la energía, el progreso, la industrialización, la máquina y propugna la destrucción de la sintaxis y la libertad de las palabras en la poesía; destaca el ruso Maiakovski.
Expresionismo
El Expresionismo pretende captar la esencia espiritual de la realidad y expresa su visión atormentada a través de la experimentación y la acumulación de elementos medievales, barrocos y románticos.
Dadaísmo
El Dadaísmo, creado por Tristan Tzara, propone el nihilismo como forma de vida, el balbuceo infantil como la literatura más sublime, y defiende el lenguaje como fin en sí mismo y la autonomía de la obra de arte.
Surrealismo
El Surrealismo, iniciado por André Breton, pretende desentrañar el sentido último de la realidad, y busca expresarse por medio de la escritura automática que resulta de la afloración espontánea de las palabras a partir del subconsciente o del sueño, sin intervención de la lógica y la razón.
Vanguardias en España: Creacionismo y Ultraísmo
En España se desarrollaron principalmente el Creacionismo y el Ultraísmo:
- El Creacionismo, introducido por Vicente Huidobro, pretende que el poema no imite o refleje la naturaleza, sino que la cree en sus versos.
- El Ultraísmo, movimiento que propone la metáfora y la imagen como ejes de la poesía, renueva las metáforas, exalta el mundo moderno y las máquinas, y elimina lo sentimental y personal. Aunque de muy corta duración, el Ultraísmo ejerció una considerable influencia en los poetas del 27 y en César Vallejo y Jorge Luis Borges.
Ramón Gómez de la Serna, con sus Greguerías, fue uno de los precursores de la vanguardia en España. La greguería es la unión de metáfora y humor.
El Novecentismo o la Generación del 14
El Novecentismo es un movimiento que se desarrolla entre 1910 y 1930 y que busca una estética intelectual y racional, sin sentimentalismo romántico, realismo limitador, excesos formales ni la subjetividad irracionalista. Los principales integrantes son: José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró, Jacinto Grau y Juan Ramón Jiménez.
Características del Novecentismo
- Sólida formación universitaria frente al autodidactismo individualista de los escritores del 98.
- Abordan el tema de la regeneración de España con espíritu científico y no desde los planteamientos sentimentales y subjetivistas de la Generación del 98.
- Formulan un programa de actuación con el objetivo de promover la modernización de la sociedad y fundan instituciones encaminadas a difundir la cultura.
- Optimismo en el porvenir de España frente a la actitud pesimista del 98.
- Vocación europeísta para la superación del atraso cultural.
- Talante liberal y elitista: consideran que su deber es la formación de minorías selectas capaces de regir los destinos de la nación.
El Ensayo Novecentista
Los autores novecentistas usaron el ensayo para abordar sus inquietudes. El mejor ensayista de la Generación del 14 fue José Ortega y Gasset, quien pretendía modernizar y racionalizar la sociedad, la cultura y el Estado españoles de la mano de unas élites intelectuales. En su obra aborda temas filosóficos (Meditaciones del Quijote), estéticos (La deshumanización del arte), sociológicos (España invertebrada y La rebelión de las masas). También destacaron otros ensayistas como Eugenio d’Ors (De la amistad y el diálogo) y Gregorio Marañón (Pensamiento, historia y medicina).
La Narrativa Novecentista
Dentro del género narrativo, Ramón Pérez de Ayala combina el simbolismo modernista con la actitud intelectual novecentista en sus novelas más importantes: Belarmino y Apolonio, Tigre Juan y El curandero de su honra. Gabriel Miró es el más fiel continuador del modernismo en la acumulación de sensaciones y la idealización del paisaje, cuyas obras más importantes son Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso. Algunos rasgos de la narrativa novecentista son:
- Intelectualismo.
- Ambientes más urbanos y modernos.
- Importancia de las digresiones reflexivas.
- Estilo cuidado y vocabulario y sintaxis pulidos y pulcros.
El Teatro Novecentista
Pocos dramaturgos tratan de introducir un teatro innovador con ideas estéticas novecentistas. El principal es Jacinto Grau, que triunfó en el extranjero más que en España. Sus principales obras son El conde Alarcos y El señor de Pigmalión.
La Poesía Novecentista: Juan Ramón Jiménez
En el género poético destacó la figura de Juan Ramón Jiménez, de carácter hipersensible y egocéntrico, que siempre planteó su poesía como una búsqueda incansable de la belleza y de la verdad absolutas. Los principales temas de sus composiciones son la poesía, la belleza, el amor, la naturaleza, Dios y el ansia de eternidad. Su obra se suele clasificar en tres etapas:
Primera etapa: la modernista o sensitiva
Con libros como Arias tristes, Jardines lejanos, La soledad sonora y Platero y yo.
Segunda etapa: la intelectual
Sus poemas se van limpiando de todo artificio y persigue una poesía pura, desnuda, elemental, intelectual. Ese ideal de pureza lo alcanza con Diario de un poeta recién casado y Eternidades. En estas obras su poesía se convierte en intemporal, en forma de conocimiento y en símbolo, y se identifica con la belleza, la eternidad y el absoluto. También corresponden a esta etapa Piedra y cielo, Belleza y La estación total.
Tercera etapa: el exilio y la mística
Ya en el exilio debido a la Guerra Civil, lleva su poesía hacia lo místico. Se busca una unión entre la palabra y el mundo, entre él mismo y Dios; alcanza la máxima depuración y se inclina por el verso libre. Pertenecen a este periodo Animal de fondo, En el otro costado y Dios deseante y deseado.