Miguel Hernández: Trayectoria, Compromiso y Legado Poético

El Compromiso Social y Político de Miguel Hernández

La primera obra teatral publicada por Miguel Hernández es de carácter religioso. En ella, condena los actos revolucionarios de los campesinos y critica las posiciones políticas de los anarquistas, los comunistas y los sindicatos obreros. Sin embargo, este período conformista fue desapareciendo progresivamente.

La situación social y política de España en la época era similar a la de finales del siglo XIX: una oligarquía territorial, un clero conservador y una clase militar autoritaria. Todo ello desembocó en la Guerra Civil. A diferencia de los poetas de la Generación del 27, que eran hombres de ciudad, solo Hernández se consideraba verdaderamente del pueblo. Aportó propuestas en sus escritos y dedicó sus fuerzas a defender la tierra y dignificar al campesino.

Cuando se mudó a Madrid, sus nuevas amistades terminaron provocando que abandonara el lastre ideológico oriolano. Hernández se decantó hacia el lado del más débil, un hecho que ejemplifica su poesía Sonreídme. Abandonó la poesía pura y católica para iniciar una poesía impura y de protesta social. Alentó a los campesinos a defender los símbolos comunistas y a protestar contra el cacique. Basó su compromiso político en experiencias vividas y sufridas por él y los suyos.

Declarada la guerra, Hernández escribió poesía de propaganda para alentar a los combatientes en las trincheras. Durante esta etapa, publicó dos libros fundamentales: Viento del pueblo y El hombre acecha. Viento del pueblo mostró su faceta optimista, alentadora, entusiasta y combativa, con la esperanza de la victoria. El poeta se convierte en viento que da vida a través de la palabra. Su estilo se hizo claro y transparente para ser comprendido por el humilde; el metro fue popular y la metáfora se simplificó. Hernández incitó a la lucha con el poema Llamo a la juventud.

Cuando la derrota republicana fue inminente, Hernández escribió El hombre acecha, una obra pesimista. Sin embargo, el poeta cerró este libro con una petición de esperanza: Dejadme la esperanza. Una de las facetas más destacadas de Hernández fue su preocupación por los ámbitos del trabajo, la explotación, la pobreza y el hambre. Todo ello lo denunció en su poesía El niño yuntero. Después de sus viajes a la URSS, escribió poemas dirigidos a ensalzar la política soviética. Aunque estéticamente son los poemas que menos interesan hoy en día, representan todo lo que significó Hernández para la II República española.

Tradición y Vanguardia en la Poesía de Miguel Hernández

La poesía de Miguel Hernández es absolutamente personal. Pasó por una serie de influencias en las que se mezclaron la tradición poética castellana con la vanguardia propia de los años que vivió. Esta mezcla de tradición y vanguardia también se observa en la Generación del 27. Este fue, pues, el contexto en el que Miguel Hernández comenzó su obra literaria.

Por tanto, no es de extrañar que Perito en lunas consistiera en un ejercicio de estilo gongorino. El libro aparece dedicado a Valéry, Góngora y Jorge Guillén, uniendo tradición y vanguardia en un mismo plano. Está compuesto por 42 octavas reales, en homenaje a la tradición gongorina, al igual que su concepción del poema como transformación metafórica de la realidad.

En su segundo viaje a Madrid, Hernández sufrió otra gran influencia determinante para su obra: la de Pablo Neruda y la corriente surrealista, que buscaban acabar con la poesía pura. El poeta surrealista español Vicente Aleixandre también formó parte de esta tendencia y sería otro de los amigos que conocería. A partir de este momento, la tensión entre tradición y vanguardia se midió entre esta influencia surrealista y la de los clásicos españoles.

En El Rayo que no cesa se observa claramente esa dualidad. La tradición se encontraba en los maestros del soneto amoroso (Lope de Vega, Quevedo, etc.), mientras que la vanguardia empezó a aparecer en sentido nerudiano en Un Carnívoro adulto y en la Elegía. Con esta obra, se acercó a la impureza inspirado por Neruda.

Con Viento del pueblo, movido por la vanguardia de la guerra y la necesidad de una poesía más directa, olvidó la poesía pura por una poesía que buscaba adentrarse en el corazón de los hombres. No obstante, en la métrica se combinó la tradición castellana con la renacentista y barroca. También aumentó la imagen visionaria de influencia surrealista, con imágenes violentas para expresar la crudeza de la guerra y la pasión de la lucha.

En El hombre acecha continuó en esta línea de imágenes surrealistas nacidas del corazón y, ahora más, de la muerte. En la métrica también se encuentra la alternancia de estrofas tradicionales populares, tradicionales cultas y el verso libre vanguardista.

Con Cancionero de ausencias, la torrencialidad surrealista heredada de Neruda y Aleixandre solo pervive en los poemas amorosos como Hijo de la luz y la sombra. En estos se encuentra la imagen telúrica y cosmológica unida al verso libre. Lo que dominó el resto del libro fue el poema corto de verso breve y emoción contenida y reflexiva. Ese tono lo acercó a poetas como Bécquer o Machado. Desapareció la anterior sonoridad y el poeta cantó y lloró en voz baja o entrecortada. La cercanía de la muerte y las reflexiones sobre la fugacidad de la vida, expresadas de forma sencilla y directa, lo acercan a veces a Jorge Manrique o Quevedo, pero en definitiva, con este último libro superó totalmente la dualidad entre vanguardia y tradición a través de un estilo personal basado en la sencillez absoluta.

El Lenguaje Poético de Miguel Hernández: Símbolos y Figuras Retóricas

Su mundo poético se fue forjando conforme evolucionaba su concepción del poema y su temática.

  • Las imágenes y símbolos varían de intensidad y significado según la etapa creativa y vital del poeta.
  • En la primera etapa, la de la poesía de la naturaleza, destacan la luna como paradigma del comportamiento natural o como símbolo del quehacer del poeta.
  • En la segunda etapa, aparecen el rayo como símbolo de angustia y el toro que simboliza masculinidad.
  • En la poesía épica, el toro se opone al buey.
  • En la tercera etapa, el viento se erige como símbolo de compromiso social y político, y de solidaridad con los más débiles.
  • En el último poemario, aparecen contrastes de símbolos como la luz y la sombra, donde la sombra se va apoderando del mundo poético de Miguel Hernández. Podemos observar que el poeta utiliza símbolos que reflejan momentos clave de su vida.

Trayectoria Poética de Miguel Hernández: La Evolución de su Obra

Miguel Hernández es un poeta que desarrolló su obra en el período de las vanguardias y mantuvo una estrecha relación con los poetas de la Generación del 27. En su trayectoria se observan cuatro etapas principales:

  • Naturaleza: Perito en lunas.
  • Amor: El Rayo que no cesa.
  • Poesía comprometida: Viento del pueblo.
  • Poesía trascendente: Cancionero y Romancero de ausencias.

La poesía de Miguel Hernández resulta imprescindible en el panorama poético español del siglo XX; su vida y su obra sirven de puente entre las dos etapas de este siglo.

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