Contexto Histórico: Inicios del Siglo XX
El siglo XX nació bajo los efectos de la Revolución Industrial. La industria jugó un papel protagonista en el progreso y la creación de riqueza, pero los nuevos modos de producción causaron la proletarización y el aumento de las desigualdades sociales, lo que provocó el surgimiento de varias doctrinas de base social y sindical (anarquismo, socialismo y comunismo).
Modernismo
Corriente artística desarrollada durante los últimos años del siglo XIX y principios del siglo XX. Se caracteriza por la búsqueda de la belleza formal como vía de evasión de la realidad que defendían los escritores realistas. Los modernistas buscan crear un universo imaginario de belleza, exotismo y sensualidad, encontrando en la poesía y el cuento las formas más adecuadas para este propósito.
La Poesía Modernista
Sus características principales son:
- La sensorialidad: Empleo de los sentidos mediante imágenes de gran belleza visual, musicalidad del lenguaje, referencias a colores, fragancias exóticas, etc.
- La perfección formal: Los poetas adoptan metros poco usados (alejandrino, dodecasílabo, eneasílabo) y experimentan con el verso libre. Emplean todo tipo de estrofas y recuperan formas clásicas.
- Los escenarios irreales y exóticos: Parajes exóticos, palacios, jardines, el Lejano Oriente y épocas remotas son ambientes habituales del Modernismo.
Los poetas más importantes fueron Rubén Darío (quien introdujo el Modernismo en España), Salvador Rueda y Manuel Machado. También tuvieron una etapa modernista Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.
Rubén Darío (1867-1916)
Su nombre real era Félix Rubén García Sarmiento. Fue el verdadero artífice de la estética modernista y de la renovación de la literatura en lengua castellana. Nacido en Nicaragua, residió en diversas ciudades de Europa y América debido a su profesión de periodista y diplomático, lo que le permitió difundir el Modernismo.
Su obra Azul… (1888) marcó el inicio del movimiento; es una colección de relatos en prosa y poemas.
Publicó también Prosas Profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905).
- Prosas Profanas: Continúa con los temas y el estilo modernista de Azul… A esta obra pertenece «Sonatina», uno de sus poemas más conocidos.
- Cantos de vida y esperanza: Marca un cambio en la actitud del poeta: el esteticismo da paso a la reflexión existencial y a un tono melancólico, desencantado, más personal e íntimo.
No solamente renovó el lenguaje poético, sino que también introdujo novedades métricas: experimentó con el verso libre, adaptó al castellano formas propias de la poesía francesa, recuperó estrofas clásicas y creó sonetos en versos alejandrinos (14 sílabas).
La Generación del 98
Entre los intelectuales españoles de finales del siglo XIX surgió un grupo de jóvenes escritores que reflexionaron sobre la situación del país y las causas de su decadencia. Este grupo toma su nombre del Desastre del 98, que supuso la pérdida de las últimas colonias españolas.
Los más destacados fueron Miguel de Unamuno, Pío Baroja, José Martínez Ruiz «Azorín» y Ramiro de Maeztu. También se suele incluir en este grupo a Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán, aunque estos últimos también están vinculados al Modernismo.
Un rasgo común es la reflexión filosófica, influidos por las corrientes de pensamiento de la época, meditando sobre el sentido de la vida, la religión, la existencia de Dios o el paso del tiempo.
Su estilo es generalmente sencillo y preciso. Cultivaron preferentemente el ensayo y la novela.
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Fue el autor más destacado del grupo en el género del ensayo, aunque también fue novelista y poeta. Sus obras giran en torno a dos temas principales: la preocupación por España (En torno al casticismo, Por tierras de Portugal y España) y el sentido de la vida (Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo), en las que cuestiona la vida eterna y la existencia de Dios.
Sus novelas abordan estos mismos temas:
- Niebla (1914): Aborda la preocupación por el sentido de la existencia. El protagonista, Augusto Pérez, angustiado, se enfrenta a su creador (el propio Unamuno dentro de la ficción). El diálogo entre personaje y creador simboliza el que los seres humanos podrían mantener con Dios.
- San Manuel Bueno, mártir (1931): Narra la crisis de fe de un sacerdote de pueblo que vive dramáticamente su labor pastoral, pues ha perdido la fe pero procura ocultarlo a sus feligreses para mantener la de ellos.
Unamuno definía sus novelas como «nivolas», término que acuñó para remarcar su alejamiento de la novela realista convencional.
Pío Baroja (1872-1956)
Considerado el principal novelista de la Generación del 98. Entre sus obras destacan trilogías como «La lucha por la vida» (con La busca, que relata el mundo de los bajos fondos madrileños de principios del siglo XX), novelas como El árbol de la ciencia (reflejo del ambiente universitario a partir de su experiencia como estudiante de medicina) y sus novelas ambientadas en el País Vasco (La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz, Zalacaín el aventurero).
Baroja consideraba la novela principalmente como un instrumento para entretener al lector. En sus obras predomina un estilo sencillo, antirretórico, pero de gran fuerza expresiva y dinamismo narrativo.
José Martínez Ruiz «Azorín» (1873-1967)
Publicó novelas, ensayos y artículos periodísticos. Sus ensayos se centran en el análisis de los problemas del país (especialmente Castilla y su paisaje) y en la reinterpretación subjetiva de las obras clásicas de la literatura española. Sus novelas se caracterizan por la descripción minuciosa, el léxico preciso y el estilo sobrio y lírico. Presenta de forma fragmentada las sensaciones e impresiones de los personajes en momentos concretos, con escasa acción. Destacan novelas como Las confesiones de un pequeño filósofo y La voluntad, protagonizada por Antonio Azorín, personaje que acabaría convirtiéndose en su alter ego y seudónimo.
Antonio Machado (1875-1939)
Su obra poética principal se recoge en tres libros fundamentales: Soledades. Galerías. Otros poemas (1907), Campos de Castilla (1912) y Nuevas canciones (1924). En ellos se aprecia una evolución desde el Modernismo intimista hacia una poesía más noventayochista, centrada en la reflexión filosófica y la preocupación por España.
- Soledades. Galerías. Otros poemas: Combina motivos modernistas (jardines, fuentes, atardeceres) con un tono melancólico y la reflexión sobre cuestiones existenciales como el tiempo, la muerte o la búsqueda de Dios.
- Campos de Castilla: Su obra más celebrada. Aborda temas típicos de la Generación del 98, como el paisaje castellano y la decadencia española, pero siempre desde una perspectiva reflexiva e intimista.
- Nuevas canciones: Incluye cancioncillas de inspiración popular junto a los «Proverbios y cantares», breves poemas donde el poeta expresa su reflexión filosófica a menudo en forma de paradoja.
Machado creó un estilo poético singular. Sus preocupaciones filosóficas se manifiestan a través de símbolos recurrentes. En su poesía, la fuente, el río o el mar evocan el paso del tiempo; la tarde, el declive vital o la muerte; y el camino representa la vida.
El Teatro a Principios del Siglo XX
A principios del siglo XX se produjeron varios intentos de romper con el teatro comercial de corte realista que dominaba la escena. Destacan dramaturgos como Jacinto Benavente y, sobre todo, Ramón María del Valle-Inclán.
Jacinto Benavente (1866-1954)
Premio Nobel de Literatura en 1922, fue el creador de una «nueva comedia» caracterizada por dos rasgos principales: el realismo en los diálogos y la presentación de ambientes cotidianos, y una intención crítica, a menudo amable y superficial, contra las costumbres y convicciones de la burguesía española. Sus obras más conocidas son Los intereses creados (1907) y el drama rural La Malquerida (1913).
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Considerado el principal renovador del teatro español del siglo XX. Sus primeras obras dramáticas se inscriben dentro de la estética modernista (ciclo de las «Comedias bárbaras»: Águila de blasón, Romance de lobos, Cara de plata).
En 1920, con Divinas palabras y, fundamentalmente, Luces de bohemia, inaugura un nuevo género teatral: el esperpento, al que pertenecen también obras como Las galas del difunto, Los cuernos de don Friolera y La hija del capitán (recogidas en Martes de Carnaval, 1930).
El esperpento consiste en una deformación sistemática y grotesca de la realidad para mostrar sus aspectos más trágicos y absurdos. Las acciones se presentan de forma fragmentada, con cambios bruscos y violentos de escena. El lenguaje mezcla registros cultos y populares, creando un efecto chocante y expresionista.
El objetivo del esperpento no es otro que poner de manifiesto los aspectos más absurdos y miserables de la realidad española de la época. Luces de bohemia se centra en el último paseo nocturno por las calles de Madrid de un poeta ciego, fracasado y bohemio, Max Estrella, y su amigo Don Latino de Híspalis. A través de su recorrido, el autor satiriza a todo tipo de personajes y situaciones representativos de la España degradada del momento. La obra termina con la muerte de Max, que simboliza la derrota del idealismo y del arte ante la miseria y la desigualdad social.