Historia de una Escalera: Reflejo de la Posguerra Española (1947-1949)
Contexto Histórico y Social
Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, es una obra escrita entre 1947 y 1948, y representada en 1949. Desde el punto de vista histórico y social, tras vencer en la Guerra Civil (1936-1939), Franco se erige como caudillo. Durante los años 40, España experimenta un aislamiento internacional debido al rechazo a una dictadura que, aparentando neutralidad, apoyaba a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial; este periodo se caracterizó por la pobreza y la represión política. La década de los 50 supuso el fin del aislamiento. En los años 60, se produjo un gran desarrollo económico, pero persistía la falta de libertades; el contacto con otras democracias alentaría la oposición a un régimen que se debilitaría hasta la muerte de Franco en 1975. Posteriormente, se establecería la democracia y se aprobaría la Constitución de 1978.
El Teatro Crítico de Posguerra
Esta obra se sitúa en el teatro crítico de posguerra de la década de 1950, caracterizado por su compromiso ético y social, y su espíritu preocupado e inconformista. Autores de la «Generación Realista», como Buero Vallejo, entendían el teatro como un medio para transformar la sociedad española. Algunos de ellos tuvieron dificultades para representar sus obras debido a la censura.
Temas y Técnica Teatral
En Historia de una escalera se exponen preocupaciones existenciales, abordando temas e inquietudes inherentes al ser humano. Toda la obra de Buero Vallejo gira en torno a la defensa de la dignidad del hombre, con un hondo sentido trágico. En cuanto a la técnica teatral que lo caracteriza, el «efecto de inmersión», en esta obra el autor no lo utiliza, a diferencia de obras de corte simbólico como La tejedora de sueños.
Crítica y Denuncia Social
Esta es una obra de crítica y denuncia social, ambientada en una escalera habitada por cuatro familias a lo largo de treinta años, mostrando sus frustraciones, miserias y fracasos. El fracaso y la frustración, causados por la pobreza, la impotencia y la resignación ante el destino, la incomprensión o incluso la angustia vital por el paso del tiempo, acompañan a los personajes desde el inicio. Buero Vallejo provoca inquietud en el espectador al plantear cuestiones para las que no ofrece solución; es el público quien debe reflexionar sobre cómo evitar los males que los personajes no acertaron a resolver a tiempo. Al final de la obra, se atisba una lejana esperanza en el futuro.
Los Santos Inocentes: La España Rural en la Transición Democrática (1981)
Contexto Histórico y Social
Los santos inocentes, de Miguel Delibes, se publicó en 1981. Desde el punto de vista histórico y social, a finales de 1975 muere Franco. Tras un periodo no exento de tensiones, en 1977 se celebran las primeras elecciones. La actual Constitución se aprueba en diciembre de 1978 mediante referéndum. En España se establece un Estado democrático bajo la monarquía de Juan Carlos I. En febrero de 1981, un intento de golpe de Estado, llevado a cabo por grupos antidemocráticos, fracasa y el país logra asentar su democracia. España ingresa en la Unión Europea en 1986 y, a principios del siglo XXI, se encuentra entre los países más desarrollados del mundo.
La Novela en la Transición
Esta novela se publica cuando Delibes ya es un novelista consagrado. En ese momento, la narrativa no tiene una orientación definida: coexisten diversas tendencias y estilos. Pertenece a la llamada «novela poemática» porque aspira a difuminar las fronteras con el género lírico.
El Mundo Rural en Delibes
Los santos inocentes es una de las obras emblemáticas de la producción de Miguel Delibes porque en ella la acción transcurre en el mundo rural, en plena naturaleza. El escritor nos presenta la vida en el campo como una vida libre de las contaminaciones y agresiones medioambientales que produce el progreso, al igual que sucede en otras de sus obras imprescindibles: El camino y Las ratas.
Denuncia Social y Simbolismo
La finalidad de esta novela es denunciar los abusos de los caciques frente a los campesinos y el desamparo social que estos padecían, inspirando compasión hacia los humildes. Todo ello está salpicado de momentos de gran fuerza dramática e intenso lirismo. El relato se centra en la «rebelión del inocente», encarnada en la entrañable figura de Azarías, marginal e ingenuo: símbolo de la unión de lo instintivo con la naturaleza, en contra de la clase dominante representada por el caprichoso, egoísta y cruel señorito Iván. Delibes acentúa estos contrastes para que quede clara la voz de la denuncia. Más allá de la necesidad de llevar a cabo una lucha de clases, pretende poner de manifiesto las agresiones que padece la bondad; por eso, los personajes, más que inocentes, son santos.
San Manuel Bueno, Mártir: Existencialismo y Fe en la España de Entreguerras (1930-1931)
Contexto Histórico y Social
San Manuel Bueno, mártir, de Miguel de Unamuno, es una novela escrita en 1930 y publicada por primera vez en 1931. Desde el punto de vista histórico y social, el Desastre del 98, en el que España pierde sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas), desencadena una inevitable crisis económica y graves conflictos sociales, mientras el mundo vive la Primera Guerra Mundial. Reina Alfonso XIII (1902-1931), con el paréntesis de la dictadura de Primo de Rivera. Después llega la Segunda República y, por último, la Guerra Civil (1936-1939).
La Novela de la Generación del 98
En esta época, la novela experimenta un desarrollo extraordinario: subjetivismo, temas existenciales y novedades estructurales. En esta novela se aprecian esos aspectos y el influjo de los filósofos irracionalistas del momento: angustia vital, pesimismo y la primacía de la voluntad frente a la razón. En ella también se puede observar algo que une a todos los escritores de la Generación del 98: la preocupación por España, por lo que exaltan su pasado y buscan los valores de la gente sencilla. Su lenguaje es preciso, sobrio y claro.
Temas Unamunianos y Estilo
Esta novela es una de las obras más destacadas de Unamuno porque en ella aborda sus temas predilectos: el misterio de la personalidad y el destino, la existencia de Dios y, sobre todo, la inmortalidad. Todas estas innovaciones que incorpora en esta y en otras novelas revitalizan el género (al que él denomina «nivola»), término con el que subtitula a Niebla, paradigma de su singular estilo.
Simbolismo y Testamento Espiritual
San Manuel Bueno, mártir, obra maestra de Miguel de Unamuno, es considerada su testamento espiritual. La novela muestra un espacio no descriptivo en el que se asientan los símbolos clave de la dialéctica entre fe y duda: la montaña, el lago, la nieve y la villa sumergida, que representa la plena conciencia de la intrahistoria. Don Manuel personifica la encrucijada existencial al estar situado entre la fe y la duda de su pueblo. Esta personificación lo convierte no solo en santo, sino en mártir, porque asume la duda y la sufre por todos. Así nos lo presenta la narración de Ángela Carballino, estructurada como un evangelio, que con sus palabras escritas otorgará la inmortalidad a don Manuel.